Las Consejerías de Transición Ecológica y Obras Públicas del Gobierno de Canarias mantienen una agenda oculta sobre el proyecto de construcción del megapuerto, rechazado por medio ambiente desde hace tres años por impactos ambientales irreversibles en espacios marinos y costeros protegidos por la Unión Europea

La Federación Ecologista Canaria Ben Magec-Ecologistas en Acción reclama al Gobierno de Canarias más transparencia sobre la ampliación del megapuerto de Corralejo. La organización ecologista lleva cinco meses esperando por una reunión urgente que solicitó a la viceconsejera de Transición Ecológica, julieta Schallenberg, para abordar el estado actual del “Proyecto Técnico de Nueva Dársena Comercial en el Puerto de Corralejo, T.M. de La Oliva, Isla de Fuerteventura” y no ha recibido respuesta alguna hasta la fecha. Esta reunión fue solicitada en septiembre de 2024 tras las declaraciones del consejero de Obras Públicas del gobierno canario, Pablo Rodríguez, en las que expresaba que el citado Proyecto está siendo sometido a una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) en la Viceconsejería de Transición Ecológica, hecho que genera honda preocupación en multitud de organizaciones, colectivos medioambientales, personal científico y ciudadanía de las Islas Canarias.

Ben Magec-Ecologistas en Acción denuncia que la infraestructura portuaria proyectada por el ejecutivo canario en el litoral de Corralejo es tan innecesaria como sobredimensionada, habiendo sido rechazada en sucesivas ocasiones por el servicio de impacto ambiental del Gobierno de Canarias por los múltiples impactos ambientales detectados en el proyecto.

Ben Magec-Ecologistas en Acción reivindica, en términos generales, un cambio radical en el modelo de desarrollo económico y de infraestructuras en Canarias, y de forma particular en el caso del puerto de Corralejo, en el que prime el estricto cumplimiento de la legislación ambiental vigente europea, estatal y canaria, garantizando la conservación de los extraordinarios valores naturales y paisajísticos de la costa majorera frente a una infraestructura sobredimensionada que, sin ningún género de dudas, provocará el despilfarro de una inversión pública multimillonaria e impactos irreversibles en la biodiversidad marina y costera, en las dinámicas de corrientes marinas, en las playas de Corralejo, en sus paisajes y, por ende, en la actividad pesquera y turística de la isla de Fuerteventura.

El área afectada por este proyecto cuenta con figuras de protección ambiental autonómicas, estatales e internacionales como los Sebadales de Corralejo, el Parque Natural de Isla de Lobos, el Parque Natural de las Dunas de Corralejo, y entornos protegidos con normativas europeas como Lugar de Interés Comunitario (LIC), Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), y Sitio de Interés Científico (SIC).

La federación ecologista canaria cuestiona rotundamente la visión desarrollista, insensible, obsoleta y especuladora de la Viceconsejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias al promover una obra de alto impacto ambiental que contradice los compromisos gubernamentales de lucha contra el cambio climático, de conservación de la biodiversidad y de sostenibilidad promulgados por Naciones Unidas, la Unión Europea, el Gobierno de España y el Gobierno de Canarias.

El 22 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Diversidad Biológica. Aprovechando este día, desde Ben Magec - Ecologistas en Acción hacemos un llamamiento a la acción y a la concienciación sobre la importancia de la biodiversidad canaria y la necesidad urgente de detener su destrucción

Canarias es la comunidad autónoma con más especies en peligro crítico. Según la distribución de las especies evaluadas en la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), en Canarias hay un total de 93 especies en peligro crítico y 109 en peligro. En ambas categorías el grupo más abundante es el de las plantas, representando alrededor del 50% en los dos casos.

Las principales amenazas hacia los ecosistemas canarios son de origen humano, como la proliferación de especies exóticas invasoras, que modifican los espacios y hacen peligrar la supervivencia de las especies endémicas. La destrucción y alteración de hábitats, asentamientos poblacionales, infraestructuras, sobrepesca, residuos, deforestación, uso de pesticidas, caza furtiva, sobreexplotación de los recursos naturales o la incidencia de la contaminación están en el origen de este problema, cuya consecuencia última es la pérdida de biodiversidad. La expansión incontrolada y destructiva de la industria turística sobre los espacios naturales de las islas ejerce también una presión insostenible sobre nuestros ecosistemas, alterándolos, destruyéndolos, agotando recursos naturales y generando residuos y vertidos contaminantes.

La presión humana en los espacios naturales protegidos de las islas es otro factor que afecta directamente a la conservación de la biodiversidad. Canarias es la única autonomía que tiene cuatro parques nacionales: el Teide, Timanfaya, la Caldera de Taburiente y Garajonay. Además, más de la mitad de las especies endémicas vegetales que existen en el Estado se encuentran en el archipiélago. Sin embargo, la falta de control sobre los millones de visitantes que reciben anualmente hace que a diario, circulen miles de vehículos y personas sin ninguna limitación, accedan a zonas restringidas, estacionen sobre especies endémicas, transiten por fuera de los senderos señalizados y, en definitiva, alteren el entorno y el hábitat de numerosas especies sensibles.

