
La popular y veterana emisora de radio "Radio faro del Noroeste" sigue su proyección hacia una mayor ampliación de su cobertura.
El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada despide el mes de abril con actividades artísticas para todos los públicos. La flauta de pico o flauta dulce nos transporta a la época del barroco con un exquisito repertorio centrado en las obras de Bach y Telemann
El concierto ‘La flauta de pico en Bach y Telemann’, interpretado por Javier Mederos (flauta de pico), Dávide Paiser (violonchelo barroco) y Vicent Bru (clave), se celebra el día 27 de abril, a las 19:30 horas
La narración oral y la danza, por su parte, tomarán la noche del sábado, día 29 de abril, de la mano de Orlando Santana, la bailarina Carmen Macías y la ilustradora Marta Nieves. La actuación también será a las 19:30 horas.
Ambas actividades son gratuitas, aunque requieren de inscripción previa. Las reservas se pueden formalizar desde el lunes, 24 de abril, de lunes a viernes, de 9:00 a 14:00 horas llamando al teléfono 928 89 54 89 (ext.3).
Música barroca en la Gáldar colonial
En el yacimiento de Cueva Pintada se cuentan por cientos los hallazgos de materiales que nos aproximan a la época de la transición colonial. Tras este proceso de contactos y de conflictos, las islas se convierten en tierra de acogida para las personas que provienen del continente, entre las que se encuentran excelentes músicos europeos que llegan a las islas para componer. Los nuevos estilos y formas musicales viajan también y llegan al territorio insular. El concierto ‘La flauta de Pico en Bach y Telemann’ del jueves, día 27 de abril, ofrece un completo repertorio del más puro barroco, resonando en uno de los patrimonios arqueológicos más importantes de Canarias.
‘De la cueva a la luna’
El sábado, día 29 de abril, a las 19:30 horas, el narrador Orlando Santana, la bailarina Carmen Macías y la ilustradora Marta Nieves proponen un recorrido especial a través del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada. El conejo, como personaje de la literatura oral, y su velocísima hermana, la liebre, son la fuente de inspiración para crear este peculiar recorrido que celebra la primavera en el año lunar del conejo. La danza y la narración se funden con frescura a medida que nos acercamos, real y simbólicamente, al espacio emblemático de la Cueva Pintada: la cámara decorada.
‘De la cueva a la luna’ es un espectáculo itinerante cuyos límites son los del espacio para el que fue concebido, El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada. Se trata de un recorrido abierto a la improvisación, en el que sus creadores quieren hacernos sentir el poder de los símbolos y también hablarnos sobre nuestro anhelo de conexión con la naturaleza. “La naturaleza del recorrido es tanto real como simbólica”, explica Orlando Santana, “porque, al adentrarnos en el yacimiento, también nos ponemos frente a otra cueva. Imaginamos esa madriguera mítica donde presenciamos la transformación de los animales en humanos y viceversa; un acto mágico que tiene un papel central en el imaginario de las primeras culturas humanas, y que ha llegado hasta nosotros gracias, también, a los cuentos de tradición oral”.
El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada de Gáldar convoca un taller lúdico-educativo para las vacaciones de Semana Santa. Destinado a niños y niñas de entre 6 y 12 años, la actividad tendrá lugar de los días 3 al 5 de abril. Bajo el título ‘Un yacimiento donde brotan las historias’, el equipo educativo de Cueva Pintada recrea la llegada de la primavera al poblado indígena
En los alrededores del poblado, los distintos colores visten valles, barrancos y montañas. El ambiente invita al juego libre y a la creación de historias. Los cuentos de Arminda atraparán a niños y niñas en una aventura cuyo final estará por construir
La apertura del periodo de inscripción para participar en la actividad, que es totalmente gratuita, se abre el día 27 de marzo, en el propio Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada de Gáldar, o bien desde el número de teléfono 928 89 45 89 (extensión 3), de lunes a viernes, es, de 9.00 a 14.00 horas.
La aventura de tres días que les espera a los niños y niñas participantes comienza en la zona de laurisilva, el bosque que tanto gusta a la pequeña Arminda, para adentrarse, después, en la zona de pinar. Allí aparece un pinzón azul con cuyo canto se inicia una historia que de repente, sin saber por qué, se ve interrumpida. Su amigo el lagarto tiene una idea: contar con los niños y con las niñas para contar la historia que el pinzón azul no ha podido realizar. El reto está sobre la roca: niños y niñas tienen tres días para documentarse y crear la historia nunca contada por el pinzón azul.
Según explica el equipo educativo que prepara con ilusión la actividad infantil más esperada de las vacaciones de Semana Santa en Cueva Pintada, los títeres y cuentacuentos centrarán las acciones del primer día de presentación, en el que todo el grupo podrá conocerse mejor. Durante el segundo día se trabajarán las partes de un cuento: planteamiento, nudo y desenlace. Durante esa misma jornada se abordará también la parte central de creaciones de historias.
La visita al área recreada de viviendas servirá como contexto para la elaboración de cuentos y para plantear la parte social de la población canario-amazige, con el apoyo de las fuentes escritas sobre las fábulas, historias y hazañas de la época.
El tercer y último día de talleres, la jornada comenzará con la visita al ‘Templo de la Memoria’, intervención artística de Cristóbal Guerra en el interior de una vivienda recreada. En ella la actividad girará en torno al estudio del artista sobre el funcionamiento de la vida vegetal, en clara relación con la primavera y la vegetación autóctona de nuestras islas. También se desarrollarán juegos libres como modelado de barro, flotación o trenzado de fibras, entre otras divertidas actividades con las que disfrutar de unas vacaciones diferentes.
Cueva Pintada transforma una vivienda indígena recreada en el parque arqueológico en un ‘Templo de la Memoria’, de la mano de Cristóbal Guerra
‘Memoria de un lugar, memoria del ser y memoria vegetal’ son las tres líneas de trabajo sobre las que el conocido artista visual galdense Cristóbal Guerra ha sustentado la intervención artística que propone en una de las viviendas indígenas recreadas en el yacimiento del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada. ‘Templo de la Memoria’ es el título de la propuesta que se presentó en la tarde de este miércoles, en la que Guerra estuvo acompañado por el alcalde de la ciudad, Teodoro Sosa Monzón.
El proyecto artístico de Guerra se ha podido llevar a cabo a partir del panelado del interior de una de las construcciones que recrea el yacimiento. El resultado es un mural continuo de 60 metros cuadrados, realizado con pintura acrílica. La intervención permanecerá en el interior de la vivienda indígena y formará parte del recorrido de visita habitual del Museo y Parque Arqueológico hasta el próximo 31 de agosto.
