Las sociedades necesitan símbolos que se alcen sobre la rutina diaria y les devuelvan un reflejo de estabilidad y permanencia en las contradicciones de la historia. En el caso de las islas, y en especial de Gran Canaria, existen pocos elementos que puedan hacer sombra en este papel a la emblemática Catedral de Canarias, levantada junto a los primeros cimientos del Real de Las Palmas, de cuyo devenir ha sido al mismo tiempo testigo y protagonista desde hace cinco siglos

Captura 2Los orígenes del templo guardan vínculos de cuna con el nacimiento de una nueva sociedad en este lugar del Atlántico. Desde entonces, los destinos de la Catedral, de la ciudad fundacional y del conjunto de la isla han avanzado de la mano, sin dejarse atrás en ningún momento, creciendo al unísono, unidos como han estado siempre por hilos visibles; y también por otros invisibles, pero igual de importantes a la hora de entrelazar a la población grancanaria con su estandarte arquitectónico.

Las raíces de piedra de la Catedral se hunden en los albores de la primera ciudad de realengo fundada fuera de la metrópoli, de ahí su consideración de adelantada en las fundaciones atlánticas y americanas. Este hecho contribuyó de manera decisiva a consolidar los lazos entre esta tierra y América y al mismo tiempo sentó las bases del espíritu abierto de grancanarios y grancanarias, con una mirada universal siempre fijada en el horizonte.

El magnífico estudio del arquitecto José Luis Jiménez Saavedra nos descubrió el secreto sorprendente de que la fachada de la Catedral está edificada en la intersección del triángulo que formaban los antiguos conventos de San Agustín, Santo Domingo y San Francisco. Y este modelo se replicó después en muchas ciudades americanas.

La catedral ha sido un faro espiritual por su función de cabecera eclesiástica insular en la ruta de ida y vuelta entre Europa y el Nuevo Mundo. Pero, sobre todo, ha sido una referencia firme y constante para los habitantes de Gran Canaria, que se han encomendado entre sus muros a las mismas alturas hacia las que se proyectan las torres de la Catedral.

La ciudad, la isla de Gran Canaria y la Catedral acumulan 500 años de camino compartido por las orillas de la historia, enfrentándose a las subidas y bajadas de las mareas sociales y económicas, convirtiéndose en un ejemplo vivo, y perfectamente aplicable a nuestros días, de la importancia de la conjunción de los distintos estamentos que integran una comunidad para prosperar, pero también para saber sufrir juntos y superar tiempos difíciles.

La simbiosis entre Gran Canaria y la Basílica de Canarias resulta de una evidencia palmaria. La primera Catedral cobró cuerpo gracias al impulso fundacional, tras lo cual su construcción y actual configuración se vieron condicionadas por la realidad de cada época. El templo vio cómo se levantaban a su alrededor edificios civiles que hablaban de una sociedad diversa y en desarrollo. Pero también vio frenada su construcción en más de una ocasión y contempló a la ciudad derribar sus viejas murallas para expandirse, aunque sabedora de que jamás podría quebrarse la comunión entre dos entidades que comparten marca de nacimiento.

Cada uno de estos momentos ha dejado un reflejo en el magno edificio y ha contribuido a convertirlo en la construcción histórica más destacada de la Comunidad Autónoma. Porque esta Catedral es la obra del tiempo, hecho que se refleja en la incorporación en su fachada y en su estructura de elementos góticos, renacentistas o neoclásicos, mostrándonos un compendio artístico, y ofreciendo sobre todo un espacio de encuentro comunitario, pero también de intimidad y de reflexión.

Por todo ello, a este Cabildo de Gran Canaria le sobraban los motivos para conmemorar los 50 años de la declaración, un día como hoy de 1974, de la Catedral de Canarias como Bien de Interés Cultural (BIC), inicialmente en su antigua denominación de Monumento Histórico-Artístico.

Las Jornadas impulsadas estos días por el Área de Presidencia a través del Servicio de Patrimonio Histórico (en colaboración con la Diócesis, el Ayuntamiento, la Orquesta Filarmónica y el Museo Canario) han profundizado en el conocimiento y la difusión de los valores que atesora la Catedral y han supuesto un merecido homenaje a las personas que han hecho posible su creación, desde los arquitectos al más humilde labrador de piedra.

Esta programación especial es en realidad una muestra más dentro del contexto de la colaboración entre el Gobierno de la isla y la Diócesis para la conservación de la Catedral y para darle el valor que se merece. Esto sucede en el contexto general del compromiso del Cabildo con el legado artístico insular, con una sobresaliente representación del patrimonio eclesiástico.

En el caso concreto de la Catedral, el Cabildo ha sido un sólido pilar de su mantenimiento, y su implicación ha cristalizado también en la restauración de los lienzos del Via Crucis o de la talla de Luján Pérez de la Virgen de Los Dolores, una joya artística que nos sobrecoge con su representación de una madre tan identificable en las islas, a la vez sufriente y serena.

Igualmente, esta efeméride nos sirve de acicate para fomentar desde el Cabildo de Gran Canaria las investigaciones arqueológicas y priorizar junto a la Diócesis la creación de un centro de interpretación sobre la gestación de la ciudad en el solar Norte de la Catedral, donde yacen los restos de una antigua calzada, los vestigios del viejo Hospital de San Martín y la cimentación de la Parroquia del Rosario, que nunca llegó a edificarse.

La ciudadanía y las personas que nos visiten contarán con un espacio único para adentrarse en un pasado que explica nuestro presente con esta acción que pasa a ser una pieza prioritaria dentro de las políticas patrimoniales del Cabildo, en un punto y seguido de las tareas de acondicionamiento de la parcela y del desarrollo del proyecto técnico.

Somos eco del tiempo. Nos lo recuerdan estos muros, entre los que resonó el pasado domingo el sonido de los siglos con la interpretación de música sacra a partir de partituras recuperadas de los archivos de esta Catedral gracias a un riguroso trabajo de investigación de la profesora Isabel Saavedra por encargo del Cabildo. En breve, sonará también el viejo órgano estrenado en 1862, tomando el relevo de otros tantos instrumentos desde 1521, y como prueba de una vocación de continuidad.

Con esa misma perseverancia, proclamamos la importancia de la colaboración institucional para la salvaguarda del patrimonio, como hacemos con el conjunto de los bienes culturales de la Iglesia en la isla, así como de las distintas manifestaciones que, etapa tras etapa, nos han convertido en lo que somos, desde los tiempos aborígenes. Sirva como ejemplo, que este año celebraremos también el 75 aniversario del BIC arqueológico de La Guancha de Gáldar, el primero declarado en el archipiélago.

Los rayos del sol, al penetrar por las vidrieras de esta catedral, iluminan las columnas y el suelo del magno templo con la paleta de colores de los vitrales. Es una luz que nos guía y nos inspira; y que emana de esta Catedral que, cinco siglos después, nos conmina a mantenernos en pie, como hace ella, y a disipar las sombras desde la concordia, el respeto y la solidaridad. Gracias y enhorabuena a todas las personas que han hecho posible esta gran travesía histórica que sigue su curso.

En medio del desgarrador conflicto entre Israel y Palestina, la tragedia en Gaza ha alcanzado niveles inaceptables de sufrimiento humano. Es crucial enfrentar esta realidad con valentía y claridad moral, sin desviarnos de la verdad incómoda: lo que está ocurriendo en Gaza es un genocidio perpetrado por Israel contra el pueblo palestino. Y eso es lo que denunciaron ayer miles de personas en las calles de Las Palmas de Gran Canaria. Lo que están denunciando millones de personas en las calles de numerosos países. Lo que están denunciando miles de estudiantes en las universidades del mundo

Captura 2Desde hace décadas, Gaza ha sido un campo de batalla marcado por la violencia y la opresión. La ocupación israelí ha dejado a la población palestina atrapada en un ciclo interminable de sufrimiento, con restricciones draconianas a la libertad de movimiento, acceso limitado a recursos básicos como agua y electricidad y un bloqueo devastador que ha convertido a Gaza en una enorme prisión al aire libre.

En los últimos años, los ataques de Israel contra Gaza han alcanzado niveles inhumanos. Durante los bombardeos masivos, los civiles, incluidos niños y mujeres, son asesinados indiscriminadamente. Las infraestructuras vitales como hospitales, escuelas y viviendas son reducidas a escombros, dejando a la población sin refugio ni atención médica adecuada.

