Las sociedades que progresan en calidad de vida tienen las mejores infraestructuras de movilidad. Carreteras, puertos, aeropuertos y redes ferroviarias componen los principales soportes para facilitar el movimiento de personas y mercancías

Avanzar hacia una movilidad sostenible que aborde los problemas de contaminación, congestión y siniestralidad, facilitará el desarrollo económico para toda la comunidad. Es necesario que el cambio de modelo energético que afronta nuestro territorio vaya a la velocidad de la implantación de un nuevo modelo de movilidad que dé respuesta a las necesidades de nuestras ciudades y los principales ejes de tráfico que se han desarrollado en la isla.

Nuestra realidad insular nos impone el reto de atender y cuidar nuestras comunicaciones. En este sentido, nos encontramos una red viaria eficiente que ha crecido con nuevas autopistas donde hace pocas décadas había barrancos bordeados por tortuosas pistas de tierra. Sin embargo, el crecimiento del parque automovilístico nos conduce a situaciones críticas por el excesivo tráfico de vehículos. Somos muchos más y nos movemos más, con una tendencia mayoritaria hacia el uso del automóvil privado. Una realidad que no varía a pesar de la aplicación de la gratuidad del transporte público y el fomento de la movilidad peatonal o personal y de que, en apenas un año, hemos pasado de 60 a 92 millones de viajeros en el transporte público insular.

Contamos, además, con una organización del transporte público con dos operadores principales, uno en la capital y otro que cuenta con la concesión administrativa -hasta 2027- de casi todas las líneas del resto del territorio insular. La compra de un sistema de gestión única de billetes de guaguas, junto a la construcción del centro de control insular del transporte de viajeros permitirán el uso de los modelos de información inteligente para la organización del servicio, pero no solucionarán los problemas que cada día nos acucian con el actual modelo de movilidad.

Este tráfico y sus situaciones críticas precisan de respuestas urgentes por parte de las administraciones. Hay que facilitar la movilidad en los centros de gran actividad: comercial, cultural, deportiva, sanitaria, administrativa, industrial, turística, universitaria...; pero también en los pequeños núcleos de población, con sus necesidades específicas. Para Gran Canaria esta realidad es problemática pero también supone una gran ventaja, ya que nos permite vertebrar la movilidad de casi todas las actividades, y la mayor parte de la población residente y visitante, en el eje costero entre el noreste y el sur, la ruta entre dos de las ciudades más pobladas de las islas y la gran ciudad turística, entre el puerto y el aeropuerto, entre los polígonos industriales más grandes de Canarias y la mayoría de las zonas empresariales y comerciales.

Estamos en una isla superpoblada, sobretodo en la zona este, con una densidad de 1.400 habitantes por km2 y con una elevada motorización que nos sitúa en una cifra de 802 vehículos por cada 1000 habitantes, lo que es incompatible con el hecho insular y con un territorio frágil y escaso donde ya no es posible seguir haciendo carreteras, ampliando autovías, etc.

Captura 2La solución por la que apostamos es la creación de una línea ferroviaria que una el norte y el sur. Un proyecto que permitiría que Gran Canaria deje de ser una de las principales aglomeraciones urbanas del continente sin servicio ferroviario. Tenemos muy claro que se trata de un objetivo que las administraciones canarias no podemos afrontar en solitario.

Por ello, hace unos días, junto al Gobierno de Canarias, presentamos al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, junto al Gobierno de Canarias, el proyecto de 'Tren de Cercanías de Altas Prestaciones' con una propuesta en la que el Cabildo lleva trabajando desde hace 15 años. Es una iniciativa madura que está lista para iniciarse. Está incluida en el programa de gobierno progresista que fue respaldado en las elecciones de 2023 y cuenta con la unanimidad de la corporación y un gran consenso social sobre cuál ha de ser la movilidad de futuro para la isla.

El planeamiento insular está definitivamente aprobado y todos los proyectos constructivos finalizados. Esto incluye la plataforma ferroviaria, el soterramiento de la mayor parte del recorrido del tren, reduciendo de esta manera su impacto, las estaciones concebidas como nodos intermodales (que conectarían con otros servicios y medios de transporte), los talleres, cocheras y áreas de mantenimiento, así como las instalaciones de electrificación, seguridad y comunicaciones.

Este sistema ferroviario de Gran Canaria espera una demanda de 31 millones de desplazamientos, lo que convertiría esta línea en la segunda con mayor intensidad de demanda de España, según datos del Informe Anual del Sector Ferroviario 2019. Esto supondría que tendría rentabilidad financiera, dado que los ingresos de explotación cubrirán los costes; también será rentable en términos económico-sociales, con una Tasa Interna de Retorno (TIR) social del 7%, muy superior al 3% exigido por la UE para proyectos financiables.

Además de las razones de necesidad territorial, económica y social, nuestra demanda se asienta en la singularidad insular como territorio aislado y alejado y en el carácter de región ultraperiférica que se recoge específicamente en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, en cuyo artículo 349 reconoce la singularidad de las regiones ultraperiféricas y establece que las medidas de la UE deben tener en cuenta sus intereses, incluida la promoción de su desarrollo económico y social. Además, el artículo 107.3 del Tratado permite a los Estados miembros proporcionar ayudas estatales a las RUP para compensar las desventajas inherentes a su ubicación geográfica.

La inversión total para la infraestructura, de acuerdo con los proyectos constructivos, asciende a 1600 millones de euros, unos 28 millones por cada kilómetro. Una cantidad que contrasta con el coste de 80 millones por kilómetro gastados en el AVE de Asturias, si bien la media del coste de la red en España ha sido de 18 millones por kilómetro, en lo que influye la construcción de túneles y puentes.

La propuesta del Cabildo de Gran Canaria, sustentada por diferentes informes y reglamentos de la UE, insta al Gobierno de España y al de Canarias para la firma de un convenio marco específico con la Corporación Insular en base a lo establecido en el principio de solidaridad y hecho insular que reconoce la UE, potenciado por lo establecido en el Régimen Económico y Fiscal de Canarias, respecto a las inversiones en infraestructuras. El Convenio, con vigencia plurianual, garantizaría la financiación del tren de cercanías de altas prestaciones en Gran Canaria, según las fases de ejecución que se acordasen entre las partes, manteniendo la distribución 70%-20%-10% entre las administraciones estatal, regional y local.

Una segunda petición planteada por el Cabildo ha sido la Carta de conformidad del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible para obtener ayudas europeas, lo que permitiría lograr la aprobación de las ayudas en la convocatoria CEF 2023, que financia a las regiones ultraperiféricas los costes elegibles hasta un 70%. En esta convocatoria se han solicitado 390 millones a Europa, de los que la UE aportaría 190 millones, mientras los 200 millones restantes serían aportados por las distintas administraciones. Con esta financiación se podría ejecutar el tramo entre Vecindario y el aeropuerto con sus cocheras, parque eólico de 13 MW para alimentar su movimiento con energía limpia, etc.

Avanzamos así hacia la movilidad sostenible en Gran Canaria.

Antonio Morales. Presidente del Cabildo de Gran Canaria

El pasado viernes celebramos el acto institucional de Honores y Distinciones del Cabildo de Gran Canaria en el Auditorio Alfredo Kraus, a escasos metros de donde se alza la escultura en bronce que lo homenajea. En ella, el tenor proyecta su mirada y su voz eterna hacia la inmensidad del océano, siempre con los pies firmemente anclados a la tierra que le vio nacer. Lo hace con una mezcla de arrojo, pasión, convicción y generosidad en la entrega de su talento innato

La fuerza de esta estampa de aplomo frente al vértigo nos evoca a la sociedad de Gran Canaria, que posee una expresión también propia, en diálogo permanente con su singular realidad atlántica, aislada y lejana. Con estos elementos, y con la misma maestría que demostró el escultor Víctor Ochoa al inmortalizar a Alfredo Kraus, nuestra realidad insular cinceló una obra única, con manifestaciones culturales y naturales sin igual.

Esta travesía atlántica en la que seguimos embarcados y embarcadas atravesó tormentas temibles y sorteó bajíos y arrecifes traicioneros. Además, nuestra nave común ha permanecido a la deriva en los mares del olvido en demasiadas ocasiones. Por fortuna, la isla siempre ha contado con el viento a favor de sucesivas generaciones que han salvaguardado nuestras aspiraciones e ilusiones y que, con su ejemplo, han marcado claramente la ruta a seguir.

No es casualidad que dirijamos el foco hacia la gente de esta tierra. La pluralidad, el empuje y las esperanzas de esta sociedad isleña continúan siendo los destellos que guían la acción del Cabildo de Gran Canaria. La institución insular emergió, de hecho, de las profundidades e inquietudes de un territorio que demandaba contar con una estructura administrativa y política a la altura de los retos, los derechos legítimos y la dignidad de la isla y sus habitantes. La carta de navegación sigue siendo la misma para quienes actualmente ostentamos el honor y la responsabilidad de representar a este Gobierno de Gran Canaria.

Este acto institucional que celebramos anualmente, sirve para remarcar la importancia del papel de los hombres y mujeres de Gran Canaria. Valores como los demostrados por las personas y entidades que honramos con los Honores y Distinciones del Cabildo de Gran Canaria, que han sido y son un espejo para el conjunto de la sociedad y, desde luego, para el ejercicio de la acción pública por parte del Gobierno de la isla.

