Las explotaciones agrarias de titularidad compartida pueden solicitar desde hoy una ayuda de hasta 12.000 euros, en función del número de empleados. Hasta la fecha, a nivel nacional, el programa Kit Digital ha concedido cerca de 280.000 ayudas en conjunto, en todas las convocatorias

Se ha abierto una nueva convocatoria del programa Kit Digital, un programa de ayudas del Gobierno de España, gestionado por Red.es, entidad adscrita al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital a través de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial.

Este programa busca promover la digitalización de pequeñas empresas, microempresas y autónomos. La nueva convocatoria se dirige a comunidades de bienes, explotaciones agrarias en régimen de titularidad compartida y sociedades civiles profesionales y con objeto mercantil.

El programa Kit Digital supone la concesión de un “Bono digital” para las empresas, autónomos y entidades beneficiarias La cuantía del bono puede ser de 12.000 euros, 6.000 euros o 2.000 euros (dependiendo del número de trabajadores de la entidad, empresa o autónomo) para ser invertidos en una o varias soluciones que componen el catálogo del Programa y que son implantadas por “agentes digitalizadores”.

Hasta la fecha y en conjunto de todas las convocatorias abiertas el programa Kit Digital ha concedido cerca de 280.000 ayudas, lo que supone que alrededor de 1.300 millones de euros procedentes de los fondos europeos Next Generation EU han llegado a las pymes y autónomos españolas para implantar soluciones básicas de digitalización.

El campo se digitaliza

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos ha recordado que en sus oficinas asesoran y ayudan a los agricultores y ganaderos a tramitar este programa. UPA lleva varios meses colaborando con Red.es para facilitar el acceso de sus afiliados y afiliadas al programa Kit Digital. Hasta ahora, la organización agraria ha organizado jornadas informativas, ha desplegado una campaña de difusión y está realizando asesoramientos personalizados a profesionales agrarios.

Desde UPA han asegurado que la tecnología digital abre “grandes posibilidades” para los agricultores y ganaderos y animan a todos ellos a solicitarlo. Las ayudas pueden invertirse en herramientas y apps para conectar a Internet la maquinaria agrícola, en aplicaciones para realizar el cuaderno de campo digital, requisito que será pronto obligatorio, o en sistemas para realizar mapas de rendimientos y de siembras, y optimizar el uso de fitosanitarios, fertilizantes o agua. Otras opciones son las tecnologías digitales de riego o de monitorización de los invernaderos o las granjas.

Los ganaderos también pueden implantar dispositivos para monitorizar su ganado, haciendo uso de tecnologías como el GPS, lo que puede suponer una mejora muy importante en rentabilidad, y en bienestar y calidad de vida, tanto de los animales como de los ganaderos.

Nuestro valor social tiene rango de ley

Todas las instituciones democráticas en España están iniciando en el verano de 2023 un nuevo ciclo político, tras las elecciones municipales y autonómicas de mayo, y especialmente tras las elecciones generales de 23 de julio, cuyos resultados, dentro de una cierta incertidumbre, parecen apuntar hacia el intento de repetir los pactos que permitan renovar un Gobierno progresista.

Un nuevo periodo legislativo y de gestión política y administrativa cuyo primer reflejo es la diversidad de partidos políticos y coaliciones de orientaciones ideológicas distintas gobernando en un amplio y complejo entramado de instituciones de todo tipo, como síntoma de fortaleza democrática y de compromiso con la gestión pública, aunque cada cual se sienta lógicamente más próximo o alejado de unas u otras sensibilidades políticas.

Por ello, con la ilusión que generan todos los principios, este arranque de legislatura se presenta especialmente propicio para impulsar iniciativas que miren al futuro, busquen soluciones para resolver problemas y, sobre todo, abran nuevas vías de progreso para la mayoría de la sociedad.

Un escenario en el que las organizaciones sindicales, como instituciones fundamentales en una sociedad democrática, tenemos también una gran responsabilidad, reivindicando, negociando y consiguiendo iniciativas legislativas y de gestión.

Algo de esto sabemos en la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, llevamos haciéndolo con éxito desde los primeros pasos del más largo periodo de democracia que ha vivido nunca España. Siempre con un objetivo: favorecer el progreso del colectivo mayoritario del campo español, formando por los cientos de miles de explotaciones familiares repartidas por todos los territorios y sectores productivos.

