Los acontecimientos tan dramáticos que estamos viviendo ocupan toda nuestra atención. La guerra se extiende por las ciudades de un país que es un 20% más grande que España y que tiene 44 millones de habitantes, una cantidad similar a la de España. La magnitud de esta agresión nos preocupa por la enorme crisis humanitaria que ha desatado y por la gravedad que supone para la paz y la seguridad mundial. Pero no es una situación realmente nueva. La estamos viviendo aquí al lado con el Sáhara. La hemos vivido en Irak, en Siria, en Afganistán. Quizás por ello somos más conscientes del sufrimiento que padecen millones de personas y expresamos nuestra solidaridad con Ucrania y con los pueblos de Europa central que padecen las consecuencias de la invasión del Gobierno de Vladímir Putin

En medio de este escenario dantesco, imprevisible, hay noticias e imágenes en nuestro día a día que tienen una enorme trascendencia y que, unidas, nos muestran una mejora importante en el mercado laboral, un repunte económico que apuntala la recuperación y que señala que estamos avanzando en una buena dirección, si el conflicto bélico no se extiende o se alarga. Hemos visto hace tan sólo una semana el nuevo paseo de Meloneras con numerosos turistas paseando, visitando los comercios y los restaurantes de la zona y curioseando el yacimiento arqueológico que, como el Faro de Maspalomas, conforma un paisaje para el recuerdo de los miles de viajeros europeos que disfrutan de nuestra tranquilidad y de nuestro clima a orillas del Atlántico. Esta ocupación turística es uno de los principales motivos del crecimiento continuado de la contratación de personal en el último año y de la reducción del paro en nuestra isla. Indica que se ha superado lo peor de las distintas oleadas de la pandemia y que volvemos a los indicadores de antes de la crisis.

Son buenas noticias. Pero hay que resaltar varios aspectos en esta tendencia con la que ha comenzado 2022: en los dos primeros meses del año no solo ha habido un aumento extraordinario de contratos sino que el porcentaje de contratos indefinidos se ha duplicado. Gracias a esta evolución el desempleo ha caído en un año un 22,7%, lo que supone 25.442 desempleados menos. La estadística se dispara respecto a la contratación indefinida, con un incremento de este tipo de contratos de un 235%, a lo que se suma el aumento de un 151% en la conversión de contratos temporales a indefinidos. No parece que la subida del Salario Mínimo Interprofesional haya producido la destrucción masiva de empleos como auguraban las posiciones catastrofistas de algunos sectores económicos y partidos políticos. Al contrario, el 14,7% de los asalariados canarios han visto mejorada su retribución, aunque ello no significa que dejen de ser trabajadores pobres, con ingresos muy bajos, personas vulnerables en una situación de crisis y de alza de precios como la que padecemos.

CapturaOtra de las imágenes que se convierten en habituales en nuestro día a día es el enorme volumen de obras en ejecución con las que se mejoran las infraestructuras y los espacios públicos en todos los municipios, gracias fundamentalmente a los planes del Cabildo y de las corporaciones locales. Así lo señala la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan), que confirma el aumento en un 4, 6% de la inversión pública del Cabildo y los ayuntamientos en el año 2021, frente a la reducción de la del Estado en Canarias en un 32% y la de la Comunidad Autónoma en un 24%. Tendríamos que remontarnos a 2008, antes de la crisis inmobiliaria, para encontrar cifras de inversión cercanas a las alcanzadas el año pasado.

Gran Canaria, además, es la única isla que cuenta con un Plan de Cooperación anual de su Cabildo con los 21 municipios y mancomunidades. Este año asciende a 18 millones de euros, para la realización de 75 actuaciones que supondrán la creación de 350 puestos de trabajo. Esta cifra es importante, pero lo más notable es que la continuidad de este programa ha permitido que entre 2016 y 2021 se hayan invertido más de 131 millones de euros y acometido 827 obras, lo que ha permitido la contratación de más de 2.500 personas. El Cabildo es, además, una de las principales entidades contratadoras de la isla, con un constante trasiego de personas o empresas que prestan servicios a la Corporación.

El Cabildo de Gran Canaria ejecuta en estos momentos obras en la isla por un importe superior a los 1.200 millones de euros en carreteras, platós audiovisuales, Museo de Bellas Artes, Plan Sociosanitario, obras hidráulicas, de depuración y desalación, infraestructuras turísticas, patrimonio histórico, zonas comerciales e industriales, mercados, instalaciones deportivas, impulso a las renovables, etc. El modelo de desarrollo ecosocial que proponemos avanza también hacia la consolidación de un modelo de desarrollo sostenible verde y azul que garantice nichos de empleos innovadores ligados a la transición energética, la movilidad sostenible, la acuicultura, la investigación, la economía circular, la digitalización... Gran Canaria es la primera isla en disponer de una Estrategia Insular de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático, con un presupuesto de 147 millones destinados a infraestructuras (88,6 millones), naturaleza (39,5 millones) gobernanza (15,7 millones) y tecnología (4 millones). Tenemos que avanzar urgentemente en romper nuestra dependencia del exterior de los combustibles fósiles, de los alimentos importados, en la seguridad hídrica…

Además de los fondos europeos destinados a la recuperación tras la pandemia que vamos a pelear por captar, el Cabildo promueve proyectos como Salto de Chira, que movilizará unos 3.000 empleos directos para la construcción, mantenimiento y gestión de la central hidroeléctrica reversible, a lo que habrá que sumar el personal que instalará los parques fotovoltaicos, eólicos, comunidades y almacenamientos energéticos que se pondrán en marcha cuando se garantice la sostenibilidad del sistema con renovables.

Conocedora y sensible con los problemas de un mercado laboral que ha saltado de crisis en crisis durante la última década, de la precariedad en las contrataciones, de la dificultad de las personas más jóvenes para acceder a un empleo, de los problemas para incorporarse al mundo laboral de las mujeres y los mayores de 45 años, así como de las personas con discapacidad, las políticas de empleo del Cabildo se han acentuado en los últimos años y han propiciado la contratación de más de 6.000 personas en este mandato. Tienen una orientación centrada en dar respuestas a las disfunciones del mercado laboral, tal como explicó el consejero de Empleo, Juan Díaz, en el Pleno del pasado mes de febrero al detallar las acciones de su área.

En el mercado laboral actual de la isla las ocupaciones más demandadas son las de vendedores, personal de limpieza, administrativos, camareros, peones de construcción, de la industria, de la actividad agrícola, transportistas, cocineros y albañiles, pero no siempre se encuentran personas con la formación suficiente para su incorporación a una empresa. Por eso se realizan actuaciones desde el Cabildo centradas en el ámbito de la formación, los planes de empleo conjuntos con el Gobierno de Canarias, la garantía juvenil, los incentivos a la contratación, los programas de desarrollo local con los ayuntamientos, las inversiones en centros de formación de municipios y mancomunidades, las lanzaderas de empleo, la construcción de siete centros de formación propios, las labores de asesoramiento y promoción de nuevas empresas y la creación de la Fundación para las Personas con Discapacidad. Por citar solo un ejemplo, el programa de Nuevas Oportunidades de Empleo (NOE) ha incorporado a 102 personas en su reciente convocatoria. Son jóvenes que podrán adquirir experiencia durante un año para así poder superar uno de los requerimientos que se establecen por parte de las empresas para la contratación.

En los últimos diez años la economía de nuestra isla ha sufrido duros embates. Primero el de la crisis económica de 2010 y luego el de la crisis sanitaria provocada por la pandemia. El cero turístico se amortiguó con la aplicación de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), aunque el paro creció en todos los sectores y la inactividad afectó de forma drástica a los autónomos y a muchas pequeñas empresas, a quienes apoyamos con líneas de ayuda desde el Cabildo.

El turismo siempre ha sido, de forma incontestable, el motor mayoritario de la recuperación económica. Nuestro esfuerzo se centra ahora en la búsqueda de una mayor diversificación de nuestra economía. Nos refuerza en esta convicción el conflicto bélico en el Mar Negro, por el que se vuelven a poner en riesgo los datos de recuperación económica, del aumento del número de contratos y de la caída del desempleo en las islas. Se trata de un escenario que afecta de lleno a la Unión Europea de la que formamos parte, con la que compartimos los principios y valores democráticos. De ahí procede casi la totalidad de los turistas que nos visitan. Aunque esta crisis afecta al turismo, también impacta en sectores estratégicos como la energía, el agua, la alimentación, el transporte y las comunicaciones.