El origen de esta situación es una planificación territorial y un modelo de desarrollo que no tiene en cuenta la conservación del territorio y mucho menos la biodiversidad de las islas. La destrucción del hábitat para la construcción de infraestructuras ha llevado a la extinción y sigue amenazando la supervivencia de numerosas especies.

Los macroproyectos turísticos, que en muchos casos se ejecutan de manera irregular, amenazan y destruyen de forma directa el hábitat de especies en peligro sin que eso suponga un freno para sus construcciones.

Tampoco supone un motivo demasiado relevante como para que las administraciones públicas canarias hagan uso del sentido común y dejen de plegarse, nuevamente, a los intereses especulativos. El caso más reciente lo encontramos en Tenerife, donde el macroproyecto turístico Cuna del Alma continúa destruyendo impunemente el Puertito de Adeje y, por tanto, el hábitat de una especie endémica y amenazada: la viborina triste. Un endemismo incluido en el catálogo canario de especies protegidas.

La presencia de esta especie, que solo existe en las islas de Tenerife y La Gomera, fue uno de los motivos por los que se logró la paralización cautelar de las obras. Más tarde, entre desprecios y numerosas burlas por parte de representantes públicos canarios, se sugirió, con el fin de reactivar las obras lo antes posible, el trasplante de esta especie a una zona donde no molestara. José García Casanova, doctor en Biología y especialista en botánica, asegura que “todo lo que se ha dicho sobre un posible trasplante de la especie para la continuación del proyecto turístico son disparates. La viborina triste es una especie que forma parte de un conjunto de plantas que tienen relación. Cuando uno tiene un puzle y comienza a quitarle piezas, el puzle cae. Las costas y medianías de Canarias están siendo objeto de una alteración nos aboca a un colapso ecológico. Cada cosa que está en su sitio y ha evolucionado, ahora queremos moverlo. Eso es jugar de forma tramposa”.

La bióloga botánica Atteneri Rivero advierte que “a esta especie la hace especial que no existe en otro punto del mundo, solo en las islas de Tenerife y La Gomera. Además, desde que es descrita por primera vez hasta el día de hoy, se ha visto una clara reducción de su distribución dentro del territorio. En caso de levantar la protección, desaparecía del planeta”.

El cambio climático Canarias es otro de los factores que hacen peligrar la conservación de la biodiversidad en las islas: aumento de las temperaturas, reducción de las precipitaciones, sequía, incendios, etc. Canarias forma parte del punto caliente de biodiversidad Mediterráneo-Macaronésico, con más de 25.000 especies catalogadas. En estos últimos 50 años hemos perdido el 90 % de nuestros peces por la sobrepesca, el uso masivo de playas, vertidos contaminantes o el tráfico marítimo.

El actual modelo económico de las islas es un peligro constante para nuestra biodiversidad, nuestro territorio, especies protegidas, vulnerables y amenazadas. La pérdida de diversidad biológica compromete la propia supervivencia humana y la de numerosas especies, dibujando un futuro incierto. Desde nuestra Federación exigimos a la clase política de las islas sentido común a la hora de proteger nuestros espacios naturales y que de una vez se planteen, y adopten, medidas contundentes que reviertan la actual crisis ecológica, la falta de control sobre nuestras especies protegidas y que, por una vez, la protección y la conservación estén por encima de los intereses privados y especulativos.

Canarias tiene un límite.

La realidad de Canarias a día de hoy no invita a celebrar el Día Mundial del Agua con alegría. Aunque algunas instituciones insulares intenten esconderla en actos y frases grandilocuentes, los hechos no engañan y mirar para otro lado no es la solución

Desde la Federación Ben Magec - Ecologistas en Acción vemos con preocupación cómo desde la administración o la clase política de las islas no se ponen sobre la mesa los verdaderos problemas que afectan a este recurso indispensable para la vida en el planeta; el agua.

La sobreexplotación de los acuíferos, la pésima o, en muchos casos, inexistente gestión sostenible del agua, la desatada proliferación de proyectos urbanísticos turísticos que requieren una ingente cantidad de recursos hídricos, las repercusiones del cambio climático con períodos de sequía cada vez más prolongados, crisis hídricas en algunas de las islas y, sobre todo, las desigualdades en el acceso al agua incluso de consumo humano y la agricultura, además de gestionar irresponsablemente un recurso público para satisfacer principalmente intereses especulativos, son los aspectos fundamentales que debieran estar en el centro de todos los debates en torno a este tema.

A esta problemática se añaden, además, algunos incumplimientos de las diferentes Normativas y Directivas Marco del agua a nivel europeo o incluso la propia Constitución Española. El 28 de julio de 2010, a través de la Resolución 64/292, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento, reafirmando que ambos son esenciales para la realización de todos los derechos humanos.

