En la última reunión de presidentes autonómicos, la Torre de Babel se hizo carne… y pinganillo. Lejos de buscar el entendimiento, algunos prefirieron la ceremonia del disparate: traducirse entre lenguas obviando la que todos entienden, gastar lo innecesario y convertir la pluralidad lingüística en una comedia de enredos. España, una vez más, se supera en lo absurdo

Babel en la Conferencia: Pinganillos, loros y otras extravagancias

Dicen que el idioma es para entenderse, pero en España, a veces parece que lo usamos justo para lo contrario. En la última reunión de presidentes autonómicos, el esperanto lingüístico alcanzó nuevas cotas de surrealismo. Allí estaban, en un salón solemne, mandatarios de la misma nación, hablando cada uno en su lengua autonómica, con pinganillos en las orejas como si asistieran a la cumbre del G-20. Más que una conferencia de presidentes, parecía el ensayo general de una ópera coral... en esperanto.

¿Que hay que defender las lenguas oficiales? Por supuesto. ¿Que hay que convertir cada reunión institucional en un teatrillo de reivindicación nacionalista? Pues mira, igual no. Porque una cosa es la riqueza lingüística, y otra montar una feria de traductores simultáneos cuando todos entienden el castellano mejor que Cervantes. Que no estamos hablando del inuit, sino de gallego, catalán, euskera y castellano. Y no parece que el problema sea el idioma, sino la voluntad de armar ruido con él.

El pinganillo, ese aparato que debería ser símbolo de comprensión, aquí se ha convertido en símbolo del absurdo. Y del derroche. Porque nos dicen —con su habitual condescendencia— que esto es "chocolate del loro". Pero, oigan, ¡hay tantos loros ya en el presupuesto que no hay perola que aguante tanto chocolate! Que si el del Senado, que si el del Congreso, que si el de las ruedas de prensa… A este paso, vamos a necesitar pinganillos también en el bar del Parlamento para pedir un café con leche en condiciones.

Todo esto recuerda a la Torre de Babel, pero sin castigo divino: aquí el castigo nos lo autoinfligimos encantados. Unos se tapan los oídos, otros se desgañitan, y al final nadie se escucha. Porque con falta de entendimiento —lingüístico, político o simplemente lógico— no se construye nada. Ni consensos, ni país, ni sentido común.

Convertir cada idioma en una trinchera es tan inútil como costoso. Se han olvidado de que la lengua, antes que identidad, es herramienta. Herramienta para comunicarse. Y mientras los pinganillos siguen pitando, los ciudadanos —esos que sí tienen problemas reales— miran el esperpento con una mezcla de bochorno y resignación.

Pero claro, todo esto, según algunos, es por respeto a la pluralidad. Muy bien. Pues pluralidad sí. Pero sentido del ridículo también, por favor.

Néstor Martín-Fernández de la Torre se sumergía con cristales al otro lado de la Barra de Las Canteras. Lograba contemplar con otra mirada lo que ocultaba el mar más allá del arrecife. Era su modo de mirar la vida y el océano y así lo plasmó en la icónica serie pictórica ‘Poemas del Atlántico’. A ese océano y su indisociable relación con la isla le cantaron con fruición Tomás Morales, Alonso Quesada o Saulo Torón, los tres, además, trabajadores portuarios

Estas pinceladas me sirven para dirigir el mirafondo hacia la dimensión social, cultural, económica y medioambiental que posee el mar para Canarias y en especial para Gran Canaria. He mencionado a artistas cuyo legado ha quedado grabado en libros y lienzos, pero quiero remarcar la herencia tantas veces anónima que nos han dejado los hombres y mujeres que durante siglos han convivido con las aguas que nos rodean, porque estas personas han escrito nuestra historia con tinta ensalitrada. Me viene a la cabeza la memoria de los barcos saliendo del refugio al amanecer mientras las primeras luces del día encendían las fachadas de las casas de los barrios altos, pintadas con la misma pintura que protegía el casco de los botes pesqueros. Pienso en aquel saber marinero, el que conocía los manantiales de los riscos entre La Aldea y Veneguera y de los que se servían cuando se acaba el agua a bordo. Era una muestra del cordón umbilical establecido entre la costa y la tierra en Gran Canaria.

El Cabildo es consciente de la importancia del medio marino para un territorio que no solo mira, protege, vive y ama el mar, sino que además está definido por su condición de isla rodeada de mar. Así ha sido desde que emergió de su fondo y llegó a ser el escenario de una aventura humana con rasgos únicos y marcadamente atlánticos. Somos orilla y somos horizonte porque somos una entidad social en medio de las aguas. En este contexto, sobresalen en la superficie dos elementos que me parecen fundamentales. El primero es que no podemos ser una nave a la deriva. En segundo lugar, y como subrayan cada vez más voces científicas, el futuro será azul o no será. Precisamente por eso, nuestro proyecto de Ecoísla se apoya cada vez con más fuerza sobre las actividades relacionadas con el medio marino para levantar una isla autocentrada y sostenible con una combinación de usos tradicionales, estrategias insulares y tecnologías de última generación.

Es, además, el mejor puerto de salida para nuevas e ilusionantes oportunidades de formación y empleo en el ámbito de la economía azul, para la diversificación, la seguridad hídrica o la soberanía alimentaria. Y, por supuesto, para seguir la hoja de ruta de quienes nos precedieron y nos dejaron su ejemplo de relación con el mar, con este ser cambiante, vivo, a veces irascible, pero siempre generoso, que nos abraza y nos condiciona, pero que nos ofrece al mismo tiempo opciones tan infinitas. Las mareas de las agendas insular e internacional nos conducen hacia un mismo lugar y revelan el liderazgo de Gran Canaria en el desarrollo de la economía azul (que hoy supera el 8% del PIB insular) las políticas de conservación del medio marino y la adaptación a los efectos sobre los enclaves costeros del cambio climático, además de como foro para el debate.

Gran Canaria acogió recientemente las I Jornadas Internacionales sobre Áreas Marinas Protegidas del Atlántico Centro Oriental. En este marco, tuve la ocasión de exponer, ante una nutrida comunidad científica y de especialistas, el crecimiento de las iniciativas sectoriales relacionadas con el medio marino.

1 Captura de pantalla 2025 06 08 211853Uno de los proyectos más ilusionantes es la creación del Parque Nacional de Guguy que, además de la protección de un cardonal y tabaibal único en el mundo, abarca un espacio marino de gran valor que distinguirá a este enclave como el primero de España que combina espacios terrestres y marinos. Su modelo combinado se aprovecha de la experiencia y el espíritu de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria, que celebra en junio su vigésimo aniversario. Incluye más de 30.000 hectáreas marinas y ha sido nuestro faro para no encallar en el olvido y tener presente el necesario equilibrio entre la actividad humana y el mar. En otros tiempos, según atestigua la toponimia, hubo quien recorría el pie de los acantilados en busca de ámbar, el oro del oceáno. Hoy sabemos que avanzar económicamente en azul es un tesoro al alcance de la mano.