Hemos conseguido avances importantes en la lucha por los precios justos y el sentido común en la cadena alimentaria, hemos sido decisivos para mejorar el plan estratégico de la PAC en España, hemos obtenido apoyos importantes en situaciones críticas por la sequía, la guerra en Ucrania, la inflación… Es nuestro deber y así lo asumimos.

Pero ahora ha llegado el momento de dar un paso más. Necesitamos que la sociedad, a través de sus instituciones democráticas, reconozca la enorme importancia de la agricultura y la ganadería familiar, con una ley específica, que sirva de marco general para poner en valor su dimensión territorial, económica, social, demográfica, sostenible y cultural.

Sabemos que las leyes por sí mismas no hacen milagros, lo estamos viviendo todavía con la Ley de la Cadena Alimentaria. Tampoco pedimos privilegios discriminatorios respecto a otros colectivos. Nuestra propuesta a los partidos políticos -especialmente a los que han incluido esta nueva ley en sus programas electorales- quiere ser una llamada de atención a la sociedad para que la agricultura y la ganadería familiar tengan una consideración especial en todas las políticas que afectan a la vida en los pueblos y el trabajo en el campo.

Estamos hablando de relevo generacional, de generar ilusión en las y los jóvenes para que valoren las oportunidades que ofrece el trabajo en la agricultura y la ganadería, de seguir avanzando en igualdad y progreso para las mujeres rurales, de reforzar las garantías de renta y viabilidad de las explotaciones familiares. En definitiva, de que la Ley de la Agricultura y la Ganadería Familiar ayude a concentrar, sin necesidad de excluir a nadie, los mayores esfuerzos y recursos públicos en la gran red social que sostiene la agricultura y la ganadería en España.

Editorial del número 294 de La Tierra de la Agricultura y la Ganadería.

Como había solicitado UPA, el Gobierno ha ampliado el espectro de tipos de empresas agrarias que pueden solicitar las ayudas a la digitalización. Comunidades de bienes, sociedades civiles y explotaciones en titularidad compartida podrán ahora solicitar el Kit Digital

Las ayudas que buscan ayudar a los autónomos y a las pequeñas empresas a digitalizarse amplían su espectro para llegar a más tipos de iniciativas empresariales. Tal y como ha publicado el BOE del pasado 7 de julio, a partir de ahora las Comunidades de Bienes, las sociedades civiles con objeto mercantil, las sociedades civiles profesionales y las explotaciones agrarias de titularidad compartida que ejerzan actividad económica pueden ya solicitar el bono digital.

Este programa de ayudas del Gobierno de España, gestionado por Red.es, y en cuya difusión y tramitación participa la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos está dirigido, entre otros, a agricultores y ganaderos autónomos, microempresas y pequeñas empresas por debajo de 50 empleados para que, gracias a la tecnología, puedan evolucionar y mejorar sus explotaciones.

El programa Kit Digital supone la concesión de un “Bono digital” para las explotaciones agrícolas o ganaderas. La cuantía del bono puede ser de 12.000 euros, 6.000 euros o 2.000 euros (dependiendo del número de trabajadores de la empresa o autónomo) para ser invertidos en una o varias soluciones que componen el catálogo del Programa y que serán implantadas por los llamados “agentes digitalizadores”.

UPA está colaborando con Red.es, entidad adscrita al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital a través de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial para que el programa Kit Digital llegue a agricultores y ganaderos autónomos y de ese modo modernizar la agricultura y la ganadería con el uso de la tecnología digital.

Las posibilidades de la digitalización en el campo

Desde UPA han recordado que la tecnología digital abre un amplio espectro de posibilidades para los agricultores y ganaderos. Las ayudas pueden invertirse en herramientas y apps para conectar a Internet la maquinaria agrícola, en aplicaciones para realizar el cuaderno de campo digital –una de las exigencias de la nueva PAC–, o en sistemas para realizar mapas de rendimientos, de siembras, y optimizar el uso de fitosanitarios, fertilizantes o agua. Otras opciones son las tecnologías digitales de riego o de monitorización de los invernaderos o las granjas.