Pero en esta época, más que de vientos, podríamos hablar de tempestades que hacen temblar e incluso amenazan con derrumbar pilares sobre los que se ha sostenido nuestro modelo de vida, así como escenarios que dábamos casi por inmutables e incuestionables.

Desde esta encrucijada, rodeada de barrancos, pero desde la que se divisan también nuevos horizontes, contemplamos el vasto paisaje de la historia insular y comprobamos que Gran Canaria ha sido y es una isla de resistencia. No lo podemos olvidar, sobre todo porque esta patria isleña, como asentó el poeta Nicolás Estévanez, es espíritu y es memoria.

Captura 2Siempre imaginamos a las islas con un faro en sus costas. En el año del 50 aniversario del adiós de uno de nuestros grandes poetas modernistas, Saulo Torón, viene a nuestro encuentro su poema ‘El faro de La Isleta’, definido por el autor como “un clarividente milagroso / que señala la ruta / del buen abrigo y el feliz reposo / al inquieto marino / que en el puente sondea el pavoroso / misterio de las sombras / luchando con el mar tempestuoso…”. Estos versos parecen desentrañar el designio de la labor pública, sobre todo cuando arrecian las dificultades.

Porque no debemos perder de vista que algunos de los rompientes que tuvimos que sortear en el pasado siguen estando ahí, interponiéndose de cuando en cuando en nuestro rumbo, como ocurre con la lucha permanente para garantizar aquello que nos corresponde en relación al REF, la gestión de la inmigración, las aguas territoriales, el nivel de inversiones o nuestra movilidad, entre otros aspectos que evidencian que, en determinados ámbitos, ni se nos ve, ni se nos comprende.

Con todo ello, resulta evidente que este Cabildo es heredero de la demostrada resiliencia y del clamor en la defensa de sus derechos por parte nuestra sociedad. Y hoy en día está más capacitado que nunca y dispone de un plan claro para ser la herramienta que necesita Gran Canaria para mantener vivo el espíritu de la isla de resistencia que siempre fue, hacer oír su voz diferenciada y enfrentarse con garantías de éxito a estos tiempos convulsos y de profundas transformaciones.

Y debemos insistir en hacerlo con un modelo propio y rupturista, que sirva de contrapunto a los efectos perversos de la globalización desmedida, el capitalismo insaciable, la extensión global de la pobreza, las injusticias sociales o los ataques que pretenden hacer naufragar los modelos de convivencia basados en la paz y la democracia.

Estoy convencido de que mantener nuestra esencia y nuestras convicciones, así como seguir las lecciones de nuestro devenir histórico, son los componentes de la fórmula certera para resistir al temporal de conflictos geoestratégicos y climáticos globales. Y no solo para seguir a flote, sino para avanzar con mayor firmeza, con la reconocible bandera de nuestra identidad canaria y grancanaria ondeando en lo más alto del mástil. Si dejamos, en cambio, de ser lo que somos, si lanzamos por la borda nuestra manera de estar en el mundo, será más difícil llegar a buen puerto.

Frente a la incertidumbre, el Cabildo se alza en casa común de esta pasión compartida que es Gran Canaria. Y lo hace para liderar y convocar al conjunto de las personas y sectores de la isla de cara a seguir impulsando un proceso de cambio basado en propuestas innovadoras y sostenibles que nos han convertido en una auténtica referencia en cuestiones marcadas en rojo en la agenda mundial.

Estas políticas son tan variadas como los desafíos a los que nos enfrentamos. Dentro de este marco se incluye la firme apuesta por las soberanías energética, hídrica y alimentaria, ejes también de la adaptación y mitigación de los efectos del calentamiento global. Además, el proyecto integral ‘Ecoísla’ ha puesto nuestro acento en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible y ha demostrado nuestro convencido alineamiento con sus objetivos en el marco de un territorio donde se ha incrementado la conciencia medioambiental.

Las ramificaciones de la planificación del Cabildo se extienden por el terreno de la diversificación económica, abriendo nuevos surcos productivos. Se prolongan también por la movilidad y el turismo sostenible, además de la sociedad del conocimiento y la innovación.

Guarecen asimismo nuestro territorio y biodiversidad y, por supuesto, se abrazan al patrimonio cultural que nos define. Son señas de identidad que nos orientan en la oscuridad, como los rayos de sol y los haces de luna con los que nuestros antepasados y antepasadas organizaron su tránsito por este mundo, además de dejarnos un testimonio de comunión entre una comunidad y su entorno. Como escribió la poeta Chona Madera en su ‘Canción del regreso’: “Y sin ser instruidos, /ya el alma valoraban/ (por nobleza, intuíanla),/ rozaban su verdad”.

Abogamos por la cultura y por una población cada vez más formada, por políticas de igualdad entre hombres y mujeres, y nos rebelamos contra la injusticia y la brutalidad que se expande por el planeta, como vemos, con el alma compungida, con el genocidio que perpetra Israel en Palestina o la brutal invasión de Ucrania por parte de Rusia. Son muestras de un tablero político mundial en el que saltan por los aires las normas internacionales. Junto a nuestras Islas, la lucha del pueblo saharaui por la autodeterminación es, cincuenta años después de su inicio, otra prueba flagrante del incumplimiento del derecho internacional y de las resoluciones de la ONU.

Dicho esto, nuestros pensamientos y acciones están volcados en procurar vidas dignas, plenas y felices para quienes habitan nuestra tierra, con políticas sociosanitarias cada vez más ambiciosas. Todas las instituciones públicas y los agentes sociales deben seguir bregando para tumbar las causas profundas que originan la pobreza estructural. El compromiso del Cabildo en este punto es inquebrantable, constante y absoluto.

Pero nada de esto será posible si no logramos consolidar una atmósfera respirable. Por este motivo, como decía anteriormente, frente a los intentos de abrir vías de agua en el casco de la democracia, corresponde a las Administraciones Públicas generar espacios diálogo, alejados de esa crispación que es una hoguera en la que arden la razón y la justicia, bases precisamente del sistema constitucional.

Las personas y entidades galardonadas son un muestrario del extraordinario abanico de parcelas en las que Gran Canaria ha sido capaz de alcanzar la excelencia. Podemos hablar de avances científicos relacionados con las energías limpias y los estudios sobre la biología marina. De la divulgación artística y también la vinculada a la personalidad atlántica del archipiélago, así como de las artes escénicas, cinematográficas y musicales, y el deporte.

Sus biografías componen un decálogo que adoptamos como propio para nuestro quehacer diario. Don Benito Pérez Galdós nos recordó que “nuestra imaginación es la que ve, y no los ojos”. En nombre de todos los grancanarios y grancanarias, el Cabildo les agradece la inspiración que nos brindan, su capacidad para imaginar un presente y un mañana mejores y, sobre todo, que nos hayan mostrado el camino para hacerlos realidad. Gracias. Enhorabuena.

Antonio Morales. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

Han pasado más de 160 años desde el fatídico 8 de marzo de 1857 en el que 129 obreras industriales de una fábrica textil de Nueva York murieron en un incendio mientras hacían una huelga para reivindicar sus derechos laborales

Por aquel entonces, el movimiento feminista ya contaba con prácticamente un siglo de existencia y en las décadas posteriores se convertiría en uno de los principales motores de cambio político y social

Captura 2Siglo y medio después nos encontramos en una época de profundos cambios en la que debemos hacer frente a retos históricos como el de la sostenibilidad. La emergencia climática y la transición ecológica nos obligan a repensar nuestra forma de producir, consumir e incluso de vivir. Y también en este aspecto el movimiento feminista tiene mucho que decir.

La Conferencia de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Cambio Climático, COP26, que se celebró en 2021, ya señaló que a nivel planetario las mujeres son las grandes afectadas por el calentamiento global. Es más, el 80 % de las personas desplazadas en todo el mundo a causa de desastres naturales son mujeres. Además son varios los estudios que demuestran opiniones más favorables hacia la sostenibilidad por parte de las mujeres que de los hombres e incluso mayores tasas de reciclaje. Por otra parte, la masculinidad normativa que promueven los movimientos de extrema derecha tiende a vincular los comportamientos sostenibles con lo femenino o contrario a la masculinidad (como la reducción del uso del coche, por ejemplo).

Históricamente, y más en unas islas con un pasado reciente fuertemente vinculado al mundo rural, las mujeres rurales han sido las principales productoras agrícolas, por ello, son imprescindibles para sostener la seguridad alimentaria de los países y para avanzar hacia la soberanía alimentaria en las islas. Asimismo las mujeres han desempeñado (y desempeñan) un papel fundamental en la gestión, conservación, explotación y aprovechamiento de los recursos naturales como consumidoras y también como educadoras, ya que en gran parte siguen asumiendo un papel protagónico en este ámbito.

La relación entre mujeres y sostenibilidad es tan estrecha que incluso existe una corriente de pensamiento, el ecofeminismo, que propone la integración de ambos movimientos para superar las visión capitalista y patriarcal del modelo de desarrollo y proponer otro que opere en armonía entre las personas y respete las bases materiales de la existencia humana. De hecho los aportes de algunas ecofeministas como Vandana Shiva son fundamentales a la hora de pensar la soberanía alimentaria, por ejemplo.

La investigación y diversos trabajos de campo, en especial en el ámbito de desarrollo, han demostrado que la inclusión de las mujeres en la toma de decisiones mejora la calidad de las políticas y programas ambientales, aumenta la resiliencia de las comunidades frente al cambio climático y promueve la equidad de género en todos los niveles de la sociedad.