La intervención ‘Templo de la Memoria’ se ha desarrollado en el interior de una de las réplicas de vivienda prehispánica próximas a la Cueva Pintada. “Hemos recubierto todas sus paredes con bastidores y lonas como soporte, intensificando el diseño de la planta cruciforme de las viviendas aborigen”, explica Cristóbal Guerra, impulsor de la iniciativa.
Experiencia inmersiva
“Pretende ser una propuesta inmersiva, donde las redes neuronales y las conexiones entre raíces y microbiología del suelo nos hacen recrear ese mundo invisible a nuestros ojos”, desarrolla el artista. El proyecto está pensado para estimular los sentidos. Además de las formas y colores plasmados, la experiencia cuenta con la ayuda de difusores de aromas y con la importantísima colaboración del sonido a modo de banda sonora, a cargo del compositor Juanda Mendoza, que ha sabido poner sonido a esos sutiles pero constantes procesos vitales. “Una preciosa composición que logra hacernos sentir el flujo de la vida”, añade Guerra.
El objetivo es partir de la costumbre de pintar el interior de muchas de las viviendas prehispánicas existentes en el yacimiento y, por supuesto, la propia Cueva Pintada, para representar artísticamente el universo natural en el que se desarrollaba la vida de las primeras poblaciones de Gáldar. Así, reúne, en una única superficie, la memoria de las ciudades superpuestas, los paisajes neuronales de su trayectoria vital, y el legado de hongos y bacterias que nos sostienen sobre la tierra, convirtiendo el interior de esta vivienda en una ‘duramadre’ sobre la que Guerra vuelca su reflexión acerca de la pintura.
“Sabemos que la energía que desprende el friso policromado de la cueva se asemeja para muchos de nosotros a un ‘cerebro’ de toba volcánica donde se guarda la memoria colectiva de los habitantes de este antiguo poblado. Hemos querido representar esa magia neuronal y vegetal”, explica el artista y viticultor galdense.
Aniversario con arte
Coincidiendo con el 50 aniversario de la declaración de Cueva Pintada como Bien de Interés Cultural del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, la dirección del centro que gestiona la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria propone a Cristóbal Guerra la elaboración de una propuesta artística que sirva para conmemorar esta fecha tan importante para la vida cultural de todo el municipio. “Como conocían mis propuestas anteriores, donde he desarrollado la pasión por el cerebro y el mundo natural, este proyecto se transformó en una oportunidad para poder unir en un mismo espacio toda mi trayectoria artística que casi coincide con esos 50 años que se conmemoran”, detalla Guerra, quien describe el espacio arqueológico como “un lugar único venerado por muchos de nosotros como un auténtico templo aborigen, donde se deposita la memoria prehispánica heredada”.
Este proyecto es, por ello, la culminación de tres décadas de trabajo vinculado con su propia memoria sentimental, con la transformación de su ciudad a la vera de las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo desde los años 70. “Las simbologías prehispánicas como las pintaderas, las cerámicas, los nombres, los yacimientos, los restos aborígenes están muy presentes en toda la actividad cultural de nuestro municipio”, recuerda Cristóbal Guerra. “Mis primeros dibujos de esa época se alimentan de todo ello. Era muy común encontrar restos de cerámicas prehispánicas entre los desmontes para solares o fincas agrícolas, lo que despertó en muchos de nosotros esa pasión por conocer y por mostrar nuestro pasado aborigen”.
Cuando se inician las primeras campañas de excavaciones en los alrededores de la Cueva Pintada, pudo visitar y conocer los trabajos de los arqueólogos que día a día sacaban a la luz “toda esta ciudad superpuesta que era la Agáldar que tanto me fascina. La geometría de los hilos para marcar las zonas de excavaciones, los cortes perfectos en el terreno, la visión de los primeros vestigios, etc eran verdaderamente muy sugerentes para mí. Hacer viable lo que estaba oculto a nuestros ojos sigue motivando mi trabajo”, confiesa Guerra.
Tres memorias
Los años de formación de este inquieto autor norteño le llevan a experimentar con diferentes técnicas y soportes. “Desde el punto de vista conceptual, me llevan a un acercamiento a la llamada sociología espacial, donde hay una preocupación por el lugar y las condiciones formales y espaciales donde uno crece y le toca vivir.
Coincidiendo con esas primeras excavaciones, se desarrolla la serie del ‘Zócalo Rojo’, con esa visión desde arriba, las plantas cruciformes, la ciudad superpuesta o el Palacio de los Guanartemes, que dan contenido algunas de las esculturas o intervenciones como el homenaje a Celso Martin de Guzmán, La Casa Pintada, El Palacio de los Guanartemes. Es lo que el crítico Franck González llama ‘la memoria del lugar’. La segunda es ‘la memoria del ser’, que recoge toda su serie de los llamados ‘Nocturnos’, donde la geometría de la arquitectura y las estructuras espaciales se ven atravesadas por las formas orgánicas del mundo vegetal. Está representada en pinturas que darán pie a la serie ‘Noche, cepa y cerebro’ (2010), que se ampliará a propuestas como ‘El cerebro, la gran cepa azul’ (Museo Elder, 2010).
Y, por último, la tercera, la ‘memoria vegetal’, surge a partir de su iniciación en el mundo del vino, con proyectos como ‘Los códices del vino’ (CICCA, 2009). Se trata de una línea de trabajo que se hibridará con la ‘memoria del ser’ en series como ‘El jardín de la alquimia’ (Hospital Negrín, 2015) y ‘Paisaje Cultural, Paisaje Neuronal’ (Casa-Museo Antonio Padrón, 2016).
Trayectoria de Cristóbal Guerra
Cristóbal Guerra (Gáldar, 1960) es licenciado en Bellas Artes, especialidad en Diseño por la Universidad de La Laguna. Ha sido profesor de Educación Plástica y Dibujo técnico en enseñanzas secundarias de Canarias. Ha trabajado en varias galerías nacionales y ha participado en exposiciones individuales y colectivas en los ámbitos nacionales e internacionales, donde ha reflejado su preocupación por la relación del ser humano con el paisaje y el medio natural.
Su actividad artística le ha llevado a investigar sobre sociología espacial y a desarrollar su obra plástica más allá de los soportes bidimensionales de la pintura y a trabajar e intervenir en el espacio. La pasión artesanal por la actividad enológica y el conocimiento del mundo vegetal, la vida en el suelo o la microbiología le llevan a estar en continua búsqueda de información y formación.