En el caso de los ganaderos, pueden implantar dispositivos para monitorizar su ganado, haciendo uso de tecnologías como el GPS, lo que puede suponer una mejora muy importante en rentabilidad, y en bienestar y calidad de vida, tanto de los animales como de los productores.

UPA está realizando jornadas formativas por toda España, para asesorar y ayudar a sus afiliados y afiliadas a solicitar las ayudas. También está desarrollando asesoramientos personalizados para los agricultores y ganaderos que lo soliciten, que según las estimaciones de UPA superarán los 1.600 en toda España. Estas acciones se suman a una campaña en redes sociales para difundir las posibilidades de este Programa.

El Programa Kit Digital cuenta con un presupuesto de 3.067 millones de euros y está financiando por la Unión Europea a través de los fondos NextGenerationUE, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, la agenda España Digital 2026 y el Plan de Digitalización de Pymes 2021-2025.

Para más información: www.upa.es/kitdigital 

Concluye la tercera edición del programa Cultiva de estancias formativas para jóvenes agricultores del Ministerio de Agricultura. Cuarenta jóvenes han acudido a mejorar su formación a las explotaciones de afiliados y afiliadas de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos

La organización profesional agraria UPA ha calificado de “muy satisfactoria y exitosa” la tercera edición del Programa de Estancias Formativas de Jóvenes Agricultores en Explotaciones Modelo, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Cuarenta jóvenes agricultores y ganaderos han participado en esta edición de la mano de UPA, que es una de las organizaciones que colaboran con el Ministerio para gestionar las estancias.

El grado de satisfacción de los participantes es “muy alto”, según han explicado desde UPA. Todos los participantes califican de “muy recomendable” la experiencia y aseguran que volverían a repetirla. De hecho, algunos de ellos ya han participado varias veces en alguna de las tres ediciones de esta iniciativa pública que busca mejorar la formación de los agricultores y ganaderos y estrechar lazos entre productores de distintos sectores y territorios.

Las estancias gestionadas por UPA han tenido lugar en veinte provincias españolas, destacando La Rioja y Madrid, con cuatro estancias cada una; y Málaga, Palencia y Soria, con tres, como las que más “jóvenes Cultiva” han recibido en esta edición 2022. Le siguen Ávila, Córdoba, Huesca, Orense, Salamanca, Valencia y Zaragoza, con dos estancias cada una.

Arranca Cultiva 2023

Una vez concluida la edición 2022, en UPA preparan ya los trabajos para la cuarta edición, que aún no está abierta, pero sobre la que el Ministerio ha anunciado ya ciertos cambios, como la diversificación total de la producción, de modo que en la selección de estancias los jóvenes podrán elegir explotaciones con producciones diferentes a las suyas, independientemente del sector. También se eliminará el requisito de movilidad interterritorial, por lo que jóvenes agricultores que quieran participar en el programa podrán seleccionar estancias en cualquier punto del territorio nacional.

Así mismo, se ampliará la base de beneficiarios que podrán realizar las estancias a todos los jóvenes profesionales agrarios titulares de explotación de edad igual o inferior a 40 años y se mantienen aquellos que teniendo 41 años o más se instalaron en los últimos 5 años con 40 años o menos.

Anuario de la Agricultura y Ganadería Familiar 2023

30 años de Agricultura Familiar

En 1994, UPA comenzó la aventura de publicar un Anuario de la Agricultura Familiar. El objetivo era sencillo, aunque ambicioso: recoger en una obra de carácter anual los principales datos, ideas y propuestas de este modelo de producción, que en la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos defendemos desde nuestro origen.

Ahora, treinta años y treinta ediciones después, ese objetivo inicial sigue más vivo que nunca. El libro lo publica desde 1997 la Fundación de Estudios Rurales, que UPA creó para fomentar la ciencia, la cultura y la investigación en favor de la agricultura y la ganadería familiar, rentable y sostenible.

El Anuario sigue publicándose en papel, en una edición necesariamente limitada, y en versión digital, que puedes descargar aquí. Te animamos a compartir el anuario y a reenviar este correo electrónico a tus contactos.