Para la Federación Ecologista Canaria los recursos hídricos, que deberían ser públicos, han sido secuestrados al amparo de una Ley Canaria del Agua que perpetúa el poder de ciertos sectores especulativos, sobre el derecho universal, a disponer de un recurso esencial para la subsistencia del ser humano y para el mantenimiento de los ecosistemas que sustentan la vida y el territorio que habitamos.

Ante el inminente colapso hídrico que ya se está evidenciando en el Archipiélago, desde Ben Magec creemos que es urgente identificar las verdaderas prioridades que se deben asumir desde la administración, la clase política y también desde la ciudadanía para favorecer un gran PACTO CIUDADANO POR EL AGUA, recuperar nuestra cultura de ahorro y eficiencia, favorecer una gestión pública de la misma, poniendo en el centro este recurso público tan necesario para el mantenimiento de los ecosistemas, que son la base de la vida en las islas.

Para la Federación Ben Magec el actual modelo de crecimiento, desbocado y perpetuado desde las instituciones, y centrado casi únicamente en el turismo, no hace sino profundizar aún más en el deterioro del territorio, del medio ambiente y de las personas. Un modelo que derrocha desproporcionadamente recursos indispensables como el agua, que destruye biodiversidad y que crea pobreza y desigualdad social.

Desde algunas instituciones insulares se celebran de manera cínica actos oficiales conmemorando el Día Internacional del Agua, mientras que por la puerta de atrás se da el visto bueno o se hace la vista gorda a proyectos tan insostenibles como campos de golf, resorts, desaladoras en lugares donde existe una pérdida de más del 50% en la red de distribución, o se rescatan macroproyectos turísticos rechazados ampliamente por la ciudadanía e incluso por los tribunales, a lo que hay que añadir la nula apuesta por políticas agrarias y de soberanía alimentaria.

La Federación Ben Magec Ecologistas en Acción reclama menos palabras y más hechos para que el Día Mundial del Agua sea lo que siempre tuvo que ser, una jornada de disfrute en un entorno sano, un día para brindar con agua de grifo de calidad, por los barrancos y acuíferos, porque las aguas residuales no lleguen al mar sin tratar, porque se regule la gestión del agua de una manera pública y sostenible y porque no se sigan sobreexplotando los acuíferos. No podemos derrochar un recurso escaso, no podemos seguir gastando un agua que no tenemos en llenar piscinas o regar campos de golf.

Por último, Ben Magec Ecologistas en Acción se une al llamado internacional en este día con el lema “Agua para la paz”, para exigir la cantidad y calidad de agua para el Pueblo Palestino, que deben tener todas las personas para una vida digna.

Agua, tierra y dignidad

El Cabildo de La Palma vuelve a declarar el interés insular de un proyecto turístico privado, tras hacer lo mismo en 2023 con el resort y campo de golf de La Pavona

En esta ocasión, el proyecto beneficiario de esta excepcional declaración es el “Dichosa Wellness Clinic”, que ocupará más de 180.000 m2 en un espacio natural y que prevé la instalación, en el entorno rural de Los Valles de Aridane, de nada menos que 564 plazas alojativas, con resort y apartamentos de lujo, canchas de tenis, pádel, piscinas, balnearios y demás instalaciones de carácter turístico. Para ello, el Cabildo deberá modificar el Plan Insular de Ordenación de La Palma en beneficio de una empresa privada.

La sesión plenaria contó con la intervención de los colectivos que defienden la protección del territorio y la gestión sostenible de los recursos insulares, representados por Isabel Ramos Argany, portavoz de Ben Magec - Ecologistas en Acción y María Gómez Mellini, portavoz de la Asociación Biocultural la Foresta, quienes expusieron la preocupación social que genera la perpetuación del turismo de masas y cómo tiene afección en todos los ámbitos, desde el territorial, social, ambiental, energético y hasta el económico, evidenciando la precariedad laboral y la pobreza provocadas tras décadas de turismo insostenible.

El modelo turístico del archipiélago lleva tiempo siendo objeto de debate social, movilizaciones masivas y malestar generalizado en las islas. Mientras tanto, los representantes públicos desoyen el sentir de la ciudadanía y siguen apostando por una industria caduca, aprobando de manera sistemática grandes proyectos turísticos que inciden en el turismo masivo, degradando nuestro territorio, haciendo un uso privativo de nuestros recursos y generando cada vez más problemas sociales, como la gentrificación, la especulación y la masificación de espacios e imposibilitando el acceso a la vivienda de los canarios y canarias. “Es un modelo absolutamente insostenible en todos los sentidos y esto ya no es sólo un discurso del sector ecologista, es un malestar de toda la ciudadanía que pide urgentemente un cambio de rumbo, Canarias tiene un límite”.

Esta crisis de vivienda generalizada en el archipiélago afecta de especial manera a la isla de La Palma tras la reciente erupción volcánica, una demanda habitacional urgente a la que la máxima institución palmera no ha puesto solución ni actuado con la misma urgencia con la que aprueban alojamientos turísticos, modificando leyes y cualquier instrumento necesario para que se lleven a cabo.