Tomando la decisión en 1994 de crear paisajes, formar e intervenir en el paisaje, compra su primera pequeña parcela de plataneras e inicia su actividad agrícola. Comienza inscribiéndose en el CRAE como viticultor ecológico. De manera lógica, la pasión por el conocimiento y la creación le ha llevado a profundizar en los principios de la neuroestética, el cerebro y su organización. Ha desarrollado varios proyectos de arte y ciencias en colaboración con personalidades del campo de la neurociencia, como Javier De Felipe, director del Instituto Cajal y del Blue Brain Project. Destaca el proyecto ‘El Cerebro, la Gran Cepa Azul’, en el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología en el 2010.
En 1999 adquiere otra pequeña parcela situada en las antiguas inmediaciones del Convento de San Antonio de Padua, que se construyó en 1520 en la Vega de Gáldar. En esta parcela se inicia como viticultor ecológico desde el año 2000. Su actividad como viticultor y bodeguero se ve recogida en varias exposiciones donde el mundo del vino y la viticultura se convierten en el tema principal de su obra artística.
En 2016 empieza a profundizar en los sistemas de cultivos ecológicos y la vinificación natural, lo que le lleva a interesarse por la agricultura orgánica y regenerativa. Asesorado por Isaac Álamo Saavedra, comienza a aplicar y a producir tratamientos orgánicos y de agricultura natural coreana (KNF). Aparecen los primeros vinos sin intervención ni correcciones, siendo lo más naturales posibles. Durante estos años los descubrimientos en los métodos agrícolas y de viticultura han alimentado y nutrido su actividad artística.
CUEVA PINTADA ABRE LAS INSCRIPCIONES PARA PARTICIPAR EN ALGUNAS DE SUS ACTIVIDADES ‘EN FEMENINO’ PROGRAMADAS PARA EL MES DE MARZO
El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada de Gáldar abre el día 6 de marzo el periodo de inscripciones para los talleres y visitas nocturnas que están previstos la semana próxima y que forman parte de la agenda cultural Marzo Mujer 2023, de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, que tiene como lema ‘Por un mundo digital inclusivo’
La inscripción para participar en las propuestas ‘Cueva Pintada en la noche’ y el taller familiar ‘Modelando barro, creando historias’ se puede formalizar a partir del lunes, 6 de marzo, de lunes a viernes, de 09:00 a 14:00 horas, en el teléfono 928 895 489 (ext.3).
La propuesta ‘Cueva Pintada en la noche’ se enmarca en la programación de acciones multidisciplinares que intentan acercar la historia del emblemático yacimiento de Gáldar de una manera diferente y atractiva. Se trata, por tanto, de una visita en la que el ambiente nocturno se transforma en un recurso evocador en sí mismo para acercarse al Agáldar indígena y colonial.
La actividad nocturna forma parte del programa de acciones solidarias a beneficio del Banco de Alimentos de Las Palmas. Por eso, las personas inscritas están invitadas a contribuir con la importante labor social de esta entidad, con una aportación en efectivo o bien con productos alimenticios o higiénicos.
En esta ocasión, la propuesta mensual, que se llevará a cabo el día 10 de marzo, adquiere un carácter musical femenino de la mano de las artistas de ‘Bjazz’. En dos turnos, a las 19:30 y a las 20:30 horas, las artistas Silvia (voz y trompeta), Samantha (contrabajo), Sun-Young Park (piano) y Amelia (batería) ofrecerán su particular visión de los ritmos de jazz, bajo un sentimiento eminentemente femenino.
De hecho, la visita nocturna por el museo y yacimiento, tendrá un enfoque femenino para aproximar a las personas visitantes al papel de las mujeres en la sociedad canario-amazige. Durante el recorrido, el ambiente nocturno se convertirá en un recurso evocador para acercarse a la antigua Agáldar, en compañía de la propuesta musical de ‘Bjazz’.
‘Bjazz’ cumple en 2023 su décimo aniversario como grupo con energía renovada para seguir profundizando en la música jazz desde un punto de vista femenino, lleno de sensibilidad y matices. Reinterpretando y versionando música compuesta o interpretada por mujeres y ligada a grandes figuras femeninas su sonido y cuidado repertorio no deja indiferente.
Creando historias de barro
Los talleres familiares del programa ‘Cueva Pintada en familia’ son un clásico que no puede faltar en la programación mensual de este Museo y Parque Arqueológico. La edición de marzo, llamada ‘Modelando barro, creando historias’ se celebra el día 11 de marzo, de 10:00 a 13:00 horas.
Se trata de una actividad que intentará envolver a toda la familia en el universo canario-amazige, a través de un recorrido por el poblado para descubrir la producción artesanal, especialmente de barro, que realizaban las mujeres indígenas de la isla.
Esta actividad gratuita tiene igualmente inscripción previa disponible desde el lunes 6 de marzo de lunes a viernes de 9:00 a 14:00 horas llamando al tlf. 928 895 489 (ext. 3).
El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada de Gáldar abre el día 6 de marzo el periodo de inscripciones para los talleres y visitas nocturnas que están previstos la semana próxima y que forman parte de la agenda cultural Marzo Mujer 2023, de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, que tiene como lema ‘Por un mundo digital inclusivo’
La inscripción para participar en las propuestas ‘Cueva Pintada en la noche’ y el taller familiar ‘Modelando barro, creando historias’ se puede formalizar a partir del lunes, 6 de marzo, de lunes a viernes, de 09:00 a 14:00 horas, en el teléfono 928 895 489 (ext.3).
La propuesta ‘Cueva Pintada en la noche’ se enmarca en la programación de acciones multidisciplinares que intentan acercar la historia del emblemático yacimiento de Gáldar de una manera diferente y atractiva. Se trata, por tanto, de una visita en la que el ambiente nocturno se transforma en un recurso evocador en sí mismo para acercarse al Agáldar indígena y colonial.
La actividad nocturna forma parte del programa de acciones solidarias a beneficio del Banco de Alimentos de Las Palmas. Por eso, las personas inscritas están invitadas a contribuir con la importante labor social de esta entidad, con una aportación en efectivo o bien con productos alimenticios o higiénicos.
En esta ocasión, la propuesta mensual, que se llevará a cabo el día 10 de marzo, adquiere un carácter musical femenino de la mano de las artistas de ‘Bjazz’. En dos turnos, a las 19:30 y a las 20:30 horas, las artistas Silvia (voz y trompeta), Samantha (contrabajo), Sun-Young Park (piano) y Amelia (batería) ofrecerán su particular visión de los ritmos de jazz, bajo un sentimiento eminentemente femenino.
De hecho, la visita nocturna por el museo y yacimiento, tendrá un enfoque femenino para aproximar a las personas visitantes al papel de las mujeres en la sociedad canario-amazige. Durante el recorrido, el ambiente nocturno se convertirá en un recurso evocador para acercarse a la antigua Agáldar, en compañía de la propuesta musical de ‘Bjazz’.