Según el último informe de CEAR, al menos 32.975 personas han muerto bajo los ataques indiscriminados del ejército israelí. Entre ellas, más de 13.000 niños y niñas, y 9.000 mujeres, según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). En cuatro meses, han muerto más niños y niñas en Gaza que en todas las guerras del mundo en los últimos cuatro años.

Las terribles cifras van más allá de las muertes. Al menos 75.577 personas han resultado heridas de diferente gravedad y 7.000 siguen desaparecidas bajo los escombros. Cerca del 60% de las viviendas han sido destruidas, el 80% de las infraestructuras comerciales, 230 centros de culto, 155 instalaciones de salud y 161 vinculadas a la UNRWA, incluidas sedes de la ONU, escuelas y centros médicos.

Gaza es una franja arrasada e inhabitable, donde el hambre -utilizada como arma de guerra- ha provocado y sigue provocando muertes de niños y niñas y uno de cada tres menores de dos años sufre desnutrición. La hambruna se está usando como arma de destrucción masiva contra una población agotada y debilitada, sin recursos para sobrevivir, que busca desesperadamente refugios inexistentes. El 75% ha tenido que huir de sus hogares (en muchos casos por segunda vez, pues la gran mayoría ya eran personas refugiadas), y se hacina en el sur, forzada por las órdenes de evacuación israelíes.

Además de todos los daños infligidos sobre la población civil, cerca de 200 personas dedicadas al trabajo humanitario han sido asesinadas durante el genocidio, narrado en primera persona sólo por periodistas palestinos y palestinas, que también están siendo masacrados por tratar de informar sobre lo que sucede. Al menos 103 periodistas han muerto por ataques israelíes.

Es imperativo condenar enérgicamente estos crímenes de lesa humanidad y exigir que se detenga de inmediato esta brutalidad sin sentido. También debemos señalar que al mismo tiempo que es vital denunciar el genocidio perpetrado por Israel también debemos condenar los ataques indiscriminados de Hamás contra civiles israelíes y decir que, hoy por hoy, la organización islamista es un obstáculo para los intentos de paz en la región.

También debemos alertar sobre el proceso de fascistización del Estado israelí. Su desprecio por la legalidad internacional y los derechos humanos es total. Su acción internacional se asemeja preocupantemente a la de Putin, intoxicando con bulos y manipulaciones a la opinión pública internacional y calificando de antisemita a cualquiera que condene sus continuas violaciones de los derechos humanos. La imagen de su embajador ante la ONU triturando la carta de Naciones Unidas en la asamblea es la mejor representación de la degradación de un Estado que precisamente se creó en virtud de una resolución de Naciones Unidas. No nos podemos olvidar que fue la Resolución 181 de la ONU, en 1947-1948, la que dio pie a la creación del Estado de Israel.

La inacción de la comunidad internacional es igualmente preocupante. Mientras los líderes mundiales expresan condenas retóricas, su falta de acción tangible es una traición a los valores humanitarios más básicos. La hipocresía de algunos estados, que condenan el terrorismo en un contexto mientras apoyan la opresión en otro, es un insulto a la dignidad humana.

Lo que es aún más desalentador es la desconexión entre la comunidad internacional y la voluntad popular. En todo el mundo, millones de personas se han levantado en solidaridad con Palestina, exigiendo justicia y libertad para un pueblo oprimido. Sin embargo, esta voz de la justicia y la humanidad sigue siendo ignorada por aquellos con el poder de influir en el cambio.

En este momento crucial, España y la comunidad internacional deben comprometerse activamente con la búsqueda de la paz en Gaza y en toda Palestina. Esto implica acciones concretas, no solo palabras vacías. Es hora de imponer sanciones efectivas contra Israel hasta que ponga fin a su ocupación ilegal y cumpla con el derecho internacional. Es hora de presionar a todas las partes para que vuelvan a la mesa de negociaciones con la determinación de encontrar una solución justa y duradera.

Pero más allá de las acciones diplomáticas, también debemos trabajar para abordar las raíces profundas del conflicto: la injusticia, la desigualdad y la falta de respeto por los derechos humanos. Esto requiere un compromiso sostenido con la construcción de sociedades inclusivas y equitativas, donde toda la ciudadanía, independientemente de su origen étnico o religioso, pueda vivir con dignidad y seguridad. Y ello es imposible sin el reconocimiento del Estado Palestino.

En última instancia, la paz en Gaza y en toda Palestina solo se logrará cuando reconozcamos la humanidad compartida de todos los involucrados y trabajemos juntos con el objetivo de construir un futuro mejor para las generaciones venideras. Ya es hora de que la comunidad internacional pase de la indignación a la acción, demostrando con hechos, no solo con palabras, su compromiso con la justicia y la paz en Palestina.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria

La Presidencia del Cabildo atiende a diario numerosas peticiones de lo más variado. En muchas ocasiones se trata de consultas relacionadas con las diversas competencias que gestiona directamente nuestra institución o para pedirnos que intervengamos en algunas cuestiones que corresponden a otras entidades. También en esta comunicación permanente con la sociedad grancanaria hay ‘modas’ o épocas, aparte de las situaciones en las que un acontecimiento o un grave suceso originan una avalancha de solicitudes, como ha sido el caso de la pandemia producida por el Covid-19. En todo caso, el Cabildo siempre responde y, en caso de que sea necesario, también actúa para atender las necesidades de la población de la isla

Captura 3Abro esta reflexión porque últimamente se multiplican las consultas de jóvenes estudiantes que quieren conocer mejor su Cabildo. Alumnos y alumnas que se dirigen a nuestra Corporación para preguntar por el papel que juega la institución en un momento tan complejo para el mundo, donde la geopolítica y el discurso que predomina en los medios de comunicación es el de la falta de acuerdos y la confrontación. Es una realidad que desmoraliza a la comunidad que observa cómo la actividad política se centra en el bloqueo de las instituciones y no en dar respuesta a las preocupaciones endémicas o sobrevenidas de la ciudadanía.

Los enfrentamientos políticos también se manifiestan en pugnas territoriales. Hay comunidades que protagonizan la agenda política e informativa en el Estado, lo que sitúa a las demás en la periferia, en un patio de butacas marginal, como sufridas observadoras del esperpento nacional. Y, más aún, los medios nacionales cuando se trata de Canarias sólo se interesan por situaciones trágicas como es el balance de muertes en la 'ruta canaria', que nos sitúa en las antípodas de la imagen de destino de ocio y solárium hibernal de Europa.

Esto solo se puede superar gestionando correctamente los recursos disponibles y con un plan o programa que defina el proceso. De ahí que sea trascendente que se conozca el papel de las corporaciones locales e insulares, las que atienden los servicios cotidianos y directos para los vecinos y vecinas de cada pueblo, de cada isla.

Y así se lo trasladé a los alumnos y alumnas de la clase de Segundo C del IES La Isleta, y también a su profesor de Geografía, Óscar Iván, quienes han tenido el detalle de ponerse en contacto conmigo para pedirme que les explique la importancia de los cabildos y en especial del Cabildo de Gran Canaria.

El Cabildo de Gran Canaria es una institución que tiene mucho que ver con el presente y el futuro de toda la población de la isla, y ha sido así desde la creación de la Corporación cuyo origen histórico arranca en 1912, cuando el Congreso de los Diputados permitió la constitución en Canarias de un nuevo órgano de gobierno para atender la singularidad del archipiélago. Porque la realidad de Canarias es distinta a la del resto de España y, además, cada isla tiene su propia realidad en una frontera natural, el Atlántico que a la vez nos separa y nos une.

La historia ha demostrado que fue un acierto la creación de los gobiernos insulares. En el caso del Cabildo de Gran Canaria, este fue constituido en 1913 y es desde entonces una institución indispensable para el avance social y económico de la isla. Hoy en día, ni Gran Canaria ni ninguna otra isla, podrían ser entendidas sin su Cabildo. Y en su haber destacan iniciativas que dotaron a su población de centros sanitarios (San Martín o el Hospital Insular y la Escuela de Enfermería); universitarios o académicos (el Colegio Universitario de Las Palmas o la Universidad Internacional Pérez Galdós y la Casa de Colón), de investigación y formación (la Granja, las fincas de investigación agrícola o el Centro de Investigación de Taliarte), junto a otras muchísimas iniciativas.