UPA y la Fundación de Estudios Rurales presentan la edición número 30 del Anuario de la Agricultura y Ganadería Familiar en España, y entregan los premios Fundación de Estudios Rurales 2023.

Fecha: 12 de julio de 2023
Hora: 10:30-14:00
Lugar: Ateneo de Madrid. Calle del Prado, 21

La agricultura y la ganadería ante el reto del cambio climático. Innovación y emprendimiento para un progreso sostenible

Programa

10:30 h: Inscripción y acreditaciones de asistentes

11:00 h: Presentación e inicio de emisión en directo
Marcos Alarcón Alarcón. Vicesecretario general de Organización, Formación y Programas de UPA

11:30 h: Mesa redonda y de debate
La agricultura y la ganadería familiar ante el reto del cambio climático. Innovación y emprendimiento para un progreso sostenible

Modera: Eduardo Moyano Estrada
Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC)

Cristina Aponte Perales
Instituto Nacional de Investigaciones y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC)

Ignacio Huertas
Secretario general de UPA-UCE Extremadura

Sonia Castro González
Secretaria general de UGAL-UPA

Miguel Ángel López González
Presidente de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET)

12:30 h: Entrega de los Premios de la Fundación de Estudios Rurales
Conduce: Montse Cortiñas. Vicesecretaria general de UPA

Premio de Política, Economía y Ciencias Sociales
Premio Esteban López Plaza de Periodismo y Comunicación
Premio de Cultura, Arte y Literatura
Premio Especial de la Fundación de Estudios Rurales
Premios Orgullo Rural
13:30 h: Acto de clausura

Lorenzo Ramos Silva. Secretario general de UPA
Pepe Álvarez. Secretario general de UGT
Luis Planas Puchades. Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación

14:00 h: Aperitivo

En el Día Mundial del Medio Ambiente, UPA defiende el modelo familiar de producción de alimentos como el más respetuoso con el entorno y reclama políticas de apoyo y protección a las pequeñas y medianas explotaciones

La relación entre producción de alimentos y sostenibilidad es un tema muy serio que debe quedar fuera del debate político partidista, y abordarse con seriedad, unidad y “pies de plomo”. Es la demanda que han realizado desde UPA a todos los partidos políticos, aprovechando el Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra el 5 de junio en todo el mundo.

Desde la política se debe contribuir a lograr una agricultura productiva, rentable y respetuosa con el medio ambiente, y para ello la mejor estrategia, afirma UPA, es apoyar el modelo basado en explotaciones familiares, que es mayoritario en nuestro país pero que se enfrenta a importantes presiones y amenazas.

Los expertos reconocen que la base imprescindible del entramado económico y social de los territorios rurales y conformadora de su paisaje es la agricultura y la ganadería, resultando clave para la gestión sostenible del medio rural. En ese sentido, la agricultura familiar resulta vital para el mantenimiento de la población rural y la sostenibilidad social, económica y ambiental de los territorios. Además, colabora en la preservación de los recursos naturales, el mantenimiento de la biodiversidad agrícola y ganadera y desarrolla prácticas de producción respetuosas con el medio ambiente.

La agricultura familiar es una importante productora de bienes públicos, por lo que UPA reclama que deben ser reconocidos y fomentados con políticas públicas adecuadas, que fomenten la imprescindible viabilidad y rentabilidad y percibiendo unos precios justos, lo cual debe ser plasmado tanto en la PAC como en el Pacto Verde y en su Estrategia de la Granja a la Mesa.

Las seis grandes aportaciones de la Agricultura Familiar al medio ambiente y la sostenibilidad

Desde UPA han resumido y desarrollado las seis aportaciones más relevantes de la agricultura y ganadería familiar al medio ambiente:

Función territorial. Las explotaciones familiares agrarias ayudan a luchar contra el despoblamiento, manteniendo en las áreas rurales de un determinado volumen de población, exigido por la propia actividad agraria para su desarrollo.

