El legado de uno de los mayores escritores que ha dado nuestra isla nos ha convocado y nos ha proporcionado la ocasión de preguntarnos por el verdadero sentido de la palabra. Con motivo del centenario del fallecimiento de Alonso Quesada, el Cabildo se ha ataviado con los ropajes de la literatura. Fragmentos de sus textos y poemas, la proyección del audiovisual ‘Crónicas de la ciudad y de la noche’, una exposición en la cristalera de la sede del Gobierno de la isla y la iluminación nocturna de su torre racionalista con la imagen del escritor -elementos que se mantendrán hasta el 18 de noviembre- recordarán su figura y revestirán su fachada. Todo ello en el marco del programa conmemorativo que nos sirve para tornar la ausencia en una presencia cada vez mayor y necesaria

La palabra… Una palabra puede ser una luz que nos ilumina, nos emociona o apela a nuestra conciencia. Con ella podemos alcanzar rincones de nuestro propio ser que quizás desconocíamos, igual que visitó la nieve lugares que desconocía al caer sobre la cumbre de Gran Canaria, como señaló Alonso Quesada en uno de sus poemas.

La promoción y creación cultural es una prioridad para nuestro gobierno insular porque proyecta lo mejor de las personas y afianza unas relaciones sociales democráticas y libres. La extraordinaria creación literaria de Alonso Quesada está en el lado luminoso, aquel que nos puede convertir en personas atentas a cuanto nos rodea y por lo tanto en seres y sociedades más sensibles y solidarias. Es justamente lo que necesitamos en estos tiempos en los que abundan aquellos que anhelan las horas oscuras, que crecen en el resentimiento y el enfrentamiento social. En su caso, despojan a las palabras de su verdad, las manipulan y, en último lugar, las usan como antorchas para convertir en cenizas nuestro modelo de convivencia. Ataca, en efecto, el edificio en el que ha tomado cuerpo la democracia. Y por eso es tan importante regresar a voces como las de Alonso.

Puede que el 4 de noviembre de 1925 se detuviera de pronto el aire en Santa Brígida. Y sabemos que aquella noche la luna mantuvo su curso menguante. Se apagaron el aliento y el latido de Quesada. Pero hoy comprobamos que en ese mismo instante comenzó a respirar la eternidad de su legado humano y literario. Dicha herencia nos sigue inspirando y es más necesaria que nunca. Rescatamos sus palabras, con convencimiento y orgullo, para alcanzar el futuro. Y por eso visten desde hoy las paredes de esta casa común de los grancanarios y grancanarias, donde defendemos el poder de la palabra sincera, la justicia social y los principios democráticos. Sí, con las palabras de Alonso nos enfrentamos a la mentira, a la crispación interesada y al odio que nos empujan hacia el fondo, con las palabras aladas de Alonso.

1 Captura de pantalla 2025 11 23 173139Él fue un ejemplo de superación, porque sorteó amarguras y dificultades para convertirse en uno de los grandes renovadores de las letras canarias. Era capaz de navegar con soltura por las aguas más profundas, remando entre los acontecimientos cotidianos, mostrándonos la verdad que sigue revelando su obra. Y lo hizo con un espíritu crítico que refleja conexión y preocupación por cuanto le rodeaba.

Porque su poesía, que representa el simbolismo tardío, es íntima y reflexiva a la vez que crítica e irónica, y su prosa retrata una galería de personajes típicos del entorno canario donde le ha tocado vivir, al tiempo que su teatro es poema dramático donde la tragedia acecha silente a sus personajes.

Los legados deben cuidarse y mantenerse. Es justo reseñar la labor desempeñada tiempo atrás por especialistas y personas del mundo del arte que supieron ver antes que nadie la riqueza de la herencia que dejaba Alonso.