Nuestra apuesta tiene que ir necesariamente de la mano de las distintas administraciones, de las empresas, de la Universidad, de los sindicatos, de las onegés. Es la única manera de dar el impulso necesario hacia un modelo sostenible que figura entre las prioridades de nuestra institución. La crisis climática, sanitaria y bélica no hacen más que confirmar la necesidad de que estemos preparados para el futuro, un futuro sostenible en el que el empleo verde crecerá por necesidad, pero también por la firme voluntad del Cabildo en lograr una ecoísla autosuficiente.

Como decían nuestros abuelos, amor no quita conocimiento. Tengo que confesar que esperaba que de la Conferencia de Presidentes saliera un acuerdo para atender solidariamente a los menores no acompañados que están bajo tutela de Canarias, pero no fue así. Y ahora habrá que pedir una modificación legislativa, ya que no basta con voluntades incumplidas

La solidaridad, a estas alturas, ya no puede ser una promesa. Canarias lleva demasiado tiempo asumiendo la responsabilidad de cuidar y atender a casi tres mil menores. La inmigración hacia nuestras islas ha demostrado no ser un fenómeno pasajero, sino una constante ante la que ya no cabe alegar sorpresa o desconocimiento.

El nuevo Gobierno de Canarias renunció expresamente a la política de la confrontación que tantos otros han practicado en el pasado en Canarias. Los partidos firmantes del ‘pacto de las flores’ establecimos que era necesario crear un nuevo espacio de entendimiento con la administración central basado en el respeto mutuo, en la lealtad institucional y en la colaboración y el diálogo. Canarias ha sido en todo momento una Comunidad Autónoma que ha renunciado a crear problemas para pasar a intentar solucionarlos. Renunciamos a la crispación política en un mundo que ya nos parecía demasiado crispado. Y en ese nuevo espacio, lo que Canarias espera es una lealtad recíproca por el Estado.

Es evidente que no habríamos superado los efectos de la crisis de los últimos dos años si no hubiera sido por el apoyo financiero de Europa y de España. Los fondos extraordinarios que se han derivado a las islas han sido fundamentales para superar el mayor desastre económico que ha vivido el Archipiélago en su historia reciente. En el año 2020 perdimos nada más y nada menos que diez mil millones de euros a causa del “cero turístico” provocado por la pandemia. Sufrir una caída del 20% del PIB y seguir vivos es un milagro que solo se explica por la solidaridad de la Unión Europea con España y por el compromiso del Gobierno central con las comunidades autónomas más desfavorecidas, como es el caso de nuestras islas.

Las amenazas que se ciernen sobre las islas en los próximos meses son muy preocupantes. Tenemos razones para pensar que el encarecimiento de los precios del transporte de viajeros y mercancías, la inflación, la crisis energética y las incertidumbres de la guerra de Ucrania pueden terminar lastrando la recuperación turística de Canarias. Una vez más no se trata de un problema del destino (o sea, nuestro), sino de un acontecimiento global sobre el que no tenemos capacidad de influencia.

Es necesario que Canarias pueda incluirse como un capítulo especial en el Plan Nacional de respuesta ante las nuevas incertidumbres. Nuestro Archipiélago importa más de quince mil millones en bienes cada año y un aumento de los fletes y de los costes del transporte puede ocasionar un encarecimiento insoportable de la vida en las islas. Y si a eso se le une una inflación desbocada y un nuevo desplome del sector turístico, nos volveremos a enfrentar, como ya nos ocurrió hace dos años, a una tormenta perfecta que seremos incapaces de superar por nosotros mismos.

Las personas con las que hablo están agobiadas. Les cuesta llenar el depósito de combustible del coche con el que van a trabajar. Han visto cómo se ha disparado el precio de la cesta de la compra por el encarecimiento del transporte. Y la inflación les ha robado una parte muy importante de la capacidad adquisitiva de sus salarios. Y si eso les pasa a las clases medias, no cuesta imaginar el efecto terrible que está teniendo este encarecimiento de la vida para las decenas de miles de personas que ganan menos de quinientos cincuenta euros mensuales, como es el caso de las pensiones no contributivas que, en su mayoría, perciben mujeres de nuestra tierra.

Vamos a defender en el Gobierno que se tomen medidas para que los más débiles puedan ser auxiliados. Estamos por reducir, coyunturalmente, la fiscalidad sobre los combustibles, que en Canarias son esenciales para el transporte. No nos cabe la menor duda de que la ciudadanía de estas islas está esperando una respuesta para superar un nuevo año de dificultades. Y estamos seguros de que nuestro Gobierno va a darla. Y que defenderemos ante las más altas instancias del Estado la adopción de las medidas excepcionales que sean necesarias para atender las necesidades de una tierra excepcional. Otra cosa resultaría impensable para mí.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de La Gomera y portavoz de ASG en el Parlamento de Canarias

En el pleno del Cabildo de Gran Canaria celebrado el pasado 25 de febrero aprobamos una moción con motivo del Día Internacional de la Mujer que se celebra el 8 de marzo. El texto ha sido consensuado con los ayuntamientos y se aprobará igualmente en los 21 consistorios de la isla. Y es que, aunque en los últimas décadas y años hayamos vivido una progresión positiva en la lucha por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, la llegada de la pandemia y la inestabilidad provocada por los problemas de suministros internacionales, la inflación y la guerra de Ucrania así como el ascenso electoral y el reforzamiento de un movimiento de extrema derecha internacional ponen en riesgo muchas de estas conquistas sociales

En este escenario cobra especial importancia el 8 marzo para poner de manifiesto la situación en la que nos encontramos y seguir reivindicando medidas que tengan como objetivo avanzar hacia una igualdad efectiva entre hombres y mujeres. Además del lacerante drama social de la violencia de género, la muestra más flagrante de la desigualdad de género se produce en el entorno laboral, con especial énfasis en la brecha salarial. La crisis sanitaria está poniendo en serio riesgo el ya de por sí lento proceso de equiparación salarial entre hombres y mujeres: si antes de la pandemia de la COVID 19 se estimaba que acabar con la brecha de género a nivel mundial costaría 99 años, ahora la cifra se coloca en 135 años, según los recientes informes de Intermón Oxfam.

Las mujeres sufren más las injusticias del mercado laboral: los salarios, la precariedad, la duración de los contratos, la tasa de paro… De hecho, según el informe 'Género y desigualdad laboral: La brecha salarial como indicador agregado' de la Fundación Alternativ@s, en 2018 los hombres en España ganaban, de media, un 27,3% más que las mujeres. A pesar de las mejoras que han tenido lugar en los últimos años la crisis produce que esa tendencia se agrave teniendo en cuenta que casi un 40% de las mujeres trabajan en aquellos sectores en los que la caída de la remuneración de las personas asalariadas ha sido mayor durante la pandemia.

A pesar de que las mujeres que trabajan tienen, en términos agregados, un mayor nivel de formación que los hombres, esto no garantiza la ocupación de puestos mejor dotados o la asunción de cargos de responsabilidad sino que las discriminaciones que en el mundo laboral sufren son múltiples y frecuentes.

Además, hay colectivos femeninos que lo sufren en mayor medida. Es el caso de las mujeres migrantes que son especialmente invisibilizadas y discriminadas, ocupando puestos de trabajo con peores condiciones laborales o directamente en la ilegalidad y prácticamente sin protección y sufriendo, en ocasiones, una estigmatización asociada a su cultura, religión o etnia. También las mujeres trans han sufrido tradicionalmente una discriminación laboral severa, tanto en lo referente a la inserción laboral como una vez incorporadas a un puesto de trabajo, donde son sometidas, en multitud de ocasiones, a situaciones vejatorias y a la intromisión sistemática en su vida personal por su identidad de género.

portada antonio moralesEn lo que respecta al mundo rural, los estereotipos de género siguen muy presentes y se sigue viendo el trabajo de las mujeres como una “ayuda familiar”. Muchas mujeres comparten con los hombres las tareas agrícolas y aportan tanto bienes como trabajo. Aun así, en la mayoría de los casos únicamente figura el hombre como titular de la explotación, por lo que la participación de ellas en las obligaciones, y también en los derechos que se desprende de esa gestión, se ve entorpecida para ser desarrollada en condiciones de igualdad, lo que repercute en una menor autonomía económica de las mujeres que permanecen sujetas al ingreso masculino y no contribuyen en su beneficio respecto de prestaciones o subsidios de protección laboral.