‘Bjazz’ cumple en 2023 su décimo aniversario como grupo con energía renovada para seguir profundizando en la música jazz desde un punto de vista femenino, lleno de sensibilidad y matices. Reinterpretando y versionando música compuesta o interpretada por mujeres y ligada a grandes figuras femeninas su sonido y cuidado repertorio no deja indiferente.
Creando historias de barro
Los talleres familiares del programa ‘Cueva Pintada en familia’ son un clásico que no puede faltar en la programación mensual de este Museo y Parque Arqueológico. La edición de marzo, llamada ‘Modelando barro, creando historias’ se celebra el día 11 de marzo, de 10:00 a 13:00 horas.
Se trata de una actividad que intentará envolver a toda la familia en el universo canario-amazige, a través de un recorrido por el poblado para descubrir la producción artesanal, especialmente de barro, que realizaban las mujeres indígenas de la isla.
Esta actividad gratuita tiene igualmente inscripción previa disponible desde el lunes 6 de marzo de lunes a viernes de 9:00 a 14:00 horas llamando al tlf. 928 895 489 (ext. 3).
‘Memoria de un lugar, memoria del ser y memoria vegetal’ son las tres líneas de trabajo sobre las que el conocido artista visual grancanario Cristóbal Guerra ha sustentado la intervención artística que propone en una de las viviendas indígenas recreadas en el yacimiento del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, de Gáldar. ‘Templo de la Memoria’ es el título de la propuesta que se exhibe en dicho centro hasta el próximo 31 de agosto
El proyecto artístico de Guerra, se ha podido llevar a cabo a partir del panelado del interior de una de las construcciones que recrea el yacimiento. El resultado es un mural continuo de 60 metros cuadrados, realizado con pintura acrílica. La intervención permanecerá en el interior de la vivienda indígena y formará parte del recorrido de visita habitual del Museo y Parque Arqueológico hasta finales del próximo mes de agosto.
La intervención ‘Templo de la Memoria’ se ha desarrollado en el interior de una de las réplicas de vivienda prehispánica próximas a la Cueva Pintada. “Hemos recubierto todas sus paredes con bastidores y lonas como soporte, intensificando el diseño de la planta cruciforme de las viviendas aborigen”, explica Cristóbal Guerra, impulsor de la iniciativa.
Experiencia inmersiva
“Pretende ser una propuesta inmersiva, donde las redes neuronales y las conexiones entre raíces y microbiología del suelo nos hacen recrear ese mundo invisible a nuestros ojos”, desarrolla el artista. El proyecto está pensado para estimular los sentidos. Además de las formas y colores plasmados, la experiencia cuenta con la ayuda de difusores de aromas y con la importantísima colaboración del sonido a modo de banda sonora, compuesta por el compositor Juande Mendoza, que ha sabido poner sonido a esos sutiles pero constantes procesos vitales. “Una preciosa composición que logra hacernos sentir el flujo de la vida”, añade Guerra.
El objetivo es partir de la costumbre de pintar el interior de muchas de las viviendas prehispánicas existentes en el yacimiento y, por supuesto, la propia Cueva Pintada, para representar artísticamente el universo natural en el que se desarrollaba la vida de las primeras poblaciones de Gáldar.
Así, reúne, en una única superficie, la memoria de las ciudades superpuestas, los paisajes neuronales de su trayectoria vital, y el legado de hongos y bacterias que nos sostienen sobre la tierra, convirtiendo el interior de esta vivienda en una ‘duramadre’ sobre la que Guerra vuelca su reflexión acerca de la pintura.
“Sabemos que la energía que desprende el friso policromado de la cueva se asemeja para muchos de nosotros a un ‘cerebro’ de toba volcánica donde se guarda la memoria colectiva de los habitantes de este antiguo poblado. Hemos querido representar esa magia neuronal y vegetal”, explica el artista y viticultor galdense.
Aniversario con arte
Coincidiendo con el 50 aniversario de la declaración de Cueva Pintada como Bien de Interés Cultural del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, la dirección del centro que gestiona la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria propone a Cristóbal Guerra la elaboración de una propuesta artística que sirva para conmemorar esta fecha tan importante para la vida cultural de todo el municipio. “Como conocían mis propuestas anteriores, donde he desarrollado la pasión por el cerebro y el mundo natural, este proyecto se transformó en una oportunidad para poder unir en un mismo espacio toda mi trayectoria artística que casi coincide con esos 50 años que se conmemoran”, detalla Guerra, quien describe el espacio arqueológico como “un lugar único venerado por muchos de nosotros como un auténtico templo aborigen, donde se deposita la memoria prehispánica heredada”.
Este proyecto es, por ello, la culminación de tres décadas de trabajo vinculado con su propia memoria sentimental, con la transformación de su ciudad, Gáldar, a la vera de las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo desde los años 70. “Las simbologías prehispánicas como las pintaderas, las cerámicas, los nombres, los yacimientos, los restos aborígenes están muy presentes en toda la actividad cultural de nuestro municipio”, recuerda Cristóbal Guerra. “Mis primeros dibujos de esa época se alimentan de todo ello. Era muy común encontrar restos de cerámicas prehispánicas entre los desmontes para solares o fincas agrícolas, lo que despertó en muchos de nosotros esa pasión por conocer y por mostrar nuestro pasado aborigen”.
Cuando se inician las primeras campañas de excavaciones en los alrededores de la Cueva Pintada, pudo visitar y conocer los trabajos de los arqueólogos que día a día sacaban a la luz “toda esta ciudad superpuesta que era la Agáldar que tanto me fascina. La geometría de los hilos para marcar las zonas de excavaciones, los cortes perfectos en el terreno, la visión de los primeros vestigios, etc eran verdaderamente muy sugerentes para mí. Hacer viable lo que estaba oculto a nuestros ojos sigue motivando mi trabajo”, confiesa Guerra.
Tres memorias
Los años de formación de este inquieto autor norteño le llevan a experimentar con diferentes técnicas y soportes. “Desde el punto de vista conceptual, me llevan a un acercamiento a la llamada sociología espacial, donde hay una preocupación por el lugar y las condiciones formales y espaciales donde uno crece y le toca vivir.
Coincidiendo con esas primeras excavaciones, se desarrolla la serie del ‘Zócalo Rojo’, con esa visión desde arriba, las plantas cruciformes, la ciudad superpuesta o el Palacio de los Guanartemes, que dan contenido algunas de las esculturas o intervenciones como el homenaje a Celso Martin de Guzmán, La Casa Pintada, El Palacio de los Guanartemes. Es lo que el crítico Franck González llama ‘la memoria del lugar’. La segunda es ‘la memoria del ser’, que recoge toda su serie de los llamados ‘Nocturnos’, donde la geometría de la arquitectura y las estructuras espaciales se ven atravesadas por las formas orgánicas del mundo vegetal. Está representada en pinturas que darán pie a la serie ‘Noche, cepa y cerebro’ (2010), que se ampliará a propuestas como ‘El cerebro, la gran cepa azul’ (Museo Elder, 2010).