La situación climática actual de Canarias, y en concreto de La Palma, no es irrelevante en este asunto. Estamos atravesando meses de una intensa sequía, con olas de calor y calimas cada vez más frecuentes que provocan una preocupante escasez de agua y que pone sobre la mesa, una vez más, el abuso y explotación que la industria turística lleva a cabo sobre los recursos hídricos limitados de las islas. En otras palabras, en medio de una emergencia hídrica, mientras la agricultura sufre las consecuencias de la falta de agua y muchos hogares canarios ven dificultado su acceso a ella, los hoteles, balnearios, campos de golf y demás infraestructuras turísticas siguen llenando sus piscinas y regando hectáreas de terreno con el agua que nos falta.

Por todo ello, desde Ben Magec - Ecologistas en Acción, Isla Nuestra y la Asociación Biocultural La Foresta, solicitamos al Cabildo de La Palma que renuncie a la modificación del Plan Insular de Ordenación en beneficio de un interés privado y que atienda, de manera inmediata, la demanda urgente de vivienda para los habitantes de la isla y centre sus esfuerzos en paliar los efectos devastadores de la emergencia hídrica que sufrimos, que de ninguna manera se solucionan dando cabida a proyectos que explotan, derrochan y malgastan un recurso tan preciado como el agua.

Las ilegalidades de RIU en Fuerteventura

El largo proceso de los hoteles RIU Oliva Beach y RIU Tres Islas, ubicados en el Espacio Natural Protegido de las Dunas de Corralejo de Fuerteventura, está repleto de ilegalidades e incumplimientos por parte de la cadena hotelera. Unas Irregularidades que han llevado a Costas a iniciar la caducidad de las concesiones de ocupación del dominio público y que podrían terminar con el derribo de ambos establecimientos.

Los hoteles, construidos en la década de los 70, contaban con un permiso temporal tras la entrada en vigor de la Ley de Costas. Este permiso recoge una condición básica y claramente establecida: no se permite ninguna obra o construcción sin la autorización previa de la Demarcación de Costas. Sin embargo, la cadena hotelera incumplió estos requisitos y además desobedeció todas las sentencias que les obligaban a demoler las construcciones ilegales.

Ecologistas en Acción denunció en 2020 la existencia de construcciones fuera de la concesión en el hotel Oliva Beach, obras por las que RIU fue sancionada con más de 200.000€ por una infracción grave y con orden de derribo de las mismas. El incumplimiento de esa orden fue la que dio inicio a la caducidad de la concesión. “Es un proceso que conocemos de primera mano porque hemos sido parte activa en la causa”, afirman.

La reiteración en los incumplimientos, la ocupación de terrenos fuera de la concesión, las obras ilegales, ventas de propiedades, órdenes de derribo incumplidas, sanciones y un largo historial de irregularidades, tanto urbanísticas como medioambientales, desembocaron en la apertura de expedientes de caducidad para las concesiones de ambos establecimientos, cuya resolución sería la demolición de los hoteles.

“Con este reportaje pretendemos explicar un proceso que se ha visto enturbiado intencionadamente, porque es vital que seamos conscientes del abuso y del poco respeto que este tipo de empresas tienen sobre el dominio público y los espacios protegidos de Canarias”.

La Federación Ben Magec-Ecologistas en Acción considera inaceptable la impunidad con la que operan algunas empresas turísticas en nuestro territorio, pasando por encima de cualquier normativa o protección y, además, lucrándose de ello, y lamenta que los partidos políticos del Gobierno de Canarias se pongan de parte de los infractores urbanísticos que atentan contra el patrimonio colectivo del pueblo canario, demostrando una vez más que quienes marcan la agenda y controlan la política turística y medioambiental en las islas son las empresas, lo que va totalmente en contra del interés general de la ciudadanía de las islas y de la protección de los recursos naturales. La demolición de los hoteles y el restablecimiento del entorno debe llevarse a cabo cuanto antes y servir de ejemplo para todas aquellas grandes empresas que incumplen la legalidad y degradan nuestras islas.

En el vídeo reportaje, hecho público este 8 de enero, se aclaran cronológicamente todos los detalles de los incumplimientos de la cadena hotelera en el espacio protegido, así como las afecciones medioambientales de su actividad y el escandaloso posicionamiento de numerosos representantes públicos de las islas.

La Cumbre del Clima de Naciones Unidas de 2023 (COP28), la mayor y más importante reunión anual mundial para abordar la crisis climática, tendrá lugar entre los días 30 de noviembre y 12 de diciembre en la ciudad de Dubai, Emiratos Árabes Unidos. En ella se congregarán delegados de 197 países y entidades, la Unión Europea y también miles de activistas y otros actores económicos, industriales y sociales para avanzar en una negociación clave para el futuro climático mundial

Allí estará presente la realidad canaria a través de Pilar Martín, una joven bióloga tinerfeña con Máster en Biodiversidad Terrestre y Conservación en Islas e investigadora en un proyecto sobre el Paleoclima de Canarias en el Área de Ecología de la Universidad de La Laguna. Implicada en el activismo y el ecologismo social de las islas desde Ben Magec - Ecologistas en Acción, afronta su participación en esta cumbre con ilusión y consciente de la importancia que tiene, para un territorio como el nuestro, visibilizar la vulnerabilidad del archipiélago canario ante el cambio climático.