¿Qué podemos hacer para revertir esta situación? En primer lugar y aunque parezca muy evidente hay que apostar por la unión para avanzar en igualdad, tal como reza la campaña institucional que el Cabildo de Gran Canaria ha lanzado con motivo del 8 de marzo. Una democracia no puede ser plena si discrimina a más de la mitad de la población. Es necesaria la unidad con firmeza de las personas demócratas y de todas las instituciones frente a los discursos de odio que cuestionan derechos elementales.

Pero esta unión también tiene que traducirse en políticas públicas que favorezcan la igualdad desde un enfoque interseccional, es decir, teniendo en cuenta las diversas formas de discriminación que operan de manera simultánea. En este sentido es fundamental incluir la cuestión de los cuidados como una tarea pública y compartida. El cuidado de nuestros niños y niñas o de nuestros mayores, por poner los dos ejemplos más evidentes, no puede seguir siendo asumido casi en exclusiva por mujeres y además sin remuneración.

Hay que fomentar acciones encaminadas al emprendimiento femenino desde el empoderamiento personal de las mujeres. Es también importante visibilizar a mujeres que pueden ser referentes por ocupar puestos de poder o espacios tradicionalmente masculinizados rompiendo los estereotipos de género: facilita que las niñas desde temprana edad sepan que pueden desempeñar el trabajo que deseen y que la sociedad en general vaya abandonando aquellas ideas preconcebidas que sean discriminatorias.

Hay que impulsar, como estamos haciendo, la titularidad compartida de las explotaciones agrarias para visibilizar y reconocer profesional, social y económicamente el trabajo de las mujeres en la actividad agraria. Esto es especialmente importante en Gran Canaria, ya que las mujeres rurales pueden y deben tener un papel central en el nuevo modelo de desarrollo sostenible que estamos promoviendo desde el gobierno insular.

Y por supuesto no podemos olvidarnos de colectivos con serias dificultades de inserción laboral como mujeres trans, mujeres migrantes, racializadas, de entornos rurales o con diversidad funcional. Hay que promover no solo su integración en el mercado laboral, sino también la generación de puestos de trabajo adaptados a las diversas circunstancias y libres de discriminación.

En definitiva, afrontamos un 8 de marzo con mucho que celebrar pero también con mucho que reivindicar. Porque no podemos permitir que sean las mujeres las que paguen las consecuencias económicas y sociales de la crisis sanitaria ni que demos ni un paso atrás en el largo camino de la igualdad de derechos. Por eso, por encima de todo tenemos que reivindicar la unión en esta tarea. Porque la unión hace la igualdad.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria

Con más de 300 explotaciones apícolas y casi 11.000 colmenas activas, Gran Canaria es una de las zonas de España con mayor densidad de explotaciones por kilómetro cuadrado. Tal y como ocurre en otros ámbitos de la ganadería, para hacer frente a los nuevos requisitos ambientales y de bienestar animal exigidos, las granjas apícolas deben contar con personas altamente cualificadas que posean básicamente tres características: conocimientos, capacidades y actitudes específicas frente al trabajo de la explotación

La importancia de la apicultura también viene determinada por el crucial papel medioambiental que cumplen las abejas y que está seriamente amenazado. Estos insectos utilizan el polen y el néctar de las flores para alimentarse y producir miel, en un proceso que las convierte en las principales responsables de la polinización. Pero es que además en algunos casos, como sucede en Canarias, hay abejas que recogen polen de solo algunas plantas específicas, siendo por tanto fundamentales para la supervivencia de muchas especies de flora autóctona, lo que las convierte en un elemento clave tanto para la conservación de la biodiversidad como para la agricultura. Son imprescindibles para la cadena alimentaria.

Estamos en un momento en el que se está produciendo un brusco descenso de la población mundial de este insecto. Los pesticidas, el cambio climático, las especies invasoras o la contaminación están afectando a su supervivencia. Este proceso es especialmente grave en Canarias y en Gran Canaria, que cuenta con especies endémicas que están siendo desplazadas por la llegada de otras variedades foráneas. En algunos casos, estas especies son depredadoras y muy agresivas, lo que está provocando cambios de comportamiento en nuestras abejas vernáculas, en general muy mansas pero que se están volviendo agresivas como mecanismo de defensa.

En el blog de divulgación ambiental “Abejas de Canarias” se afirma que Gran Canaria es la isla con mayor diversidad de especies de abejas, con 73 especies diferentes, de las que 52 son compartidas con Tenerife. Tenemos una enorme diversidad que proteger, conservar y divulgar. Además, la apicultura es también una fuente de desarrollo sostenible para medianías y cumbres en las que se concentran las colmenas.

Con la idea de potenciar el sector en la isla nació en el año 2018 el proyecto de Escuela de Apicultura de Gran Canaria. Tras tres ediciones y un total de 148 solicitudes de participación, se han capacitado hasta la fecha 34 personas (12 mujeres y 22 hombres). Cada vez más, estos estudios despiertan interés más allá de nuestras fronteras, con solicitudes de alumnos y alumnas que provienen no solo de otras islas o de la Península, sino de países como Polonia o Italia.

Hace unas semanas inauguramos las nuevas instalaciones de este centro de formación. Con una inversión cercana a los 300.000 euros hemos recuperado un edificio que se encontraba en ruinas en medio de un entorno catalogado como suelo de protección natural.

Apicultura 2La ubicación de la Escuela de Apicultura es, seguramente, la ideal para este tipo de estudios: cercana a la Granja Agrícola del Cabildo y a la Facultad de Veterinaria y con una flora que permite la supervivencia de las colmenas que sirven de apoyo para las prácticas y, a la vez, está también suficientemente alejada como para no crear molestia alguna a los usuarios de las oficinas, estudiantes o ciudadanía en general. Esta escuela ha sido posible gracias a la inestimable colaboración de la ULPGC, especialmente de los catedráticos Anselmo Gracia y Antonio Fernández y el veterinario Pablo Pérez Acosta ya que sin su implicación este proyecto no hubiera dado los resultados esperados.

Esta acción es el emblema del Plan Insular de Fomento de la Apicultura, que incluye un amplio rango de actuaciones como el convenio firmado con la ULPGC para la mejora genética de la abeja Negra Canaria que empezará a dar sus frutos muy pronto, con la inminente campaña de cesión de abejas reinas que pretende reducir el nivel de hibridación de las abejas de Gran Canaria en pro de su supervivencia.

Asimismo hemos creado y potenciado la Marca de Garantía, Gran Canaria Calidad para la Miel de Gran Canaria, a la que desde el año 2013 se han adscrito un total de 13 apicultores. En esta línea, gracias al trabajo desarrollado por el Laboratorio Agroalimentario y Fitopatológico del Cabildo de Gran Canaria y con el fin de garantizar su calidad, también implantamos el servicio de análisis de la miel. Se trata de un servicio gratuito para el apicultor que le permite analizar un lote de miel tanto desde el punto de vista fisicoquímico como polínico.

Igualmente contamos con una línea de subvenciones anuales para el sector apícola destinadas a cubrir gastos de funcionamiento y gastos relativos a formación y a otras acciones. Este año hay presupuestados 60.000 € en 4 líneas de concurrencia competitiva. Por último, cada año se realiza el Concurso Oficial de Cata, un gran escaparate para dar a conocer las mieles producidas en la isla.