El Gobierno de la isla rema a favor de la economía azul en estrecha relación con la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, una fuente permanente de investigaciones que contribuyen a su protección y sostenibilidad, al igual que el Instituto Universitario de Oceanografía y Cambio Global, el Instituto Canario de Ciencias Marinas o el Banco Español de Algas. Esta concentración de conocimiento de la que puede presumir la isla cristaliza también en el Instituto Universitario ECOAQUA.

Estamos impulsando el puerto de Taliarte como un espacio clave para la investigación, la pesca tradicional, la acuicultura y los deportes náuticos. Ahí comprobamos hace muy poco las oportunidades laborales que se abren para nuestra juventud en las jornadas de puertas abiertas del centro de entrenamiento marítimo del Grupo Stier.

En la última década, el Cabildo ha contribuido a extender este mar de conocimiento con ayudas directas a entidades que desarrollan actividades de I+D+i en el medio marino, incluido el apoyo a la Plataforma Oceánica de Canarias (PLOCAN) para la contratación de personal altamente especializado. Igualmente, hemos colaborado con el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) en el desarrollo de proyectos tecnológicos en materia de desalinización, además de financiar programas para potenciar el talento científico. Por otro lado, el proyecto Bioasis del Cabildo en la Incubadora de Alta Tecnología en Biotecnología Azul y Acuicultura respalda a más de 30 empresas emergentes que desarrollan propuestas innovadoras.

Nuestro puerto de La Luz y de Las Palmas reafirma su liderazgo en el Atlántico Medio. Hemos crecido casi un 10% en TEUS/Contenedores, un 7, 22% en mercancía en general y un 22,84% en avituallamiento. Gran canaria se consolida en Canarias y en el Atlantico Medio como centro neurálgico del transporte, la logística y los servicios portuarios. Fimar nos mostrará, igualmente, a principios del próximo mes, otras maneras de relacionarnos con el océano a través de la náutica o los deportes marinos donde somos líderes mundiales, donde tantos triunfos internacionales hemos alcanzado.

También en fechas muy recientes, tuve ocasión de presentar la planta fotovoltaica de la Cofradía de Arguineguín, dentro del plan insular para hacer más rentables y sostenibles las instalaciones del sector primario. La pesca tradicional y la acuicultura emergente conforman un binomio clave para la protección y la soberanía alimentaria. El goteo es incesante. Y, poco a poco, se convierte en una ola que llega a la orilla para remover cimientos y crear otros nuevos. En 2027 será realidad el centro polifuncional para el desarrollo de actividades innovadoras en servicios marítimos y portuarios que promueve en el puerto la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria (Spegc). Y, junto a la Autoridad Portuaria y el ITC, participamos en el proyecto de la planta de producción de hidrógeno verde destinada al tráfico en el Puerto de la Luz. Igualmente, Gran Canaria ha sido elegida como el primer lugar de España para implantar la eólica marina, que potenciará también nuestra industria naval.

Hay un cofre de especial valor bajo las aguas que nos bañan. Porque dentro se esconde una llave crucial para nuestra supervivencia. Las aguas desaladas del proyecto Salto de Chira no solo nos proporcionarán seguridad energética y una penetración de las renovables que rondarán el 60%. Los caudales excedentarios que regarán las cuencas de la cumbre procederán del mar. Y encuentro algo especialmente sugerente en ello, ahora que sabemos, gracias a los estudios del convenio entre el Cabildo y la ULPGC sobre el poblamiento y la evolución humana de la zona declarada Patrimonio Mundial, que la población aborigen incorporó a su alimentación lapas y otros recursos marinos.

El tiempo es cíclico. Pero también se agota. Y el tiempo para hacer frente a los retos del calentamiento global es ahora. Si no cuidamos el mar, estaremos hablando de hacer castillos en el aire. O, mejor dicho, castillos sobre la arena que se llevará el ascenso del nivel de los océanos. Literalmente. Este año, el Seminario de Comarcas Sostenibles de la Mancomunidad del Sureste se centró justamente en este hecho. En su inauguración, subrayé que el nivel del mar está aumentado en Canarias a un ritmo de entre 2,5 y 3,5 milímetros al año, a lo que se suma la progresiva elevación de la temperatura.

Los factores de riesgo costero son una parte esencial de la estrategia de adaptación y mitigación al cambio climático del Cabildo, que además despliega ahora mismo actuaciones concretas. Es el caso del LIFE COSTAdapta para una intervención integral de adaptación basada en soluciones naturales, participación ciudadana y tecnología avanzada de simulación costera. O del proyecto Natalie para ejecutar el primer Sistema Urbano de Drenaje Sostenible (SUDS) insular a gran escala, una infraestructura verde para gestionar el agua de lluvia y adaptarnos a fenómenos meteorológicos extremos. Cada euro invertido en prevención puede evitar hasta 14 euros en costes de reparación y recuperación, si actuamos a tiempo. El coste de no hacer nada, o de llegar tarde, es infinitamente mayor.

Nuestra participación en la Misión de Adaptación de la UE refleja ese compromiso, evidenciado en la presencia de una delegación del Cabildo en la reunión de Wroclaw (Polonia) el pasado 20 de mayo. Tengo otras fechas subrayadas en el calendario. El próximo 8 de junio es el Día Mundial de los Océanos. Y el día 9 comienza la Conferencia de la ONU sobre los Océanos en busca de un acuerdo global para mares más saludables. Aquí, en Gran Canaria, ya hemos clavado esa bandera en el arenal. Nuestro futuro será azul o no lo será.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria. Islas Canarias.

La política en España transita hoy por un camino cada vez más alejado del sentido común. La confrontación constante, el cruce de acusación y el protagonismo estéril han desdibujado la verdadera esencia del servicio público: trabajar por el bienestar de los ciudadanos. Nos encontramos atrapados en una espiral de polarización donde los grandes consensos han sido sustituidos por el cálculo político, y donde los asuntos que verdaderamente importan –como la crisis migratoria, la vivienda o la financiación autonómica– siguen quedando relegados a un segundo plano

Resulta profundamente decepcionante comprobar cómo, en espacios concebidos para el entendimiento, la búsqueda del consenso y la cooperación entre territorios, como la reciente Conferencia de Presidentes celebrada en Barcelona, se pierden oportunidades históricas para avanzar en soluciones efectivas. Este encuentro debía ser una cita clave para dar respuestas concretas a problemas estructurales. Pero, una vez más, ha quedado en evidencia la incapacidad de los grandes partidos para anteponer el interés general a la lucha partidista.