Por todo ello, en Gran Canaria, estamos comprometidos con la promoción de la igualdad de género y la inclusión de las mujeres en todas las áreas de la vida pública y privada. Reconocemos el importante papel que desempeñan las mujeres en la sostenibilidad y estamos decididos a apoyar y fortalecer su participación en este campo.

Cuando en 2015 pusimos en marcha la Consejería de Igualdad, lo hicimos también para garantizar que las políticas y programas de sostenibilidad sean sensibles al género y tengan en cuenta las necesidades y preocupaciones específicas de las mujeres. Esto incluye la promoción de un acceso equitativo a recursos y oportunidades, la eliminación de barreras que puedan limitar la participación de las mujeres y la creación de entornos inclusivos que valoren y reconozcan las contribuciones de todos los miembros de la sociedad.

De hecho, en el Marco Estratégico por la Igualdad “Gran Canaria Infinita”, un ambicioso documento que recoge las bases de la política pública de igualdad de la isla, incluye “la sostenibilidad de la vida” como uno de los ejes. Cuando hablamos de sostenibilidad de la vida nos referimos a lo relacionado con la reproducción social y la calidad de vida cotidiana (los cuidados, los tiempos, los espacios inclusivos), etc., que inciden de manera directa en la vida de las mujeres. Es importante dejar de considerar la sostenibilidad como una cuestión medioambiental, porque sin integrar las dimensiones sociales como la perspectiva de género, es imposible avanzar hacia los objetivos de sostenibilidad.

Es evidente que con precariedad laboral, jornadas laborales maratonianas, escasez de servicios públicos o la sobrecarga que supone el trabajo de cuidados no es posible integrar otras dimensiones sostenibles en la vida cotidiana, como llevar una alimentación equilibrada, dedicar tiempo a comprar y cocinar productos locales, consumir de manera más consciente o incluir estas dimensiones en la crianza, por poner algunos ejemplos.

Aprovechando la efeméride del 8 de marzo es necesario recordar que, como sociedad, debemos reconocer que la sostenibilidad no puede lograrse sin el pleno y activo compromiso de las mujeres. Debemos aprovechar su experiencia, conocimiento y liderazgo para construir un futuro más sostenible y equitativo para todos. En Gran Canaria estamos comprometidos a trabajar en colaboración con las mujeres y todas las partes interesadas para responder a los desafíos ambientales que enfrentamos y construir un mundo mejor para las generaciones futuras.

Las mujeres son pilares fundamentales de la sostenibilidad en Gran Canaria y en todo el mundo. Su liderazgo y contribuciones son indispensables para proteger nuestro entorno natural y promover un desarrollo sostenible y equitativo. Por ello vamos a seguir apoyando y fortaleciendo el papel de las mujeres en la construcción de la ecoísla y a trabajar juntos con el fin de construir un futuro más verde y próspero para todos y todas. Es imprescindible para lograr un cambio positivo y duradero que beneficie a nuestra isla y al planeta en su conjunto.

No nos equivocamos cuando en 2015, el primer año de los tres gobiernos de progreso del Cabildo de Gran Canaria, decidimos lanzar la política pública insular de participación ciudadana y plantear que fuese un componente imprescindible del Gobierno Abierto de la isla. Más de ocho años después vemos con satisfacción cómo esa mecha participativa en el hacer público se ha ido impregnando en nuestra institución, en los gobiernos locales, en los colectivos sociales y en el conjunto de la sociedad grancanaria

Captura 3El aprendizaje acumulado en estos años nos reafirma en la idea de que la gobernanza de las instituciones debe construirse colectivamente si queremos que las intervenciones públicas tengan el grado deseable de eficacia, que de verdad mejoren la vida de la gente y que permitan avanzar hacia un modelo de desarrollo insular próspero, justo y ambientalmente ejemplar. Esto es precisamente la Ecoísla Gran Canaria, el ideal que guía nuestro programa de gobierno y que, ineludiblemente, tiene que ser una responsabilidad colectiva, tal como lo deja claro la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 de Naciones Unidas.

Es ampliamente conocido que algunos de los fundamentos de nuestro programa de gobierno tienen que ver con la soberanía energética, la seguridad hídrica y la soberanía alimentaria. Este último concepto ha sido desarrollado por la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, que considera que la participación es clave para la sostenibilidad porque ayuda a construir sobre las capacidades existentes, crea sentimiento de pertenencia en las personas involucradas y garantiza los logros conseguidos a largo plazo.

¿Qué hemos hecho en estos años para saber que estamos en el buen camino de una sociedad corresponsablemente participativa?

El primer paso que dimos fue asegurar el derecho de participación regulando el conjunto de mecanismos que lo hiciera posible a través de la aprobación del primer reglamento de participación ciudadana de la institución. Se trata de un documento que, además, apura el actual marco legislativo e incluye todos los mecanismos que contempla la normativa.

También asumimos el imparable avance de la digitalización con la creación de una plataforma de participación digital (participa.grancanaria.com) basada en código abierto. Junto a los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, facilita el ejercicio de consultas, peticiones, iniciativas y presupuestos participativos y nos proporciona una herramienta fundamental para cualquier procedimiento futuro.

Hemos fortalecido el asociacionismo a través de la convocatoria anual de subvenciones destinadas a proyectos que fomenten la participación ciudadana, para hacer de la sociedad civil organizada un verdadero canalizador privilegiado y activo de la implicación social en las decisiones públicas del gobierno insular y los ayuntamientos de Gran Canaria. En este sentido recogimos una larga demanda de los colectivos y ya hemos adquirido un edificio emblemático, el antiguo Cuasquías, que se va a convertir en “La Casa Común” un espacio para la creación, la innovación y la participación, que va a estar en parte autogestionado por las propias organizaciones que usen el espacio.

Acompañamos y fortalecemos la política pública de Participación Ciudadana de los ayuntamientos de Gran Canaria a través del Gabinete de Asistencia Técnica a Municipios, un grupo de profesionales destinado a cubrir las necesidades de acompañamiento técnico que surgen en los gobiernos locales en sus estrategias y programas para implantar y promocionar la participación ciudadana en su gestión. Como gobierno insular profundamente municipalista es una prioridad para nosotros el fortalecimiento institucional de los gobiernos locales que hagan partícipe a la ciudadanía en las decisiones públicas, haciéndolas más eficientes y eficaces.

Durante este tiempo hemos impulsado la formación y capacitación de profesionales en el ámbito de la participación y la gobernanza pública con el lanzamiento, de la mano de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, del Experto Universitario en Gobernanza y Participación Ciudadana, que va por su 4ª edición y que ya ha formado a casi 200 técnicos y técnicas municipales, personal de ONG y personas decisoras públicas.

Ante la situación provocada por el repunte de las llegadas por mar de personas migrantes y los conflictos sociales y políticos que estaban provocando, hemos elaborado la primera estrategia insular de Convivencia Intercultural, Gran Canaria Convive, que vamos a presentar en las próximas semanas y que va a contribuir a hacer de Gran Canaria una isla inclusiva y ejemplar en la lucha contra el racismo y la xenofobia.

La parte más visible de la participación en muchas ocasiones son los procesos participativos que implementamos para el diseño y ejecución de intervenciones públicas, insulares y municipales. Estos procesos vinculados a proyectos concretos son actuaciones con un alto valor demostrativo y ejemplificador.

En un artículo de opinión no tengo espacio para resumir todos los procesos iniciados, pero sí puedo citar algunos de los más relevantes. Cabe destacar, por el nivel de implicación ciudadana, la travesía del Monte, el proceso participativo para dar solución al tramo de carretera y zona peatonal que discurre entre la rotonda de Bandama y la curva del vivero de flores, en Santa Brígida, una vía afectada por un tráfico cuyo aforo supera los 24.000 vehículos diarios.

En primer lugar la propuesta ya supone la colaboración institucional entre el Cabildo y el Ayuntamiento de Santa Brígida, que deciden impulsarla conjuntamente, para recoger propuestas ciudadanas que permitan a los técnicos de carreteras elaborar el proyecto. Las 80 propuestas vecinales incluidas han permitido mejorar aspectos como la seguridad de los peatones, servicios como la recogida de residuos, preservar el arbolado o mejorar la accesibilidad. El último proceso ejecutado con este Ayuntamiento tuvo que ver con la consulta que realizó acerca de la decisión a tomar con el espacio ocupado por lo que todo el mundo conoce como “mamotreto”.

Es solo un ejemplo de cómo estos procesos pueden mejorar aspectos concretos y cotidianos de la vida de las personas, pero podríamos citar otras experiencias similares como las desarrolladas en el Paisaje Cultural, declarado como Patrimonio Mundial, de Risco Caído y Montañas Sagradas de Gran Canaria, una herramienta de diagnóstico participativo para la renovación del asociacionismo vecinal insular. O el impulso dado, a través de ayuntamientos o entidades, a procesos vinculados a intervenciones municipales: conformación de la Estrategia de la Agenda Urbana de La Aldea, el diseño urbanístico participativo de Parques Asocados de Ingenio o la creación del Consejo de Barrios de Gáldar.

Somos conscientes de que debemos contribuir decididamente a contrarrestar la desafección y deslegitimación de la política, por lo que asumimos con responsabilidad nuestro papel de avanzadilla de las políticas públicas de empoderamiento de la ciudadanía para que sean protagonistas de las decisiones públicas y la acción de sus gobiernos. Y porque estamos convencidos y convencidas de que la ecoísla sólo será sostenible si también es participativa.