De ahí la presencia en el acto conmemorativo de los escritores Lázaro Santana y José Luis Correa o de la traductora Marie Claire Durant, además de contar con la actuación musical de Eduardo Perdomo con su adaptación de la obra del autor. Ese mismo 4 de noviembre, día de su adiós, anuncié la instauración en 2026 del Premio Nacional de Teatro que llevará su nombre. Nace con carácter bienal y para incentivar a creadores y creadoras de este género.

Este certamen supone también un ejercicio de responsabilidad institucional para estar a la altura de su trayectoria, igual que hicimos con el Premio Internacional de Novela Pérez Galdós o el Premio de Poesía Tomás Morales.

54901633070 3665576efd o 1024x683Seguimos así profundizando en la huella que dejaron creadores titánicos, de paso gigante, y que, sin embargo, llaman sutilmente a la puerta de nuestras conciencias.

Sus palabras, a las que vuelvo, igual que las de Pino Ojeda, o las de Josefina de la Torre, nos recuerdan la importancia del pensamiento y la cultura. Por eso su promoción es parte transversal de la acción del Gobierno de la isla. El Centenario de Alonso Quesada ha transparentado además el compromiso y la capacidad del Cabildo como promotor de la cultura.

La programación es fruto de una gran obra coral y forma parte de una cadena de tiempo que tiene su primer eslabón en la custodia de su archivo en la Biblioteca Insular de Gran Canaria.

Ha cristalizado de manera diáfana en la acción de los servicios y espacios vinculados a la Consejería de Cultura. Entre la heterogénea oferta desarrollada destacan la publicación de varios libros sobre su obra -incluyendo material inédito-, así como la reedición de algunos títulos del poeta modernista (abarcando la versión en francés e inglés de uno de sus libros más significados,

‘El lino de los sueños’), la puesta en escena de cinco montajes distintos, así como un sinfín de propuestas entre las que han figurado varias exposiciones documentales, ciclos de conferencias, conciertos, una ruta literaria por la arquitectura modernista del barrio de Triana, proyecciones audiovisuales o un taller de rap y creación poética, entre otras iniciativas que demuestran la fertilidad cultural de la isla y, a la vez, que Alonso es un semillero inagotable.

Por todo ello, quiero agradecer a la consejera y a este gran equipo profesional la entrega para hacer posible un programa del Centenario de Alonso Quesada que nadie olvidará. Mantenemos, en definitiva, su llama, el calor de la palabra que remueve y reconforta a un mismo tiempo. Prestamos oídos al rumor del mar, esa remota voz humana, como escribió en ‘La Umbría’. Y apagamos las llamas de la falsedad y el olvido.

Elevándose sobre las crestas del tiempo, vemos el humo de los ejemplares de ‘El Lino de los Sueños’ que ardieron en el invierno de la Guerra Civil como recurso angustioso de familias desahuciadas. Incluso ardiendo, las palabras de Quesada sirvieron para mantener la vida. Es algo propio de Alonso, que dejó que un rayo luminoso encendiera su agitado universo para proclamar que su alma tendía sobre el mar dorado un rayo de esperanza.

Alonso Quesada sigue dialogando con el presente. Al caer cada noche desde el pasado 4 de noviembre y hasta este martes, su rostro y su mirada pura, que parece atravesar un siglo para clavarse en la nuestra, iluminarán la parte más alta de este edificio, el lugar que le corresponde. Lo hará justamente sobre el reloj. La imagen pervivirá en nuestra memoria. Y así ha de ser. Porque hoy y siempre es la hora de la palabra. Y el siglo de Alonso.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria. Islas Canarias.

La Gomera siempre ha sido una tierra que apuesta por sus jóvenes. Pero en un territorio insular pequeño como el nuestro, estudiar fuera no es solo una decisión académica: es, muchas veces, un desafío económico y emocional para cientos de familias. La doble insularidad impone un sobrecoste real que condiciona la igualdad de oportunidades. Y es precisamente ahí donde las instituciones públicas debemos actuar con determinación, responsabilidad y sensibilidad

En el Cabildo de La Gomera hemos hecho de la educación uno de los ejes centrales de nuestra acción de gobierno, destinando en 2026 más de 7,8 de cada 10 euros del presupuesto a políticas sociales, educativas y de apoyo directo a la ciudadanía.