Para Canarias, las consecuencias de esta inacción son especialmente graves. Nuestra condición de región ultraperiférica, la insularidad y la lejanía del territorio continental suponen sobrecostes y desventajas que deben ser compensados con responsabilidad institucional y solidaridad interterritorial. Sin embargo, lo que observamos es justo lo contrario: una preocupante indiferencia que se traduce en trabajos, incumplimientos y falta de compromiso.

Un ejemplo flagrante es la gestión de los menores migrantes no acompañados. A pesar de la convalidación del Real Decreto-ley que modificó el artículo 35 de la Ley de Extranjería, con el fin de establecer un sistema de distribución más equitativo entre comunidades, seguimos esperando su aplicación efectiva. Las comunidades autónomas continúan sin asumir su parte de responsabilidad, mientras Canarias carga con un peso desproporcionado, tanto humanitario como logístico. Esta situación vulnerable no sólo la lógica solidaria, sino también el cumplimiento de la ley por parte del propio Estado.

Otro de los asuntos malogrados en la Conferencia fue la crisis habitacional. En el caso canario, esta problemática se agrava en muchas zonas donde se ha ido tensionando el mercado inmobiliario. Es indispensable reconocer que Canarias se enfrenta a una realidad singular que exige políticas específicas y coordinadas.

En el ámbito de la financiación autonómica, seguimos esperando una reforma justa que tenga en cuenta los incrementos demográficos, las singularidades insulares y los sobrecostes derivados de nuestra dependencia exterior. Mientras no se revisa el sistema actual, seguiremos arrastrando déficits estructurales que comprometen la sostenibilidad de nuestros servicios públicos y el desarrollo del territorio.

Que la Conferencia de Presidentes haya finalizado sin acuerdos significativos no es, lamentablemente, una sorpresa. Ya lo advertí días antes del encuentro: esperaba poco, precisamente por la falta de altura política que se ha instalado en el debate nacional. Pero confieso que me sigue sorprendiendo la ligereza con la que se desperdician espacios de diálogo que podrían transformar la realidad de millones de ciudadanos.

En tiempos de profunda transformación social y económica, la política necesita más que nunca recuperar el sentido común, el respeto institucional y la capacidad de construir consensos. Tristemente, lo que vemos es una dinámica del “y tú más” que alimenta el desapego ciudadano y erosiona la confianza en las instituciones.

Canarias no puede seguir esperando. Necesitamos con urgencia una respuesta solidaria y eficaz al fenómeno migratorio, un pacto serio para garantizar el derecho a la vivienda y una financiación que nos permita avanzar sin lastrar nuestro desarrollo. Las herramientas están sobre la mesa. Lo que falta es voluntad política.

La Conferencia de Presidentes fue una nueva oportunidad perdida. Pero no puede ser la última. Si queremos un país cohesionado, justo y próspero, debemos empezar por dejar atrás la confrontación y centrarnos en lo esencial: solucionar los problemas de la gente, que para eso nos han elegido y otorgado la responsabilidad que ostentamos.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de la isla de La Gomera. Islas Canarias.

La semana pasada publiqué un artículo en este mismo medio dando cuenta de los datos de la evolución socioeconómica de Gran Canaria en el último año. Resumía lo trasladado al pleno del Cabildo durante el debate sobre el estado de la isla. Ahora les hago llegar un segundo texto, que completa el de la semana pasada, donde abordo las principales políticas públicas llevadas a cabo en el último año que sustentan el modelo de isla que estamos construyendo

Gran Canaria está experimentando una transformación liderada por un modelo que ha dejado de ser eslogan para convertirse en acción: la ecoísla. Esta estrategia busca garantizar un desarrollo resiliente, autosuficiente y adaptado a los desafíos del siglo XXI. Más allá de las palabras, hoy ese concepto se traduce en obras, programas y datos que avalan el rumbo emprendido.

La transición energética es uno de los pilares más visibles. El proyecto Salto de Chira, cuya ejecución se aproxima al 50%, simboliza esta apuesta. Concebido como una “gran batería” verde, permitirá duplicar el peso de las energías renovables en el mix energético insular, superando el 50% de penetración. Con una inversión que ronda los 589 millones de euros, esta infraestructura no solo tiene valor técnico: también es un ejercicio de memoria histórica y de respeto al entorno, al aprovechar las presas que en su día protegieron a la isla del desabastecimiento hídrico. Pero no se trata de un proyecto aislado. La implicación de miles de grancanarios y grancanarias en el autoconsumo, las comunidades energéticas y la expansión de instalaciones fotovoltaicas y eólicas está permitiendo que la isla lidere —tras El Hierro— la transición hacia un modelo energético limpio y descentralizado.

1 Captura de pantalla 2025 06 01 080126Esta lógica de soberanía también se extiende al agua. A pesar de un contexto de sequía persistente - es la quinta isla en la que menos llueve- Gran Canaria ha logrado evitar la declaración de emergencia hídrica, gracias a un esfuerzo de planificación y a la inversión sostenida en infraestructuras. El Consejo Insular de Aguas ha aportado 15 millones de metros cúbicos al sector agrícola, casi la mitad procedente de fuentes regeneradas. La modernización de estaciones depuradoras y de plantas desaladoras refuerza la capacidad de la isla para gestionar este recurso esencial con eficiencia y responsabilidad.

A esta estrategia hídrica se suma una firme apuesta por la soberanía alimentaria. El Cabildo ha promovido una concertación sin precedentes entre productores locales, cadenas de distribución y administraciones para incrementar la producción y fomentar el consumo de productos kilómetro cero. Iniciativas como Gran Canaria Me Gusta o el impulso a la gastronomía autóctona no solo prestigian el producto local, sino que también dinamizan el sector primario y refuerzan la identidad insular.

El modelo de ecoísla también tiene su traducción en la movilidad. La gratuidad del transporte público ha tenido un impacto contundente: 104 millones de viajes gratuitos en 2024, una cifra histórica que no solo alivia el bolsillo de la ciudadanía, sino que reduce emisiones y descongestiona las vías. Se han destinado 53 millones de euros a la digitalización y modernización del transporte público. En paralelo, el proyecto del tren de cercanías avanza con paso firme. Ya se ha finalizado su redacción técnica, se tramita la evaluación ambiental y se han iniciado las expropiaciones con una partida de más de 16 millones de euros. Un paso esencial hacia una isla más conectada y sostenible.