Pero también es el artífice de las más importantes transformaciones en el último siglo, empezando por las políticas sociosanitarias, el desarrollo del sector primario y, sobre todo, la recuperación, conservación y mejora de la masa forestal, con la política de consorcios de repoblación o la construcción de las grandes presas de la isla. Unas actuaciones que se han mantenido en el tiempo durante 75 años y que permiten ver ahora unas cumbres que retienen las nubes para que el agua vuelva a los cauces de los barrancos, a la vez que recupera la tierra y frena los procesos erosivos.

Saúl, el alumno del IES La Isleta que me escribió, me preguntaba por la importancia constitucional del Cabildo… Le dije que era una pregunta muy pertinente. Si leen ustedes el artículo 141 de la Constitución Española, verán que consagra a los cabildos como garantía para dar respuesta a la insularidad. Porque ustedes saben que vivir en Gran Canaria es un privilegio, pero ese privilegio tiene el coste de la lejanía y de la fragmentación territorial.

Este era el sentido de una de las respuestas al estudiante de La Isleta, que quería saber también por qué debemos mantener los cabildos. Una respuesta que podría ser muy extensa, pero que resumí en el hecho de que el Cabildo defiende los derechos de todos los grancanarios y grancanarias y gestiona asuntos tan importantes como la ordenación del territorio, el agua, el sector primario, el cuidado del medioambiente, la igualdad, la cultura o la atención social, entre otras muchas tareas que se traducen en bienestar.

Y ahí entraríamos en la discusión sobre el significado de ‘gestionar’. Y tengo que responder con orgullo que el Cabildo ha optado por la acepción más transformadora y comprometida de la palabra, al ser conscientes de que no basta con administrar o hacer funcionar una entidad, sino sacar adelante un proyecto de isla, con lo que ello supone de cambio de modelo para dar respuesta a las demandas de la sociedad, garantizar las necesidades de futuro y responder a las amenazas que se nos presentan.

De ahí que esta juventud que apenas ha oído hablar del Cabildo en su formación pero que observa día a día la presencia del Cabildo, sus instalaciones, sus servicios y su compromiso en la defensa de la isla, se interese por conocer nuestra opinión, nuestra visión y nuestra misión para construir una isla sostenible, justa y segura para el futuro. Una ecoísla que avanza -paso a paso- con el cambio de modelo integral que garantice la soberanía alimentaria y energética, así como la seguridad hídrica. Un territorio que cumpla y sea vanguardia -mediante la implicación a través de procesos participativos- de las acciones para frenar la crisis climática, desde lo local con la mente puesta en lo global.

Por todo ello, el Cabildo de Gran Canaria sigue siendo tan necesario como hace 111 años. Porque es la lógica de la gestión territorial la que impone la necesidad de actuar conjuntamente, la sociedad insular, sus ayuntamientos, sus mancomunidades, la sociedad civil… Y para ello es también fundamental la formación, el modelo educativo que debe partir del conocimiento, sin olvidar el medio, el entorno, las instituciones en las que se deposita no sólo la calidad de vida de la comunidad en este momento, sino el pensamiento en el futuro, ese tiempo venidero en el que, probablemente, algún estudiante del IES La Isleta o cualquiera de los CEIP y centros formativos, ocupe un asiento en el Salón de Plenos del Cabildo de Gran Canaria.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

Celebrar la creación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria es una oportunidad para compartir alegrías, generar confianzas y recordar compromisos de futuro. Los pueblos que recuerdan sus avances renuevan su energía colectiva y amplían sus horizontes. Es lo que hacemos al cumplirse el aniversario de aquella acertada y justa decisión

Treinta y cinco años después del nacimiento de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la nuestra, podemos sentirnos orgullosas y orgullosos al comprobar que este proyecto, que emergió de la firme voluntad de toda una isla, ha cumplido con su cometido de contribuir de manera decisiva al proceso de transformación social a través de la aportación de conocimiento e innovación.

Miles de estudiantes que nunca hubieran alcanzado la educación superior han podido graduarse en ella. La vida económica, social y cultural de la isla y del archipiélago ha ganado talento y creatividad. Los valores universitarios de libertad y racionalidad han mejorado nuestra convivencia.

La ULPGC forma parte de la identidad de Gran Canaria - yo diría que de toda Canarias- y lleva impresa el ADN de una sociedad que ha demostrado que es capaz de organizarse y alzar una voz clara y única cuando resulta necesario defender sus legítimas aspiraciones.

La movilización por la consecución de esta universidad encerró muchos anhelos y obligó a cambiar alianzas y hasta gobiernos. Los abuelos que no habían tenido educación clamaban por los derechos de sus nietos y nietas. Fue una acción llena de responsabilidad, compromiso y afán de liberación de tantas injusticias y abandonos sufridos.

El movimiento cívico que propició su origen desató un viento ciudadano que involucró a todos los sectores de la isla, hasta tumbar un muro de obstáculos, negaciones y resistencias. Reconforta que en la historia quedara registrado que la mayor manifestación ciudadana que se ha producido en la isla estuviera motivada por una reivindicación educativa. Y al mismo tiempo cuesta entender que los gobernantes mantuvieran durante siglos a la población de nuestra isla en situación de indigencia educativa. Tampoco se entiende que no hubiéramos reaccionado antes.

Captura 2En el acto institucional celebrado en el Paraninfo de la Universidad el pasado viernes, fueron justamente distinguidas personas que supieron canalizar la enorme energía social de aquella reivindicación. Otras no pudieron estar porque nos han dejado, es el caso de Lorenzo Olarte Cullen que, como presidente del Gobierno de Canarias, impulsó la ley que creó de hecho la Universidad. En la vida política hay momentos en los que no cabe mirar hacia otro lado. Y en aquel momento hubo personas e instituciones, entre las que estuvo el Cabildo de Gran Canaria, que nos supieron representar.

Cuatro décadas después, aquella histórica corriente ciudadana nos sirve de ejemplo de la capacidad de Gran Canaria para conseguir sus objetivos, aunque también es un recordatorio de que como isleños y como grancanarios nos cuesta demasiado tiempo y esfuerzo materializar y consolidar derechos imprescindibles. Aquel éxito debe darnos confianza para ganar los nuevos retos sociales, medioambientales, culturales y económicos que tenemos la obligación de alcanzar..

Nuestra historia educativa desde el siglo XIX es la crónica de la exclusión y el abandono neocolonial. No tuvimos el primer instituto de secundaria hasta la segunda década del siglo XX. Probablemente fuimos de las últimas capitales de provincia en tenerlo. Al comienzo de la transición democrática el porcentaje de población analfabeta rozaba el 30% y hasta principios de los años 80 del siglo pasado la mitad de niñas y niños de las zonas urbanas de Las Palmas de Gran Canaria y Telde tenían que compartir su plaza escolar con otros alumnos en horario de tarde. Mucho de este abandono todavía condiciona nuestro presente educativo.

Con esos antecedentes se comprende mejor que la creación de la ULPGC supusiera un acontecimiento especialmente significativo en la historia de Gran Canaria y de Canarias, para contrapesar los condicionantes históricos, nuestra situación geográfica y la fragmentación territorial.

La propia creación de los cabildos, la división provincial o la defensa de nuestros fueros son manifestaciones del empuje insular para contar con una estructura administrativa a la altura de sus necesidades y de una realidad legalmente reconocida.

Universidad y Cabildo son de algún modo entidades hermanadas, pues compartieron la misma cuna, mecida por la mano del mandato popular. Igualmente, la extensión de la educación fue desde sus inicios, hace 111 años, uno de los elementos fundamentales de la acción del Gobierno de la isla.

Siguiendo el precepto marcado por Benito Pérez Galdós cuando afirmó que “la mayor miseria es la ignorancia”, esta institución hizo posible la apertura del primer instituto de la isla en 1916, inicio de una larga serie de actuaciones en el ámbito educativo a lo largo de décadas que incluyó la creación del Colegio Universitario de Las Palmas.

En esta celebración gozosa quiero renovar solemnemente compromisos y demandas. La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria cuenta y contará con el impulso institucional, económico y social del Cabildo de Gran Canaria para ganar los retos de la nueva sociedad del conocimiento que estamos alumbrando. Sabemos que el nuevo tiempo debe ser sostenible y equilibrado socialmente y debemos construirlo con el rigor académico universitario.

Por eso solicito a la comunidad universitaria, profesorado, alumnado y personal, que intensifique su proyección social y nos ayude a garantizar una isla con derechos e igualdad social y con un desarrollo económico autocentrado que aproveche el talento de nuestra gente joven.