Lo hacemos con la convicción profunda de que ningún joven debe renunciar a estudiar por motivos económicos, y con la certeza de que cada ayuda es una puerta abierta al futuro.

Hoy damos un paso más. Por primera vez, La Gomera incorpora en sus becas una modalidad específica para el alquiler. Una iniciativa pionera, directa, útil y justa, diseñada para aliviar una de las cargas más difíciles que soportan los estudiantes y sus familias: el coste de la vivienda en las zonas universitarias. Hablamos de una ayuda de 1.000 euros por estudiante, compatible con el resto de becas.

Esta medida nace para atender los verdaderos esfuerzos que hacen las familias para sostener la formación de sus hijos, y de observar cómo el encarecimiento de la vida, la movilidad entre islas y la escasez de viviendas empujan a muchas al límite. No podíamos mirar hacia otro lado. Por eso damos respuesta, con hechos y no solo palabras, a una realidad que afecta de manera especial a los territorios insulares pequeños.

La nueva beca de alquiler se integra en un paquete global de apoyo al estudio que alcanza los 3 millones de euros en 2026, de los cuales más de 2,2 millones se destinan a becas directas. El pasado curso, más de 800 jóvenes gomeros resultaron beneficiarios de alguna de estas modalidades, que abarcan estudios universitarios fuera y dentro de Canarias, Bachillerato y Formación Profesional, y enseñanzas no presenciales.

Además, mantenemos nuestro compromiso con el transporte estudiantil —con 402.000 euros—, con los libros de texto —con 200.000 euros— y con los convenios con universidades públicas, entre ellas la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, con la que acabamos de renovar un acuerdo para sufragar un tercio del coste de residencia de los estudiantes gomeros alojados en sus centros públicos.

Somos conscientes de que estudiar fuera de La Gomera implica siempre un esfuerzo extra. Lo sé porque lo escucho, lo veo y lo vivo de la mano de tantas familias que comparten sus inquietudes. Por eso, este Cabildo seguirá reforzando un modelo social que pone a las personas en el centro, que acompaña a nuestros jóvenes y que hace de la igualdad de oportunidades una prioridad real.

Nuestra isla ha demostrado que, aun siendo pequeña, puede pensar en grande. Y esa grandeza se refleja en decisiones como esta: invertir en los jóvenes, en su formación y en su futuro. Porque cuando apoyamos a un estudiante, estamos apoyando a una familia. Y cuando apoyamos a una familia, estamos haciendo más fuerte a La Gomera.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de la isla de La Gomera. Islas Canarias.

El gobierno insular de progreso ha visibilizado en las últimas semanas y en distintos actos una selección de las grandes obras que transforman Gran Canaria

Somos conscientes de que estamos ante actuaciones decisivas, no solo por la cuantía de las intervenciones sino porque abordan necesidades estratégicas para alumbrar una Gran Canaria del siglo XXI capaz de resolver sus retos energéticos, sociales, hídricos, culturales, económicos -azules, verdes y diversificados-, de movilidad o de soberanía alimentaria, con solvencia y con rigor. Hemos pretendido compartir con la sociedad grancanaria una visión de conjunto de una acción de gobierno que es singular porque concentra en este tiempo, simultáneamente, la mayor inversión pública en nuestra isla del periodo democrático. Más de 2.000 millones de euros.

Son actuaciones que coinciden en el tiempo y que generan una sinergia de renovación que afecta a todos los sectores económicos y sociales. No estamos ante una actuación estrella que identifica un mandato, sino ante un racimo de intervenciones que abordan las cuestiones sustantivas de nuestro futuro.