Y la sostenibilidad también implica cohesión social. Durante el último año, el Cabildo ha incrementado el presupuesto sociosanitario hasta los 176 millones de euros. Se han creado 1.026 nuevas plazas en atención a mayores, personas con discapacidad o con problemas de salud mental, alcanzando un total de 8.592 personas. Además, se han incrementado en 80.000 las horas de servicios de ayuda a domicilio y promoción de la autonomía personal, fundamentales para una sociedad del cuidado. Otro hito relevante ha sido el primer Concierto Social para la Atención a Menores Tutelados, que dará cobertura a 36 hogares de protección con una inversión de 119 millones en cinco años. Esta fórmula con entidades del tercer sector aporta agilidad y estabilidad a un servicio especialmente delicado y necesario. También comenzó su andadura el Servicio de Atención a las Víctimas de Ciberviolencia Machista.

Otro frente prioritario es la vivienda. Por primera vez en años, se han iniciado promociones de construcción pública impulsadas directamente desde el Cabildo. Se trata de 63 viviendas energéticamente eficientes, con una inversión de 9,4 millones, de los cuales más de 7 proceden de fondos propios. A esta acción se suma la rehabilitación de más de 500 viviendas, con lo que se duplica el parque de vivienda pública insular. A pesar de las limitaciones competenciales, esta política demuestra voluntad política y capacidad de respuesta ante una necesidad creciente.

La economía grancanaria se está diversificando. Sectores como la economía azul, que ya representa el 8% del PIB, la biotecnología marina, las energías renovables y las industrias creativas están ganando peso. En 2024 se rodaron en la isla más de 140 producciones audiovisuales con un impacto económico superior a los 90 millones de euros. El plató virtual del complejo audiovisual ya está operativo y atrae nuevas inversiones. La creatividad digital, las TIC, la I+D+i y proyectos como BIOASIS o SITGRAN consolidan un nuevo ecosistema productivo más robusto y competitivo. INFECAR es un buen ejemplo de esta dinámica. Ha acogido 150 eventos y más de 900 empresas expositoras en el último año, duplicando cifras anteriores. La futura construcción de un pabellón multifuncional, con estándares de sostenibilidad y calidad arquitectónica, reforzará su papel como nodo económico y cultural clave.

En el último año se ha aprobado también el Plan de Ordenación de Gran Canaria y planes territoriales como el del norte. Se ha estrechado la colaboración con las pymes actuando en las áreas industriales y en las zonas comerciales abiertas. También se ha impulsado Moda Cálida con su internacionalización. Igualmente se han iniciado obras viarias importantes como la que une Valsequillo con Telde.

El turismo, pese a la complejidad del escenario global, sigue mostrando fortaleza. Gran Canaria es líder en gasto por turista en Canarias en seis de los últimos siete años. En 2024, la isla superó los 6.000 millones de euros en facturación, un 10,5% más que el año anterior. Este crecimiento ha sido acompañado por estabilidad laboral, fruto de acuerdos entre patronales y sindicatos, y por una política insular que apuesta por un turismo sostenible y diversificado.

La cultura y el patrimonio son también ejes de esta estrategia transformadora. El Museo de Bellas Artes (MUBEA) está en su fase final de ejecución. La programación cultural ha llevado a cabo hitos como el centenario de Alonso Quesada o la retrospectiva sobre Martín Chirino. El Instituto de Gestión Integrada del Patrimonio Mundial ha inaugurado sus nuevas sedes, distintos centros de interpretación con una inversión de más de 13 millones en territorio protegido. Ha sido reconocido internacionalmente, consolidando la posición de Gran Canaria como referente en paisajes culturales.

En el ámbito deportivo, la isla se consolida como epicentro de grandes eventos. Ha sido confirmada como sede del Mundial de Fútbol 2030 y ha acogido competiciones de máximo nivel como la Copa del Rey de baloncesto o el Mundial de Rallies. Para afianzar esta propuesta, el Cabildo ha puesto en marcha un plan de modernización de instalaciones deportivas, con una inversión de más de 200 millones de euros, que incluye obras como el nuevo Estadio Gran Canaria, el Centro Insular de Deportes, la Ciudad Deportiva Gran Canaria, el Gran Canaria Arena y numerosas infraestructuras municipales.

La cooperación con los 21 municipios de la isla se refuerza mediante programas como el Plan Extraordinario de Inversiones, el Plan de Cooperación y el FDCAN. En conjunto, movilizan más de 800 millones de euros en actuaciones estructurantes. Además, Gran Canaria se reafirma como referente en cooperación internacional. Más del 0,7% del presupuesto insular se destina a proyectos de solidaridad en 25 países, en colaboración con más de 60 ONGs.

Finalmente, en el ámbito institucional, el Cabildo ha avanzado en modernización administrativa, planificación estratégica y gobernanza digital, al tiempo que mantiene su papel como voz de la isla ante instancias autonómicas y estatales, defendiendo cuestiones clave como la financiación de servicios sociosanitarios, la gestión migratoria o las infraestructuras estratégicas.

Nada de esto sería posible sin una gestión económica solvente. El Cabildo mantiene una ejecución presupuestaria del 82%, con un endeudamiento prácticamente nulo. Los presupuestos para 2025 ascienden a casi 986 millones de euros. A ello se suman más de 1.600 millones en planes de inversión en marcha, con efectos directos sobre el empleo y la actividad económica.

Gran Canaria es hoy una isla que no se conforma. Una isla que lidera porque tiene proyecto, alianzas, consenso y una ciudadanía cada vez más implicada en un destino común. Una isla que, lejos de la resignación, reivindica su centralidad en el Atlántico Medio como espacio de diálogo, innovación y sostenibilidad.

Cuando la violencia irrumpe sin aviso, la rapidez de la respuesta policial se mide entre el deber, la ley y el juicio público

El pasado lunes, el aeropuerto de Gran Canaria fue escenario de un episodio trágico y estremecedor. Un hombre, aparentemente fuera de sí, armado con un cuchillo, atacó a un taxista. Minutos después, se encaró con la Policía Nacional, que intervino con celeridad. El desenlace: cinco disparos y un cadáver en la terminal. El suceso ha reabierto un debate espinoso, inevitablemente cargado de emociones: ¿fue proporcional la respuesta de los agentes?, ¿era necesario abatirlo?, ¿se pudo evitar su muerte? El miedo se propagó como una onda sísmica entre los viajeros que presenciaron la escena, donde la violencia irrumpió sin previo aviso.

En medio del desconcierto, emergen con fuerza interrogantes legítimos, pero también juicios apresurados. Las redes sociales, tan instantáneas como implacables, se llenaron de vídeos, opiniones y críticas. Algunos cuestionaban el número de disparos; otros señalaban con razón que cinco cuchilladas certeras matan igual que mata un disparo certero. No se trataba de una pelea de bar ni de una gresca entre iguales. Un enfrentamiento entre un malhechor y la policía no es como subirse a un ring, con las mismas reglas para unos y otros. El agresor no anunciaba sus movimientos ni respetaba norma alguna. La policía, en cambio, sí está obligada a medir su actuación, bajo la presión del tiempo, del riesgo y del deber. Y eso —conviene recordarlo— no es una ventaja, sino un desafío mayúsculo.