Los principales temas que se discuten se dividen en tres bloques: adaptación, mitigación y pérdidas y daños. En ellos se tratarán, entre otros asuntos, las medidas que hay que adoptar para reducir los impactos del cambio climático, las transformaciones industriales, sociales y económicas necesarias para reducir lo máximo posible las emisiones de CO2, además de las compensaciones que deben recibir los países en desarrollo que más sufren los impactos de esta crisis, de la que no han sido responsables.

Desde la Federación Ben Magec - Ecologistas en Acción asumimos la contradicción de desplazarnos hasta Emiratos Árabes, uno de los países con más emisiones por habitante. Lo hacemos porque creemos firmemente en la importancia de estar presentes en la 28ª Cumbre del Clima y porque Canarias, como archipiélago, a pesar de ser uno de los territorios más vulnerables al cambio climático, no tiene representación directa al no ser un estado insular. Nuestra compañera Pilar Martín será los ojos de Canarias en la Cumbre, contándonos de primera mano sus impresiones como joven ciudadana, investigadora y activista, y participará en el movimiento social que desde dentro de la propia cumbre presionará para que en las negociaciones se avance en el objetivo de contener el aumento de la temperatura media global en 1,5ºC, para que los principales responsables asuman el compromiso de apoyar el fondo de pérdidas y daños y para denunciar la presencia en las negociaciones de los principales contaminantes, entre otras acciones.

El evento podrá seguirse en directo a través de diferentes canales habilitados en redes sociales por el Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) y, además, Ecologistas en Acción ofrecerá un análisis crítico del estado de las negociaciones. La actividad diaria de la canaria Pilar Martín podrá seguirse a través de las diferentes redes sociales de Ben Magec - Ecologistas en Acción.

Ben Magec denuncia el alto impacto ambiental de las obras de la central Chira-Soria, algo que ya advirtieron en sus alegaciones y que las administraciones locales negaron

La Federación Ben Magec-Ecologistas en Acción quiere denunciar públicamente el elevado impacto que ya están teniendo sobre el territorio y el medio natural las diferentes actuaciones vinculadas a la central, confirmando lo que la organización señaló en las alegaciones presentadas a las distintas fases de información pública del proyecto de la central Chira-Soria. Las últimas en el Modificado II, donde el alcance de los daños estimados en el proyecto eran manifiestamente irreversibles para Gran Canaria.

En el estudio de impacto ambiental, la empresa Red Eléctrica Española impuso, con la connivencia del Gobierno de Canarias y Cabildo insular, su modelo de central de bombeo reversible y de transporte de la energía, saltándose incluso informes técnicos de estas instituciones que apostaban por aspectos como el tendido de evacuación soterrado.

Esta Federación hizo pública su posición contra este proyecto por considerar, entre otras razones, que los daños ambientales de su implantación suponían un daño irreparable a una zona de alto valor ambiental de la isla de Gran Canaria.

Pese a no contar con autorización de los organismos europeos, la empresa REE viene ejecutando a toda prisa distintas fases de este faraónico proyecto, como la construcción de las torres del tendido eléctrico en la zona de Cortadores, las pistas de acceso por el cauce del Barranco de Arguineguín y en el lateral del vaso de la Presa de Soria, sondeos, movimientos de tierra y desmontes en el Lomo de La Palma, entre otras actuaciones. Todo ello con graves afecciones al paisaje, la geomorfología y a especies de flora y fauna endémica protegidas, como ha ocurrido con palmerales en el asentamiento del Caidero, y dentro de espacios protegidos, cuatro de ellos incluidos en la Red Natura 2000, saltándose a las claras la legislación de protección de nuestro patrimonio natural.

En el momento actual todas estas obras se están ejecutando con importantes medidas de vigilancia por parte de la empresa, con guardias de seguridad privados que impiden el paso y el acceso, ocultando así los trabajos y los daños al medioambiente que estén pudiendo producirse.

En el caso de la Presa de Soria, han cerrado el paso por el camino público que cruza el muro del embalse y continúa hacia Chira. En el Lomo de La Palma se está ensanchando y ampliando la pista preexistente y se está construyendo con maquinaria pesada una gran explanada junto a la zona donde se repiten los sondeos geotécnicos. Se están arrancando comunidades de tabaibal y vegetación que no puede volver a reponerse porque han vaciado el suelo vegetal y la tierra, con las excavaciones, ha desaparecido. Se han colocado torres de iluminación alimentadas con generadores diesel, que además de contaminar la calidad del cielo nocturno, contaminan el aire de la zona.

