Con la nueva ley, el Estado se borra del mapa y deja abandonados a su suerte a los clubes y deportistas, permitiendo que las federaciones vuelvan a tiempos pretéritos en los que campaban a sus anchas porque sabían que ningún órgano administrativo les iba a enmendar la plana
A medida que pasan los días y avanza la tramitación del proyecto de la nueva ley del Deporte en el Congreso de los Diputados van aflorando preguntas que ponen contra las cuerdas al Gobierno formado por PSOE y Unidas Podemos.
Los lectores de IUSPORT han podido conocer de primera mano los aspectos más relevantes del referido proyecto, entre ellos el vuelco radical que se da a la justicia deportiva y a la intervención del Estado en el deporte federado, pasando de un sistema garantista, donde el Estado, a través del CSD y del TAD, han venido dando amparo a los clubes y deportistas frente a las arbitrariedades de las federaciones, a otro que podríamos llamar "Sálvese quien pueda".
Con la nueva ley, el Estado se borra del mapa y deja abandonados a su suerte a los clubes y deportistas, permitiendo que las federaciones vuelvan a tiempos pretéritos en los que campaban a sus anchas porque sabían que ningún órgano administrativo les iba a enmendar la plana. No hace falta repetir que el control que pueden ejercer los jueces en el deporte es sencillamente inútil porque las sentencias siempre llegan tarde.
El asunto es especialmente llamativo ya que, a la vista de la opción que ha tomado el Gobierno de PSOE y PODEMOS, prefieren contentar a 65 federaciones que a 3.841.916 deportistas federados y 74.459 clubes, según los últimos datos estadísticos ofrecidos por el CSD.
Esto explica el silencio cómplice que las federaciones están teniendo en todo el proceso de elaboración y tramitación de la nueva ley. ¿Alguien ha escuchado alzar la voz a algún presidente de federación española sobre la nueva Ley?
Es lógico que estén callados sus dirigentes. No habrá límite de mandatos para los presidentes federativos, límite que sí estuvo en un borrador anterior pero que fue eliminado; el CSD ya no podrá entrar a revisar una decisión de una federación en materia competicional aunque sea la mayor aberración del mundo; las sanciones que cada semana impongan sus comités 'irán a misa', ya que el TAD no tendrá competencia para anularlas, aunque se trate de la expulsión de la competición de un club (sólo podrá actuar si se le priva de licencia a un jugador, pero no si se le suspende por 5 años); el CSD se reserva la potestad de calificar como leve una eventual infracción que cometa un presidente de federación, evitando así que el caso llegue al TAD.
Como media, el TAD resuelve una media anual de 300 casos, que son los de sanciones importantes que reciben los clubes y deportistas.
Este miércoles, el TAD suspendió cautelarmente el cierre parcial del Villmarín. Si la nueva ley estuviera en vigor, el Betis tendría que cerrar una grada dos partidos y quizá un juez le de la razón un años después, pero ya habría cumplido la sanción
Todo esto, para tener contentos a 65 personas, que son los actuales presidentes/presidentas de las federaciones, en detrimento de 3.841.916 deportistas y 74.459 clubes.
Seguimos esperando una explicación del Gobierno a este sinsentido que está a punto de consumarse por mor de la aritmética parlamentaria.