La sociedad moderna vive entre dos extremos: el de la complacencia y el de la condena automática. Cada vez que ocurre un suceso como este, se levanta la disyuntiva moral entre disparar o esperar. Pero esperar, en esos pocos segundos de tensión extrema, puede costar vidas inocentes. La proporción está en la intención:¿había intención de matar por parte del agresor? ¿se quiso neutralizar o ejecutar?, ¿se disparó para evitar más víctimas o como castigo instantáneo? En este caso, por la forma de actuar, podría incluso tratarse de un lobo solitario, de los que desgraciadamente, oímos hablar en los telediarios. No es el caso. No había reivindicaciones ideológicas ni religiosas. Parece ser que actuó movido por una pulsión violenta que brotó sin provocación previa.

Una amenaza que no entiende de contextos ni espera a ser desactivada por el diálogo. Frente a ello, la policía tiene la obligación de actuar, y la sociedad, la de comprender la diferencia entre una intervención legítima y un abuso. Sí, cada disparo es una derrota de la razón y un golpe a la conciencia colectiva. Pero también lo es cada cuchillo que hiere, cada víctima que sangra sin sentido. El dilema entre cinco tiros o cinco puñaladas no es trivial, ni se resuelve en blanco y negro. La seguridad exige decisiones duras, y a veces, decisiones trágicas.

Lamentamos la muerte. Lamentamos que siga habiendo personas dispuestas a sembrar el caos. Pero no deberíamos lamentar que quienes están para protegernos lo hagan con firmeza, dentro del marco legal, aunque eso nos enfrente a preguntas incómodas. Porque el desconcierto pasará, pero la verdad y la justicia, si las cuidamos, permanecen.

La semana pasada celebramos en el Cabildo de Gran Canaria el debate anual del estado de la isla. Es una oportunidad para comprobar si estamos avanzando en los objetivos que nos propusimos al asumir el gobierno progresista. Quiero compartir los datos para que las organizaciones sociales y el conjunto de la población tengan una visión de primera mano de la realidad de Gran Canaria

Estamos en condiciones de transmitir a las grancanarias y grancanarios buenas noticias de la evolución, durante el último año, de una isla dinámica en su actividad económica, que crece en servicios y derechos sociales, que mejora en sus infraestructuras y equipamientos, que atrae inversiones y eventos de repercusión mundial, que proyecta al exterior un modelo de desarrollo sostenible que la hace atractiva y consistente, que avanza en los elementos sustanciales de la ecoísla y la diversificación económica, en la dimensión energética, hídrica, alimentaria, económica, social, cultural y medioambiental.

Para refrendarlo, tenemos, entre otros, los grandes ejemplos de Salto de Chira, de los centros sociosanitarios, del nuevo Estadio de Gran Canaria o el Centro Insular de Deportes, del inicio de la construcción de viviendas, del Museo de Bellas Artes, del nuevo Infecar en proyección, de los platós cinematográficos, del radiotelescopio de Temisas o de un ambicioso plan de obras municipales que visibilizan un gobierno insular que relaciona fines y medios.

Y es clave en esta estrategia la colaboración con la iniciativa privada y social para apoyar sus ideas, sus proyectos y que encuentren en el Cabildo la institución fiable que prioriza en sus decisiones el desarrollo y el progreso de Gran Canaria. Las iniciativas en investigación universitaria, economía azul, energías renovables producción audiovisual son claros ejemplos de esta complicidad que está dando frutos visibles.

Nos encontramos con una isla que progresa de manera equilibrada, que huye del desarrollismo que destruye recursos y no es sostenible, que prioriza las acciones sobre elementos esenciales que garantizan un futuro a largo plazo, evitando el cortoplacismo, que quiere garantizar derechos a toda nuestra población sin dejar a nadie en la exclusión. Creo que esta forma de avanzar es la que explica una percepción social singular que no coincide con el malestar crítico expresado en otros territorios donde se rechazan modelos de sobrepoblación o de alta ocupación del territorio.

54513810126 9040a915fb oHay datos muy elocuentes que definen el momento que vivimos. Muchas de estas cifras suponen hitos históricos. El nivel de ocupación en el empleo alcanzó en 2024 las 405.000 personas ocupadas, un 4,3% más que en 2023. En Gran Canaria se consolida en 2024 superando con creces el anterior máximo histórico registrado a final de 2023. Ha habido un aumento de 16.570 personas ocupadas durante 2024 respecto a 2023. Ya era muy buena la situación a final del año anterior, pero lo que revelan estos datos del ISTAC es que en 2024 incluso mejoran. Es una línea ascendente que supera la situación anterior a la pandemia. Y el dato de la ocupación tiene más valor cuando lo relacionamos con las cifras de personas desempleadas porque comprobamos que mucha de nuestra gente consigue trabajo.

El nivel de desempleo en GC en 2024 alcanza un record de mínimos. La cifra de paro registrado se sitúa en marzo de 2025 en 67.976 personas, tras una disminución del 5.5% respecto al mismo periodo de 2024. Supone que 5.312 grancanarias y grancanarios dejaron de estar registrados en situación de desempleo en el último año. La tasa de paro en Gran Canaria descendió al 12,70% en 2024 frente al 15,65% en 2023. Esto nos viene a decir que uno de cada cinco desempleados encontró trabajo durante el último año. En las estadísticas de desempleo, el cierre de 2024, supone para Gran Canaria el mejor registro de la última década.

La tasa de paro juvenil se ha reducido hasta el 31.45% en 2024 frente al 37,54% en 2023. Está claro que no hemos ganado la batalla definitiva consistente en llevar la tasa juvenil a la media general de paro. Pero la reducción es muy considerable y nos dice por donde debemos seguir trabajando: información, formación, tutorización. Me satisface especialmente la reducción del paro juvenil por lo que tiene de ruptura de una situación que parecía estructural e irresoluble y porque alcanza una disminución que no conocíamos en los últimos 15 años.

Gran Canaria cierra el mes de marzo de 2025 con más de 377.000 afiliados a la Seguridad Social lo que supone un 2.7% más que en 2024. El índice de confianza empresarial se ha recuperado.. El tejido empresarial de la isla tiene expectativas positivas respecto al futuro económico de Gran Canaria, cerrando 2024 en niveles de confianza prepandemia y mejorando sobre 2023 en un 0.16%.