Antonio Morales. Presidente del Cabildo de Gran Canaria

Un pueblo que no tiene conciencia de sí mismo, está condenado a ignorarse. Esa es una de las reflexiones de Juan Manuel Trujillo, uno de los intelectuales más destacados de nuestra tierra en el siglo XX, vinculado a las vanguardias artísticas, escritor, editor, secretario personal del ministro José Franchy Roca y esposo de la musicóloga Lola de la Torre Champsaur

el blog de antonio moralesSu análisis de la realidad isleña nos muestra esa carencia de conciencia secular de Canarias, el archipiélago que fue poblado por personas cuya cultura fue sometida y sepultada por los colonizadores hace casi 550 años. Y se fueron sucediendo después distintos procesos que moldearon y enriquecieron ese sustrato inicial. Gran Canaria se insertó como gran puerto de escala en el desarrollo de la globalización avanzando pocos años después con la aventura colombina. Esa realidad condicionó nuestra cultura como sociedad atlántica.

Y desde que Juan Manuel Trujillo aportara su visión crítica, no ha cambiado suficientemente el guión en casi un siglo, tras escuchar en el Parlamento de Canarias a los representantes autonómicos dejar en el Diario de Sesiones sus valoraciones sobre el déficit de contenidos canarios en el sistema educativo.

Por ello, considero necesario no pasar página en este debate abierto sobre la importancia de los contenidos canarios para nuestra comunidad. Es una cuestión de defensa propia y colectiva que nos atañe a todos, colectivos y organismos, pero que es de especial trascendencia en el sistema educativo en todas sus áreas de actuación. No es justo culpar a uno de sus estamentos, como se ha hecho recientemente señalando al colectivo docente, de las carencias y fracasos en el conocimiento de nuestra realidad, así como en el compromiso por la defensa de nuestro patrimonio natural y cultural, material e inmaterial.

Probablemente sea el profesorado canario el grupo profesional que más ha adaptado, creado y compartido recursos didácticos y culturales para conservar, apreciar y disfrutar los contenidos que nos singularizan y distinguen como pueblo y que entre todas y todos y durante generaciones hemos generado. No olvidamos que suya ha sido la teorización y la concreción de un modelo de escuela canaria que ha tenido expresiones muy felices y valiosas. Recordemos el acontecimiento que supuso la realización de las Escuelas de Verano como gran expresión de participación y formación del profesorado.

Y menos podemos aceptar la crítica si parte de dirigentes políticos que han llevado las riendas del Gobierno en Canarias durante décadas. Son responsables, por tanto, de la educación recibida por varias generaciones de canarios y canarias, precisamente las que hoy conforman la población activa, tras la jubilación de aquellas personas que fueron educadas en el sistema educativo que estuvo vigente hasta hace apenas 50 años y que carecía de contenidos canarios.

Desde la asunción de las competencias educativas en 1983 por el Gobierno de Canarias el cambio respecto a las situaciones anteriores ha sido palpable. En unos casos por iniciativa de la administración pública y en su mayoría por la acción de escuelas, colegios e institutos, movimientos de renovación pedagógica, colectivos docentes de investigación e innovación y una infinita y anónima lista de profesionales que han sembrado las ocho islas de iniciativas y proyectos que justifican un agradecimiento y un reconocimiento sinceros.

Pero al mismo tiempo tenemos que reconocer que se ha creado una nueva situación en nuestra realidad social con la presencia de poderosos medios de comunicación, redes sociales y sistemas de información que han desbordado la respuesta que familias y escuelas pueden dar. Si nuestros niños y jóvenes están, de media, tanto tiempo delante de las pantallas digitales como horas pasan en una actividad escolar reglada, es imposible que podamos garantizar la conservación de nuestra habla, el conocimiento de nuestro medio natural y patrimonial y el disfrute de las creaciones que han hecho de nuestra cultura referencia en las artes plásticas, en la literatura, en la música o en la arquitectura.

Este desfase entre los medios que nos ofrece/impone la globalización y las herramientas de las que la mayoría de nuestra gente puede disponer para acercarse a lo general desde lo local, desde lo cercano, no se está abordando con suficiente profundidad y rigor. No se puede prevenir un tsunami como el que nos desborda, con medios rudimentarios o voluntaristas, si se quiere conservar y transmitir las raíces que nos identifican y que nos permiten ser un pueblo con voz propia en el concierto mundial. Y aquí sí hay una responsabilidad política de quienes tienen competencias educativas en Canarias. La necesidad de elaborar un conjunto de recursos del máximo nivel, atractivos, adaptados a las distintas edades y etapas y que recojan la riqueza natural, etnográfica, artística, lingüística, patrimonial, deportiva, histórica que suponen un tesoro que nosotros y la humanidad necesitamos conservar.

La obligación central es del Gobierno de Canarias que tiene las competencias. Cabe preguntarse por qué se entregó al Partido Popular en el pacto de gobierno, la Consejería de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes si se consideraba que la difusión y defensa de los contenidos canarios eran una prioridad. No se conoce ninguna iniciativa que identifique a ese partido con ese objetivo, ni realizaciones donde gobierna en esa dirección. Esta contradicción me lleva a preguntarme si no estamos ante un debate poco sincero y que no responde de verdad a una preocupación real de la mayoría de gobierno actual.

Pero en esta tarea deben arrimar el hombro todas las instituciones y colectivos que de verdad consideran una prioridad la transmisión de los valores culturales canarios. Por eso, el gobierno del Cabildo de Gran Canaria tiene entre sus ejes preferentes de actuación la investigación, conservación y difusión de las riquezas patrimoniales, culturales y naturales de Gran Canaria. Podemos y queremos aumentar esos recursos y las iniciativas que garanticen que el conjunto de nuestra población conozca y valore una realidad de enorme valor. Y así debemos avanzar en colaboración con los 21 municipios de la isla.

En Canarias, una década antes de la muerte del dictador, la percepción borrosa de lo que éramos cambió porque desde Lanzarote a El Hierro tuvimos programas informativos, culturales y deportivos sobre Canarias. Se elaboraban en las islas por el enorme coste que suponía conectar al archipiélago con la señal de Televisión Española en la Península Ibérica. Y la alternativa económica era crear un centro de producción en Canarias que, por primera vez en nuestra historia, hizo concebir la unidad territorial, cultural, social y económica de nuestro fragmentado territorio. Las telecomunicaciones y aquellas pantallas catódicas elaboraron y difundieron más contenidos canarios en unas pocas décadas que ninguna otra iniciativa en toda nuestra historia.

Los programas pioneros (y hoy decanos en España) como ‘Telecanarias’, 'Tenderete' (1971) o La Luchada (1985), llenaron una televisión en blanco y negro de encuentros entre gentes de las islas en torno a sonidos amables y cargados de sentimiento. Todo ello a pesar de tratarse del órgano de propaganda, controlado y encorsetado por la dictadura a través del Ministerio de Información y Turismo. Pero, a pesar de las restricciones a la información, el impacto de este nuevo medio de comunicación se hizo notar en el auge de un sentimiento de canariedad que superó las barreras de la isla. Los resquemores del pleito insular dejaron paso a la convicción de que teníamos los mismos problemas pero agravados por la lejanía y la falta de mecanismos de autogobierno, a excepción de los Cabildos.

En esta senda profundizaron también entidades como el Museo Canario, la Escuela Luján Pérez, Radio Ecca o proyectos editoriales como Edirca, Natura y Cultura de las Islas Canarias, Taller JB o el Centro de la Cultura Popular Canaria.

Desde su creación, el Cabildo de Gran Canaria afrontó el reto del impulso educativo y cultural ante la falta de centros educativos, por lo que una de sus primeras actuaciones originó en 1916 el Instituto de Las Palmas de Gran Canaria, (después se convertiría en el Pérez Galdós). La puesta en marcha de la Casa de Colón en 1952 como Museo de Bellas Artes de Gran Canaria, las casas museo de Pérez Galdós, Tomás Morales, Antonio Padrón y León y Castillo, para profundizar en la figura de isleños universales, el Museo Cueva Pintada, para divulgar el conocimiento de nuestro pasado o el Jardín Canario en 1952 con su colección de endemismos de nuestra región macaronésica, afianzaron ese reto

En la misma línea aparecen el intento del Cabildo de crear en 1962 la Universidad Internacional Pérez Galdós para dotar a la isla de estudios universitarios, la creación del Plan Cultural de la Mancomunidad provincial que impulsó numerosas publicaciones de historia, literatura, arquitectura y otras temáticas en su breve tiempo de 1975 a 1978, las becas-préstamo que puso en marcha nuestra Corporación en 1980 para apoyar a los y las jóvenes que se veían obligados a estudiar sus carreras universitarias fuera de la isla, los premios de investigación Viera y Clavijo de Humanidades y de Ciencias que se crearon a mediados de los años 50 del siglo XX para impulsar los estudios sobre temas canarios, los Anuarios de Estudios Atlánticos que edita la Casa de Colón desde 1955, los Coloquios de Historia Canario Americana o los Congresos Internacionales de Estudios Galdosianos.

El Cabildo también conserva y pone a disposición de la ciudadanía la mayor colección artística de Canarias en sus centros y el próximo Museo de Bellas Artes (Mubea) será la expresión de esta permanente vocación. Sostiene o colabora con fundaciones relacionadas con la naturaleza, o con figuras ilustres de las artes (Kraus, Tomás Morales, Antonio Padrón, Pancho Guerra, etc), el folklore y la etnografía (Nanino Díaz Cutillas, el Instituto Canario de las Tradiciones o la Fedac), así como la política y la ciencia (Juan Negrín).