En coherencia con esta visión de la Universidad, el Cabildo de Gran Canaria ha afianzado una estrecha relación estratégica con el incremento de programas, convenios y líneas de apoyo para contar con la insustituible mirada de expertos y expertas del mundo universitario en asuntos primordiales para nuestro presente y futuro. Por cierto, nuestros remanentes de este año contemplarán una partida económica de cuatro millones de euros para hacer frente a sus necesidades de infraestructura y equipamientos.

El abanico de iniciativas en las que vamos de la mano para impulsar y orientar sectores decisivos en el desarrollo de nuestra isla abarca desde la adaptación al cambio climático, la descarbonización y la soberanía energética, la gestión del agua y el territorio, las economías azul y circular, los proyectos de I+D+i, la soberanía alimentaria, la generación de empleo y la modernización turística hasta la memoria histórica o la solidaridad internacional.

Estamos recorriendo juntas un camino de progreso. Caminos que me conducen,/sombreados de esperanza,/a roques que no se nublan/, como nos canta Pedro García Cabrera.

Nos toca la apasionante tarea de construir el futuro. Pero en esta segunda década del siglo XXI tenemos recursos de los que hasta ahora no disponíamos. La potencialidad de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria es uno de ellos. La suma de esfuerzos con instituciones como el Cabildo de Gran Canaria, comprometido con la transformación de la isla, es importante. Y lo es, desde luego, la capacidad y el dinamismo de una sociedad como la grancanaria que confirma cada día los valores que la han llevado a los niveles de progreso que hoy tenemos.

Sabemos de dónde venimos y a dónde queremos ir. Deseo que en esta andadura participemos tantas y tantos como los que entonces estuvimos en la calle hace 35 años para hacer posible la ULPGC que hoy celebramos. Enhorabuena y muchas felicidades.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

Es sobradamente conocido que una de las prioridades del programa del gobierno progresista del Cabildo de Gran Canaria es la soberanía alimentaria. Este es un concepto establecido en 1996 en la cumbre de la Organización Mundial de la Alimentación (FAO) que se define como el derecho de los pueblos a implementar sus propias políticas y estrategias sostenibles de producción, distribución y consumo de alimentos con base en la pequeña y mediana producción

Esto es fundamental en un territorio archipielágico como Canarias, tanto para frenar la dependencia del exterior, como para reducir las tremendas emisiones que suponen la importación de alimentos e insumos. También por las externalidades positivas que tiene el sector primario en la fijación de población en el entorno rural, en la creación de empleo, en la prevención de incendios, en el cuidado del paisaje, en la preservación de tradiciones o en proporcionar alimentos de calidad.

Una parte importante de las políticas de soberanía alimentaria pasan por el apoyo directo al sector, mejorar su competitividad y aumentar las rentas del mundo rural. Esto lo hace el Gobierno de la isla a través de subvenciones, ayudas, formación, capacitación o acompañamiento para afrontar la transición energética e integrar las energías renovables en las explotaciones, lo que redunda además en una disminución no solo de las emisiones, sino de los costes del aumento y volatilidad de los precios de la energía.

Pero además de todo esto, hay una línea de trabajo que se ha demostrado imprescindible para conseguir aumentar la producción y el consumo de nuestros productos locales: su promoción, que tanto la población local como los millones de visitantes que recibimos cada año conozcan nuestros productos y valoren su extraordinaria calidad.

Con ese objetivo se puso en marcha el programa “Gran Canaria Me Gusta”, para la mejora del posicionamiento del sector agroalimentario de la isla, que no solo se reduce al sector primario, sino al agroindustrial y por supuesto a la gastronomía, que sin duda está en el mejor momento de su historia, con una consolidada presencia de nuestros establecimientos y chefs en todas las guías de prestigio.

En este sentido, Gran Canaria va a ser la sede, en apenas unas semanas, de una serie de eventos nacionales e internacionales de referencia para el sector agroalimentario. El pasado lunes se inauguró el III Foro Internacional del Queso, un encuentro bienal que convierte a la isla por dos días en la capital mundial del queso artesanal. Se trata de una ocasión para dar a conocer el trabajo realizado durante décadas por ganaderos y ganaderas y maestros y maestras queseras que, con su esfuerzo, dedicación y pasión, han logrado potenciar el sector primario, mejorar la economía de las zonas rurales y proteger el entorno natural, así como hacer de Gran Canaria un gran destino turístico en el ámbito gastronómico. Este destino se ha ido potenciando en los últimos años y ha hecho que hoy ocupemos un lugar de liderazgo en el conjunto del territorio español.

Captura 2Y es que Gran Canaria es uno de los territorios insulares del mundo que produce una mayor cantidad de quesos distintos, un activo tan potente y diferenciador en un mundo en el que los destinos turísticos están cada vez más estandarizados y compitiendo cada vez más entre ellos. Y es muy importante, por lo tanto, que nos singularice, que busquemos aquello que nos identifique, aquello que nos distingue y yo creo que el queso es uno de esos elementos diferenciadores, extraordinarios, que tenemos que potenciar y diferenciar.

A finales de mes tendrá lugar la primera edición de TERRAE Gran Canaria, un encuentro internacional de gastronomía rural que reunirá en la isla a 20 periodistas especializados y casi 40 chefs locales, nacionales e internacionales. Está organizada por la misma empresa encargada de Madrid Fusión y San Sebastián Gastronómico, los dos congresos gastronómicos más influyentes del mundo.

Más de 40 cocineros rurales de diferentes países, la mayoría con estrellas Michelin, se reunirán en Gáldar, Arucas, Agaete y Guía para compartir inquietudes, proyectos y experiencias. Asimismo chefs de la península y de la isla cocinarán diferentes elaboraciones para abrir el Congreso en una jornada popular el 28 de abril en la Plaza de Santiago de Gáldar, una manera de trascender el ámbito estrictamente profesional e involucrar a la población en general en la importancia de la gastronomía como motor de desarrollo e incluso de transformación de los entorno rurales.

TERRAE es un paso importante en el objetivo de posicionar a Gran Canaria como un territorio netamente gastronómico, así como un avance para el programa Gran Canaria Me Gusta que ya cuenta con una inversión superior a los 2 millones de euros. Este programa es uno de los mayores ejemplos de éxito, ya que habiendo partido de cero, hoy Gran Canaria tiene 23 restaurantes con reconocimientos en las dos guías gastronómicas y 6 estrellas Michelin.

El objetivo es que Gran Canaria se convierta poco a poco en el epicentro del movimiento global que defiende el territorio, la identidad y la sostenibilidad, a la vez que aumenta la conciencia profesional y apertura de miras de los cocineros y cocineras de Gran Canaria a través del conocimiento de experiencias en otras partes del mundo.

Y por supuesto del 19 al 21 de abril tendrá lugar el evento estrella de este programa, la Feria Gran Canaria Me Gusta, que cumplirá 11 ediciones en su mejor momento. La edición del año pasado cerró con el récord de 10.000 visitantes y casi 60 expositores, todos ellos ofreciendo productos de nuestra isla. Este año participarán 81 empresas y 19 municipios de Gran Canaria.

Como vemos, la promoción de nuestros productos locales es una estrategia exitosa para fomentar el desarrollo sostenible de los entornos rurales y de la isla en su conjunto, con múltiples beneficios económicos, medioambientales y sociales. Además su ámbito trasciende al sector primario y se extiende a la agroindustria y la gastronomía, generando un ecosistema con gran capacidad de generación de empleo, de innovación y de bienestar.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria

Gran Canaria no puede ser comprendida sin la extraordinaria dimensión de su legado aborigen. Tampoco sin los rasgos distintivos de su naturaleza y de sus manifestaciones culturales que traen hasta nuestra época el eco de tradiciones centenarias e incluso milenarias

El mundo, a través de la UNESCO, ha sabido reconocer el carácter singular de nuestra Historia y nuestro territorio con la declaración en 2005 de la Reserva de la Biosfera y, en 2019, con la designación como Patrimonio Mundial del Paisaje Cultural de Risco Caído y Las Montañas Sagradas de Gran Canaria. Ambas figuras coinciden en buena medida sobre el mapa de la isla. Pero, sobre todo, lo hacen a la hora de ser una profunda expresión de nuestra identidad.