54907696789 0a483c0c55 oEstamos avanzando en la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía y en afianzar un modelo de desarrollo ecosocial que garantice una senda de futuro por la que transitar teniendo en cuenta nuestra realidad insular. Y somos conscientes de nuestras debilidades y fortalezas, de los momentos difíciles que hemos vivido en los últimos años, de la situación convulsa que vive nuestro entorno geoestratégico y de la evolución de un cambio climático que condiciona, necesariamente, nuestra existencia. El despliegue de estas grandes actuaciones parte, por tanto, de un factor sustantivo: disponemos de un modelo de isla claro, identificable. Es la ecoísla que desde su definición original ha apostado por la sostenibilidad social y económica.

Para que este modelo pudiera llevarse a cabo ha hecho falta que la ciudadanía diera en tres ocasiones su confianza y otorgara a nuestro gobierno insular progresista, de izquierdas, la continuidad y estabilidad necesarias. Esto nos ha permitido proyectar, licitar y estar ejecutando grandes obras, infraestructuras y equipamientos como los que hoy repasamos con ustedes. Y también avanzar en un cambio de modelo que ha afianzado la creación de empleo, la lucha por una mayor equidad social, la potenciación de alternativas económicas reales al monocultivo turístico, la sostenibilidad medioambiental o la cohesión social en torno a la cultura, el deporte, la inclusión, la solidaridad o la igualdad.

Esta ejecutoria ha sido posible por la salud financiera del Cabildo que, sin autocomplacencias, es debida fundamentalmente a una gestión profesional austera, donde el control y la ejemplaridad en el gasto facilitan la disposición de los recursos necesarios para ser ambiciosos en los objetivos y en los proyectos. Y el complejo engranaje necesita, además, para hacerse realidad, de la confianza social, de la complicidad de los ayuntamientos y de las organizaciones sociales, económicas, culturales, sindicales o deportivas que conforman el tejido organizado de Gran Canaria. La ecoísla se despliega en cientos de actuaciones que se materializan en los 1.500 km2 de nuestro territorio, pero se visibilizan con mayor nitidez en proyectos estratégicos y obras esenciales que suponen hitos que nos permiten apreciar con claridad la relevancia del tiempo y el calado de las decisiones que estamos acometiendo. Pero insisto en que nosotros ponemos rostro a un trabajo que es colectivo y solidario. Sin el esfuerzo de los 16 miembros del gobierno, de sus equipos directivos, del conjunto de personal del Cabildo y la complicidad de la sociedad civil, este proyecto que hoy ya es realidad no sería posible.

54906575082 d26a81fd5a o 1024x681Los sueños y las expectativas de progreso de la sociedad necesitan cristalizar en espacios donde esos anhelos se acomoden, se expandan y se conviertan en realidades tangibles. Son instrumentos valiosos para transformar los territorios, las ciudades, su economía, sus dinámicas sociales, su futuro. A lo largo de la historia, en los lugares más lejanos, y en nuestro entorno más cercano, los elementos arquitectónicos y urbanísticos han definido periodos, personas y lugares. Porque los edificios y los entornos urbanos que creamos hablan de lo que somos. Y también de lo que aspiramos a ser. Uno de los grandes arquitectos del siglo XX, el alemán Van der Rohe, afirmó que la arquitectura es la voluntad de una época traducida en espacios.

Forman parte de este relato, Salto de Chira, patente canaria internacional, única en el mundo, que nos va a permitir garantizar la seguridad hídrica y la soberanía energética de Gran Canaria. Que va a posibilitar que abramos camino en España a la eólica marina y que avancemos hasta en un 70% en la penetración de las renovables y por tanto en la ruptura de nuestra dependencia de los combustibles fósiles para producir energía en la isla. Con más de 600 millones de presupuesto ya estamos en más de un 60% de su ejecución. Pronto empezará a entrar el agua en las presas. Si, además, conseguimos poder disponer de geotermia -estamos haciendo una investigación, con 31 millones de euros, que nos llena de aliento- seremos un territorio insular de referencia a nivel mundial en la transición ecológica.