Y, por último, la tercera, la ‘memoria vegetal’, surge a partir de su iniciación en el mundo del vino, con proyectos como ‘Los códices del vino’ (CICCA, 2009). Se trata de una línea de trabajo que se hibridará con la ‘memoria del ser’ en series como ‘El jardín de la alquimia’ (Hospital Negrín, 2015) y ‘Paisaje Cultural, Paisaje Neuronal’ (Casa-Museo Antonio Padrón, 2016).
Trayectoria de Cristóbal Guerra
Cristóbal Guerra (Gáldar, 1960) es licenciado en Bellas Artes, especialidad en Diseño por la Universidad de La Laguna. Ha sido profesor de Educación Plástica y Dibujo técnico en enseñanzas secundarias de Canarias. Ha trabajado en varias galerías nacionales y ha participado en exposiciones individuales y colectivas en los ámbitos nacionales e internacionales, donde ha reflejado su preocupación por la relación del ser humano con el paisaje y el medio natural.
Su actividad artística le ha llevado a investigar sobre sociología espacial y a desarrollar su obra plástica más allá de los soportes bidimensionales de la pintura y a trabajar e intervenir en el espacio. La pasión artesanal por la actividad enológica y el conocimiento del mundo vegetal, la vida en el suelo o la microbiología le llevan a estar en continua búsqueda de información y formación.
Tomando la decisión en 1994 de crear paisajes, formar e intervenir en el paisaje, compra su primera pequeña parcela de plataneras e inicia su actividad agrícola. Comienza inscribiéndose en el CRAE como viticultor ecológico. De manera lógica, la pasión por el conocimiento y la creación le ha llevado a profundizar en los principios de la neuroestética, el cerebro y su organización. Ha desarrollado varios proyectos de arte y ciencias en colaboración con personalidades del campo de la neurociencia, como Javier De Felipe, director del Instituto Cajal y del Blue Brain Project. Destaca el proyecto ‘El Cerebro, la Gran Cepa Azul’, en el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología en el 2010.
En 1999 adquiere otra pequeña parcela situada en las antiguas inmediaciones del Convento de San Antonio de Padua, que se construyó en 1520 en la Vega de Gáldar. En esta parcela se inicia como viticultor ecológico desde el año 2000. Su actividad como viticultor y bodeguero se ve recogida en varias exposiciones donde el mundo del vino y la viticultura se convierten en el tema principal de su obra artística.
En 2016 empieza a profundizar en los sistemas de cultivos ecológicos y la vinificación natural, lo que le lleva a interesarse por la agricultura orgánica y regenerativa. Asesorado por Isaac Álamo Saavedra, comienza aplicar y a producir tratamientos orgánicos y de agricultura natural coreana (KNF). Aparecen los primeros vinos sin intervención ni correcciones, siendo lo más naturales posibles. Durante estos años los descubrimientos en los métodos agrícolas y de viticultura han alimentado y nutrido su actividad artística.
‘Memoria de un lugar, memoria del ser y memoria vegetal’ son las tres líneas de trabajo sobre las que el conocido artista visual grancanario Cristóbal Guerra ha sustentado la intervención artística que propone en una de las viviendas indígenas recreadas en el yacimiento del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, de Gáldar. ‘Templo de la Memoria’ es el título de la propuesta que se presenta el día 9 de febrero, a las 19:00 horas, con entrada libre y gratuita
El proyecto artístico de Guerra, se ha podido llevar a cabo a partir del panelado del interior de una de las construcciones que recrea el yacimiento. El resultado es un mural continuo de 60 metros cuadrados, realizado con pintura acrílica. La intervención permanecerá en el interior de la vivienda indígena y formará parte del recorrido de visita habitual del Museo y Parque Arqueológico hasta el próximo 31 de agosto.
La intervención ‘Templo de la Memoria’ se ha desarrollado en el interior de una de las réplicas de vivienda prehispánica próximas a la Cueva Pintada. “Hemos recubierto todas sus paredes con bastidores y lonas como soporte, intensificando el diseño de la planta cruciforme de las viviendas aborigen”, explica Cristóbal Guerra, impulsor de la iniciativa.
Experiencia inmersiva
“Pretende ser una propuesta inmersiva, donde las redes neuronales y las conexiones entre raíces y microbiología del suelo nos hacen recrear ese mundo invisible a nuestros ojos”, desarrolla el artista. El proyecto está pensado para estimular los sentidos. Además de las formas y colores plasmados, la experiencia cuenta con la ayuda de difusores de aromas y con la importantísima colaboración del sonido a modo de banda sonora, compuesta por el compositor Juande Mendoza, que ha sabido poner sonido a esos sutiles pero constantes procesos vitales. “Una preciosa composición que logra hacernos sentir el flujo de la vida”, añade Guerra.
El objetivo es partir de la costumbre de pintar el interior de muchas de las viviendas prehispánicas existentes en el yacimiento y, por supuesto, la propia Cueva Pintada, para representar artísticamente el universo natural en el que se desarrollaba la vida de las primeras poblaciones de Gáldar.
Así, reúne, en una única superficie, la memoria de las ciudades superpuestas, los paisajes neuronales de su trayectoria vital, y el legado de hongos y bacterias que nos sostienen sobre la tierra, convirtiendo el interior de esta vivienda en una ‘duramadre’ sobre la que Guerra vuelca su reflexión acerca de la pintura.
“Sabemos que la energía que desprende el friso policromado de la cueva se asemeja para muchos de nosotros a un ‘cerebro’ de toba volcánica donde se guarda la memoria colectiva de los habitantes de este antiguo poblado. Hemos querido representar esa magia neuronal y vegetal”, explica el artista y viticultor galdense.
Aniversario con arte
Coincidiendo con el 50 aniversario de la declaración de Cueva Pintada como Bien de Interés Cultural del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, la dirección del centro que gestiona la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria propone a Cristóbal Guerra la elaboración de una propuesta artística que sirva para conmemorar esta fecha tan importante para la vida cultural de todo el municipio. “Como conocían mis propuestas anteriores, donde he desarrollado la pasión por el cerebro y el mundo natural, este proyecto se transformó en una oportunidad para poder unir en un mismo espacio toda mi trayectoria artística que casi coincide con esos 50 años que se conmemoran”, detalla Guerra, quien describe el espacio arqueológico como “un lugar único venerado por muchos de nosotros como un auténtico templo aborigen, donde se deposita la memoria prehispánica heredada”.