El incendio de 2019 afectó a muchas colmenas y desde entonces se articularon tres medidas de apoyo a la apicultura. Las dos primeras, la compra de alimento para las colmenas y la adquisición de cera, fueron ejecutadas en un breve periodo de tiempo. Pero la tercera medida, de mayor calado, fue la reposición de gran parte de las colmenas quemadas con la cesión de núcleos elaborados por el Cabildo de Gran Canaria, en colaboración con la ULPGC. Desde esa fecha, se han entregado un total de 600 núcleos a los 21 apicultores afectados por el incendio. Se trata de una actuación de gran complejidad ya que estas pequeñas colmenas dependen en gran medida del ciclo natural de las abejas.

Junto con la inauguración de las nuevas instalaciones de la Escuela, ese día culminamos el proceso con la entrega del último núcleo a Antonio Eulogio Rodríguez Mendoza, una de las personas damnificadas que con más de 450 colmenas es uno de los apicultores con mayor producción de Canarias.

El plan de apoyo a la apicultura y su nueva Escuela son la vía para el fomento de una actividad referente para el nuevo modelo de desarrollo ecosocial que impulsamos para Gran Canaria. En ella confluyen desarrollo económico en medianías y cumbres, protección medioambiental, formación, innovación y desarrollo y fomento del producto local de calidad. Tenemos el convencimiento de que esta combinación es clave para garantizar un futuro de bienestar para la isla.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

¡Mujer y Cultura! Parece un lema que resuena, como la alarma en el patio de una prisión confundida con otros gritos ¡Mujer y Ciencia!; ¡Mujer y Deporte!; ¡Mujer y Política!.... ¡Mujer! ¡Mujer! ¡Mujer! Gritos continuados con paradas anuales en la memoria o quizás sería más exacto decir en la desmemoria. Y aquí seguimos enumerando los días, los meses, presas y presos de esta misma condición de la que nos queremos liberar

Como mujer, en individual y en individuo, reclamo nuestra pluralidad como elemento distintivo: MUJERES. En el universo de la cultura, las mujeres, con nombres y apellidos, tienen un doble reto, casi una doble obligación: crear y reivindicar. Y no es esa doble función a la que aspiramos. Aspiramos a crear con libertad y sin límites ni medidas. Y ese espíritu, combativo y de militancia aparentemente moderna, ha sido abanderado por mujeres que fueron antes que nosotras, y que serán después de nosotras. En este mes de marzo orbitarán alrededor de los espacios de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, entre otras muchas en presencia o en esencia, nombres y apellidos: Dolores Campos-Herrero, Mercedes Pinto, Espido Freire, Silvia Rodríguez, Saida Santana, Natalia Medina, Arita Shahrzad o Gina Berndtson. Ellas, poderosas portavoces, conectan con la “artista mujer” que somos y con la historia que aspiramos ser.

Aspiramos a coser libros en el Centro de Artes Plásticas y en nuestro Taller de Grabado, porque las costuras, como las heridas, siempre fueron cosas de mujeres, o así desgraciadamente nos lo hicieron saber, y también por desgracia los libros no siempre fueron cosas de mujeres. Por eso presentamos un proyecto colectivo artístico multidisciplinar, de literatura y obra gráfica, con la participación de 48 mujeres artistas en un diálogo literario y gráfico de mujeres que hablan de heridas. Es cierto que de heridas sabemos todos, algunos más y otros menos, pero de costuras y de cicatrices, por naturaleza e historia, sabemos más nosotras. Por eso Cicatrices, proyecto expositivo y libro de 24 escritoras y 24 diseñadoras gráficas, hace girar el fino papel de la herida y convierte esta propuesta inclusiva, intergeneracional, coral, femenina, reivindicativa y tolerante, en un canto a la vida.

Aspiramos a bailar el mundo en la Biblioteca Insular con un proyecto de danza contemporánea para espacios no convencionales, Danza Arai, creado, dirigido e interpretado por cuatro mujeres de la compañía de Natalia Medina. Ángeles Perea Alfonso, Ángeles Padilla, Vanessa Medina y Bárbara Brehcist son sus intérpretes.

Aspiramos a desplegar tolerancia y visibilidad femenina acompañando a nuestros pares masculinos a Padrón, a la voz de Tomás Morales o a nuestro Galdós, inspirador de emociones, donde la imagen y la palabra se unen para crear un único elemento visual y expresivo que sirve para unirnos a toda

Y aspiramos a representarnos más allá de lo que queremos y necesitamos ser: indianas como Saida Santana que escribe, dirige y protagoniza un monólogo teatral en el que da voz a su propia abuela, campesina canaria emigrante en la Cuba de principios del siglo XX; columnistas como Mercedes Pinto a la que Alicia Llarena da voz en ‘Al volar’, una colección completa de artículos que la escritora publicó entre 1950 y 1951 en el suplemento del diario ‘El País’ de La Habana; retratistas de miradas a la figura de Gina Berndtson, artista sueca con un gran número de obras en la sede de la Casa de Colón; escritoras que hoy se llaman Espido Freire o Noemí Guillermo en la Casa-Museo Pérez Galdós.

Con la exposición colectiva Arte de Mujer donde participan Berbel, Inma Ariola, Dunia Sánchez, Zoraida Rodríguez, Elva Ramírez y Maruja, nos vacunamos contra el machismo, un proyecto en CCA Gran Canaria, que habla de igualdad de género y nuevas masculinidades.

Todas ellas somos todas y quedan muchas en los bordes del camino. No dejemos solas a la artista iraní Arita Shahrzad en la Sala San Antonio Abad; a las poetas en mujeres en la Isla, a los poemarios del dolor, a las plumas en el corazón, a las microfantafabulosas. Búsquenlas porque nos están esperando.

Guacimara Medina. Consejera de Cultura del Cabildo de Gran Canaria.

El pasado jueves día 17 de febrero y con la presencia del Presidente del Gobierno de Canarias, la Vicepresidenta del Gobierno de España, Teresa Ribera, las alcaldesas de San Bartolomé de Tirajana y Mogán, la Presidenta de Red Eléctrica de España, el Presidente del Cabildo de Gran Canaria y una amplia representación de cargos públicos y miembros de organizaciones sindicales, empresariales y sociales, se celebró un acto institucional de enorme trascendencia para Gran Canaria y Canarias: de manera simbólica se colocó la primera piedra de la central hidroeléctrica del Salto de Chira

Efectivamente fue un gran día para Gran Canaria y para Canarias. Compartimos con emoción, con esperanza y con orgullo que Salto de Chira sea una hermosa realidad. No hay noticia que mejor pueda cubrir de verde este tiempo lleno de dificultades e incertidumbres. Nuestro pueblo merece que sus grandes sueños se materialicen, los sueños que hablan de proteger una naturaleza y un territorio excepcionales y de avanzar para alcanzar la soberanía energética, hídrica y alimentaria.

Celebramos no solo el comienzo de una gran obra, celebramos el inicio de un nuevo tiempo largamente esperado: la garantía de que un modelo de ecoísla es posible y de que podremos legar a las próximas generaciones una tierra que estamos obligados a proteger. Por ello es también fundamental crear las condiciones para que este archipiélago anclado en medio del Atlántico pueda lograr oportunidades sostenibles de desarrollo reales en el futuro.

Salto de Chira es una herramienta imprescindible para alcanzar esos objetivos, para hacer posible un modelo de progreso ecosocial que garantice nuestra supervivencia. Con el comienzo de las obras abrimos de par en par las puertas a un tiempo nuevo que reafirma a esta isla como tierra de oportunidades, de transformación, de vanguardia y de compromiso medioambiental.

En Gran Canaria, en los dos últimos siglos, hemos tomado decisiones que nos han permitido ser referentes de progreso, de innovación y de vanguardia. Así ocurrió con la construcción del Puerto de la Luz y de nuestro aeropuerto, con la edificación de un entramado de grandes presas que nos hace ser uno de los territorios con mayor densidad en el mundo en estas infraestructuras, con la implantación de una potente red de desaladoras para combatir la falta de agua…

El Salto de Chira pertenece a ese grupo de grandes realizaciones estratégicas que nos permitiráintegrar la protección del medio ambiente, las soberanías energética, hídrica y alimentaria y la descarbonización. Este paso justifica la enorme alegría de este momento.

portada antonio moralesGran Canaria está comprometida en la lucha contra la emergencia climática. Hemos aprobado, entre otras cosas, la primera estrategia en Canarias de adaptación y mitigación del cambio climático, impulsado un plan intensivo para implantar y favorecer el autoconsumo y afianzado el Pacto de las Alcaldías por el Clima. El Salto de Chira se incluye y es vital en esta propuesta integral. Es la clave que sostendrá la bóveda de la descarbonización y la soberanía energética de la isla para ir dejando atrás las energías fósiles y llegar a ser un día cien por cien renovables. Es preciso que valoremos desde esta óptica la magnitud de lo que hoy celebramos.