También, el nuevo Estadio de Gran Canaria que acogerá el Mundial de 2030, otro hito histórico para nuestra isla. Un nuevo estadio que recoge las aspiraciones de una sociedad que vive el fútbol de una manera singular y que se convertirá en un dinamizador social, económico y cultural de Gran Canaria. O el nuevo Centro Insular de Deportes, memoria viva de las grandes gestas deportivas de Gran Canaria en las últimas décadas del siglo pasado, espacio de auténtica cohesión social en torno a la práctica deportiva y la salud.El deporte como motor dinamizador social y económico.

Y el nuevo Infecar, el edifico icónico y la reordenación del espacio, que nos convertirá en vanguardia ferial de Canarias y que se desarrolla en paralelo a la ciudad del cine de Gran Canaria que ya cuenta con dos platós de última generación, uno de ellos con la mejor tecnología de Europa. Infecar, símbolo de una isla inteligente y motor de diversificación económica, se reordena para abrirse al barrio y al futuro. Nuevos espacios verdes, instalaciones deportivas y un pabellón emblemático impulsan la proyección ferial y el turismo de negocios.

O el Museo de Bellas Artes de Gran Canaria, el más importante museo de bellas artes del archipiélago que, a través del arte, narrará la historia de esta isla desde la llegada de sus primeros habitantes hasta la actualidad.

54907696719 ed96877396 o 1024x681En Gran Canaria se construye también en estos momentos, por el IGN y en terrenos cedidos por el Cabildo, el radiotelescopio de Temisas, que nos convertirá en una referencia mundial de la geodesia, que generará sinergias con otros centros de referencia a nivel mundial. La ampliación y finalización del Museo Canario, la cápsula del tiempo de la identidad grancanaria que paralizadas sus obras desde el 2002 se reanudan ahora con financiación del Cabildo. La adaptación del antiguo psiquiátrico de Miguel Martín Fernández de la Torre a un centro sociosanitario de vanguardia, referencia del plan sociosanitario más importante en la historia de Gran Canaria que inaugurará próximamente los centros de Tamareceite, Tarazona o Taliarte.

Y, por ultimo, en este resumen apresurado, el tren de Gran Canaria, ahora más cerca que nunca, con todos sus proyectos ya redactados y con el reconocimiento del Estado como obra de interés general. Este ferrocarril representa el salto hacia un transporte alternativo, eficiente y respetuoso con el entorno. Una actuación de enorme trascendencia para el futuro socioeconómico de la isla.

Cada proyecto del que les hablo, al insertar una nueva forma, una función distinta o un uso diferenciado, reinterpreta las relaciones existentes entre las personas y su entorno. Los grandes equipamientos son bisagras del tiempo. Reconfiguran la manera en que una ciudad, una isla, se relaciona con el mundo y consigo misma. Son motores de cambio que reconfiguran el espacio, la economía y la vida social; inciden de manera directa en la configuración de las dinámicas sociales, económicas y ambientales que definen un territorio y terminan siendo elementos identitarios, hitos que marcan el paisaje y el imaginario colectivo. En el caso de una isla como la nuestra nos va a servir también para romper buena parte de nuestro aislamiento secular.

Observar, planificar, diseñar y construir. La política y las grandes obras, infraestructuras y equipamientos, los grandes hitos arquitectónicos o de ingeniería, tienen caminos comunes a la hora de afrontar los retos. En la gestión política del territorio y sus recursos hacemos del espacio que habitamos una obra colectiva, democrática y limitada en el tiempo, con todo lo que conlleva. Cincelamos, adaptamos, protegemos e innovamos para seguir haciendo no solo una Gran Canaria habitable, sino también reconocible y destacada por sus políticas referentes vinculadas a la sostenibilidad y a la atlanticidad que nos define.