A pesar de no tener competencias educativas el Cabildo siempre ha apoyado, a la formación profesional, creando escuelas de capacitación agraria (1958) y de hostelería (1962) que abrió el Cabildo en San Cristóbal. Otro ejemplo es la creación de la Escuela de Enfermería (ATS) en 1971, o el Colegio Universitario de Las Palmas (CULP) en 1973, así como un largo etcétera de actuaciones que han tenido la realidad, la tradición y la identidad como objetivos estratégicos.

Estoy convencido de que el cambio de escenario comunicativo y formativo es un reto para trabajar la conciencia de la canariedad. No para retroceder en el tiempo, sino para avanzar con la conciencia de un pueblo que aprecia su cultura, su naturaleza, su identidad, o para comprender los cambios producidos en la psicología del pueblo canario tal y como nos enseña Manuel Alemán. Porque los contenidos canarios no solo son reconocer nuestro paisaje, sino compartir emoción y sentimiento, raíces y tradiciones, oportunidades y esperanzas, valores y enseñanzas que alumbramos a lo largo de una historia milenaria que nos permitirá ganar el futuro.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria

Los medios de comunicación de ámbito estatal han situado en la agenda informativa diaria, de forma tozuda porque su importancia lo merece, la sequía en Cataluña o en Andalucía

antonioSe trata de una realidad que no sólo afecta a estas dos comunidades y a algunas de las ciudades de mayor población del país, sino que nos enfrenta a un panorama desolador de cuencas hidrográficas y acuíferos al límite. La huerta europea y algunos de los humedales más importantes del mundo presentan un diagnóstico dramático que vaticina un futuro a corto plazo alarmante conforme la emergencia climática arrecia.

La crisis del agua amenaza a la salud, al desarrollo económico y a la seguridad alimentaria mundial. Una cuarta parte de la población del planeta padece escasez de agua. Más de 1300 millones de personas no tienen acceso a agua potable. El planeta está sometido a un “estrés hídrico” galopante que afecta igualmente a la naturaleza y a la biodiversidad. Distintos autores hablan de que vivimos en estos momentos en Europa la peor sequía de los últimos 500 años. Y España es uno de los territorios más afectados, como lo están siendo numerosos países donde el agua es el desafío más acuciante para el desarrollo socioeconómico y humano en general.

Se considera que existe “estrés hídrico” cuando los suministros anuales de agua en una zona o país se sitúan por debajo de los 1.700 metros cúbicos por persona y año. Por debajo de los 1.000 metros cúbicos por persona y año estaríamos ante una situación de "escasez de agua". La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) prevé que en el año 2025 unos 1.900 millones de personas vivirán en países o regiones que se enfrentan a una escasez absoluta de agua y dos tercios de la población mundial podrían estar en una situación de estrés hídrico. Desde hace décadas hemos escuchado a geoestrategas advertir que el agua será la causa de las mayores migraciones y conflictos entre países. Lo estamos viviendo. Y se manifiesta de manera muy sensible

Y la pregunta que deberíamos hacernos todos los grancanarios y grancanarias es ¿cómo hemos podido sobrevivir en una isla con los recursos subterráneos sobreexplotados y con una escasez de lluvia que se repite cada año? La situación es grave. De nuestras grandes presas, el caudal almacenado tiene un nivel muy bajo en Gambuesa (53%) y El Mulato (40%), que hacen que en el conjunto se sitúe la capacidad en el 14%. Pero, si añadimos la presa de Soria apenas alcanzamos el 6% del volumen del que podríamos disponer.

Estos datos son desoladores y se han acrecentado en los últimos años aunque la sequía ha estado presente entre nosotros desde al menos la segunda mitad del siglo XX. Tristemente forman parte de nuestra memoria. Una realidad endémica en un territorio que cuenta con el mayor número de pozos y galerías por kilómetro cuadrado y también con la mayor densidad de grandes presas del mundo.

Esto último nos reafirma en la visión de futuro que tuvieron los responsables del Cabildo desde hace más de medio siglo, cuando elaboraron los primeros estudios y planes hidrológicos. Gracias a su empeño, hoy disponemos de 8 grandes presas que pueden garantizar el agua durante un importante periodo de tiempo. Sólo el volumen de la presa de Soria cubre esas necesidades durante seis meses. Junto a las demás presas (El Mulato, Gambuesa, Ayagaures, Candelaria, Chira, Fataga y El Vaquero) dispondríamos de agua para cubrir todas las necesidades de la isla a lo largo de nueve meses.

No olvidemos que para hacer frente a esa situación también fuimos uno de los lugares pioneros en la desalación de agua del mar, una producción industrial que nos ha permitido disfrutar de un abastecimiento estable sin depender de los inciertos periodos de lluvia.

Se ha logrado la estabilidad del suministro a las poblaciones y un volumen de agua regenerada importante que nos permite garantizar el agua para el sector primario. Y eso tiene un coste. Los sistemas de desalación por ósmosis o los de depuración y reutilización consumen mucha energía y, por tanto, enormes cantidades de combustibles fósiles. Por ello pusimos en marcha el plan Renovagua para la integración de energías renovables en los procesos de desalación, con el objetivo de reducir en un 40% el uso de energías convencionales en la producción y distribución de agua. Y se ha avanzado muchísimo en desaladoras como las del Sureste, Arucas, Las Palmas de Gran Canaria, etc,.

Renovando el espíritu visionario de quienes hace 60 años planificaron los instrumentos para proveernos de agua, hemos invertido 2,2 millones de euros en el proyecto “Aquagran” un sistema de alta tecnología que nos permitirá obtener y gestionar datos de las infraestructuras del Consejo Insular de Aguas, que monitoriza 431 puntos y puede recoger información de hasta un millar de sensores en las instalaciones hidráulicas del Cabildo. Eso permitirá conocer en tiempo real las cantidades de lluvia, el nivel de las presas, las averías en la red o la calidad del agua de las desaladoras y depuradoras. Además de aumentar la eficiencia de la red y minimizar las pérdidas, nos proporcionará un gran flujo de datos de enorme valor para asegurar el suministro de agua en el futuro y adaptarnos a los diversos escenarios.

Por la frecuencia de periodos secos que se han venido registrando en esta isla desde tiempos inmemoriales, desde hace ya más de 30 años los principales sistemas de abastecimiento en la isla -sobre todo en su franja costera, donde se acumula gran parte de la población-, se nutren de aguas desaladas. Esto ha llevado a que, en la actualidad, el 86% de los recursos destinados a cubrir las necesidades de abastecimiento de la población sean recursos no convencionales, en este caso aguas desaladas, hasta un volumen total anual de unos 66 Hm3.

No ocurre lo mismo, no obstante, con los ámbitos de medianías y cumbres, en los que los sistemas de abastecimiento dependen de los recursos convencionales subterráneos que se deben de mantener en la zona para garantizar la supervivencia de la población y los usos y costumbres tradicionales.

La agricultura se ha visto también gravemente afectada. La práctica ausencia de agua superficial en algunas cuencas está intentando ser paliada, en parte, con el trasvase hacia el sur de aguas de producción industrial, procedentes sobre todo de la planta de tratamiento terciario de Barranco Seco. En este sentido, el incremento inmediato de capacidades de producción de agua industrial empieza a convertirse en una necesidad imperiosa. Tenemos que ser muy firmes en la consecución de la regeneración del cien por cien de nuestras aguas residuales.

La planificación hidrológica de Gran Canaria ya prevé un incremento importante en la capacidad de producción de dos de los centros principales de producción que se vinculan a la actividad agraria, la planta desaladora de Arucas-Moya y el Terciario de Barranco Seco, además de otros terciarios de menor entidad. Es la manera de desarrollar una política de garantía y flexibilidad que nos permitirá hacer frente al avance de la desertización.

Gran Canaria vuelve a innovar y a ser pionera, como lo fue en desalación, con un proyecto clave como Salto de Chira. El almacenamiento energético para la penetración de las renovables y la disponibilidad de 750.000 m3 de agua anual para el sector primario (el equivalente al volumen que almacena la presa del Mulato), supondrán un cambio de modelo de gestión del agua en la isla, en beneficio de los agricultores de cumbres y medianías.

El Cabildo de Gran Canaria es hoy el mayor productor de agua para el sector primario, al que distribuimos 11 millones de metros cúbicos al año, de los que el 55% es agua regenerada y el resto, desalada. Desde El Fondillo parte la práctica totalidad de esos recursos necesarios para el conjunto del territorio insular, 9 millones de metros cúbicos. En estos momentos, estamos a un 50% y tenemos que conseguir que, en los próximos años, el cien por cien de las aguas regeneradas se puedan utilizar para el sector primario y para otros usos, como jardines y otras actividades.

Para ello, hemos puesto en marcha la ampliación y mejora de la EDAR de Barranco Seco, que cuenta con un presupuesto estimado de 36 millones de euros. El proyecto ya está redactado y pendiente de su revisión y del inicio de los trámites de autorización. Y, por último, se está finalizando el proyecto de la Planta de tratamiento terciario de la EDAR de Barranco Seco, en la que se invertirán otros 20 millones de euros.

Por todo esto no tenemos los agobios que presenta en estos días la España peninsular en los que Cataluña y Andalucía anuncian el diseño de una propuesta para traer agua potable en barcos desde otros territorios. Vimos venir el problema y actuamos en consecuencia y con la suficiente antelación. Sin embargo esto no puede servir de excusa al Gobierno central para dejar a nuestro sector primario a la cola en la distribución de recursos para la compensación de las dificultades debidas a la sequía y a la guerra de Ucrania. Una decisión injusta, profundamente arbitraria.