Necesitamos transformar y almacenar energía y a la vez disponer del agua que nuestra geografía y el cambio climático nos limita. Yo he comprobado cómo nuestra gente se ha sumado con entusiasmo a este proyecto cuando ha comprendido que da respuesta a las dos debilidades fundamentales de nuestra situación. He visto a los agricultores y regantes de Cercados de Espino, de Barranquillo Andrés, de Tunte, de Mogán, de Tejeda, de Artenara, de las medianías de Gran Canaria, apoyar esta iniciativa con la misma ilusión con la que vieron cimentarse las presas que hoy nos permiten este enorme salto medioambiental, energético e hídrico.

Este gran proyecto, que ha necesitado 11 años de trabajo, de estudios, de negociación, de consenso, de firmeza y determinación, coloca a Gran Canaria a la vanguardia de la modernidad, de la transición ecológica y por tanto de la conservación de la enorme riqueza medioambiental que nos identifica y que refuerza nuestro sentido de pertenencia a esta isla. Sin duda estamos ante la infraestructura más importante de Gran Canaria de las últimas décadas. Sobre el legado de nuestros predecesores, que construyeron nuestras grandes presas para combatir la secular escasez de agua que nos desertiza y con la urgencia climática que condiciona nuestro porvenir hemos trabajado para diseñar un proyecto de almacenamiento como la gran solución energética verde que Gran Canaria tiene en sus manos.

Esta infraestructura goza de todas las garantías medioambientales. Hemos conseguido que el impacto en el territorio sea imperceptible y, desde luego, incomparable con los enormes beneficios que va a generar. Más del 90% de la central irá soterrada. Está garantizada la protección de la biodiversidad de la zona y de todos sus valores arqueológicos. Se ha hecho un trabajo responsable e interdisciplinar que yo agradezco intensamente.

Gran Canaria ha iniciado con paso firme su andadura hacia una revolución energética que nos va a convertir en una referencia mundial. Estoy convencido de que podemos convertirnos en un modelo a seguir para los territorios insulares del mundo. Salto de Chira es el elemento de cohesión necesario para la penetración de las renovables y el soporte de un mix imprescindible de almacenamiento, para avanzar hacia la democratización de la energía a través del autoconsumo, para implantar un modelo de generación distribuida más flexible. Queda pendiente que por parte de los organismos competentes (se lo dije a la Vicepresidenta, aprovechando su presencia) se agilice la ordenación de la energía eólica marina, con el consenso de todas las partes, para evitar los errores de la eólica en tierra. También es necesario la eliminación urgente de las trabas que limitan el desarrollo de las comunidades energéticas y el autoconsumo en general. Hay que aligerar la pesada carga burocrática que ralentiza la implantación de las energías limpias. Es imperativo impulsar el ahorro y la eficiencia energética, porque la situación es muy grave y no hay tiempo que perder.

Agradezco a toda la sociedad grancanaria su movilización unitaria para defender este gran objetivo. En política hay que hacer lo que se debe y lo que hemos prometido a la ciudadanía, aunque nos cueste. No caben dudas cuando lo que está en juego es el futuro de Gran Canaria y de su gente.

A la hora de los agradecimientos, la lista de nombres que debemos recordar es interminable. Estén seguros de que en la memoria del Cabildo de Gran Canaria estarán registrados en su libro de honor para siempre. Pero yo tengo la obligación de citar al equipo del Consejo Insular de Aguas, encabezado por Yonay Concepción que ha llevado la dirección técnica del proyecto y coordinado el trabajo de distintas áreas del Cabildo de Gran Canaria (Medio Ambiente, Consejo Insular Energía, Política Territorial, Patrimonio Histórico, Obras Públicas y Presidencia), al Gobierno de España, a la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, al Instituto Tecnológico de Canarias y, por supuesto, a Red Eléctrica de España. Y tengo que decir que a lo largo de estos últimos años hemos podido sostener distintas posiciones con su gente, pero han sido unos grandes profesionales y siempre terminamos agotando el diálogo y el consenso para poder llegar hoy aquí de la mano.

Y también debo incorporar a esta lista de reconocimientos a expertos de la ULPGC, a todos los partidos políticos presentes en el Parlamento de Canarias y claro está, a la sociedad civil en general. Es sumamente importante que en tiempos de desencuentros y de polarización se expresen estas manifestaciones de unidad de acción y de trabajo compartido.

Empezamos a ganar el futuro como siempre lo hemos hecho, con la unidad de nuestro pueblo, con el coraje necesario para superar las dificultades. Encaramos este futuro con la entereza y la tenacidad que aprendimos de nuestra historia para defender que puedan seguir viviendo aquí con dignidad los hombres y mujeres que vendrán detrás de nosotros. La resignación y el pesimismo no pueden ser una opción. Quienes nos pusieron aquí, lo hicieron con la esperanza de que encontráramos soluciones a los problemas. Y en eso estamos. Contamos con el compromiso de todas las administraciones porque el reto es decisivo. Estoy seguro de que el acto del jueves en INFECAR, dando el pistoletazo de salida a las obras del Salto de Chira tiene mucho de compromiso público para hacerlo realidad. No nos debemos olvidar de la aseveración de Simón Benítez Padilla, que tanto hizo por nuestras infraestructuras hidráulicas : "Todo lo debe la isla a su propio trabajo".

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

En las últimas semanas hemos asistido a una polémica exagerada, y utilizada de manera interesada, acerca de la diferencia entre granjas intensivas y granjas extensivas y la insostenibilidad de las primeras frente a las segundas. También aquí en nuestras islas tuvo una enorme repercusión aunque lo cierto es que esa polémica poco tiene que ver con nosotros. Los problemas reales de la ganadería en Canarias en general, y en Gran Canaria en particular, son otros y desde el Cabildo estamos trabajando con el sector para solventarlos

De las 1.232 explotaciones censadas en toda la isla, tan solo el 10,4% tiene más del 80% del censo de la cabaña insular, lo que significa que la inmensa mayoría de las explotaciones ganaderas insulares son de pocas cabezas de ganado. El volumen de negocio que aporta el sector es de unos 45 millones de euros lo que supone el 0,2% del Producto Interior Bruto insular.

En los últimos años ha habido una evolución positiva en la ganadería grancanaria. En la última década experimentamos una caída pronunciada de las cabezas de ganado, pero desde el año 2018 se está produciendo una tendencia a la estabilización del ganado en casi todos los subsectores, fundamentalmente en el caprino, ovino y bovino, sin duda por las políticas de apoyo al sector primario y a la ganadería extensiva.

En estos momentos, el 99,3% de las explotaciones de bovino tienen menos de 543 cabezas de ganado. Es decir, y vuelvo a insistir, que la polémica sobre las macrogranjas está muy alejada de nuestra realidad insular. La ganadería en Gran Canaria es extensiva, sostenible, apegada al territorio, al paisaje, a las tradiciones y a la identidad de nuestro pueblo.

Para afianzar este modelo el Cabildo de Gran Canaria puso en marcha el Programa Insular de Desarrollo de la Ganadería Sostenible que engloba diferentes acciones estratégicas con el objetivo de obtener una mejora de las condiciones de producción y transformación de determinadas instalaciones ganaderas, para mejorar la competitividad de las explotaciones y reducir los costes. Este programa se engloba dentro del Plan Estratégico del Sector Primario de Gran Canaria.

portada antonio moralesEl Plan contempla acciones de formación, con más de 28 cursos específicos al año para el sector ganadero así como la Escuela de Ganadería y Pastoreo y la de Apicultura, ambas actualmente en su cuarta edición. Asimismo se están realizando importantes inversiones, como la del centro de reproducción animal de razas autóctonas ganaderas en el Polígono Agroganadero de Corralillos (con 900.000 € )o las nuevas instalaciones de la Escuela de Apicultura (220.000 €). Especial mención merece la línea de ayudas iniciada en 2019 para la implantación de Energías Renovables o de medidas para la eficiencia energética. Se han beneficiado 60 explotaciones por un importe superior a 1,2 millones de euros. También las subvenciones para la ejecución de mejoras sanitarias, ambientales, funcionales y estéticas que han llegado a 55 explotaciones con un importe total igualmente de 1,2 millones de euros.