Desde que se arrancó con el proyecto, REE ha triplicado el presupuesto que ya alcanza los 600 millones de euros. Nunca antes se ejecutó una inversión en obra de este tamaño en esta isla para poner al servicio de esta multinacional, nuestros bienes y recursos. En fechas próximas está previsto que se comiencen los trabajos con la dinamita: más de 3.000 kgrs. al día durante cuatro años, lo que según los organismos de salud del Gobierno Canario, provocará importantes daños a la calidad de vida de las personas del entorno de la central a lo largo del Barranco de Arguineguín.

El Cabildo de Gran Canaria ha anunciado recientemente la licitación de casi 5 millones de euros en obras de mantenimiento en la Presa de Soria, a través de la Comunidad La Lumbre de la que participa con más del 90% de las acciones, poniendo así gran cantidad de dinero público al servicio del proyecto de una empresa multinacional como REE.

El planeamiento insular y el Plan Energético de Canarias tienen previsto construir tres centrales hidroeléctricas más en esta isla (una en la presa de Las Niñas y dos en la cuenca de La Aldea), con los efectos ambientales directos e indirectos que implican, que apuntan a más consumo de territorio, recursos, paisaje…, en un continuo desarrollismo hacia el crecimiento infinito de la demanda energética que nos conduce al ecocidio.

Como los hechos están demostrando, este proyecto es incompatible con la conservación de los valores naturales, paisajísticos y culturales de la isla. De seguir adelante con el daño de las obras del bombeo reversible, Gran Canaria perderá para siempre uno de los barrancos que mejor representa los amenazados tesoros ambientales que contiene. A este respecto cabe preguntarse si nuestros espacios protegidos, figuras de protección como la Reserva de la Biosfera, Patrimonio Mundial o la propuesta de Parque Nacional, son solo publicidad al servicio de la industria turística, ya que se está demostrando que no sirven para defender y proteger nuestra naturaleza y nuestros recursos paisajísticos, históricos, ambientales…, más allá del puro reclamo propagandístico, al menos cuando una empresa transnacional como REE, quiere convertir nuestro territorio en su negocio particular.

En la mañana del sábado 23 de septiembre de 2023, la federación Ben Magec-Ecologistas en Acción, dentro del marco de la iniciativa “Ecovoluntariado 2.0”, con la financiación de SAGULPA, ha vuelto a llevar a cabo una actividad de conservación del entorno en el término municipal de Moya, una actuación a la que se han unido personas voluntarias de Cruz Roja

En dicho municipio, junto al jardín de Corvo, tiene lugar el ambicioso proyecto "Raíces de Corvo" consistente en recuperar parte de la antigua “Selva de Doramas”, espacio natural donde predominaban especies de monteverde. En la actualidad queda poco más de un 1% de la extensión original de la mítica selva de Doramas. Del área de distribución original sólo restan núcleos aislados, como los Tilos de Moya, el Brezal de Santa Cristina, Barranco Oscuro, Barranco de la Virgen, Osorio…

Han sido diversas las ocasiones en las que la Federación Ecologista Canaria ha participado en esta meta concreta de recuperación forestal, la última, el pasado 27 de mayo, demostrando el compromiso de la Federación y la buena sinergia que se produce en el lugar. Esto da como resultado una adecuada custodia del territorio debido a la continuidad de las actuaciones, ya que es un espacio en el que, aparte de Ben Magec-EeA, también han intervenido otros colectivos como los grupos de Scouts.

Asistieron más de una treintena de personas al evento que se distribuyeron por las 11 hectáreas de la finca para la extracción de cañas, poda de zarzas y control de malezas como prevención a los incendios forestales, así como favorecer la subsistencia de las reforestaciones realizadas previamente, ya que mucha maleza agota a los árboles jóvenes de laurisilva y fayal-brezal. También se procedió a mantener el sistema de riego que abastece a las plántulas.

El Cambio Climático, probablemente la mayor problemática a la que tiene que hacer frente la humanidad en la actualidad, pues se trata de una circunstancia que afecta a la vida de todo ser en la Tierra, ya que provoca grandes alteraciones en el hábitat. Canarias se encuentra en una situación de vulnerabilidad ante la emergencia climática debido a su condición de islas subtropicales, por ello es preciso que la ciudadanía en general aporte su granito de arena en acciones tales como la vivida en Corvo (Moya), pues los bosques húmedos como la laurisilva actúan como sumidero de carbono. Además, el proyecto de recuperación concurrente en Corvo se inspira en las historias vinculadas a la captación de agua del Garoé de los antiguos indígenas canarios.

La jornada acabó con un enyesque y con el relato de varias historias sobre tales aborígenes, en especial sobre los de la isla de El Hierro. También se aprovechó la reunión asamblearia final para fomentar la sensibilización ambiental, recordando, por ejemplo, que la industria cárnica es la primera fuente de deforestación en el mundo, a lo que hay que añadir su alta huella hídrica, emisiones de metano, consumo del suelo y sufrimiento animal; o la importancia de la asociación y el cooperativismo en formas de comunidades energéticas locales para empoderar a la ciudadanía en la transición energética de una manera más justa y económica para las personas consumidoras, en contra de intereses especulativos y fomentando un sistema energético más descentralizado, y por tanto, resiliente e independiente del exterior.