Generación tras generación, los hombres y mujeres de esta tierra han sabido adaptarse a este hábitat tan particular y limitado. Este hecho entraña una lección de cara a nuestro desarrollo sostenible y convierten al pasado, y a las tradiciones ancestrales que se mantienen vivas en campos y costas, en claves para nuestro futuro.

Todo este caudal de patrimonio y sabiduría necesita, no obstante, de medios para ser canalizados a través de una gestión moderna y eficaz. Este es precisamente el papel que desempeña el Instituto Insular para la Gestión Integrada del Patrimonio Mundial y la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria.

El espíritu y el equipo humano que sustentan la actividad del Instituto han encontrado un hogar apropiado -compartido con el Centro de Gestión de Tejeda- en el edificio que inauguramos el pasado jueves, que se integra en el conjunto histórico del Barrio de Triana, declarado Bien de Interés Cultural.

Construido en 1914 y adquirido un siglo después por el Cabildo, el fiel rescate de su estructura original supone en sí mismo una operación ejemplar de salvaguarda del patrimonio arquitectónico, con un especial acento en la accesibilidad y la eficiencia energética. Los más de 900 metros cuadrados de superficie están desde ahora adaptados a las necesidades del personal técnico y administrativo adscrito al Instituto y a su potencial relación con la ciudadanía, instituciones, colaboradores y proveedores.

La apuesta por la recuperación del inmueble habla de un edificio vivo y de lo que esto representa en la implicación de la sociedad, en la proyección social del Instituto y en el desarrollo de sus objetivos.

A partir de este momento, entre sus muros se gestarán y se seguirán desarrollando iniciativas destinadas a la conservación, protección, estudio, gobernanza, gestión participativa, revalorización cultural, desarrollo sostenible, promoción y difusión para la salvaguarda y proyección social de los bienes que atesora el territorio insular que ha recibido sendas declaraciones internacionales y que abarca prácticamente la mitad de la superficie de la isla.

Captura 2Esta infraestructura se suma a la labor de difusión, de implantación en el territorio y de dinamización socioeconómica que se lleva a cabo en los centros de interpretación de Artenara y del Bentayga; además de en el Centro de Gestión e Información de Tejeda, sometido actualmente a una intervención de mejora; y en el de Caserones en La Aldea. Y dentro de poco Degollada de Becerra. Esta red nos permite honrar nuestro pasado y preservar los múltiples rostros de nuestra biodiversidad y etnografía.

Han sido dos pilares innegociables de la acción de gobierno del Cabildo y sobre ellos hemos levantado ambiciosos programas de actuación. Uno de ellos es el Plan Integral de Gestión del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, que programa la inversión de casi 34 millones y más de 150 acciones que canalizan iniciativas transversales para garantizar su conservación y divulgación.

Contribuye además al desarrollo socioeconómico de las 18.000 hectáreas de este territorio con una visión panorámica basada en la coordinación de instituciones y otras entidades del ámbito, la sostenibilidad y la participación pública. A esto se suma el Plan de Gestión de la Reserva de la Biosfera, que programa acciones por valor de otros 12 millones, los mismos que contempla el Plan de Sostenibilidad Turística.

Este gran tronco central se ramifica en múltiples medidas que no solo tienden un manto protector sobre nuestro patrimonio arqueológico o natural, sino que lo difunden entre nuestra población y contribuyen a la mejora de las comunidades rurales bajo criterios sostenibles.

El Instituto está arrojando luz sobre nuestro pasado con el convenio para el estudio del origen y evolución del poblamiento humano del Paisaje Cultural, la investigación del patrimonio amazig o con intervenciones arqueológicas como la adjudicada en Tirma y Alta Vista, entre otras.

En este punto, quiero destacar que se ultima el contenido del portal web para que toda la ciudadanía pueda contar con información actualizada de lo que se investigue y descubra, esfuerzo tecnológico al que se añadirá una aplicación móvil. Se están sembrando también semillas de conocimiento por medio de las Ecoescuelas de la Biosfera, los espectáculos familiares y con las rutas y actividades culturales del programa Vive Unesco Gran Canaria.

Asimismo, el Instituto fomenta el tejido social y colaborativo con encuentros participativos e impulsa diversas actividades vinculadas a los valores de ambas declaraciones con la línea de ayudas a los ayuntamientos y entidades sin ánimo de lucro.

El acondicionamiento de los senderos de gran recorrido y de otras rutas de alto valor natural y cultural, la adecuación en curso del yacimiento y el entorno de Risco Caído o los tres millones de euros que se destinan a las obras de rehabilitación y mejora paisajística son muestras de la férrea estrategia de conservación de este cofre. Hemos tenido la suerte de heredar un tesoro de tiempo.

También el legado de quienes habitaron el corazón mismo de las Montañas Sagradas, en diálogo constante con la tierra que pisaban y con los astros. Además, somos depositarios de una naturaleza sorprendente, que muda de apariencia a la vuelta de cada barranco, y, por supuesto, de los saberes de hombres y mujeres que han escrito sus biografías sobre el territorio con la misma precisión que los grabados que contemplamos en cuevas y santuarios.

Hoy en día, incluso desde el mismo centro de la capital de la isla, son sus huellas las que nos indican el camino.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

Las sociedades que progresan en calidad de vida tienen las mejores infraestructuras de movilidad. Carreteras, puertos, aeropuertos y redes ferroviarias componen los principales soportes para facilitar el movimiento de personas y mercancías

Avanzar hacia una movilidad sostenible que aborde los problemas de contaminación, congestión y siniestralidad, facilitará el desarrollo económico para toda la comunidad. Es necesario que el cambio de modelo energético que afronta nuestro territorio vaya a la velocidad de la implantación de un nuevo modelo de movilidad que dé respuesta a las necesidades de nuestras ciudades y los principales ejes de tráfico que se han desarrollado en la isla.

Nuestra realidad insular nos impone el reto de atender y cuidar nuestras comunicaciones. En este sentido, nos encontramos una red viaria eficiente que ha crecido con nuevas autopistas donde hace pocas décadas había barrancos bordeados por tortuosas pistas de tierra. Sin embargo, el crecimiento del parque automovilístico nos conduce a situaciones críticas por el excesivo tráfico de vehículos. Somos muchos más y nos movemos más, con una tendencia mayoritaria hacia el uso del automóvil privado. Una realidad que no varía a pesar de la aplicación de la gratuidad del transporte público y el fomento de la movilidad peatonal o personal y de que, en apenas un año, hemos pasado de 60 a 92 millones de viajeros en el transporte público insular.

Contamos, además, con una organización del transporte público con dos operadores principales, uno en la capital y otro que cuenta con la concesión administrativa -hasta 2027- de casi todas las líneas del resto del territorio insular. La compra de un sistema de gestión única de billetes de guaguas, junto a la construcción del centro de control insular del transporte de viajeros permitirán el uso de los modelos de información inteligente para la organización del servicio, pero no solucionarán los problemas que cada día nos acucian con el actual modelo de movilidad.

Este tráfico y sus situaciones críticas precisan de respuestas urgentes por parte de las administraciones. Hay que facilitar la movilidad en los centros de gran actividad: comercial, cultural, deportiva, sanitaria, administrativa, industrial, turística, universitaria...; pero también en los pequeños núcleos de población, con sus necesidades específicas. Para Gran Canaria esta realidad es problemática pero también supone una gran ventaja, ya que nos permite vertebrar la movilidad de casi todas las actividades, y la mayor parte de la población residente y visitante, en el eje costero entre el noreste y el sur, la ruta entre dos de las ciudades más pobladas de las islas y la gran ciudad turística, entre el puerto y el aeropuerto, entre los polígonos industriales más grandes de Canarias y la mayoría de las zonas empresariales y comerciales.

Estamos en una isla superpoblada, sobretodo en la zona este, con una densidad de 1.400 habitantes por km2 y con una elevada motorización que nos sitúa en una cifra de 802 vehículos por cada 1000 habitantes, lo que es incompatible con el hecho insular y con un territorio frágil y escaso donde ya no es posible seguir haciendo carreteras, ampliando autovías, etc.

Captura 2La solución por la que apostamos es la creación de una línea ferroviaria que una el norte y el sur. Un proyecto que permitiría que Gran Canaria deje de ser una de las principales aglomeraciones urbanas del continente sin servicio ferroviario. Tenemos muy claro que se trata de un objetivo que las administraciones canarias no podemos afrontar en solitario.