Si repasamos brevemente las cuestiones que abordan estas grandes realizaciones comprobarán que hablamos de aspectos decisivos que definen a las sociedades avanzadas del siglo XXI. Pero contribuyen, sobre todo, a hacer de Gran Canaria una isla sostenible, habitable, atractiva para la inversión, el ocio y la celebración de eventos que nos identifiquen como un destino atractivo por su sostenibilidad y su calidad. Gran Canaria avanza. La ecoísla solo se entiende en esta combinación responsable de hacer compatibles todas estas variables y estas consideraciones. Cada obra, cada proyecto, cada decisión… forman parte de una visión común: una Gran Canaria más justa, sostenible e innovadora. Porque transformar la isla es construir bienestar y mirar al futuro sin olvidar lo que somos y de dónde venimos.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria. Islas Canarias.

La presentación del proyecto de lanzamiento del globo estratosférico celebrada este viernes en La Gomera ha marcado un punto de inflexión en la estrategia insular para avanzar hacia un modelo económico más diverso y resiliente

El ensayo, que desarrolla la empresa B2Space, no es solo una demostración tecnológica, sino la consolidación de un trabajo continuado que la isla viene impulsando desde hace años para situarse en el mapa de la innovación aeronáutica y aeroespacial

Desde 2022, el Cabildo ha venido articulando una hoja de ruta clara, orientada a incorporar nuevos sectores de actividad capaces de complementar los motores tradicionales de la economía insular. La celebración del primer Congreso Aeronáutico y Aeroespacial, la introducción de drones para labores ambientales y de gestión del territorio, la colaboración con entidades europeas, así como la llegada de empresas dedicadas a la fabricación y prueba de tecnología, han sido pasos encadenados que han permitido que la demostración de este viernes sea hoy una realidad.

El sistema presentado —una combinación de globo estratosférico y cohete para elevar cargas a unos 35 kilómetros de altitud— muestra el potencial de La Gomera como entorno idóneo para la experimentación de tecnologías aeroespaciales de nueva generación. Este tipo de iniciativas refuerza la proyección exterior de la isla y, al mismo tiempo, abre la puerta a actividades que pueden generar empleo cualificado, atraer inversión y estimular la formación en disciplinas tecnológicas.

La diversificación económica es uno de los desafíos centrales para territorios insulares con economías pequeñas y dependientes. La presentación de este proyecto confirma que La Gomera ha asumido este reto con una estrategia sostenida en el tiempo, en la que innovación y sostenibilidad se desarrollan de manera complementaria. Las condiciones geográficas, el uso responsable del espacio aéreo y la reducción de combustibles fósiles que implica esta tecnología muestran que es posible avanzar sin comprometer los valores ambientales que caracterizan a la isla.

En este contexto, la creación del Instituto de Investigación e Innovación de La Gomera - I3Gomera - adquirirá un papel central como herramienta de coordinación, impulso y visibilización de todos los proyectos tecnológicos en marcha. El instituto permitirá consolidar un ecosistema de colaboración entre administraciones, empresas y centros de conocimiento, contribuyendo a generar oportunidades para la juventud y promoviendo un tejido económico acorde a los retos actuales.

La jornada de este viernes ha dejado claro que La Gomera cuenta con las capacidades, la planificación y los aliados necesarios para avanzar hacia un modelo productivo más equilibrado. La innovación aeroespacial no sustituirá a los sectores tradicionales, pero sí puede complementarlos y ofrecer nuevas vías de progreso para la isla.

Tras la presentación del proyecto, se reafirma una conclusión esencial: La Gomera no solo mira al futuro, sino que lo está construyendo con determinación, planificación y una visión de desarrollo en la que la tecnología, la sostenibilidad y las oportunidades económicas avanzan de la mano.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de la isla de La Gomera. Islas Canarias.