Como todos y todas saben, nuestra política turística y de promoción no es la de favorecer un incremento permanente y continuo de visitantes. Por eso nos satisface el dato de que crecieron los ingresos turísticos agregados por tercer año consecutivo y se produce un incremento superior al avance de la cifra total de turistas. Gran Canaria facturó más de 6.000 millones durante 2024, un 10,55% más que en 2023. En términos absolutos el gasto diario por turista es de 171€, crece 1,11% sobre 2023. El gasto turístico diario bate récords históricos en nuestra isla. Creemos que esa es la política correcta: mejor rentabilidad y contención de visitantes para evitar saturación y sobreutilización de recursos.

El movimiento portuario se convierte en otro polo de generación de riqueza incrementado por el aumento de atraques debido al desvío de rutas por los conflictos en oriente medio. Hemos crecido casi un 10% en TEUS/Contenedores, un 7, 22% en mercancía en general y un 22,84% en avituallamiento. El tráfico aéreo aumentó en el último año en un 8,95%, más de 15 millones de viajeros. Gran Canaria se consolida en Canarias como centro neurálgico del transporte, la logística y los servicios portuarios. Nuestro aeropuerto sigue siendo el más importante de la Comunidad, con más de 15 millones de viajeros.

Nuestro PIB ha aumentado en un 3,58% y el incremento anual del PIB per cápita es de un 3,5% frente al 2,62 de Canarias. La renta media familiar ha aumentado en los últimos años en 6.421 euros, un incremento porcentual del 20,26%. También ha aumentado la productividad en nuestra isla en un 1,22% , frente al 0.99 de Canarias.

Y en esta síntesis de factores de crecimiento socioeconómico debemos incorporar la inversión pública que realiza principalmente el Cabildo de Gran Canaria con más de 1.600 millones de inversión actualizada que supone una inyección considerable para la generación de empleo y para la capitalización de nuestras pequeñas y medianas empresas.

Con estos datos es seguro que tenemos motivos para transmitir a nuestra ciudadanía que vamos por el buen camino. Esta confianza aumenta nuestra autoestima como pueblo, afianza el sentido de pertenencia y quienes conocen la sociología de los procesos sociales saben que son factores que impulsan la iniciativa y la emprendeduría en todas sus dimensiones. Lo importante de esta valoración de datos es que tienen coherencia y consistencia al analizarlos conjuntamente. Todos vienen a corroborar la salud, el dinamismo y la potencialidad de nuestro sistema social y económico.

Atribuyo el éxito a un protagonismo colectivo que coincide en las prioridades y en un proyecto común. Y esta realidad positiva se está dando a pesar de que el contexto estatal e internacional nos está influyendo negativamente porque hay factores poderosos que están generando inestabilidad, incertidumbre y desconcierto. Hemos recuperado y mejorado indicadores anteriores a la pandemia, en empleo, en producto interior bruto, en inversiones, en confianza empresarial. El esfuerzo está valiendo la pena, pero las condiciones internacionales están limitando la obtención, incluso, de mejores resultados.

Aun siendo graves las incertidumbres socioeconómicas que se ciernen a nivel mundial, nos preocupa tanto o más, la orientación reaccionaria y neofascista que se extiende en el mundo, que gana apoyos en democracias asentadas y que amenaza con arrastrar hacia posiciones extremas a la derecha democrática europea. El negacionismo del cambio climático, las posiciones racistas en políticas de inmigración, la negación de la violencia de género o la supresión de políticas de solidaridad con sectores vulnerables son las nuevas banderas de la extrema derecha que inundan redes sociales y medios de comunicación financiados por los sectores económicos reaccionarios.

En este contexto tiene más valor lo que estamos consiguiendo e impulsando en esta tierra. Liderando políticas estratégicas que nos permiten avanzar hacia un siglo XXI más sostenible, solidario, igualitario, democrático y orgulloso de nuestra historia y nuestra identidad.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria. Islas Canarias.

En una sociedad cada vez más envejecida, donde la evolución demográfica plantea retos urgentes, las políticas públicas deben situar a las personas en el centro de la acción. Uno de los desafíos más acuciantes es garantizar el acceso al empleo de calidad a quienes, a partir de los 45 años, encuentran mayores obstáculos para reinsertarse en el mercado laboral. Es en ese grupo donde debemos reforzar nuestra intervención institucional si realmente aspiramos a una sociedad cohesionada y equitativa

El reciente informe de Coyuntura Económica de La Gomera 2024, elaborado por la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, nos ofrece un diagnóstico revelador. Si bien los indicadores económicos muestran signos de recuperación —con un aumento del número de empresas, una mayor afiliación a la Seguridad Social y una tasa de paro que desciende —, no podemos obviar la realidad que afecta a segmentos específicos de la población, especialmente aquellos mayores de 45 años.

La estructura del empleo sigue enfrentando barreras relacionadas con la edad, y muchos de nuestros ciudadanos con experiencia quedan relegados, a pesar de su potencial. En este contexto, desde el Cabildo de La Gomera apostamos de forma decidida por políticas activas de empleo que conjugan formación, empleabilidad y cohesión social. Lo hemos demostrado con el programa pionero financiado a través del FDCAN, mediante el cual se ha contratado a 120 personas mayores de 60 años y se les ha brindado formación en competencias digitales básicas, herramientas esenciales para desenvolverse en un entorno laboral y social cada vez más tecnológico.

Este modelo no debe ser una excepción, sino una constante. La clave está en establecer estrategias a medio y largo plazo que integran a todos los sectores sociales, no solo a quienes rebasan los 45 años, sino también a los jóvenes recién titulados, que enfrentan su propia lucha para iniciar una trayectoria profesional sólida. La igualdad de oportunidades en el empleo no se garantiza únicamente con la oferta de puestos, sino con la dotación de herramientas formativas y planos de cualificación adaptados a la realidad insular.

Nuestro compromiso con el desarrollo sostenible —económico, social y territorial— exige una planificación responsable, basada en la anticipación. La doble insularidad, el envejecimiento poblacional y las dificultades de conectividad no pueden ser frenos, sino acicalados para ser más proactivos, creativos y solidarios.

Las administraciones no pueden actuar de forma aislada. Esta labor debe estar respaldada por un esfuerzo conjunto entre las instituciones, las empresas, los centros formativos y la ciudadanía. Debemos diseñar una arquitectura de oportunidades que facilite tanto el reciclaje profesional de quienes llevan años fuera del mercado como la inserción de quienes se incorporan por primera vez.

Desde La Gomera, seguiremos destinando recursos a estos multas, convencidos de que apostar por las personas no es solo una cuestión de justicia social, sino también una estrategia inteligente para el desarrollo económico. Invertir en las personas es invertir en talento, experiencia y compromiso.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de la isla de La Gomera. Islas Canarias.