Por ello, hace unos días, junto al Gobierno de Canarias, presentamos al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, junto al Gobierno de Canarias, el proyecto de 'Tren de Cercanías de Altas Prestaciones' con una propuesta en la que el Cabildo lleva trabajando desde hace 15 años. Es una iniciativa madura que está lista para iniciarse. Está incluida en el programa de gobierno progresista que fue respaldado en las elecciones de 2023 y cuenta con la unanimidad de la corporación y un gran consenso social sobre cuál ha de ser la movilidad de futuro para la isla.

El planeamiento insular está definitivamente aprobado y todos los proyectos constructivos finalizados. Esto incluye la plataforma ferroviaria, el soterramiento de la mayor parte del recorrido del tren, reduciendo de esta manera su impacto, las estaciones concebidas como nodos intermodales (que conectarían con otros servicios y medios de transporte), los talleres, cocheras y áreas de mantenimiento, así como las instalaciones de electrificación, seguridad y comunicaciones.

Este sistema ferroviario de Gran Canaria espera una demanda de 31 millones de desplazamientos, lo que convertiría esta línea en la segunda con mayor intensidad de demanda de España, según datos del Informe Anual del Sector Ferroviario 2019. Esto supondría que tendría rentabilidad financiera, dado que los ingresos de explotación cubrirán los costes; también será rentable en términos económico-sociales, con una Tasa Interna de Retorno (TIR) social del 7%, muy superior al 3% exigido por la UE para proyectos financiables.

Además de las razones de necesidad territorial, económica y social, nuestra demanda se asienta en la singularidad insular como territorio aislado y alejado y en el carácter de región ultraperiférica que se recoge específicamente en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, en cuyo artículo 349 reconoce la singularidad de las regiones ultraperiféricas y establece que las medidas de la UE deben tener en cuenta sus intereses, incluida la promoción de su desarrollo económico y social. Además, el artículo 107.3 del Tratado permite a los Estados miembros proporcionar ayudas estatales a las RUP para compensar las desventajas inherentes a su ubicación geográfica.

La inversión total para la infraestructura, de acuerdo con los proyectos constructivos, asciende a 1600 millones de euros, unos 28 millones por cada kilómetro. Una cantidad que contrasta con el coste de 80 millones por kilómetro gastados en el AVE de Asturias, si bien la media del coste de la red en España ha sido de 18 millones por kilómetro, en lo que influye la construcción de túneles y puentes.

La propuesta del Cabildo de Gran Canaria, sustentada por diferentes informes y reglamentos de la UE, insta al Gobierno de España y al de Canarias para la firma de un convenio marco específico con la Corporación Insular en base a lo establecido en el principio de solidaridad y hecho insular que reconoce la UE, potenciado por lo establecido en el Régimen Económico y Fiscal de Canarias, respecto a las inversiones en infraestructuras. El Convenio, con vigencia plurianual, garantizaría la financiación del tren de cercanías de altas prestaciones en Gran Canaria, según las fases de ejecución que se acordasen entre las partes, manteniendo la distribución 70%-20%-10% entre las administraciones estatal, regional y local.

Una segunda petición planteada por el Cabildo ha sido la Carta de conformidad del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible para obtener ayudas europeas, lo que permitiría lograr la aprobación de las ayudas en la convocatoria CEF 2023, que financia a las regiones ultraperiféricas los costes elegibles hasta un 70%. En esta convocatoria se han solicitado 390 millones a Europa, de los que la UE aportaría 190 millones, mientras los 200 millones restantes serían aportados por las distintas administraciones. Con esta financiación se podría ejecutar el tramo entre Vecindario y el aeropuerto con sus cocheras, parque eólico de 13 MW para alimentar su movimiento con energía limpia, etc.

Avanzamos así hacia la movilidad sostenible en Gran Canaria.

Antonio Morales. Presidente del Cabildo de Gran Canaria

El pasado viernes celebramos el acto institucional de Honores y Distinciones del Cabildo de Gran Canaria en el Auditorio Alfredo Kraus, a escasos metros de donde se alza la escultura en bronce que lo homenajea. En ella, el tenor proyecta su mirada y su voz eterna hacia la inmensidad del océano, siempre con los pies firmemente anclados a la tierra que le vio nacer. Lo hace con una mezcla de arrojo, pasión, convicción y generosidad en la entrega de su talento innato

La fuerza de esta estampa de aplomo frente al vértigo nos evoca a la sociedad de Gran Canaria, que posee una expresión también propia, en diálogo permanente con su singular realidad atlántica, aislada y lejana. Con estos elementos, y con la misma maestría que demostró el escultor Víctor Ochoa al inmortalizar a Alfredo Kraus, nuestra realidad insular cinceló una obra única, con manifestaciones culturales y naturales sin igual.

Esta travesía atlántica en la que seguimos embarcados y embarcadas atravesó tormentas temibles y sorteó bajíos y arrecifes traicioneros. Además, nuestra nave común ha permanecido a la deriva en los mares del olvido en demasiadas ocasiones. Por fortuna, la isla siempre ha contado con el viento a favor de sucesivas generaciones que han salvaguardado nuestras aspiraciones e ilusiones y que, con su ejemplo, han marcado claramente la ruta a seguir.

No es casualidad que dirijamos el foco hacia la gente de esta tierra. La pluralidad, el empuje y las esperanzas de esta sociedad isleña continúan siendo los destellos que guían la acción del Cabildo de Gran Canaria. La institución insular emergió, de hecho, de las profundidades e inquietudes de un territorio que demandaba contar con una estructura administrativa y política a la altura de los retos, los derechos legítimos y la dignidad de la isla y sus habitantes. La carta de navegación sigue siendo la misma para quienes actualmente ostentamos el honor y la responsabilidad de representar a este Gobierno de Gran Canaria.

Este acto institucional que celebramos anualmente, sirve para remarcar la importancia del papel de los hombres y mujeres de Gran Canaria. Valores como los demostrados por las personas y entidades que honramos con los Honores y Distinciones del Cabildo de Gran Canaria, que han sido y son un espejo para el conjunto de la sociedad y, desde luego, para el ejercicio de la acción pública por parte del Gobierno de la isla.

Pero en esta época, más que de vientos, podríamos hablar de tempestades que hacen temblar e incluso amenazan con derrumbar pilares sobre los que se ha sostenido nuestro modelo de vida, así como escenarios que dábamos casi por inmutables e incuestionables.

Desde esta encrucijada, rodeada de barrancos, pero desde la que se divisan también nuevos horizontes, contemplamos el vasto paisaje de la historia insular y comprobamos que Gran Canaria ha sido y es una isla de resistencia. No lo podemos olvidar, sobre todo porque esta patria isleña, como asentó el poeta Nicolás Estévanez, es espíritu y es memoria.

Captura 2Siempre imaginamos a las islas con un faro en sus costas. En el año del 50 aniversario del adiós de uno de nuestros grandes poetas modernistas, Saulo Torón, viene a nuestro encuentro su poema ‘El faro de La Isleta’, definido por el autor como “un clarividente milagroso / que señala la ruta / del buen abrigo y el feliz reposo / al inquieto marino / que en el puente sondea el pavoroso / misterio de las sombras / luchando con el mar tempestuoso…”. Estos versos parecen desentrañar el designio de la labor pública, sobre todo cuando arrecian las dificultades.

Porque no debemos perder de vista que algunos de los rompientes que tuvimos que sortear en el pasado siguen estando ahí, interponiéndose de cuando en cuando en nuestro rumbo, como ocurre con la lucha permanente para garantizar aquello que nos corresponde en relación al REF, la gestión de la inmigración, las aguas territoriales, el nivel de inversiones o nuestra movilidad, entre otros aspectos que evidencian que, en determinados ámbitos, ni se nos ve, ni se nos comprende.

Con todo ello, resulta evidente que este Cabildo es heredero de la demostrada resiliencia y del clamor en la defensa de sus derechos por parte nuestra sociedad. Y hoy en día está más capacitado que nunca y dispone de un plan claro para ser la herramienta que necesita Gran Canaria para mantener vivo el espíritu de la isla de resistencia que siempre fue, hacer oír su voz diferenciada y enfrentarse con garantías de éxito a estos tiempos convulsos y de profundas transformaciones.

Y debemos insistir en hacerlo con un modelo propio y rupturista, que sirva de contrapunto a los efectos perversos de la globalización desmedida, el capitalismo insaciable, la extensión global de la pobreza, las injusticias sociales o los ataques que pretenden hacer naufragar los modelos de convivencia basados en la paz y la democracia.

