Fue precisamente la negativa de Bartomeu la que supuso el principio de su fin como presidente blaugrana. A partir de ahí, el secesionismo comenzó a promover la candidatura de Joan Laporta, separatista confeso

El diario EL MUNDO publica los planes que el nacionalismo catalán tenía para convertir al Fútbol Club Barcelona en el brazo civil, propagandístico y financiero del procés. Podría decirse que presionaron al Barça para que demostrara con hechos ese lema que dice que es "mės" que un club.

Según EL MUNDO, los dispositivos intervenidos por los Mossos d'Esquadra a algunos ex dirigentes de la entidad culé se han incorporado al sumario del Barçagate, en el que se investiga la contratación de una empresa para monitorizar las redes sociales y crear perfiles difamatorios de jugadores y opositores a la cúpula directiva.

De esas investigaciones han surgido las informaciones adicionales a las que ha tenido acceso dicho diario. Los separatistas codiciaban la potencia publicitaria y económica del F.C. Barcelona, y trataron de ponerla al servicio de la causa secesionista empezando, como siempre, por el dinero: el plan era convertir el club en una caja de financiación alternativa del golpe.

Meses antes del 1-O, miembros de la Plataforma Pro Selecciones Deportivas Catalanas -beneficiaria de subvenciones de la Generalitat cuyo destino final está siendo investigado- que decían hablar en nombre del entonces presidente Puigdemont se presentaron ante Bartomeu exigiendo la creación de varios puestos ficticios, con salarios de directivo pagados por el club aunque ni siquiera pisarían sus oficinas.

Siempre según la misma fuente, también instaron a Bartomeu a contratar los servicios de ciertas empresas que iban a desempeñar trabajos logísticos para el procés y que se limitarían a girar facturas al Barça simulando que trabajaban para el club.

No solo eso. Los emisarios del separatismo pretendían que el Barça de Bartomeu aportara 2,6 millones «por patriotismo», para sufragar la multa a la que había sido condenado Artur Mas por desobediencia.

Lo que vino después ya lo sabemos: moción de censura, bloqueo de la Generalitat a Bartomeu, y unas elecciones ganadas por Laporta de 'aquella manera'.