Este proyecto es, por ello, la culminación de tres décadas de trabajo vinculado con su propia memoria sentimental, con la transformación de su ciudad, Gáldar, a la vera de las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo desde los años 70. “Las simbologías prehispánicas como las pintaderas, las cerámicas, los nombres, los yacimientos, los restos aborígenes están muy presentes en toda la actividad cultural de nuestro municipio”, recuerda Cristóbal Guerra. “Mis primeros dibujos de esa época se alimentan de todo ello. Era muy común encontrar restos de cerámicas prehispánicas entre los desmontes para solares o fincas agrícolas, lo que despertó en muchos de nosotros esa pasión por conocer y por mostrar nuestro pasado aborigen”.
Cuando se inician las primeras campañas de excavaciones en los alrededores de la Cueva Pintada, pudo visitar y conocer los trabajos de los arqueólogos que día a día sacaban a la luz “toda esta ciudad superpuesta que era la Agáldar que tanto me fascina. La geometría de los hilos para marcar las zonas de excavaciones, los cortes perfectos en el terreno, la visión de los primeros vestigios, etc eran verdaderamente muy sugerentes para mí. Hacer viable lo que estaba oculto a nuestros ojos sigue motivando mi trabajo”, confiesa Guerra.
Tres memorias
Los años de formación de este inquieto autor norteño le llevan a experimentar con diferentes técnicas y soportes. “Desde el punto de vista conceptual, me llevan a un acercamiento a la llamada sociología espacial, donde hay una preocupación por el lugar y las condiciones formales y espaciales donde uno crece y le toca vivir.
Coincidiendo con esas primeras excavaciones, se desarrolla la serie del ‘Zócalo Rojo’, con esa visión desde arriba, las plantas cruciformes, la ciudad superpuesta o el Palacio de los Guanartemes, que dan contenido algunas de las esculturas o intervenciones como el homenaje a Celso Martin de Guzmán, La Casa Pintada, El Palacio de los Guanartemes. Es lo que el crítico Franck González llama ‘la memoria del lugar’. La segunda es ‘la memoria del ser’, que recoge toda su serie de los llamados ‘Nocturnos’, donde la geometría de la arquitectura y las estructuras espaciales se ven atravesadas por las formas orgánicas del mundo vegetal. Está representada en pinturas que darán pie a la serie ‘Noche, cepa y cerebro’ (2010), que se ampliará a propuestas como ‘El cerebro, la gran cepa azul’ (Museo Elder, 2010).
Y, por último, la tercera, la ‘memoria vegetal’, surge a partir de su iniciación en el mundo del vino, con proyectos como ‘Los códices del vino’ (CICCA, 2009). Se trata de una línea de trabajo que se hibridará con la ‘memoria del ser’ en series como ‘El jardín de la alquimia’ (Hospital Negrín, 2015) y ‘Paisaje Cultural, Paisaje Neuronal’ (Casa-Museo Antonio Padrón, 2016).
Trayectoria de Cristóbal Guerra
Cristóbal Guerra (Gáldar, 1960) es licenciado en Bellas Artes, especialidad en Diseño por la Universidad de La Laguna. Ha sido profesor de Educación Plástica y Dibujo técnico en enseñanzas secundarias de Canarias. Ha trabajado en varias galerías nacionales y ha participado en exposiciones individuales y colectivas en los ámbitos nacionales e internacionales, donde ha reflejado su preocupación por la relación del ser humano con el paisaje y el medio natural.
Su actividad artística le ha llevado a investigar sobre sociología espacial y a desarrollar su obra plástica más allá de los soportes bidimensionales de la pintura y a trabajar e intervenir en el espacio. La pasión artesanal por la actividad enológica y el conocimiento del mundo vegetal, la vida en el suelo o la microbiología le llevan a estar en continua búsqueda de información y formación.
Tomando la decisión en 1994 de crear paisajes, formar e intervenir en el paisaje, compra su primera pequeña parcela de plataneras e inicia su actividad agrícola. Comienza inscribiéndose en el CRAE como viticultor ecológico. De manera lógica, la pasión por el conocimiento y la creación le ha llevado a profundizar en los principios de la neuroestética, el cerebro y su organización. Ha desarrollado varios proyectos de arte y ciencias en colaboración con personalidades del campo de la neurociencia, como Javier De Felipe, director del Instituto Cajal y del Blue Brain Project. Destaca el proyecto ‘El Cerebro, la Gran Cepa Azul’, en el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología en el 2010.
En 1999 adquiere otra pequeña parcela situada en las antiguas inmediaciones del Convento de San Antonio de Padua, que se construyó en 1520 en la Vega de Gáldar. En esta parcela se inicia como viticultor ecológico desde el año 2000. Su actividad como viticultor y bodeguero se ve recogida en varias exposiciones donde el mundo del vino y la viticultura se convierten en el tema principal de su obra artística.
En 2016 empieza a profundizar en los sistemas de cultivos ecológicos y la vinificación natural, lo que le lleva a interesarse por la agricultura orgánica y regenerativa. Asesorado por Isaac Álamo Saavedra, comienza aplicar y a producir tratamientos orgánicos y de agricultura natural coreana (KNF). Aparecen los primeros vinos sin intervención ni correcciones, siendo lo más naturales posibles. Durante estos años los descubrimientos en los métodos agrícolas y de viticultura han alimentado y nutrido su actividad artística.
Jugar con el color, imaginar a las personas que habitaron el antiguo Agáldar y crear los rostros de las poblaciones que vivieron y transitaron este poblado indígena al norte de Gran Canaria. Son los retos de ‘Pon rostro al pasado’, actividad que intentará envolver a las familias en la atmósfera primigenia de Cueva Pintada
La visita-taller de carácter familiar se celebra el día 11 de febrero, de 10:00 a 13:00 horas, en el Museo y Parque Arqueológico de Gáldar
Se trata de una nueva propuesta gratuita que intentará desarrollar la creatividad infantil, a la vez que ofrece una experiencia inmersiva en el centro museístico dependiente de la Consejería de cultura del Cabildo de Gran Canaria. La inscripción previa está disponible desde el lunes 6 de febrero, de lunes a viernes de 9:00 a 14:00 horas llamando al tlf. 928 895 489 (ext. 3).
El Museo y Parque Arqueológico Cueva pintada fue uno de los centros pioneros en poner rostro a la población indígena. Ahora es la propia institución quien invita a las familias a imaginar cómo eran las personas que transitaron por el poblado y que hicieron de este su hogar.