Los agricultores y ganaderos son los auténticos gestores del territorio y de los recursos naturales que conforman el paisaje de la geografía española, son los agentes que residen y trabajan todo el año en nuestros valles, llanuras y montañas. De hecho, es cada vez más constatable que en aquellas zonas en las que se ha producido un mayor índice de despoblamiento, los impactos de deterioro en las infraestructuras de los municipios han contribuido a una inestimable pérdida de nuestra riqueza cultural. Además, el incremento de incendios forestales (uno de los mayores problemas medioambientales en nuestro país) está íntimamente relacionado con la pérdida de actividades agrícolas y sobre todo ganaderas en nuestros montes, actividades tradicionales que contribuían a prevenir dichos incendios. Incluso, se puede hablar de determinados ecosistemas agrarios en los que la actividad agrícola o ganadera tradicional ha contribuido a la conservación de la riqueza en biodiversidad que poseen.

Por todo ello UPA debe hacer un notable esfuerzo para que se reconozca en todos los ámbitos el trabajo de la agricultura y ganadería familiar como gestor del territorio y como protector de los recursos naturales en él inmersos.

Función pública. La agricultura familiar es una gran productora de bienes públicos que deben ser reconocidos y fomentados por el conjunto de la sociedad. Fomento de la aplicación de buenas prácticas agrarias que faciliten la integración de aspectos ambientales en la gestión de las explotaciones vinculado al refuerzo de aspectos como el comercio local o la venta directa, que permitan aumentar sus márgenes de beneficio y utilizando los contratos territoriales como principal herramienta.

Apoyo a los sistemas agroecológicos, aprovechando los valores ambientales cuando estén presentes, para aumentar el valor añadido de las producciones y la rentabilidad de las explotaciones. Fomento de la agricultura ecológica y de las producciones locales (razas ganaderas y variedades locales). Estrategia de desarrollo de los mercados de proximidad y venta directa por los agricultores y ganaderos, permitiendo así la comunicación con el consumidor final y saliendo del mero papel de proveedor de materia prima para la agroindustria y la distribución organizada. Las marcas de calidad diferenciada bien gestionadas con criterios técnicos de producción y de marketing, igualmente han de servir para facilitar la viabilidad de las explotaciones familiares.

Función ambiental. Compromiso con la sostenibilidad y con la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La agricultura familiar ejerce una actividad sostenible que es preciso valorizar con diferentes medidas (económicas, fiscales, promocionales.). La aplicación de los 17 ODS de la Agenda 2030 en nuestro medio rural, y en espacial en la agricultura debe constituir una gran oportunidad para demostrar a la sociedad en su conjunto el gran valor que ejerce la agricultura familiar con su gestión del territorio, el tejido social que conforma y la producción de alimentos.

La agricultura familiar ante la lucha contra los efectos del cambio climático, tanto en lo que respecta a la adaptación como a la mitigación, encuentra en el sector agrario un elemento fundamental, para lo cual es preciso disponer de un Plan de Adaptación al sector Agrario y de un Plan de mitigación con medidas racionales y de apoyo para lograr esos objetivos. La Agricultura Familiar impulsa la adaptación y mitigación del cambio climático en toda la extensión de los sistemas alimentarios.

La Agricultura Familiar es decisiva para el mantenimiento de la biodiversidad. La multifuncionalidad de la agricultura familiar permite una gran eficiencia y sostenibilidad en el uso y gestión de los recursos naturales, tales como la conservación de la biodiversidad, la gestión racional del suelo y el uso racional del agua.

La Agricultura Familiar es básica en la lucha contra el despoblamiento. Sin agricultura y ganadería no hay vida en el medio rural. Los pueblos vivos son los que mantienen una actividad agraria dinámica y con futuro, que atraen población y aumentan las alternativas de trabajo y progreso de su potencial.

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos presenta en el Tribunal Supremo un informe pericial que desmonta los argumentos de FENIL, que trata de torpedear la Ley de la Cadena Alimentaria

Hoy, un año y medio después de la aprobación de la modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria que determinó la prohibición de comprar cualquier alimento a un precio inferior a los costes del eslabón inferior, el futuro de esta legislación se juega en los tribunales.

La Sala Tercera de lo Contencioso-Administrativo ha acogido una sesión de presentación de informes periciales, lo que en la práctica supone la presentación de pruebas argumentales para blindar o, en su caso torpedear, una Ley aprobada por mayoría en el Parlamento. Son las industrias lácteas, representadas por su federación FENIL, las únicas en toda la cadena alimentaria que se han aventurado a tratar de desmontar una norma reivindicada por los agricultores y ganaderos durante años.