El futuro, incierto y amenazante para un territorio aislado como Gran Canaria, pasa por conseguir la soberanía energética e hídrica, dando respuesta a nuestras mayores vulnerabilidades. Y nuestro proyecto de isla va dirigido a alcanzar esos objetivos.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

La semana pasada anunciamos en rueda de prensa que desde el Cabildo ibamos a flexibilizar los requisitos para acceder a la gratuidad del bono residente de transportes. De esta manera, a partir del 1 de febrero, en lugar de 15 viajes mensuales solo será necesario realizar 30 trayectos al trimestre para que el bono de transporte sea gratuito

antonio 1Aunque es cierto que esta medida se financia en parte con fondos que el Gobierno de España ha habilitado para este fin, se enmarca dentro de una decidida política de mejora y fomento del transporte público llevada a cabo por el Cabildo de Gran Canaria dentro de su estrategia de ecoísla. Una decidida política que, como veremos más adelante, está dando sus frutos.

Pero, antes de entrar a detallar las medidas adoptadas para alcanzar este objetivo, creo que es necesario que hagamos hincapié en la importancia del transporte público. En primer lugar, es fundamental desde el punto de vista socioeconómico ya que vertebra y cohesiona el territorio, facilita la movilidad laboral y formativa e influye en la oferta cultural y de ocio, ya que permite acceder a ella a muchas personas que sin transporte público no podrían, etc. Es también una forma de luchar contra el cambio climático ya que el transporte terrestre es la principal causa de emisiones contaminantes en Gran Canaria: el 26% de las 5.150 kilo-toneladas de dióxido de carbono equivalentes generadas en la isla proviene del transporte.

Por todos estos motivos fuimos la primera administración pública de Canarias que abogó por una semigratuidad real del transporte público, con una política de bonos dirigida a los jóvenes, a los mayores y al conjunto de la ciudadanía que apuesta por el uso de las guaguas. De esta manera el precio del bono residente era, antes de la gratuidad total, de 14 euros para el público general y de 10 para jóvenes y mayores. Estamos hablando de un bono que permitía hacer viajes ilimitados tanto urbanos como interurbanos en toda la isla y con todos los operadores.

Los datos son elocuentes ya que el número de viajeros y viajeras en el transporte público en la isla alcanzó en 2022 los 66 millones y en 2023 se acercó a los 91 millones. Es decir, 24,5 millones más, lo que significa un 37% de aumento. Y hay 400.000 bonos residentes activos, lo que quiere decir que casi la mitad de la población de Gran Canaria usa el transporte público con cierta regularidad (ya que los viajeros ocasionales utilizan otros títulos de transporte o pagan en efectivo).

Otro de los proyectos estrella para la modernización del transporte es el Centro de Control de la Movilidad en Gran Canaria, previsto en el intercambiador de Tamaraceite, que cuenta con más de 23 millones de presupuesto y que va a estar operativo en 2025. Se trata de un centro de alta tecnología para regular el transporte público de la isla, que sabrá en cada momento y en tiempo real dónde está cada guagua y cuántos pasajeros lleva y podrá incluso abrir o cerrar semáforos. De esta manera se contará con una gran herramienta para reaccionar rapidamente a las diversas incidencias y poder adaptar el servicio, además de dotarlo de seguridad y mayor puntualidad. Gracias a él contaremos con una enorme cantidad de datos que, gestionados adecuadamente, nos ayudarán a planificar nuevas infraestructuras viarias y nuevas líneas o adaptaciones de líneas ya existentes.

Las obras de la metroguagua, proyecto que cuenta con el apoyo del Cabildo, están muy avanzadas y cuando se ponga en marcha va a transformar la movilidad de Las Palmas de Gran Canaria, la urbe que concentra un mayor número de desplazamientos. Se mejorará en rapidez, puntualidad, comodidad, frecuencias e interconexión entre la zona baja y otras zonas de la ciudad. Además, como la mayoría de los vehículos que van a prestar el servicio serán eléctricos, va a contribuir de manera decisiva a la reducción de emisiones.

Por supuesto también tenemos que hablar del tren. Desde el Cabildo hemos hecho los deberes y lo tenemos todo listo para poder licitar la obra desde que garanticemos los fondos para su construcción. Estamos hablando de una infraestructura que permitirá descongestionar la GC-1, que se alimentará exclusivamente de energía renovable y que permitirá conectar con rapidez y puntualidad el principal eje económico y poblacional en el que se concentra la inmensa mayoría de los viajes de la isla. Tendrá un impacto ambiental muy moderado ya que gran parte del trayecto discurre soterrado. Se trata de un proyecto cuya inversión y envergadura sin duda marcarán un antes y un después en la sociedad y economía de la isla.

No podemos olvidarnos tampoco de otras iniciativas para la descarbonización de la movilidad, como la red de puntos de recarga de vehículos eléctricos. Aunque la prioridad tiene que ser el fomento del transporte público, la realidad es que hay algunos trayectos que por diversos motivos (dispersión poblacional, actividades profesionales, etc.) solo pueden ser cubiertos por el vehículo privado, por lo que el coche eléctrico también juega un papel clave en la movilidad sostenible.

Pero la movilidad también es territorio para el I+D+i. Estamos colaborando con el ITC, que recientemente abrió la primera refinería de hidrógeno alimentada por energías renovables de España y Europa, con un sistema de producción totalmente aislado de la red eléctrica general. El hidrógeno refinado en esa planta va a servir, por ejemplo, para alimentar las primeras guaguas de Global movidas por hidrógeno que prestarán servicios en los municipios del sureste. De esta manera nos posicionamos a la vanguardia del que se espera que sea el combustible del futuro.

Como vemos, Gran Canaria está avanzando con paso firme y decidido hacia un modelo de movilidad sostenible, que articule y cohesione los municipios de nuestra isla, que reduzca las emisiones, que contemple todas las modalidades de transporte para adaptarse al máximo número de demandas posible, que sea accesible para toda la población y que sea un vector de diversificación económica e innovación. En definitiva, insisto, una movilidad sostenible que sea uno de los pilares de la ecoísla.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

El Sector Primario de Gran Canaria fue el sostén económico de nuestra población desde antes de la conquista hasta principios del siglo XX. Tras la eclosión turística de los años 50 del pasado siglo, junto al consecuente crecimiento poblacional que se produjo en la isla, nuestro sector primario sufrió un profundo retroceso y se tornó incapaz de suministrar el suficiente alimento para el abastecimiento de aquella población. Para solucionar esta carencia se optó por la vía más fácil, fomentar y subvencionar la importación de alimentos

portada antonio moralesEn nuestra isla, y tras haber mirado hacia otro lado durante mucho tiempo mientras asistíamos al empobrecimiento de nuestra gente en el entorno rural y el consiguiente abandono de las tierras de uso agrario, hemos tomado conciencia de la gravedad de esta irresponsabilidad.

Las recientes crisis sanitaria, inflacionista y bélica y sus devastadoras consecuencias socio económicas nos llevó al gobierno insular al convencimiento de que había que hacer algo ante el histórico abandono de nuestro sector primario y las ineficientes políticas paliativas aplicadas. Por ello, nos establecimos como prioridad el rescate y la potenciación del sector primario para disminuir la dependencia del exterior, alcanzando las mayores cotas posibles de soberanía alimentaria.

Así, en 2016, consensuamos, diseñamos y pusimos en marcha el Plan Estratégico del Sector Primario de Gran Canaria, con una visión clara “Hacia la soberanía alimentaria: una isla sostenible”, enmarcado en el modelo de Ecoísla. Ese plan se basaba en 5 grandes objetivos estratégicos: Mejorar la competitividad de las explotaciones, coordinar el quehacer de las administraciones públicas hacia el nuevo modelo, promover el relevo generacional e impulsar la integración de la mujer en el campo, la sostenibilidad ambiental y la valorización del sector y sus productos.

Este Plan Estratégico se ejecuta a través de unos planes insulares de desarrollo que nos han permitido alcanzar importantes logros a lo largo de estos años. A continuación resumiré algunos de esos principales hitos.

Hemos puesto en marcha el Centro de reproducción animal de razas autóctonas en el Polígono Agroganadero de Corralillos con una inversión de 900.000 euros, una acción de la que se han beneficiado unas 200 explotaciones.

Gracias al Banco de Tierras se han recuperado, por parte de 497 agricultores, 437 hectáreas agrícolas que estaban en desuso. Es la única isla que ha ganado suelo agrícola efectivo: 772 hectáreas. Asimismo se han regenerado unas 15 hectáreas vitícolas en 2022 y esperamos que se recuperen otras 12 hectáreas en 2023, este mismo año. Es la única isla que ha crecido en el sector. Mención especial merece el Plan Forrajero de Gran Canaria, que ha permitido que, de 80 hectáreas de cultivos forrajeros en 2019, hayamos pasado a 130 hectáreas (un aumento del 62,5%). Este incremento de superficie de cultivo también ha permitido que 107 personas se incorporen al sector agrario, gracias a las ayudas y el asesoramiento del Cabildo de Gran Canaria.

Por otra parte, desde 2016 han sido entregados a agricultores 191.167 árboles frutales, lo que supone unas 337 hectáreas repobladas. El mismo programa de fomento de la fruticultura ha permitido la valorización de frutales de medianías, lo que ha posibilitado a los agricultores aumentar sus ingresos por kilo de ciruelas o albaricoques.