Desde la Federación Ben Magec Ecologistas en Acción, se quiere volver a denunciar la destrucción sistemática que viene sufriendo este espacio del Parque Rural del Nublo. Veneguera, que ha sido símbolo y bandera de las luchas sociales del movimiento ecologista de Gran Canaria, en la actualidad se está convirtiendo en el paradigma de la destrucción de nuestros espacios naturales protegidos

En las últimas semanas se nos han hecho llegar avisos y denuncias de personas que está viendo como el cauce bajo del barranco se sigue transformando en una mina a cielo abierto por parte de la entidad LOPESAN, dueña de buena parte de los terrenos. En una zona que forma parte del dominio público de la servidumbre hidráulica del barranco, la empresa ha eliminado toda la cobertura de vegetación de especies endémicas y protegidas entre las que se incluyen balos, tarajales o cardones, con importantes movimientos de tierra, para explotación de los áridos como si de una explotación minera se tratara, convirtiendo el cauce público en una cantera privada.

La intención es aportar suelo agrícola (extraído y expoliado de otras zonas de la Isla), alegando que se están restaurando antiguas explotaciones. En algunas zonas de este ámbito sí hubo cultivos de tomates en el siglo XX, pero el abandono de estas actividades ha permitido la regeneración natural de la vegetación potencial que ahora ha desaparecido sin que ninguna autoridad con competencias haya actuado decretando la paralización de este destrozo del espacio natural.

En 2017 una denuncia de la federación ecologista terminó en una mínima sanción a la multinacional LOPESAN. En la actualidad los daños irreparables y presuntos delitos contra el medio ambiente se han multiplicado, incluyendo la destrucción de estructuras arqueológicas dentro del BIC, Cañada de la Mar. En este momento ha arrasado con masas de tabaibal dulce en la meseta de Tabaibales. En las fotos aéreas correspondientes al último vuelo del Google Earth, podemos ver con claridad el antes y después de la destrucción de importantes poblaciones de esta especie endémica donde no había suelos de labor, lo que constituye un delito contra nuestros bienes naturales.

Vista del cauce como mina de áridos después de destruir toda la vegetación1Las actuaciones han destrozado excelentes representaciones de un hábitat de interés comunitario (hábitat 5330 matorrales termomediterráneos y preestépicos). Dicho hábitat y las actuaciones observadas están además incluidas en una Zona de Especial Conservación, ZEC El Nublo, que tiene su Plan de Gestión aprobado y en vigor. Las actuaciones realizadas incumplen claramente las determinaciones del Plan de Gestión de la ZEC.

También están en una Zona A1 (zona de muy alto valor natural) del Plan Insular de Ordenación, la zona de mayor protección. Las actuaciones observadas incumplen también las determinaciones del Plan Insular de dicha zona y las de protección de los hábitats.

Además, el Cabildo está elaborando un Plan de Ordenación de los Recursos Naturales que incluye el parque rural del Nublo, siendo de aplicación las medidas de protección cautelar previstas en el artículo 23 de la Ley 42/2007 que suponen que no podrá reconocerse a los interesados la facultad de realizar actos de transformación de la realidad física, geológica y biológica, sin informe favorable de la administración actuante.

Desde Ben Magec- Ecologistas en Acción pedimos a las autoridades con competencias como el Cabildo de Gran Canaria, el Seprona y Fiscalía de Medio Ambiente que visiten la zona y procedan a paralizar de forma inmediata esta destrucción masiva del espacio natural.

Estos hechos deben elevarse a las autoridades judiciales para pedir responsabilidades a los que han realizado las obras y a quienes tienen el deber de conservar y prevenir los daños ocasionados. Deben hacerse públicas también las condiciones y detalles del convenio firmado entre el Cabildo de Gran Canaria y LOPESAN, para el uso de parte del cauce y el compromiso de la empresa en trabajos de restauración ambiental y patrimonial, a fin de conocer el alcance, ámbitos de actuación y ejecución de acuerdos.

Por último y a la vista de que el Cabildo Insular y Gobierno de Canarias han elevado recientemente al Estado la propuesta del Parque Nacional de Güi-Güi, teniendo como atributo principal las comunidades de cardonales tabaibales, desde la federación ecologista nos preguntamos por qué se han dejado fuera el macizo y barranco de Veneguera sin justificación alguna, donde estas comunidades están mejor representadas, esperando que no tenga que ver con la condición del titular del suelo.

Frente a la actual crisis ecológica y social, las ecologistas exigen medidas encaminadas hacía la desturificación del archipiélago y el decrecimiento de la actividad turística

Con motivo del Día de La Tierra, cientos de personas se manifiestan en la capital grancanaria, bajo el lema “Canarias tiene un Límite”, para exigir la Moratoria Turística y la Ecotasa en Canarias

Ben Magec-Ecologistas en Acción critica las políticas irresponsables de las diferentes administraciones canarias apostando por el crecimiento turístico en el actual contexto de crisis ecológica y social.