Representantes de UPA, encabezados por el secretario general de Unións Agrarias-UPA Galicia, Roberto García, se han personado ante el Supremo para presentar un informe pericial que desmonta los argumentos de la industria y demuestra, con hechos y cifras, que la prohibición de las compras a pérdidas es un elemento “ajustado a derecho que debe seguir plenamente en vigor, cumpliéndose y haciéndose cumplir por las autoridades responsables”.

Las industrias no quieren pagar precios justos

García ha asegurado que las industrias lácteas “quieren ejercer un derecho de pernada, de imposición de precios, al eslabón más bajo, como vienen haciendo desde el año 2000”. En ese año había en España unas 60.000 granjas lácteas, hoy quedan poco más de 10.000. Un proceso de cierres masivos motivado por una crisis de rentabilidad impuesta por las industrias a los ganaderos, con la colaboración de las grandes cadenas de la distribución.

Roberto García ha asegurado que las industrias “quieren seguir imponiendo unilateralmente los precios” sin tener en cuenta ni los costes de producción ni la situación del mercado, “tal y como están volviendo a hacer en los contratos que se están renovando desde el pasado mes de abril”.

Los ganaderos esperan que en las próximas semanas el Tribunal Supremo les dé la razón y se frene así este comportamiento “éticamente impresentable” de la industria, que demuestra, en opinión de UPA, que prefieren que la distribución les siga imponiendo a ellos el precio de la leche líquida para después ellos trasladar esas bajadas hacia los ganaderos.

Por supuesto que siempre ha habido sequías, incluso prolongadas durante varios años, calificadas siempre como “históricas” desde que hay registros. Por supuesto que los agricultores y ganaderos españoles estamos más que habituados, probablemente como ningunos en Europa, a sufrir la dureza extrema de los fenómenos climáticos de todo tipo. Por algo, con todas sus carencias y defectos, tenemos el mejor sistema de seguros agrarios de la Unión Europea

Pero hace tiempo, mucho tiempo, que los problemas puntuales con las alarmas climáticas, como la grave sequía de este año, no hacen sino advertirnos de que nos enfrentamos a una situación inédita: un cambio en el comportamiento del clima provocado por nosotros, los seres humanos, con un desarrollo de actividades de doble cara: por una, nos ha ayudado a progresar y mejorar; y por otra, ha generado agresiones terribles a la sostenibilidad medioambiental.

En definitiva, que la sequía que estamos sufriendo en España es histórica, sin duda, y que supone un enorme perjuicio a todos los sectores agrícolas y ganaderos; y por extensión al conjunto de la sociedad, porque a veces se olvida que de nuestros cultivos y nuestro ganado depende la alimentación sostenible y a precios justos de toda la población, en España, y en buena parte de Europa y el resto del mundo, que por algo somos una potencia exportadora de alimentos.

También es de valorar y agradecer la rapidez con que se ha gestionado desde el Gobierno la puesta en marcha de ayudas directas, con prioridad para la agricultura familiar, presionando a su vez a las comunidades autónomas para que actúen en consecuencia.

Todo esto está muy bien. El problema es que estamos hablando de algo mucho más grave, que amenaza nuestro futuro y es necesario actuar ¡ya! con el horizonte en el futuro, en las nuevas sequías por venir, las olas de calor, las lluvias torrenciales que destrozan todo a su paso. En resumen, se ha acabado el tiempo de hablar del cambio climático para actuar sobre el terreno en la adecuación y mitigación, como venimos defendiendo en UPA con nuestros programas sobre la materia.

Hay que actuar sobre los planes hidrológicos, las inversiones en mejora de los actuales y puesta en marcha de nuevos sistemas de regadío más eficientes. Hay que aprovechar todas las oportunidades que ofrecen los progresos tecnológicos, que son muchos y vendrán más, para sacar el máximo rendimiento a cada gota de agua. Hay que acabar con la especulación y los usos indebidos, y aplicar criterios sociales y solidarios entre territorios para que nadie se quede fuera del acceso al agua imprescindible para producir alimentos.