Pero es fundamental también dar a conocer la calidad de nuestros productos. Por eso hemos acudido a más de 100 eventos con esta finalidad, destacando la feria Fruit Attraction en Madrid o el Foro internacional del Queso y por supuesto, la feria Gran Canaria Me Gusta, que volveremos a disfrutar dentro de apenas un mes.

Hemos creado, junto a la Denominación de Origen “Vinos de Gran Canaria”, AIDER Gran Canaria y la SPEGC, la Ruta del Vino de Gran Canaria, única en Canarias acreditada por los ministerios de Agricultura y de Turismo. De hecho la semana pasada la isla acogió la asamblea general de la Asociación de Ciudades del Vino de España en la que se dieron cita 32 Rutas del Vino de España.

Por supuesto, en el marco de la lucha contra el cambio climático y la transición ecológica, es fundamental la descarbonización de la actividad agraria, y en esa tarea se han invertido más de 2 millones de euros en ayudas para la instalación de energías renovables. También hemos apostado por la circularidad de la actividad gracias a distintas acciones de gestión de residuos ganaderos para la producción de compost y abono y una planta de biomasa en Artenara para el aprovechamiento de restos agrícolas.

También hemos promocionado la pesca artesanal sostenible y la acuicultura, ya que el Plan Insular de Ordenación ha multiplicado por 25 el espacio compatible con esta actividad. En acuicultura lideramos su implantación en las islas con un incremento de un 10,2 % en la producción de doradas y un 33% de lubinas. Está prevista una inversión de 40 millones de euros que creará 120 nuevos empleos y aumentará la producción en un 186%.

Y para garantizar la pervivencia de la agricultura y la ganadería contamos con el Plan Formativo del Sector Primario que desarrolla más de 150 actuaciones formativas anuales, que llegan a unos 3.000 alumnos y alumnas al año.

No obstante, para poder competir y sobreponerse a las diversas crisis que estamos atravesando, el sector necesita de subvenciones y ayudas extraordinarias. En este sentido hemos incrementado un 37,5% de 2020 a 2023 el presupuesto de ayudas ordinarias, orientadas al fomento del sector primario hasta un total de más de 20 millones de euros. Además, a esa cifra hay que sumar 12,5 millones de euros en ayudas extraordinarias por el COVID y la crisis de Ucrania.

La modernización de las infraestructuras es otra de las líneas de trabajo que hemos ejecutado, con 90 actuaciones por valor de 16 millones de euros repartidas por 15 municipios. Son principalmente caminos rurales, infraestructuras de desarrollo rural, de riego y de modernización de las instalaciones de la Consejería.

Entre estas últimas mejoras en las instalaciones de la Consejería, ejecutadas para poder prestar un mejor servicio al sector, destacan la renovación de cuatro Agencias de Extensión Agraria por valor de 2,5 millones de euros y ocho nuevas instalaciones de desarrollo rural como mercados agrícolas, la Bodega Insular, o la Casa del Vino, con una inversión de 3,5 millones. Dentro de esas 90 obras también hay proyectos de riego que harán que a finales de 2023 se hayan invertido, en el Plan de Riego de Medianías y Cumbre, unos 4,7 millones.

Todas estas actuaciones se hacen con un objetivo prioritario: avanzar hacia la soberanía alimentaria. ¿En qué medida hemos avanzado hacia ese objetivo?

Según los datos que se registran mensualmente en Mercalaspalmas, donde se estima que se comercializa más del 50% de la fruta y verdura que se consume en la isla, el 34,7% (19.700 toneladas) de la fruta que se vende es de Gran Canaria, así como el 72,9% de las hortalizas, (42.300 toneladas) y el 45,7% (14.300 toneladas) de las papas. En total, respecto a estos productos, el nivel de autosuficiencia llega al 52,3%, unas 76.400 toneladas, aunque en algunos productos como los huevos frescos se alcanza el 80% de autoconsumo.

No obstante algunos de estos productos, como la papa, tienen un porcentaje mayor de autoabastecimiento, porque los productores venden directamente a mercados y supermercados, estimándose que el consumo de papa local supera el 60%.

Como hemos visto, los datos son concluyentes. Gran Canaria avanza con paso decidido hacia la soberanía alimentaria, lo que implica más bienestar para la población rural, alimentos de más calidad para toda la población de Gran Canaria, menor dependencia del exterior, más paisaje mosaico que nos protege de los incendios, menos emisiones y mejor conservación del paisaje y los entornos rurales.

El pasado viernes celebramos el centésimo décimo aniversario de la creación del Cabildo, del Gobierno de Gran Canaria. Reconocimos ese día a personas y colectivos que se han significado por sus trayectorias sociales o profesionales. La perspectiva de once décadas desde su constitución nos permite valorar serenamente una de las decisiones históricas que justifican en gran medida el progreso y el dinamismo que la isla ha desplegado en el último siglo

portada antonio moralesEstoy convencido de que quienes el 11 de julio de 1912 promovieron la Ley de Cabildos, hoy celebrarían con la ciudadanía isleña el acierto y la oportunidad de aquella Ley sobre Organización Administrativa y Representación a Cortes en las Islas Canarias que sustentó la creación de los cabildos insulares.

La historia de Gran Canaria se aceleró con la puesta en funcionamiento del Cabildo porque la institución ha funcionado como catalizador, referencia y expresión de las necesidades estructurantes de nuestra sociedad. Así ocurrió con las demandas sanitarias o de protección social, de conservación o repoblación de nuestros bosques, de garantía de suministro de agua con una red de presas única en el mundo, con la ampliación del puerto de la Luz y Las Palmas o más recientemente con la reivindicación y consecución de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Estas son las raíces de las que se nutre el afecto, el aprecio que nuestra gente siente por una institución que está cumpliendo la misión para la que fue creada. Y podría seguir profundizando en cientos de testimonios acerca de ese sentimiento de pertenencia e identificación que se ha ido tejiendo entre el Cabildo y la isla.

Y tan importante como aprender de la historia es comprobar que no renunciamos a construir un futuro mejor para esta tierra, que avanzamos como sociedad y que las personas y entidades reconocidas en este aniversario ejemplifican de manera sobresaliente la creatividad, el esfuerzo, la solidaridad, la resiliencia en áreas muy diversas… y todas, con su aportación individual o colectiva, contribuyen a ensamblar una isla atractiva, tolerante, integradora e innovadora.

Gran Canaria es una pasión que nos convoca a todas y a todos a impulsar propuestas de desarrollo sociales y económicas sostenibles, innovadoras, referenciales. La trayectoria de las personas y los colectivos premiados son historias de vida que engrandecen nuestra convivencia. Vivimos mejor y cimentamos con firmeza nuestras proyecciones de futuro por las aportaciones que han sembrado en esta tierra.

Con el acto del pasado viernes, esta isla, orgullosa y agradecida les ha devuelto esa contribución impagable. Reconocemos ese esfuerzo valioso, pero al mismo tiempo marcamos un modelo, una referencia para que la sociedad la tenga en cuenta y prosiga el camino que han iniciado.

Escuchamos a nuestro alrededor que vivimos tiempos de incertidumbre y desconcierto. Pero desde Gran Canaria podemos proclamar que tenemos faros y guías en las personas y entidades galardonadas porque todas tienen dimensiones de las que aprender, a las que imitar, ejemplarizantes. Frente a la cultura del pesimismo hoy tenemos pruebas para afianzar la cultura de la ilusión y la esperanza. No basta con tenerlas entre nosotros sino que es imprescindible reconocerlas y visibilizarlas como hacemos cada año desde el Cabildo.

Aquella decisión de crear los cabildos hace 110 años dio sus frutos porque se asentó en tres aciertos que se han confirmado a lo largo de la historia de Canarias como indispensables para organizar nuestra convivencia: respeto a la singularidad isleña, representación democrática del Cabildo y el autogobierno que le permite disponer de hacienda propia.

Ha costado siglos que las instituciones estatales y europeas comprendieran nuestras singularidades. Lo más fácil era equipararnos a territorios continentales y colocarnos en el mapa como convenía a los poderes centrales.

Normalmente aparecíamos a pocas millas de las costas del continente y en un mar equivocado. Poco a poco han aprendido que somos atlánticos e isleños. Cada vez que surge una circunstancia nueva se pone a prueba este equilibrio inestable. Para avanzar necesitamos mantener una gestión rigurosa y firmeza en la defensa de los derechos canarios.

Estas singularidades no son realidades definitivamente aprendidas, ni resueltas. Hay que recordarlas cuando hablamos de inmigración, de inversiones en las islas, de respeto de nuestro REF, de cesiones a países limítrofes que ponen en jaque nuestros derechos o el de un pueblo abandonado, de aguas territoriales o de prospecciones petrolíferas o tierras raras. El Cabildo ha mantenido y mantendrá una voz serena y a la vez firme en la defensa de nuestros fueros.

Y estoy convencido de que la comunión entre sociedad y Cabildo, además de la misión que a lo largo de la historia ha cumplido, tiene también su origen en el carácter democrático y representativo de todos los consejeros y consejeras que lo son por elección directa desde su creación en 1912, salvo el paréntesis de la dictadura.

Fue una diferencia con las diputaciones que se conformaron por elección de segundo grado. Y ese plus de legitimidad es de rabiosa actualidad cuando se escuchan voces que cuestionan el sistema democrático e incluso la propia existencia de los cabildos.