Otra de las prioridades que hemos asumido es la de la mejora en la gestión de los residuos ganaderos a través de la Planta de Gestión de Residuos Agroganaderos cuya instalación en el Polígono de Corralillos en Agüimes está en trámite: una planta de biogás destinada a la gestión de los subproductos animales no destinados a consumo humano y otros subproductos de origen vegetal generados por el sector primario de Gran Canaria.

La inclusión de la economía circular en el sector ganadero es fundamental. Para eso se está fomentando el uso de subproductos ganaderos en agricultura a través de un censo de más de 70 explotaciones ganaderas en los 21 municipios grancanarios por el que se ofrecen gratuitamente los residuos generados (estiércoles, purines, sueros, etc.) a las explotaciones agrícolas que lo deseen para su uso, tanto para las labores de fertilización como en la lucha contra plagas y enfermedades de los cultivos en Gran Canaria. La modernización de la gestión también se refleja en el I+D+i, especialmente centrado en la mejora genética de las razas ganaderas autóctonas.

Se impulsa de la misma manera la investigación y el desarrollo de la abeja negra canaria (a través de un convenio con la ULPGC) y la mejora genética de la raza caprina majorera, ovina canaria, bovina canaria y porcina negra canaria, en virtud de subvenciones a las asociaciones de criadores de razas ganaderas autóctonas.

No obstante, el elemento clave para la pervivencia, consolidación y crecimiento del sector son las ayudas específicas al sector ganadero y quesero, que para este año 2022 cuentan con un presupuesto de 2,9 millones de euros. Los ganaderos y ganaderas de Gran Canaria están sufriendo un enorme problema por los aumentos de los costes de los insumos. Estamos hablando fundamentalmente del crecimiento del precio de los alimentos para el ganado como consecuencia de la inflación y los problemas de suministro derivados de la pandemia, pero también del aumento del coste de la luz o el combustible.

Y para contribuir a paliar esa situación, hemos creado una partida específica de 2 millones de euros para este año 2022 centrada en la compensación del incremento del precio de la alimentación animal. Será una subvención ágil y de concesión directa, que se asignará en función de las cabezas de ganado y que podrá solicitarse de forma telemática a través de la sede electrónica del Cabildo de Gran Canaria: https://sede.grancanaria.com/es que esperamos poder abrir en las próximas semanas.

Este es un primer paso, pero vamos a seguir trabajando con el sector para compensar una situación que creemos, se va a mantener en el tiempo. En una mesa de trabajo creada recientemente con el sector ganadero se ha acordado un plan de trabajo que incluye diferentes actuaciones. En colaboración con las distintas cooperativas y asociaciones agrarias vamos a realizar un estudio de costes de producción de los principales productos ganaderos que sirva como referencia en el cumplimiento de la Ley de Cadena Alimentaria. Ya está en marcha con personal de la Consejería y el apoyo de COAG Canarias.

Asimismo, estamos intermediando con las principales cadenas de hipermercados y de supermercados (se consume desde ahí el 62% de los productos) así como con las empresas insulares transformadoras de la leche para que sean sensibles a la situación actual y que no solo el sector primario sea quien soporte la subida de costes generalizados de la transformación y comercialización.

Vamos a seguir potenciando igualmente el forraje local, a través del Plan Forrajero de Gran Canaria, del que ya participan 65 agricultores y ganaderos, con 120 hectáreas en cultivo en las medianías norte de la isla. Si bien nunca se producirá un volumen suficiente para suplir lo que se importa, sí tiene margen de crecimiento para sustituir una parte con ayudas específicas para ello.

En la línea de trabajo encaminada a sensibilizar, concienciar y formar a la ciudadanía en las ventajas del consumo del producto local, seguiremos con la programación que realizamos cada año de ferias de ganados, jornadas como la del cordero o del baifo, encuentros insulares de concursos y catas, exposiciones en certámenes internacionales o muestras como las de Expoagro o Gran Canaria Me Gusta.

En definitiva, desde 2015 el Cabildo está comprometido en el desarrollo e impulso de un sector ganadero sostenible y extensivo, que contribuya a la conservación del paisaje, a la lucha contra los incendios, a generar empleo de calidad, a evitar la despoblación de las zonas rurales y a reducir las importaciones que generan una mayor huella ecológica. Un sector arraigado en los saberes tradicionales pero también volcado en la modernización y la innovación, valorado por los consumidores y que se complemente con el sector agrícola, turístico y gastronómico. Sin duda un pilar imprescindible para la transformación económica, social y ecológica que estamos implementando y que denominamos ecoísla.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

El Jardín Botánico Viera y Clavijo, nuestro Jardín Canario, ha arraigado en la sociedad insular como referencia de prestigio internacional y de implicación en la protección de la flora. Y en eso han tenido mucho que ver las personas que lo han dirigido: primero fue Eric Sventenius, quien diseñó y dirigió la puesta en marcha de la propuesta de un botánico para Gran Canaria, el mayor de España. Durante dos décadas se construyó una gran parte de este espacio en cuyas laderas comenzaron a crecer las diferentes especies de la Macaronesia que escalaban hacia Tafira por el cauce del barranco Guiniguada, una joya de la naturaleza por la que, en unos pocos kilómetros, descienden las aguas de la cumbre, desde 1850 metros de altura, recorriendo fértiles vegas hasta alcanzar el mar en el centro de la capital, en Vegueta.

portada antonio moralesSin embargo, en 1973 un trágico accidente dejó vacío -de forma inesperada- el puesto de director, en un momento crucial para el desarrollo del Jardín Canario. Y se cubrió este cargo con la figura prominente de David Bramwell, que dedicó la mitad de su vida a dirigir y proyectar un botánico en pleno crecimiento. Y en esta tarea se empeñó personalmente durante casi cuarenta años, dando forma al Jardín Canario (con la delicadeza de quien cuida una porcelana fina como las que conforman su excelente colección), planificando los recursos naturales de la isla y manteniendo la tradición de la comunidad británica de hermanarse con la población isleña.

La elección de Bramwell fue promovida por varias personas, tanto en Gran Canaria como en Tenerife, donde conocían bien los pormenores del Jardín Canario, ya que Sventenius intentó realizar su proyecto primeramente en la isla del Teide. Eran todas conocedoras de los trabajos de investigación iniciados por Bramwell. En Gran Canaria, el Cabildo Insular presidido por Juan Pulido Castro, a quien sustituyó momentáneamente Alejandro Castro, inició la búsqueda del candidato a director del jardín asesorado por el equipo creado por Sventenius, con Fernando Navarro y Jaime O'Shanahan cuya relación familiar con el botánico sueco le permitía conocer perfectamente las cualidades necesarias para dirigir el proyecto y, desde luego, conocían las inquietudes y el espíritu de entrega del joven investigador de la flora isleña, David Bramwell. La propuesta contó con el aval de expertos como Wolfredo Wildpret de la Torre, Antonio González y González, así como con el apoyo del profesor de la Universidad de Reading, Vernon Heywood. Logró así la aprobación del entonces presidente insular, Lorenzo Olarte Cullen.

Para explicar la figura de David Bramwell ha sido muy acertado el símil utilizado por el periodista Juan José Jiménez, que lo llama drago. Y así es. Estamos ante un drago de altura, pero también de hondas raíces en Gran Canaria. Un investigador y gestor centrado en el discurso científico. Muy metódico, ordenado, cumplidor de las tareas y siempre preocupado por el futuro del Jardín Canario, así como de otros retos e iniciativas como el cambio climático, un Parque Nacional para la isla, la gestión del planeamiento insular y los espacios protegidos. También fue un generoso activista en la sociedad civil de Gran Canaria y comprometido públicamente en asuntos de trascendencia más allá del Atlántico. Su conocimiento de la isla era muy profundo y su mirada global daba perspectiva y proyección a sus planteamientos.