Estoy convencido de que mantener nuestra esencia y nuestras convicciones, así como seguir las lecciones de nuestro devenir histórico, son los componentes de la fórmula certera para resistir al temporal de conflictos geoestratégicos y climáticos globales. Y no solo para seguir a flote, sino para avanzar con mayor firmeza, con la reconocible bandera de nuestra identidad canaria y grancanaria ondeando en lo más alto del mástil. Si dejamos, en cambio, de ser lo que somos, si lanzamos por la borda nuestra manera de estar en el mundo, será más difícil llegar a buen puerto.

Frente a la incertidumbre, el Cabildo se alza en casa común de esta pasión compartida que es Gran Canaria. Y lo hace para liderar y convocar al conjunto de las personas y sectores de la isla de cara a seguir impulsando un proceso de cambio basado en propuestas innovadoras y sostenibles que nos han convertido en una auténtica referencia en cuestiones marcadas en rojo en la agenda mundial.

Estas políticas son tan variadas como los desafíos a los que nos enfrentamos. Dentro de este marco se incluye la firme apuesta por las soberanías energética, hídrica y alimentaria, ejes también de la adaptación y mitigación de los efectos del calentamiento global. Además, el proyecto integral ‘Ecoísla’ ha puesto nuestro acento en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible y ha demostrado nuestro convencido alineamiento con sus objetivos en el marco de un territorio donde se ha incrementado la conciencia medioambiental.

Las ramificaciones de la planificación del Cabildo se extienden por el terreno de la diversificación económica, abriendo nuevos surcos productivos. Se prolongan también por la movilidad y el turismo sostenible, además de la sociedad del conocimiento y la innovación.

Guarecen asimismo nuestro territorio y biodiversidad y, por supuesto, se abrazan al patrimonio cultural que nos define. Son señas de identidad que nos orientan en la oscuridad, como los rayos de sol y los haces de luna con los que nuestros antepasados y antepasadas organizaron su tránsito por este mundo, además de dejarnos un testimonio de comunión entre una comunidad y su entorno. Como escribió la poeta Chona Madera en su ‘Canción del regreso’: “Y sin ser instruidos, /ya el alma valoraban/ (por nobleza, intuíanla),/ rozaban su verdad”.

Abogamos por la cultura y por una población cada vez más formada, por políticas de igualdad entre hombres y mujeres, y nos rebelamos contra la injusticia y la brutalidad que se expande por el planeta, como vemos, con el alma compungida, con el genocidio que perpetra Israel en Palestina o la brutal invasión de Ucrania por parte de Rusia. Son muestras de un tablero político mundial en el que saltan por los aires las normas internacionales. Junto a nuestras Islas, la lucha del pueblo saharaui por la autodeterminación es, cincuenta años después de su inicio, otra prueba flagrante del incumplimiento del derecho internacional y de las resoluciones de la ONU.

Dicho esto, nuestros pensamientos y acciones están volcados en procurar vidas dignas, plenas y felices para quienes habitan nuestra tierra, con políticas sociosanitarias cada vez más ambiciosas. Todas las instituciones públicas y los agentes sociales deben seguir bregando para tumbar las causas profundas que originan la pobreza estructural. El compromiso del Cabildo en este punto es inquebrantable, constante y absoluto.

Pero nada de esto será posible si no logramos consolidar una atmósfera respirable. Por este motivo, como decía anteriormente, frente a los intentos de abrir vías de agua en el casco de la democracia, corresponde a las Administraciones Públicas generar espacios diálogo, alejados de esa crispación que es una hoguera en la que arden la razón y la justicia, bases precisamente del sistema constitucional.

Las personas y entidades galardonadas son un muestrario del extraordinario abanico de parcelas en las que Gran Canaria ha sido capaz de alcanzar la excelencia. Podemos hablar de avances científicos relacionados con las energías limpias y los estudios sobre la biología marina. De la divulgación artística y también la vinculada a la personalidad atlántica del archipiélago, así como de las artes escénicas, cinematográficas y musicales, y el deporte.

Sus biografías componen un decálogo que adoptamos como propio para nuestro quehacer diario. Don Benito Pérez Galdós nos recordó que “nuestra imaginación es la que ve, y no los ojos”. En nombre de todos los grancanarios y grancanarias, el Cabildo les agradece la inspiración que nos brindan, su capacidad para imaginar un presente y un mañana mejores y, sobre todo, que nos hayan mostrado el camino para hacerlos realidad. Gracias. Enhorabuena.

Antonio Morales. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

Han pasado más de 160 años desde el fatídico 8 de marzo de 1857 en el que 129 obreras industriales de una fábrica textil de Nueva York murieron en un incendio mientras hacían una huelga para reivindicar sus derechos laborales

Por aquel entonces, el movimiento feminista ya contaba con prácticamente un siglo de existencia y en las décadas posteriores se convertiría en uno de los principales motores de cambio político y social

Captura 2Siglo y medio después nos encontramos en una época de profundos cambios en la que debemos hacer frente a retos históricos como el de la sostenibilidad. La emergencia climática y la transición ecológica nos obligan a repensar nuestra forma de producir, consumir e incluso de vivir. Y también en este aspecto el movimiento feminista tiene mucho que decir.

La Conferencia de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Cambio Climático, COP26, que se celebró en 2021, ya señaló que a nivel planetario las mujeres son las grandes afectadas por el calentamiento global. Es más, el 80 % de las personas desplazadas en todo el mundo a causa de desastres naturales son mujeres. Además son varios los estudios que demuestran opiniones más favorables hacia la sostenibilidad por parte de las mujeres que de los hombres e incluso mayores tasas de reciclaje. Por otra parte, la masculinidad normativa que promueven los movimientos de extrema derecha tiende a vincular los comportamientos sostenibles con lo femenino o contrario a la masculinidad (como la reducción del uso del coche, por ejemplo).

Históricamente, y más en unas islas con un pasado reciente fuertemente vinculado al mundo rural, las mujeres rurales han sido las principales productoras agrícolas, por ello, son imprescindibles para sostener la seguridad alimentaria de los países y para avanzar hacia la soberanía alimentaria en las islas. Asimismo las mujeres han desempeñado (y desempeñan) un papel fundamental en la gestión, conservación, explotación y aprovechamiento de los recursos naturales como consumidoras y también como educadoras, ya que en gran parte siguen asumiendo un papel protagónico en este ámbito.

La relación entre mujeres y sostenibilidad es tan estrecha que incluso existe una corriente de pensamiento, el ecofeminismo, que propone la integración de ambos movimientos para superar las visión capitalista y patriarcal del modelo de desarrollo y proponer otro que opere en armonía entre las personas y respete las bases materiales de la existencia humana. De hecho los aportes de algunas ecofeministas como Vandana Shiva son fundamentales a la hora de pensar la soberanía alimentaria, por ejemplo.

La investigación y diversos trabajos de campo, en especial en el ámbito de desarrollo, han demostrado que la inclusión de las mujeres en la toma de decisiones mejora la calidad de las políticas y programas ambientales, aumenta la resiliencia de las comunidades frente al cambio climático y promueve la equidad de género en todos los niveles de la sociedad.

Por todo ello, en Gran Canaria, estamos comprometidos con la promoción de la igualdad de género y la inclusión de las mujeres en todas las áreas de la vida pública y privada. Reconocemos el importante papel que desempeñan las mujeres en la sostenibilidad y estamos decididos a apoyar y fortalecer su participación en este campo.

Cuando en 2015 pusimos en marcha la Consejería de Igualdad, lo hicimos también para garantizar que las políticas y programas de sostenibilidad sean sensibles al género y tengan en cuenta las necesidades y preocupaciones específicas de las mujeres. Esto incluye la promoción de un acceso equitativo a recursos y oportunidades, la eliminación de barreras que puedan limitar la participación de las mujeres y la creación de entornos inclusivos que valoren y reconozcan las contribuciones de todos los miembros de la sociedad.

De hecho, en el Marco Estratégico por la Igualdad “Gran Canaria Infinita”, un ambicioso documento que recoge las bases de la política pública de igualdad de la isla, incluye “la sostenibilidad de la vida” como uno de los ejes. Cuando hablamos de sostenibilidad de la vida nos referimos a lo relacionado con la reproducción social y la calidad de vida cotidiana (los cuidados, los tiempos, los espacios inclusivos), etc., que inciden de manera directa en la vida de las mujeres. Es importante dejar de considerar la sostenibilidad como una cuestión medioambiental, porque sin integrar las dimensiones sociales como la perspectiva de género, es imposible avanzar hacia los objetivos de sostenibilidad.