En una época de profundos cambios, la democracia se cuestiona y se abren camino posiciones reaccionarias y totalitarias que destruyen los valores básicos de una convivencia basada en los Derechos Humanos. Queremos reafirmar la experiencia de progreso a la que nos ha llevado un modelo democrático de cabildos como un gran proyecto que estabiliza e identifica a nuestra sociedad. No queremos silenciar el riesgo para no tener que lamentar la involución.

Saramago reflexionó sobre la debilidad de las democracias occidentales y escribía que “debemos cuestionarla en todos los debates. Si no encontramos un modo de reinventarla, no perderemos sólo la democracia, sino la esperanza de ver un día los derechos humanos respetados en este planeta. Sería entonces el fracaso más estruendoso de nuestro tiempo, la señal de una traición que marcaría a la humanidad para siempre”.

Gran Canaria encontró en su Cabildo la proyección de sus posibilidades sociales, económicas, culturales y políticas. Y desde estas raíces sólidas, a semejanza de la palmera y el drago, queremos aspirar a ganar el futuro. Si los fundadores nos ayudaron a ganar el siglo pasado, nos corresponde a todas y a todos ganar el siglo que va caminando aunque sea con sobresaltos.

Y les puedo asegurar que tenemos las mejores condiciones para lograrlo porque nuestra gente está implicada y preparada, desde la cercanía diaria a miles de mujeres y hombres que se afanan por abrir sus comercios, por plantar sus tierras, por atender su ganado y elaborar nuestros quesos, por atender los servicios públicos, por recibir a millones de turistas, por perseverar en la investigación y el conocimiento, por consolidar el puerto y el aeropuerto que nos abren al mundo,

Con esas certezas asumimos el compromiso de alentar, de acompañar, de impulsar las grandes transformaciones que mantendrán a Gran Canaria en la vanguardia de los tiempos nuevos que están llegando. Y en estacelebración importante del ciento diez aniversario del Cabildo, deben quedar en nuestra conciencia referencias prioritarias que confirman que la isla tiene un libro de ruta, que estamos centrados en lo decisivo y que la confluencia social es la condición indispensable, como siempre ocurrió, para el éxito.

Estamos ganando la apuesta de la sostenibilidad social y económica. La de las soberanías energéticas y alimentaria y la seguridad hídrica. La de la sociedad del conocimiento, la innovación y la isla inteligente. La de las economías azul, verde y circular. La de la movilidad sostenible con el transporte guiado. La del turismo digital y sostenible. La de la protección del territorio y el paisaje, nuestra biodiversidad y riqueza medioambiental frente a la sobrepoblación. La del impulso a la cultura, el patrimonio histórico, la cohesión social, la igualdad, la solidaridad, los cuidados, la vivienda, el empleo… La apuesta de la Ecoísla.

Pedro García Cabrera nos interpretó cuando escribió: “Caminos que me conducen, sombreados de esperanza,/a roques que no se nublan y a piedras enamoradas/de dialogar con las cimas de sueños que no se alcanzan./Mas si la quieres leer, verás tan sólo en sus rayas/los caminos de una isla que se llama Gran Canaria…”

Antonio Morales Méndez

Presidente del Cabildo de Gran Canaria

La pasada semana tuvo lugar, en la Finca de Osorio, el segundo encuentro de pastores. Una oportunidad pararenovar la alianza entre el Cabildo y este colectivo para colaborar en la protección de la isla contra los incendios y en garantizar esta actividad ancestral

portada antonio moralesGran Canaria está en deuda con los pastores y las pastoras y con todas las personas del mundo rural que, durante siglos, han producido nuestros alimentos, preservado nuestro medio y conservado nuestras tradiciones. Lo han hecho además en condiciones muy duras, con pocos recursos, en entornos de difícil acceso, sufriendo las condiciones climatológicas más adversas. Lo han hecho, en muchos casos, con escaso apoyo de las instituciones públicas y sin el reconocimiento social que se merecen.

Pero sin duda, algo está cambiando. La mayor parte de los parajes que los pastores recorren desde siempre con sus ganados han sido reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad en su categoría de Paisaje Cultural o como Reserva de la Biosfera. Es decir, se valoran las formas de vida que conforman una interacción con el medio única en el mundo, como la trashumancia o la elaboración de quesos artesanos.

Suponen un patrimonio cultural inmaterial y una seña de identidad cultural de nuestra isla que debemos proteger, porque además reporta múltiples beneficios a la sociedad. La ciencia, la técnica y el pastoreo tradicional conforman una extraordinaria herramienta para la conservación del patrimonio natural.

Esta manera de relacionarse armónicamente con el medio no solo nos remite a la tradición, sino que en ella también está la solución para afrontar muchos de los retos a los que nos enfrentamos actualmente, como, por ejemplo, el cambio climático.

El abandono de la agricultura y de la ganadería, la sequía y las temperaturas extremas hacen que nuestros montes estén cada día más expuestos a incendios forestales que, a decir de los expertos, serán cada vez más graves y devastadores. Ante esta situación, el pastoreo conforma una excelente herramienta para gestionar grandes extensiones de terrenos, ya que las ovejas eliminan gran parte del exceso de vegetación que, cuando se seca,arde con facilidad.

Además, la ganadería extensiva tiene un papel importante en la economía rural y circular, evita su despoblación, conserva el patrimonio y ayuda en la mitigación de los efectos del calentamiento global. Para garantizar la supervivencia de esta actividad, es necesario que los pastores tengan el reconocimiento social e institucional que se merecen.

Por eso, de la misma manera que los pastores están comprometidos con su tierra, desde el Cabildo estamos comprometidos con ellos, para gestionar de manera conjunta el territorio, el paisaje y la naturaleza de Gran Canaria. Hace 5 años, en 2018, nos encontramos también en Osorio para promover la alianza que reeditamos la pasada semana.

Puedo decir con orgullo que en estos cinco años se han cumplido los compromisos a los que nos comprometimos mediante aquella alianza. Los nuevos tiempos, sin embargo, traen consigo nuevos retos y desafíos para nuestra isla. Es por esto que hoy es más necesario que nunca reeditar aquel pacto y seguir trabajando unidos para mantener un oficio tradicional que tantos beneficios reporta a la sociedad grancanaria.

Este nuevo acuerdo se enmarca en el programa Gran Canaria Mosaico, una estrategia de prevención de grandes incendios forestales impulsada por la consejería de Medio Ambiente del Cabildo. Se promueve con ella la recuperación de paisajes mosaico diversos, habitados y con menor riesgo ante los incendios, basados en actividades agrícolas, ganaderas y forestales y se potencia la adaptación de la sociedad para convivir con el fuego. Una preciosa metáfora también de la isla que queremos construir, una isla mosaico, diversa y plural, pero apacible, solidaria....

Durante estos 5 años de trabajo compartido hemos dado grandes pasos para que la ciudadanía de la isla conozca mejor la labor y el valor del pastoreo, con la creación del documental “Pastores de Gran Canaria: Gestores del territorio, del paisaje y la biodiversidad”, la edición del libro “Pastores de Volcanes y Alisios” o la Exposición “La Mudá: Trashumantes de Gran Canaria”.

Hemos dado grandes pasos también en la gestión compartida del medio, como por ejemplo contando con una cuadrilla que realiza desbroces en barrancos y superficies públicas de pastoreo a petición de los pastores o con la autorización del pastoreo controlado en los barrancos de la isla.

Pero hay un aspecto que me parece de vital importancia, ya que estoy convencido de que se va a convertir en una herramienta imprescindible de futuro para la gestión del medio rural. Estoy hablando del pago por servicios ambientales, en este caso el pago que abona el Cabildo por la labor de prevención de incendios que cumple el pastoreo. Porque es una labor que previene la destrucción de miles de hectáreas, protege vida y biodiversidad y ahorra cientos de miles de euros a las administraciones tanto en la prevención como en la restitución de los daños provocados por los incendios.

Por una cuestión de justicia y de eficiencia hay que reconocer que muchas de las actividades que se realizan en el medio rural tienen enormes beneficios para el conjunto de la isla, aunque el mercado no les asigne un valor, y es una cuestión de justicia reconocerlo, y de eficiencia integrar esas actividades en la gestión del medio.

Con el acuerdo firmado queremos reconocer el papel del pastoreo para el desarrollo sostenible, así como de herramienta para la prevención de incendios forestales y de lucha contra el cambio climático. El pastoreo es una actividad fundamental para proveernos de alimentos de calidad, sostenibles y de cercanía, lo que nos acerca a la soberanía alimentaria.

No podemos olvidarnos de nuestros quesos, una joya gastronómica mundial. Los quesos de Gran Canaria son reconocidos y premiados internacionalmente. Nos comprometemos a seguir promocionando su producción, comercialización, consumo y divulgación. Ni podemos olvidarnos de nuestras carnes de baifo o corderos, para las que se han diseñado campañas de consumo de enorme éxito.

Somos herederos y guardianes de una tradición y de una cultura ancestral, que hoy es reconocida mundialmente. Es una enorme fortuna, pero también una enorme responsabilidad ya que debemos esforzarnos por preservar y por mantener vivo este legado para las generaciones venideras.

La alianza que volvimos a refrendar es sin duda un compromiso con ese legado. Con nuestro pasado, con nuestro presente y con nuestro futuro. El pastoreo es un orgullo para Gran Canaria. Hay que agradecer a los pastores su voluntad de construir con el Cabildo una isla mosaico, una ecoísla.