Estamos ante lo que él llamaba el ‘sindrome de islas’, como recogiera del biólogo estadounidense Sherwin Carlquist y que –en síntesis- viene a explicar que en los territorios insulares se producen variaciones sobre las especies, perdiéndose la capacidad de dispersión de las semillas en mayor cantidad que en territorios continentales y mermándose la capacidad de vuelo en aves e insectos. Una transformación natural que nos hace más vulnerables, sin poder migrar, lo que hace que las amenazas climáticas sean devastadoras para nuestro medio. Y eso le preocupaba, muchísimo, a David. Siendo consciente de la fragilidad del equilibrio en el medio insular luchó con ahínco para argumentar científicamente la necesidad de proteger nuestra naturaleza y concienciar de ello a la población isleña. Esas son sus huellas, las que han arraigado en este Jardín Canario.

Esas raíces permanecen aquí, con ese formidable drago llamado Bramwell que pervivirá en nuestra memoria y en el sentir de la sociedad grancanaria. En este espacio del gran Guiniguada, rodeados por la Macaronesia en miniatura, en un reducido territorio que David -junto a todo el personal del Jardín- ha convertido en una visita indispensable, en un lugar de encuentro entrañable para que nuestra población y cada vez más visitantes colaboren con su cuidado. Dragos, pinos, palmeras canarias a unos pasos de ejemplares de tabaibas, saúcos, crestas de gallo, cardones..., todo distribuido en un escenario natural que alberga la mayor densidad de especies endémicas por metro cuadrado del mundo, donde en cada rincón encontramos referencias a personas que han dejado también sus raíces en nuestra flora: Sventenius, los diez sabios, el jardín de Zoe, Fernando Navarro, el matrimonio Kunkel... Ahora es un buen momento para reflexionar acerca de cómo preservar la figura de David en toda su dimensión para quienes lleguen a esta gran reserva natural, única en el mundo.

En los últimos meses, ya consciente de la gravedad de su enfermedad, David Bramwell culminaba la elaboración de un libro sobre el Guiniguada, su entorno de trabajo durante décadas. Quería dejar finalizadas sus tareas, empeñado en trabajar hasta el último momento, demostrando su implicación con Gran Canaria y el planeta. Su vida ha sido una entrega plena a la conservación de la naturaleza, especialmente de Canarias, a la que dedicó hasta su último aliento. Este drago, que fue capaz de impulsar la proyección y la conexión internacional del Jardín permanecerá siempre entre nosotros. Será siempre motivo de orgullo poder reconocer de forma permanente a quien impulsó la labor de investigación pero también la interacción con la sociedad isleña sensibilizando a la población sobre la riqueza natural que nos rodea. Entre otras actuaciones, Bramwell impulsó líneas de publicaciones científicas, la puesta en marcha y consolidación de la ‘Revista Botánica Macaronésica’ o la creación del primer banco genético de flora Macaronésica, ahora orgullo del Jardín Canario y referencia mundial.

El Jardín Canario cumple 70 años en 2022. El fallecimiento de David una década después de su jubilación, nos muestra un espacio maduro pero joven a la vez, y en constante rejuvenecimiento, en el que la flora canaria exhibe todo su vigor y originalidad. Cada planta de este jardín es una vida, cada rincón de este jardín es un ecosistema. Y cada director del Jardín Botánico Viera y Clavijo ha dedicado su vida a la organización, a la armonización y a la proyección del mayor jardín botánico de España y el más importante en el mundo sobre la flora de la Región Macaronésica.

El Jardín Canario seguirá la estela iniciada por Sventenius y Bramwell en unos momentos difíciles para nuestro planeta. Tiene que seguir siendo un ejemplo del delicado equilibrio entre la naturaleza y la acción del ser humano. Un centro de aprendizaje y de sensibilización para nuestra sociedad sobre la importancia de la gestión sostenible de los recursos y de la inigualable riqueza natural de nuestro territorio. Tenemos que reconocer la labor de las personas que han hecho posible este Jardín y continuar con un proyecto que nos sitúa a la vanguardia de los jardines botánicos de España y que es una referencia mundial. Por eso, tal como anunciaba David hace dos años, mantendremos la lucha iniciada desde el Cabildo y su Jardín Canario y nos hacemos cargo de su testigo para que –citando sus propias palabras- “consideremos lo que estamos haciendo e intentemos hacer algo positivo para las generaciones futuras que tienen el derecho moral de heredar y vivir entre la maravillosa diversidad del planeta”.

Un planeta que mantiene la esperanza gracias a figuras emblemáticas como este drago de nuestra isla, drago de amistad y de entrega a quien siempre recordaremos.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

Quienes señalan los terribles indicadores sociales de pobreza y exclusión que padece Canarias parecen olvidar que llevamos conviviendo con esa realidad desde hace décadas. Hay también quienes responsabilizan al actual Gobierno de las altas cifras de paro o de la divergencia en las rentas de las familias canarias con respecto a la media del Estado, saltándose olímpicamente el hecho de que la brecha entre las islas y la Península no es nueva y si se agravó especialmente, fue en la primera gran crisis

Tras padecer ese terrible crack económico del 2008, causado por una economía especulativa salvaje, que hizo estallar el mercado del crédito y el sector inmobiliario, las Islas Canarias empezaron un rápido proceso de recuperación, con indicadores por encima de la media estatal. Entonces llegó el segundo tsunami, una pandemia que paralizó el comercio y el turismo en el que se sostiene en gran medida nuestra economía. Y a pesar de esa nueva circunstancia sobrevenida e inesperada, Canarias ha sabido sobreponerse y sobrevivir. ¿Tan difícil es darse cuenta del milagro que hemos logrado?

Hasta el opositor más recalcitrante tiene que reconocer que la campaña de vacunación realizada en nuestra Comunidad Autónoma, que ha salvado tantas y tantas vidas, es una actuación extraordinaria y ejemplar. Los trabajadores y responsables de la Sanidad han estado a la altura de lo máximo que se podía esperar de ellos. Con el dinero que ha movilizado la Unión Europea, Canarias ha reforzado el personal de la Sanidad y la Educación, y ha garantizado que se siguieran prestando los mejores servicios en las peores circunstancias que nadie pudo imaginar; con los servicios de Salud colapsados por la presión asistencia del coronavirus.

Frente a la solución conservadora que se adoptó en España en 2008 (austeridad y recortes en los servicios públicos, además de una subida generalizada de impuestos) Europa apostó esta vez por endeudarse para poder superar una situación extraordinaria. Las políticas de liquidez han inundado a los gobiernos europeos de recursos en el peor momento para las economías privadas. Y ha funcionado. El sector público ha mantenido en pie al Estado del Bienestar, y además ha derivado importantes ayudas a las familias necesitadas, a las empresas en dificultades, a las pequeñas y medianas empresas y a los autónomos.

Canarias ejecutó el año pasado más de dos mil millones en fondos provenientes del Gobierno de España que se destinaron a reforzar los servicios públicos esenciales. Pero además, se han sustentado unos ERTE que han sido fundamentales para mantener vivos a trabajadores y empresas al borde de la extinción laboral por la desaparición de la actividad. Se repartieron más de mil doscientos millones en ayudas directas a las pymes y autónomos. Y se ha intentado mantener vivo el tejido productivo del sector turístico con iniciativas como el pago del IBI turístico o los bonos costeados por la Consejería de Turismo de nuestro Gobierno.

¿Estamos bien? Por supuesto que no. Pero miren a su alrededor. No hay ningún país desarrollado en el mundo que no haya acusado el golpe de la crisis y no haya empeorado sus indicadores. Y es importante señalar algo: Canarias aterrizó en la gran crisis del 2008 con una economía muy debilitada. Una sociedad enferma de paro y de pobreza está en peores condiciones de afrontar un desastre como el que se vivió entonces.