Los datos que recoge el reciente Informe de Coyuntura Económica de La Gomera confirman una realidad que quienes vivimos y trabajamos aquí ya percibíamos: las Islas Verdes están avanzando. La Gomera cerró el año 2024 con indicadores muy positivos: aumento del número de empresas, mejora en la afiliación a la Seguridad Social y reducción del desempleo a los niveles más bajos de los últimos años. A esto se suma un repunte en la confianza empresarial y un notable dinamismo en sectores como la hostelería, que debemos seguir impulsando

Sin embargo, estos logros no deben llevarnos a la complacencia. El camino hacia un crecimiento económico sólido y sostenible en nuestras islas —La Gomera, El Hierro y La Palma— aún tiene importantes desafíos por delante.

Uno de los principales retos es el marco fiscal. No son suficientes las medidas implantadas para el combustible o los billetes para residentes. También hay que abordar una política fiscal diferenciada que impacta directamente en el IRPF y en los impuestos que afectan a nuestras empresas. Estos no son privilegios, sino herramientas imprescindibles para garantizar la cohesión y la justicia territorial, porque los sobrecostes derivados de la doble insularidad medidas limitan la competitividad de nuestras empresas y encarecen el día a día de nuestras familias.

Junto a esto, debemos poner en marcha una estrategia de empleo adaptada a las personas mayores de 55 años, que incluya formación específica y un acompañamiento adecuado para facilitar su reinserción laboral. Del mismo modo, es preciso implementar medidas específicas para la empleabilidad juvenil de la mano de programas duales de formación y empleo como los que ya están en marcha en islas como La Gomera.

Todo ello, nos motiva a defender una acción política valiente y diferenciada. Debemos mejorar la conectividad insular con infraestructuras modernas y eficientes, impulsar políticas de vivienda asequible, garantizar el acceso a servicios públicos de calidad y apostar decididamente por la digitalización, clave para fijar población y abrir nuevas oportunidades.

Las Islas Verdes han demostrado que, con voluntad política, es posible avanzar. Pero para que ese progreso se traduzca en un bienestar real y duradero, necesitamos el compromiso firme de todas las instituciones. No pedimos privilegios, sino equidad. Y estamos preparados, como siempre lo hemos estado, para trabajar con lealtad institucional y con una visión de futuro que garantice un desarrollo justo, sostenible ya la altura de nuestra gente.

Porque si no logramos transformar los buenos datos en oportunidades reales para la ciudadanía, estaremos perdiendo una oportunidad histórica. Es hora de actuar.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de la isla de La Gomera. Islas Canarias.

El pasado martes día 8 de abril el Cabildo de Gran Canaria presentó las actuaciones del bienio 2024-2025 encaminadas a avanzar en la seguridad hídrica para el sector primario de esta isla. Dio cuenta de un paquete de actuaciones de 15 millones de inversión enmarcado en el Programa Insular de Desarrollo, en el apartado de mejoras para el regadío

Más de cuatro hectómetros incorporados al riego agrícola, un 10% más que en el 2023. Son actuaciones en materia hídrica para incrementar la capacidad de agua regenerada y desalada, mejorar la calidad de las aguas de origen industrial, aumentar los intercambios de agua entre la cumbre y la costa, recuperar infraestructuras en desuso, ampliar las redes de distribución, adquirir nuevo patrimonio de depósitos de regulación y almacenamiento y poner en marcha las redes de distribución e impulsión para la distribución de los excedentes del Salto de Chira, setecientos cincuenta mil metros cúbicos cada año para el sector primario, la reforestación y la lucha contra los incendios en las cuencas de Tejeda, Artenara, Tunte y Mogán.

La aportación actual de aguas industriales (agua desalada y agua regenerada) al sector agrícola a través del CIAGC es de 14,3 Hm3. Con dos nuevas plantas portátiles contempladas en este plan de actuaciones se llegará a casi 16 Hm3. Debo señalar también que los intercambios cumbre-costa han conseguido aumentar la aportación a la cumbre en 0,46 Hm3/ año. Desde 2022 hasta hoy día, para suplir la carencia de recursos convencionales se ha pasado de producir 11 Hm3 de agua desalada y regenerada a los 14,3 Hm3 actuales.

El lunes 14 de este mismo mes, en compañía del consejero insular del Sector Primario, Soberanía Alimentaria y Aguas, firmé un convenio con el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno de Canarias para la ejecución, por un total de casi dos millones de euros, de catorce actuaciones en once municipios de medianías y cumbres de Gran Canaria destinadas al almacenamiento de aguas para riegos, nuevas redes de distribución de aguas para riegos, sistemas de bombeos fotovoltaicos, adaptación y mejoras en presas y obras hidráulicas para el intercambio de aguas entre la cumbre y la costa.

Todas estas obras están recogidas en el Programa Insular de Desarrollo para la Mejora del Regadío y el Plan de Actuaciones para Mitigar los Efectos de la Sequía que contemplan más de cien actuaciones por un importe superior a los ciento cincuenta millones de euros. A esto se suman los más de veinte millones de RENOVAGUA destinados a incorporar las energías renovables al sistema hídrico insular para abaratar los costes del agua y reducir los niveles de contaminación. Se ejecutan de manera coordinada con la participación del Consejo Insular del Agua de Gran Canaria y la Consejería insular del Sector Primario, Soberanía Alimentaria y Aguas.

Ese mismo lunes anunciábamos que las lluvias de esos días habían dejado 718.000 metros cúbicos de agua en las presas y embalses de Gran Canaria, lo que se traducía en un alivio para las zonas más tensionadas de cumbres y medianías y en una mayor tranquilidad para afrontar el verano de los hombres y mujeres de nuestra agricultura.

Salvo La Palma y Gran Canaria, el resto de las islas de nuestro archipiélago han declarado la emergencia hídrica en sus territorios en los últimos tres años. El Hierro y La Gomera lo hicieron en 2022, Lanzarote y Fuerteventura en 2023 y Tenerife en 2024. Si anunciáramos que Gran Canaria se ve obligada a declarar la emergencia hídrica ocuparíamos todos los titulares, pero apenas llama la atención si afirmamos que el agua para consumo humano está garantizada en la isla o que se dispone de agua para el riego durante todo este año y que no cesamos de trabajar e invertir para garantizar la seguridad hídrica del sector primario insular.

Somos conscientes de que para el desarrollo integral sostenible que pretendemos para Gran Canaria, desde la ecoísla que impulsamos, es absolutamente imprescindible garantizar la seguridad hídrica de la isla y alcanzar las mayores cotas de las soberanías alimentaria y energética. Y lo estamos haciendo. El trinomio agua, energía y alimentación es la clave de nuestra supervivencia.