El monocultivo del turismo implantado en Canarias, lejos de traer riqueza y bienestar para el conjunto de la población, es una actividad económica que concentra la riqueza cada vez en menos y más opulentas manos, a la vez que perpetúa las elevadas cifras de exclusión social, pobreza y vulnerabilidad que siempre han caracterizado a las Islas y que son la otra cara de la misma moneda. La “industria sin chimeneas” ha crecido en Canarias a expensas de la depredación y mercantilización de nuestro territorio y de la expulsión de la población del disfrute de determinados espacios de socialización.

Nos encontramos en la actualidad en una contradicción por la que, si el turismo crece y mejoran mínimamente las cifras de empleo, precario y de baja cualificación, empeoran brutalmente nuestros indicadores ambientales y nuestra calidad de vida como habitantes de estas islas, cada vez más saturadas. El crecimiento exponencial y sin medida de la llegada de turistas a Canarias está tensionando la convivencia dentro y fuera de los núcleos tradicionalmente turísticos, agravando la desigualdad y los problemas de acceso a derechos fundamentales, lo que demuestra que hemos sobrepasado ya el cénit de nuestra capacidad de carga y acogida.

La creciente turistificación de nuestro territorio está abarcando ya zonas urbanas y rurales y la gentrificación que genera dicha actividad está imposibilitando el acceso a la vivienda para una gran cantidad de personas con sueldos y vidas precarias. La subida del precio de los alquileres y el alcance internacional que están teniendo las operaciones inmobiliarias, están poniendo nuestros inmuebles en manos de fondos de inversión y de población extranjera de alto poder adquisitivo. La explotación de las viviendas para alquiler vacacional las detrae de la oferta residencial y expulsa a la población con arraigo de sus pueblos y barrios.

Las mismas administraciones y representantes públicos que han determinado que en los suelos categorizados como turísticos no se permita el uso residencial, dicen no poder regular la oferta de vivienda turística en zona urbana o la venta de inmuebles, pues esto vulneraría las sacrosantas leyes del libre mercado, la propiedad o la libre circulación de personas, que sólo es libre y sagrada en función del nivel de renta. Sobre los suelos que aún no están construidos, independientemente de su calidad ambiental o de su peso simbólico para el ideario colectivo, pesa la amenaza de la creación de hoteles, villas de lujo o campos de golf, muchas veces avalados por la declaración de “Interés Insular”, subterfugio que con la aprobación de la ley del suelo permite disfrazar proyectos dirigidos al lucro privado de inversiones buenas para el conjunto de la ciudadanía.

Hace décadas que el movimiento ecologista canario viene denunciando el expolio de nuestros espacios naturales para ponerlos al servicio de la industria turística. La creciente y masiva llegada de turistas está copando hasta el hartazgo todos nuestros recursos naturales, infraestructuras y servicios. Nuestros ecosistemas y espacios de interés ecológico y paisajístico se están convirtiendo en lugares no solo más amenazados desde el punto de vista ambiental, sino también en los que ya no es agradable estar. Y nos quedamos sin nuestros refugios y también sin nuestros símbolos, que se convierten en productos estándar de consumo masivo.

Las ecologistas señalan a la actividad turística, vinculada al sector de la construcción, como la causa fundamental de buena parte de los problemas ambientales que este archipiélago padece y de las emisiones de gases de efecto invernadero atribuidas a Canarias, asociadas al transporte y demanda de energía. El metabolismo de la actividad turística en Canarias es altamente intensivo en el requerimiento de grandes cantidades de materiales y energía que no disponemos, y a su vez genera ingentes cantidades de residuos y contaminantes que nuestro territorio es incapaz de asimilar. La huella ecológica de Canarias es un territorio 27 veces superior, lo que quiere decir que necesitamos un territorio 27 veces mayor para satisfacer todas las demandas del modelo económico y de consumo del archipiélago. Lo que lo convierte en un modelo totalmente insostenible y cortoplacista abocado al colapso.

La organización ecologista exige que, desde las instituciones públicas, se tomen las medidas necesarias para paliar la gentrificación que sus políticas neoliberales han favorecido, para caminar hacia un modelo fiscal más redistributivo, que reparta la riqueza, que no privatice los beneficios mientras se socializan las pérdidas, que apueste por la desturistificación y que implante también una ecotasa finalista dirigida a mitigar los impactos ambientales que esta actividad produce. Pero sobre todo, que recupere la moratoria turística y que en la situación de emergencia climática y de colapso de nuestros hábitats naturales no permita consumir ni un centímetro más de suelo para ponerlo al servicio de la industria turística y de otros fines especulativos.

Exigimos a la clase política que dejen de plegarse ante los intereses de los grandes empresarios de la industria turística y que tome medidas contundentes que establezca límites y regule la actividad turística y a su vez ponga al servicio de las mayorías sociales el beneficio que genera. Ha llegado el momento de las apuestas decididas por el decrecimiento turístico y por reestructurar nuestra economía, desde la justicia social y ambiental, poniendo la vida en el centro, garantizando el bienestar de las generaciones venideras en un contexto de alarmante emergencia climática.

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