Y todos, desde dentro del sector, las instituciones y lo que antes se denominaba “opinión pública”, debemos trabajar para evitar que se consoliden falsas verdades en torno al derroche de agua en el campo, al supuesto despilfarro de los regadíos o a la inconveniencia de producir alimentos para la ganadería.

Solo desde una visión responsable y realista seremos capaces, en definitiva, de dejar de hablar de sequía en cuanto caen cuatro gotas y la ilusión óptica del asfalto mojado durante un rato hace creer que en el campo somos muy exagerados. Estamos ante una tremenda encrucijada, que sí que es histórica, y de nuestra capacidad de respuesta sostenida en el tiempo depende, sin duda, el camino a recorrer en el futuro.

Editorial del número 293 de La Tierra de la Agricultura y la Ganadería.

La organización agraria UPA pide a la UE la prohibición de estas prácticas con las que ciertos envasadores buscan engañar a los consumidores

Introducir un “nuevo producto comercial” a base de aceite de girasol mezclándolo con aceite de oliva para abaratar el PVP y atraer a los consumidores. Es la última y –a juicio de UPA– lamentable práctica que están empezando a desarrollar ciertos operadores de la industria, detectada y denunciada públicamente por la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). La organización agraria critica que ciertos envasadores están mezclando aceites elaborados con diferentes materias primas y mezclándolos fuera de España, donde están prohibidas estas prácticas, para posteriormente importarlos a nuestro país e introducirlos en los lineales de la distribución. Su objetivo es el de abaratar el precio del producto final maximizando sus beneficios.

UPA ha mostrado su indignación al detectar esta práctica, pues considera que perjudica seriamente a los olivareros y a toda la cadena del aceite de oliva, al desprestigiar un producto que está en la cúspide de la pirámide de la Dieta Mediterránea y es pieza clave de la agricultura española. “Entramos en un escenario de impredecibles consecuencias para el conjunto del sector. Introducir en el mercado español un nuevo blend de aceites elaborado a base de mezclas de aceites de diverso origen deteriora de forma indigna la imagen y el amparo de un producto de excelencia como es nuestro aceite de oliva, debe pararse de inmediato”, han afirmado.

La práctica de mezclar aceites elaborados con distintas materias primas no es ilegal en Europa, aunque sí poco habitual. En España sí está prohibido por la norma de calidad del aceite, que establece diversas exigencias a los envasadores que lo hacen inviable. La práctica surge ahora debido al encarecimiento del aceite de oliva, derivado de la escalada de costes de producción y de la corta campaña pasada por la sequía. Algunos envasadores están acometiendo por primera vez en nuestro mercado estas prácticas que, según UPA, se prestan al engaño pues quieren hacer pasar “gato por liebre”.

“El aceite de girasol cuesta unos 3 euros menos por litro que el de oliva. Es evidente por qué esos envasadores están realizando estas prácticas”, señalan desde UPA. La razón sería exclusivamente ofrecer un producto a un menor precio, ignorando los efectos sobre la calidad del producto final, “pues mezcla productos totalmente diferentes”.

El ejemplo de la miel
Este caso de mezclas de aceites recuerda al que lleva años denunciando el sector apícola en toda Europa. “Sabemos por experiencia que las mezclas se prestan a engaño y a fraude, pues es casi imposible comprobar si lo que dice el etiquetado es cierto. Etiquetado cuyo diseño también busca también confundir a los consumidores”, han remarcado desde UPA. La organización ha pedido a los envasadores que cesen en estas prácticas y a la distribución que respete a los consumidores y no ofrezca este tipo de productos. UPA ha reclamado al ministro de Agricultura, Luis Planas, que esta semana se reúne en Luxemburgo con sus colegas europeos, que encabece en la UE una propuesta para prohibir este tipo de mezclas en un producto como el aceite de oliva.

El sector del aceite de oliva lleva años apostando por la calidad y la diferenciación, y este tipo de prácticas son, según los agricultores, un “misil a la línea de flotación del sector productor”. “Es absolutamente irresponsable introducir esta mezcla de aceites buscando mejorar la cuenta de resultados de la industria a toda costa. Ni los propios consumidores lo reclaman, habida cuenta de que la categoría superior, el Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) ha seguido aumentando su consumo en los últimos años a pesar de su mayor precio”.