Es necesario igualmente que impulsemos todas aquellas medidas encaminadas a mitigar y a adaptarnos a los efectos del cambio climático en un territorio tan frágil como el nuestro, de los que mas rápido avanza es la desertización de un 90% de nuestro territorio. Y lo estamos haciendo.

3 Captura de pantalla 2025 05 11 110151Y conocemos palmo a palmo el camino por el que debemos transitar en materia hidráulica en Gran Canaria en los próximos años y que debe pasar por reducir las pérdidas de agua implantando tecnología de última generación; por recargar los acuíferos reduciendo los caudales superficiales que desembocan en el mar y geodepurando las aguas subterráneas en mal estado; por realizar una gestión integrada de las redes de saneamiento y el control de los vertidos mejorando la calidad de las afectadas por intrusión marina; por optimizar la energía de las instalaciones a través del ahorro (consumimos para producir agua el 15%) y de la penetración de las renovables; por perfeccionar las tomas de las desaladoras; por mejorar la eficiencia de los regadíos… Solo con estas medidas podríamos reducir el déficit hídrico en un 53% de aquí al 2027. Y estamos trabajando decididamente en ello.

El futuro del agua y de la supervivencia de la tierra pasa por la innovación, la eficiencia, el ahorro, la reducción del consumo… Canarias sabe mucho de esto. Su historia está jalonada de hitos históricos que señalan largas luchas por salvar los graves problemas de la escasez de agua en nuestro territorio. Hemos sufrido mucho y corremos muchos riesgos a la hora de garantizar la estabilidad en el suministro de un agua de calidad para la población y para sostener nuestra economía. Tenemos un reto extraordinario por delante. Creemos firmemente en el camino que nos hemos trazado.

La isla cuenta con una capacidad total de desalación de agua de mar de 104 hectómetros cúbicos al año procedente de un total de 20 complejos de desalación públicos y privados. 70 Hm3 son para el suministro a la población, 17,5 Hm3/año para la agricultura y el resto para usos industriales. Específicamente el Consejo Insular de Aguas explota en la actualidad cuatro desalinizadoras de ósmosis inversa que producen unos 43.000 metros cúbicos al día. Esto supone unos 13,3 Hm3 de agua desalinizada.

Dedicamos asimismo un enorme esfuerzo a la reutilización de aguas negras –las depuramos casi en su totalidad- haciendo una aportación de 15,3 Hm3 anuales al sector agrícola de la isla, esto es, en torno al 50% de las aguas depuradas. Tenemos que conseguir que sea el 100%. Esta línea de trabajo es especialmente importante ya que debemos centrarnos en el ciclo integral del agua y tiene beneficios adicionales como la reducción del aporte de contaminantes a los cursos naturales de agua. Las diversas sustancias orgánicas son “filtradas” de manera natural biológicamente durante su infiltración a través del terreno de cultivo ya que algunos de sus componentes minerales serán absorbidos por las plantas.

Por lo tanto, parece imprescindible que en nuestra agenda política de prioridades, que tiene como objetivo convertir nuestra isla en un referente ambiental, la provisión de agua de manera sostenible y a precio asequible sea una prioridad para el actual gobierno del Cabildo insular. Por eso una de las líneas de trabajo prioritarias es la transformación de las actuales instalaciones, combinando la desalación, la depuración y la reutilización con el empleo de energías sostenibles y sistemas de ahorro energético.

Un territorio frágil y aislado como el nuestro tiene la obligación de convertirse en vanguardia mundial para hacer frente a esta situación y no sufrir sus dramáticas consecuencias. Ese es el camino que estamos andando.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria. Islas Canarias.

Este pasado fin de semana, en la zona recreativa de Las Nieves, compartimos con cientos de gomeros y gomeras la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores. Fue una jornada de diálogo y convivencia que reafirmó algo esencial: el trabajo digno no es un privilegio, sino un derecho que hemos de seguir protegiendo y ampliando cada día

Durante el último año, hemos cosechado avances que, hace apenas una década, parecían inalcanzables. La reducción progresiva de la jornada laboral –de 40 a 38,5 horas semanales y camino de las 37,5 horas en 2025 sin merma salarial–, el incremento del Salario Mínimo Interprofesional a 1.134 euros y el refuerzo del derecho a la desconexión digital muestran que en España la dignidad del trabajador vuelve a ocupar el centro del debate público. Gracias a estas reformas, 468.100 nuevos empleos han visto la luz y la tasa de paro ha bajado al 10,6%, el mejor dato desde antes de la crisis financiera.

Estos logros se sienten con fuerza en Canarias. Por primera vez superamos el millón de ocupados y cerramos 2024 con un paro del 11,9%, muy por debajo del 14,88% registrado apenas un año antes. Además, la aprobación del Decreto-ley 7/2024 impulsa la estabilidad en el empleo público, mientras que las nuevas cláusulas en los convenios colectivos blindan 30 días de vacaciones y refuerzan la protección frente a despidos injustificados.

Sin embargo, no podemos obviar los retos pendientes. El desempleo juvenil continúa en niveles inaceptables, la brecha de género persiste y muchas pymes luchan por adaptarse a un marco laboral cada vez más exigente. Desde La Gomera creemos que la respuesta pasa por una formación dual de calidad, incentivos a la contratación indefinida de jóvenes y mujeres, y el acompañamiento técnico-financiero a las empresas que apuesten por la innovación y la sostenibilidad.

El mercado de trabajo del futuro será digital, verde y profundamente humano. Por eso, defendemos con firmeza el despliegue de la economía azul y las energías renovables, sectores capaces de generar empleo estable y bien remunerado en nuestras islas. Apostamos también por la revalorización de los cuidados, un ámbito productivo que sostiene nuestra cohesión social y que debe dejar de estar invisibilizado y mal pagado.

En este contexto, la negociación colectiva seguirá siendo la brújula que marca el rumbo. Invito a los agentes sociales ya las administraciones a asumir un compromiso compartido: ningún trabajador sin protección, ninguna empresa sin oportunidades y ningún territorio sin futuro. Ese espíritu de corresponsabilidad fue, precisamente, el que centró cada conversación de la celebración de este pasado sábado.

Los avances conseguidos no son un punto de llegada, sino un punto de partida. Sigamos construyendo, codo con codo, un mercado laboral justo, inclusivo y de calidad, donde cada persona pueda desarrollar su proyecto de vida con dignidad y esperanza. Esa es la mejor herencia que podemos legar a las próximas generaciones y la razón de ser de nuestra lucha diaria.

Porque, como él repitió en estos días: cuando la igualdad avanza, ganamos todos. Hagamos realidad esas palabras.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de la isla de La Gomera. Islas Canarias.

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