Y lo mismo puede decirse de esta pandemia. Llegamos en malas condiciones. En peores condiciones que muchas otras regiones y países. Sin embargo, hemos resistido. Y en estos meses del nuevo año, en los que parece que la economía empieza a repuntar, los indicadores nos dicen que Canarias empieza a crecer y empieza a recuperarse en niveles que están por encima de la media nacional. Hemos sido de los últimos en caer, pero seremos de los primeros en levantarnos.

No hay que tirar las campanas al vuelo, ni mucho menos. Pero objetivamente hablando, estamos empezando a crecer. Necesitamos que no fallen algunas cosas importantes, como la financiación estatal y el turismo, y que se contenga una inflación que agrava los sobrecostos de la insularidad y puede ser un peligro mortal para Canarias. Pero en este nuevo año, existen razones para la esperanza.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de La Gomera y portavoz de ASG en el Parlamento de Canarias

A propósito de la sentencia sobre el “muelle de la vergüenza”

La Audiencia Provincial de Las Palmas archivó, el pasado 17 enero, la denuncia presentada contra el Gobierno de España por las condiciones en las que, en noviembre de 2020, llegó a hacinar en el Muelle de Arguineguín, que se popularizó como el “muelle de la vergüenza”, a 2.600 personas migrantes llegadas por vía marítima. El juez no ha apreciado delito en las actuaciones. Sin entrar en consideraciones de tipo jurídico, sí quiero valorar algunas de las afirmaciones vertidas por el magistrado en el auto que no se ajustan a la evidencia ni a los datos con los que contamos y mucho menos a los informes de las ONG que documentaron ese hacinamiento.

En el auto, aunque se reconoce que las condiciones eran “lamentables”, se asegura que ''se intentó ofrecer amparo, protección y asistencia, si se quiere insuficiente, pero no había otra alternativa, no era posible prever tan masiva llegada”. Una afirmación que llama poderosamente la atención ya que se formula sin sustentarse en ningún dato y en contra de los informes de todas las organizaciones especializadas en el ámbito, incluida FRONTEX, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas.

En primer lugar, la llegada de migrantes a Canarias por vía marítima no es ni mucho menos un fenómeno nuevo. Han pasado ya más de 26 años desde el 28 de agosto de 1994, fecha en la que llegó la primera patera a las islas, a las costas de Fuerteventura, y aún seguimos sin un sistema estable y adecuado de primera acogida con centros suficientes para atender a estas personas. Pero es que además tampoco es la primera vez que nos enfrentamos a un aumento súbito de las llegadas. Ya en el año 2006 Canarias recibió 31.678 migrantes en la llamada “crisis de los cayucos” y ni después de esa experiencia se han puesto los medios necesarios para atender a este tipo de situaciones.

Por otra parte, esta ola de llegadas se produjo en medio de una pandemia mundial, en la que se impusieron severas restricciones a la movilidad humana, se cerraron las fronteras y durante la cual las llegadas por vía aérea (la principal vía de entrada en España) se redujeron drásticamente. Es decir, que en la Península había miles de plazas de acogida libres para personas migrantes, pero no se quiso derivar a estas personas fuera de Canarias, como tuvieron que hacer de manera solapada y paulatina tiempo después.

Dice asimismo el auto que no era previsible prever “tan masiva llegada”. Sin embargo, el informe de análisis de riesgo de Frontex de 2019 ya avisaba de un aumento de las llegadas a las islas y de la reactivación de la llamada “ruta canaria” debido al cierre de otras alternativas marítimas y terrestres. Es más, el aumento no fue súbito, sino que desde principios de 2020 se fue produciendo un incremento de las llegadas sin que se tuviera preparada una respuesta institucional acorde al volumen de personas desembarcadas en nuestras costas.

También se contaba ya con datos sobre cómo las restricciones pandémicas habían afectado gravemente al envío de remesas de los inmigrantes a sus países de origen y a la venta ambulante, dos de las principales fuentes de ingresos en los países africanos de nuestro entorno. O sobre las consecuencias del aumento de la inestabilidad y del conflicto bélico en el norte de Mali. Es decir, había información más que suficiente que permitía prever un escenario como el que se produjo.

Insisto, sin querer entrar en aspectos jurídicos, llama la atención también que no se aprecie delito alguno en las brutales vulneraciones de derechos humanos que tuvieron lugar en el campamento y que fueron ampliamente documentadas. Se hacinó a 2600 personas en unas carpas cuya capacidad máxima establecida era de 400, se superó ampliamente el plazo máximo de 72 horas de retención (hubo personas que pasaron más de dos semanas bajo custodia policial en el muelle), se les privó de asistencia letrada pese a que muchos eran potenciales solicitantes de asilo, no contaban con inodoros ni agua suficiente y dormían tirados en esterillas en el suelo, entre basura e incluso ratas. Pero parece que nada de esto es constitutivo de delito.

Por último, el magistrado Carlos Vielba concluye en el auto “parece posible huir de la idea de que esta isla (refiriéndose a Gran Canaria) quiera ser convertida en una nueva Lesbos”. En este punto ignora no solo los informes y denuncias de las ONG expertas en materia de migración y asilo, sino incluso la propuesta de la Comisión Europea del “Nuevo Pacto de Migración y Asilo”, así como del Reglamento de Procedimiento de Asilo que, de aprobarse, consolidaría y daría cobertura legal a la actual situación que estamos viviendo y que nos convertiría en un territorio de detención y/o retención de personas migrantes y más concretamente, en este caso, de solicitantes de asilo.

En ese texto se recoge que durante el proceso de asilo (cuya duración no se delimita y por lo tanto es indeterminada) y también si la solicitud de asilo es rechazada, las personas deben permanecer en las “fronteras exteriores de la UE” (es decir en territorios como Canarias) hasta que sean devueltas a sus países. En conjunto las mujeres y hombres migrantes podrían permanecer varios meses retenidos en las islas en contra de su voluntad.

Como han explicado varios expertos y expertas en migraciones como Blanca Garcés, la contención de los migrantes en islas como las griegas o Canarias y el freno a los traslados a territorio continental forman parte de la nueva estrategia que la Comisión Europea quiere implantar en toda la Unión, espoleada por los populismos anti-inmigración de extrema derecha y la complacencia de la derecha tradicional y parte de la socialdemocracia,.

En este sentido, un caso paradigmático es el de los migrantes menores no acompañados que llegan a las islas. Se trata de menores que han pasado por una experiencia en muchos casos traumática, que son especialmente vulnerables y que requieren de centros con personal especializado y políticas de integración. Una competencia estatal que por la vía de los hechos parece haber sido transferida a comunidades autónomas y cabildos. Desde estas instituciones hemos asumido la acogida de estos niños y niñas sin recibir compensación alguna por parte del Gobierno de España y sin que se produjeran derivaciones, a pesar de que en muchos casos la presión sobre los centros de menores era casi inasumible.

Canarias acoge en estos momentos unos 2.645 menores extranjeros que llegaron a las islas no acompañados, de los cuales 1.496 se encuentran en Gran Canaria. Y las derivaciones hacia otras comunidades autónomas apenas ascienden al 3,7%, poco más de un centenar. El Cabildo de Gran Canaria ha llegado a destinar unos 8 millones de euros al año para la atención de estas personas, a pesar de ser una competencia estatal. Las derivaciones son necesarias para poder ofrecer una atención adecuada a estos menores en materia de educación e integración social y laboral para cuando cumplen la mayoría de edad.

En definitiva, al margen de consideraciones jurídicas sobre si lo acontecido en 2020 en Arguineguín pudiera ser constitutivo de delito, lo que sí queda claro es que, pese a lo que dice el auto de la Audiencia Provincial, sí que era previsible el repunte de llegadas, sí que había alternativas al hacinamiento que se produjo y sí que había una manifiesta voluntad política del Gobierno de España de utilizar Gran Canaria y Canarias como un espacio de retención de personas migrantes en consonancia con la orientación de la política europea. Y desde el Cabildo vamos a luchar con todos nuestros recursos para impedir la aplicación de estas políticas. Porque sigue pasando. De hecho, en estos momentos se encuentran hacinadas más de 400 personas en la que se conoce como “nave de la vergüenza”, en Arrecife de Lanzarote, sin condiciones de habitabilidad e higiene y con baños químicos escasos o un único grifo de agua para el aseo.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.