Es evidente que con precariedad laboral, jornadas laborales maratonianas, escasez de servicios públicos o la sobrecarga que supone el trabajo de cuidados no es posible integrar otras dimensiones sostenibles en la vida cotidiana, como llevar una alimentación equilibrada, dedicar tiempo a comprar y cocinar productos locales, consumir de manera más consciente o incluir estas dimensiones en la crianza, por poner algunos ejemplos.

Aprovechando la efeméride del 8 de marzo es necesario recordar que, como sociedad, debemos reconocer que la sostenibilidad no puede lograrse sin el pleno y activo compromiso de las mujeres. Debemos aprovechar su experiencia, conocimiento y liderazgo para construir un futuro más sostenible y equitativo para todos. En Gran Canaria estamos comprometidos a trabajar en colaboración con las mujeres y todas las partes interesadas para responder a los desafíos ambientales que enfrentamos y construir un mundo mejor para las generaciones futuras.

Las mujeres son pilares fundamentales de la sostenibilidad en Gran Canaria y en todo el mundo. Su liderazgo y contribuciones son indispensables para proteger nuestro entorno natural y promover un desarrollo sostenible y equitativo. Por ello vamos a seguir apoyando y fortaleciendo el papel de las mujeres en la construcción de la ecoísla y a trabajar juntos con el fin de construir un futuro más verde y próspero para todos y todas. Es imprescindible para lograr un cambio positivo y duradero que beneficie a nuestra isla y al planeta en su conjunto.

No nos equivocamos cuando en 2015, el primer año de los tres gobiernos de progreso del Cabildo de Gran Canaria, decidimos lanzar la política pública insular de participación ciudadana y plantear que fuese un componente imprescindible del Gobierno Abierto de la isla. Más de ocho años después vemos con satisfacción cómo esa mecha participativa en el hacer público se ha ido impregnando en nuestra institución, en los gobiernos locales, en los colectivos sociales y en el conjunto de la sociedad grancanaria

Captura 3El aprendizaje acumulado en estos años nos reafirma en la idea de que la gobernanza de las instituciones debe construirse colectivamente si queremos que las intervenciones públicas tengan el grado deseable de eficacia, que de verdad mejoren la vida de la gente y que permitan avanzar hacia un modelo de desarrollo insular próspero, justo y ambientalmente ejemplar. Esto es precisamente la Ecoísla Gran Canaria, el ideal que guía nuestro programa de gobierno y que, ineludiblemente, tiene que ser una responsabilidad colectiva, tal como lo deja claro la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 de Naciones Unidas.

Es ampliamente conocido que algunos de los fundamentos de nuestro programa de gobierno tienen que ver con la soberanía energética, la seguridad hídrica y la soberanía alimentaria. Este último concepto ha sido desarrollado por la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, que considera que la participación es clave para la sostenibilidad porque ayuda a construir sobre las capacidades existentes, crea sentimiento de pertenencia en las personas involucradas y garantiza los logros conseguidos a largo plazo.

¿Qué hemos hecho en estos años para saber que estamos en el buen camino de una sociedad corresponsablemente participativa?

El primer paso que dimos fue asegurar el derecho de participación regulando el conjunto de mecanismos que lo hiciera posible a través de la aprobación del primer reglamento de participación ciudadana de la institución. Se trata de un documento que, además, apura el actual marco legislativo e incluye todos los mecanismos que contempla la normativa.

También asumimos el imparable avance de la digitalización con la creación de una plataforma de participación digital (participa.grancanaria.com) basada en código abierto. Junto a los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, facilita el ejercicio de consultas, peticiones, iniciativas y presupuestos participativos y nos proporciona una herramienta fundamental para cualquier procedimiento futuro.

Hemos fortalecido el asociacionismo a través de la convocatoria anual de subvenciones destinadas a proyectos que fomenten la participación ciudadana, para hacer de la sociedad civil organizada un verdadero canalizador privilegiado y activo de la implicación social en las decisiones públicas del gobierno insular y los ayuntamientos de Gran Canaria. En este sentido recogimos una larga demanda de los colectivos y ya hemos adquirido un edificio emblemático, el antiguo Cuasquías, que se va a convertir en “La Casa Común” un espacio para la creación, la innovación y la participación, que va a estar en parte autogestionado por las propias organizaciones que usen el espacio.

Acompañamos y fortalecemos la política pública de Participación Ciudadana de los ayuntamientos de Gran Canaria a través del Gabinete de Asistencia Técnica a Municipios, un grupo de profesionales destinado a cubrir las necesidades de acompañamiento técnico que surgen en los gobiernos locales en sus estrategias y programas para implantar y promocionar la participación ciudadana en su gestión. Como gobierno insular profundamente municipalista es una prioridad para nosotros el fortalecimiento institucional de los gobiernos locales que hagan partícipe a la ciudadanía en las decisiones públicas, haciéndolas más eficientes y eficaces.

Durante este tiempo hemos impulsado la formación y capacitación de profesionales en el ámbito de la participación y la gobernanza pública con el lanzamiento, de la mano de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, del Experto Universitario en Gobernanza y Participación Ciudadana, que va por su 4ª edición y que ya ha formado a casi 200 técnicos y técnicas municipales, personal de ONG y personas decisoras públicas.

Ante la situación provocada por el repunte de las llegadas por mar de personas migrantes y los conflictos sociales y políticos que estaban provocando, hemos elaborado la primera estrategia insular de Convivencia Intercultural, Gran Canaria Convive, que vamos a presentar en las próximas semanas y que va a contribuir a hacer de Gran Canaria una isla inclusiva y ejemplar en la lucha contra el racismo y la xenofobia.

La parte más visible de la participación en muchas ocasiones son los procesos participativos que implementamos para el diseño y ejecución de intervenciones públicas, insulares y municipales. Estos procesos vinculados a proyectos concretos son actuaciones con un alto valor demostrativo y ejemplificador.

En un artículo de opinión no tengo espacio para resumir todos los procesos iniciados, pero sí puedo citar algunos de los más relevantes. Cabe destacar, por el nivel de implicación ciudadana, la travesía del Monte, el proceso participativo para dar solución al tramo de carretera y zona peatonal que discurre entre la rotonda de Bandama y la curva del vivero de flores, en Santa Brígida, una vía afectada por un tráfico cuyo aforo supera los 24.000 vehículos diarios.

En primer lugar la propuesta ya supone la colaboración institucional entre el Cabildo y el Ayuntamiento de Santa Brígida, que deciden impulsarla conjuntamente, para recoger propuestas ciudadanas que permitan a los técnicos de carreteras elaborar el proyecto. Las 80 propuestas vecinales incluidas han permitido mejorar aspectos como la seguridad de los peatones, servicios como la recogida de residuos, preservar el arbolado o mejorar la accesibilidad. El último proceso ejecutado con este Ayuntamiento tuvo que ver con la consulta que realizó acerca de la decisión a tomar con el espacio ocupado por lo que todo el mundo conoce como “mamotreto”.

Es solo un ejemplo de cómo estos procesos pueden mejorar aspectos concretos y cotidianos de la vida de las personas, pero podríamos citar otras experiencias similares como las desarrolladas en el Paisaje Cultural, declarado como Patrimonio Mundial, de Risco Caído y Montañas Sagradas de Gran Canaria, una herramienta de diagnóstico participativo para la renovación del asociacionismo vecinal insular. O el impulso dado, a través de ayuntamientos o entidades, a procesos vinculados a intervenciones municipales: conformación de la Estrategia de la Agenda Urbana de La Aldea, el diseño urbanístico participativo de Parques Asocados de Ingenio o la creación del Consejo de Barrios de Gáldar.

Somos conscientes de que debemos contribuir decididamente a contrarrestar la desafección y deslegitimación de la política, por lo que asumimos con responsabilidad nuestro papel de avanzadilla de las políticas públicas de empoderamiento de la ciudadanía para que sean protagonistas de las decisiones públicas y la acción de sus gobiernos. Y porque estamos convencidos y convencidas de que la ecoísla sólo será sostenible si también es participativa.

Antonio Morales. Presidente del Cabildo de Gran Canaria

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