Como es habitual, la actividad incluye una visita guiada a las instalaciones museísticas y a la recreación del poblado original. Para el taller posterior, los participantes tendrán la posibilidad de explorar su creatividad e inspiración jugando con materiales y colores que les permitan idear rostros de las primeras poblaciones de la isla.
Cueva Pintada en familia
La propuesta ‘Pon rostro al pasado’ pertenece al programa ‘Cueva Pintada en familia’, que incluye contenidos rotatorios de carácter intergeneracional que tienen una gran aceptación y seguimiento por parte del público a lo largo de las numerosas ediciones celebradas desde hace una década.
El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, en Gáldar, supone una verdadera inmersión en el pasado insular, un legado que se ve y se transita desde varias aproximaciones diferentes. El espacio toma su nombre de una espléndida cámara decorada excavada en la toba volcánica y decorada con motivos geométricos, la manifestación más genuina de la pintura mural prehispánica.
La Cueva Pintada formaba parte de un caserío de más de cincuenta casas y cuevas fechadas entre los siglos VII al XVI. El centro muestra una selección de las colecciones fruto de las distintas campañas arqueológicas, mientras que la proyección en 3D sitúa al público en el espacio y en el tiempo antes de que éste se adentre por la pasarela que discurre por las casas y cuevas del poblado.
LAS NOCHES DE CUEVA PINTADA REGRESAN POR NAVIDAD GRACIAS A LA VISITA NOCTURNA CON AMBIENTACIÓN MUSICAL DEL GRUPO ‘TWIN UP’
Vuelven las noches de Cueva Pintada por Navidad. El Museo y Parque Arqueológico de Gáldar acoge el próximo día 29 de diciembre la actividad ‘Cueva Pintada en la noche’. Se trata de una visita nocturna especial, ya que contará con ambientación musical a cargo del dúo ‘Twin Up’. La velada se reparte en dos pases gratuitos, a las 19:30 y a las 20:30 horas
La inscripción para participar en uno de los dos turnos se abre el día 19 de diciembre, y se puede formalizar de lunes a viernes, de 09:00 a 14:00 horas, en el teléfono 928 895 489 (ext.3). La actividad forma parte del programa de acciones solidarias a beneficio del Banco de Alimentos de Las Palmas. Así, se invita a las personas inscritas a contribuir con la importante labor social de esta entidad, con una aportación en efectivo o bien con productos alimenticios o higiénicos.
La propuesta ‘Cueva Pintada en la noche’ se enmarca en la programación de acciones multidisciplinares que intentan acercar la historia del emblemático yacimiento de Gáldar de una manera diferente y atractiva. Se trata, por tanto, de una visita en la que el ambiente nocturno se transforma en un recurso evocador en sí mismo para acercarse al Agáldar indígena y colonial, en compañía de la propuesta musical de ‘Twin Up’.
El equipo del Museo y Parque Arqueológico define la propuesta como “una perspectiva diferente del yacimiento para descubrir los vestigios del poblado con el aliciente de la música y el misterio de la noche”.
‘Twin Up’ es un dúo a guitarra y voz donde se entremezclan diferentes géneros musicales fusionándose así en un formato acústico. La cantante Natalia Palacios y el guitarrista Alejandro González interpretarán diversos estilos, pasando por el jazz, funky, pop, soul e incluso por el bolero, con un estilo propio y fresco. La proximidad de las fechas navideñas también motivará la inclusión de algún que otro tema festivo en alusión a estas celebraciones.
Sobre ‘Twin Up’
La cantante Natalia Palacios lleva en la música desde niña, participando en programas como ‘Veo Veo’ o ‘Menudas Estrellas’. A lo largo de su carrera ha participado en espectáculos como ‘Querido Nestor II’ o el ‘Cabaret del capitán Varela’. El soul, el jazz, el R&B y el bolero son algunos de sus géneros preferidos.
Por su parte, el músico Alejandro González ha tocado en muchas formaciones a lo largo de su vida, y siempre ha estado relacionado con el funky y el soul. Su estilo y su constancia han hecho de él un músico completo y metódico con una gran sensibilidad musical.
Una inmersión en el antiguo Agáldar a través de su alimentación. Es el objetivo de la novedosa propuesta gastronómica que impulsa el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, en coordinación con el chef canario Marcos Tavío
‘Arqueología del gusto. Cocina creativa, Cueva Pintada y la alimentación del mundo indígena de Gran Canaria’ es el título del proyecto que se presenta en la Casa-Palacio del Cabildo de Gran Canaria el 14 de diciembre y que incluye un ‘show cooking’ y la degustación de uno de los platos
Esta experiencia gastronómica, en la que colabora también la Cámara de Comercio de Gran Canaria, constituye la primera supone la primera experiencia gastronómica que se formula en Canarias alrededor de una cocina de vanguardia partiendo de la investigación pormenorizada de la base alimentaria utilizada hace más de 1.400 años por los antiguos pobladores de la Cueva Pintada.
El proyecto supone la llegada a puerto de un largo proceso de búsqueda y experimentación que comenzó a gestarse a finales de 2020 en el centro museístico dependiente de la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario. La investigación arqueológica desde el siglo VII al siglo XV, la memoria, la identidad y los productos del territorio son los protagonistas a través de la creación culinaria que bucea a través de 1.400 años de historia. Esta mañana fue presentada la citada propuesta por el propio chef Marcos Tavío, la consejera de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, Guacimara Medina Pérez, y la directora-conservadora del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, Carmen Gloria Rodríguez Santana.
“Este es un proyecto interesante y novedoso que necesita una sociedad como la nuestra. Necesitamos iniciativas que trasciendan lo habitual. Esto va más allá del conocimiento de un yacimiento arqueológico. Se trata de saber qué se comía, pero también los procesos de producción y los modos de vida. Si además contamos con la colaboración de un chef de la categoría de Marcos Tavío, podemos ponerlo en valor para que tanto el turismo como nuestra juventud se puedan beneficiar de él. Esa es la excelencia que debemos mostrar como servicio público”, señaló Guacimara Medina en la presentación llevada a cabo en la sala polivalente del Cabildo grancanario.
“Expertos de distintas disciplinas han puesto su conocimiento al servicio de la iniciativa ‘Arqueología del gusto’ para que este saliera adelante. Hemos conseguido así crear un relato que nos sirva de orientación para futuros proyectos”. “El objetivo es que se consolide y podamos crear sinergias y que la cultura sea de verdad una industria más para el territorio”, dijo.
Por su parte, Marcos Tavío indicó que “ooder investigar con expertos que me pueden transmitir tato conocimiento, ha sido muy beneficioso para mi cocina y para mí como persona. Hemos intentado crear una experiencia gastronómica rigurosa, utilizando solo ingredientes que se comieron en esa época. Nos dimos cuenta, sin embargo, que seguimos comiendo los mismos productos de esa época porque son las cosas que están aquí, las cosas nuestras”.
“Este proyecto se puede aprovechar turística y didácticamente. Esta es la primera piedra de un proyecto que puede ser muy interesante para los jóvenes y niños, sobre todo a través de la web. Así, esto hará que su visión sobre las islas sea diferente”, añadió Tavío.
Marcos Tavío preparó para la presentación de ‘Arqueología del sabor’ una degustación de uno de los platos que componen la propuesta gastronómica: Higo, papada de cochino negro y tuétano. La iniciativa se complementa con un ‘show cooking’ de la experiencia del gofio. Cabe destacar que el proyecto completo ha sido ampliamente documentado y se presenta digitalmente en una atractiva web diseñada por Tomás Correa, de ‘Mixtura.studio’, en cuya dirección www.arqueologiadelgusto.com, se alojan textos y atractivos vídeos, además de un completo material gráfico sobre el proyecto, que ya puede consultarse y disfrutarse en la red.
Asimismo, la directora del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, Carmen Gloria Rodríguez, advirtió que “es muy interesante trabajar, a partir de ahora, sobre todo con los centros de formación profesional que trabajan en cocina para transmitir lo que puede ser el volver la mirada a esos productos que son de mucha calidad y que enraízan con el mundo indígena, pero también con el tradicional”.
El chef canario con gran experiencia dentro y fuera de las islas, ha buceado profundamente en el conocimiento del mundo indígena de Canarias, centrando su investigación en los procesos relacionados con la alimentación y con la elaboración y manipulación de los productos que constituían la dieta básica de la población canario-amazige. Su experiencia ha ido paralela al estudio sobre los avances en la investigación arqueológica e histórica de todas las islas, lo que le ha permitido acumular conocimientos que inspiran sus creaciones gastronómicas, buscando esos productos inequívocamente canarios y las raíces profundas de las formas en las que se han manipulado y procesado, así como las maneras de consumirlos.
La identidad del sabor
Para crear este proyecto se convocó a un grupo de especialistas en distintos ámbitos de la arqueología que dialogaron con Marcos Tavío con el fin de concebir una propuesta gastronómica a partir de toda la información arqueológica e histórica conocida sobre los procesos de alimentación en Gran Canaria antes y después de la llegada de la población europea. Entre los especialistas consultados destacan Jorge Onrubia Pintado (codirector de las investigaciones arqueológicas en la Cueva Pintada de Gáldar y profesor de la UCLM), Amelia Rodríguez Rodríguez (catedrática de Prehistoria de la ULPGC), Jacob Morales Mateos (profesor de la ULPGC), así como José Ignacio Sáenz Sagasti y Carmen Gloria Rodríguez Santana, conservador y directora del museo y parque arqueológico galdense.
Además, se ha querido ir más allá de lo que supuso la subsistencia de estas primeras poblaciones para adentrarse también en los rituales de comensalidad. Se trata de “imaginar cómo pudo ser ese espacio simbólico en el que el grupo social comparte y transmite sus valores y sentidos sociales, es decir, su identidad cultural”, explica Carmen Gloria Rodríguez.
La investigación ha sido la base sobre la que se articula el proyecto. Se conocen los productos que consumía la población canario-amazige (cereales, productos lácteos, carnes, pescados, lapas…). Sin embargo, es mucho más complejo determinar cómo eran preparados esos alimentos, cuáles fueron las formas de prepararlos para el consumo y si existían “recetas”.
A la hora de generar la propuesta de menú, también se entrevistó a personas vinculadas con el sector primario, especialmente productoras y productores de determinados insumos que siguen manteniéndose en las islas como la cebada o el cochino negro.
Y ahí es donde entra en juego la creatividad que siempre ha estimulado al chef Marcos Tavío, quien asegura que ese proceso, siempre complejo, ha cambiado a raíz de empezar a formular este tipo de cocina, ya que la nueva propuesta gastronómica para Cueva Pintada enlaza con esa búsqueda incesante de los ancestros que siempre ha querido plasmar en sus novedosas iniciativas profesionales; ahora lo llevará a cabo con mucho más conocimiento científico.
Experiencia en vivo
Esta propuesta gastronómica, creada expresamente para Cueva Pintada, se presenta, además, sobre el soporte de una vajilla inspirada en los ricos materiales arqueológicos que alberga la Cueva Pintada, pero moldeada con formas contemporáneas adaptadas a las elaboraciones de Marcos Tavío. La firma ‘Mira Cerámica Estudio’, compuesta por Rocío Torres y Gustavo García, ha sido la responsable de la creación de estas piezas que ofrecen el mejor ‘refugio’ a esas recetas. En ese proceso paralelo de documentación e investigación de las vajillas indígenas ha sido igualmente relevante el papel de Patricia Prieto Angulo, restauradora del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, que posee un enorme conocimiento sobre los objetos cerámicos recuperados en el yacimiento galdense.
Un proyecto de futuro
Esta propuesta creativa permitirá en el año 2023 el desarrollo de un programa de mesas redondas y conferencias en torno a la gestación del proyecto. Las personas que desde los distintos ámbitos de la investigación y la creación gastronómica, y cerámica, han participado en él expondrán qué ha guiado el proyecto, cómo se ha ido gestando y las perspectivas que abre este conocimiento de la Historia de la alimentación en Canarias. También intervendrá en este programa otras personas especialistas en estas materias como Sandra Lozano, doctora en Arqueología e historiadora en el ‘Bullifoundation’.
Mucho más que un museo
Desde su inauguración en el año 2006, el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada ha diseñado programas que demuestran que el espacio gestionado por la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria no es solo un espacio patrimonial en el que investigar, conservar y difundir. También tiene vocación de convertirse en un lugar inspirador a la hora de fomentar la creatividad desde distintos ámbitos como la música, la danza, el cine, la literatura y, por supuesto, la cocina.
“Nadie duda ya de que la cocina se ha convertido hace ya tiempo en un ámbito vinculado de forma ineludible con la creatividad”, asegura Carmen Gloria Rodríguez. “En este arte se combinan múltiples saberes relacionados con las materias primas, su conservación, su procesado y la presentación. Ese saber también está relacionado con la historia de la cocina. Es en este nuevo territorio creativo donde Cueva Pintada ha querido centrar este nuevo proyecto”, asegura la directora del Museo y Parque Arqueológico.

La popular y veterana emisora de radio "Radio faro del Noroeste" sigue su proyección hacia una mayor ampliación de su cobertura.