“El problema de América Latina es que la ideología no da de comer”, dijo el recientemente electo presidente de Bolivia, Rodrigo Paz. La frase, repetida ahora en distintos foros con un aire de sensatez práctica, encierra una trampa. Porque, en realidad, lo que perjudica a los pueblos no es la ideología, sino su ausencia. Lo que empobrece a las sociedades es la gestión sin alma, el cálculo sin principios, la política sin horizonte

En los últimos tiempos se ha extendido también en España y en Canarias la idea de que la política debe desprenderse de las ideologías, de que lo importante es “gestionar bien” y de que los proyectos nacionales deben construirse desde una supuesta neutralidad transversal que todo lo concilia. Se nos quiere convencer de que las diferencias ideológicas son un estorbo del pasado y que basta con la técnica o el pragmatismo para gobernar.

No es una novedad. De Gaulle o Perón ya defendieron la centralidad de la acción frente al dogma. Macron llegó a decir que le interesaba su economía, no las teorías. No las ideologías sino el progreso. Blair y Clinton propusieron una “tercera vía” que pretendía superar la confrontación entre derecha e izquierda, le dio forma a finales de los noventa Anthony Giddens (“Mas allá de la izquierda y la derecha”). Pero todas esas experiencias acabaron demostrando que la renuncia a la ideología no era un signo de madurez democrática, sino el inicio del conformismo. Las respuestas tecnocráticas de Draghi y Renzi en Italia, de Macron en Francia o de Ciudadanos en España, no solo han fracasado estrepitosamente, sino que han abierto la puerta a la extrema derecha.

Cuando la política renuncia a una visión transformadora y se reduce a mera gestión, la democracia se debilita. Se apagan los debates que hacen avanzar a las sociedades y la ciudadanía se refugia en el desencanto. Ese vacío lo llenan los populismos reaccionarios, que ofrecen certezas simples a problemas complejos. La supuesta neutralidad ideológica termina siendo una rendición ante el pensamiento dominante y ante los intereses de los poderosos.

Vivimos un proceso de derechización profunda del debate público y de los valores que sustentan la convivencia. Se normalizan discursos xenófobos, se cuestionan derechos conquistados, se criminaliza la diversidad y se blanquean los proyectos autoritarios. En este contexto, no dar la batalla ideológica, refugiarse en una gestión postpolítica o en un nacionalismo aséptico desligado de un modelo de sociedad hacia el que queremos avanzar, es una irresponsabilidad histórica.

Porque la ideología sí da de comer. Define el modelo económico y social, determina cómo se reparte la riqueza, qué papel tiene el Estado, qué derechos se garantizan y cuáles se dejan al mercado. La deriva ideológica de un país marca quién avanza y quién queda atrás. La economía nunca es neutra: siempre responde a valores e intereses que alguien decide defender o perpetuar.

Para Norberto Bobbio, las diferencias entre las derechas y las izquierdas perviven y giran fundamentalmente en torno a la igualdad. Este es el gran elemento diferenciador. Luchar contra las desigualdades sociales desde la justicia social y la equidad, desde el derecho al trabajo, a la salud y a la educación. También desde la búsqueda de la igualdad de oportunidades y la distribución de la riqueza, haciendo frente al capitalismo que afirma que la libertad se sostiene en la desigualdad.

Algunos discursos que hoy emergen en Canarias, apelando a un nacionalismo de conciliación interclasista y sin ideologías, pueden sonar amables a primera vista. Bajo la apariencia de un proyecto común se esconde, muchas veces, la renuncia a enfrentarse a las desigualdades estructurales o a los privilegios de unos pocos. Un nacionalismo que rehúye definirse acaba siendo solo regionalismo, sin capacidad de transformar la realidad ni de defender a quienes más lo necesitan.

Canarias no puede permitirse ese vacío. Esta tierra ha sufrido durante siglos las consecuencias del centralismo y de las decisiones tomadas desde la distancia. Hoy, más que nunca, necesita una voz propia y valiente, arraigada en los valores de justicia social, sostenibilidad y defensa de los derechos colectivos. Un gobierno ultraderechista y españolista, sostenido por PP y Vox, sería nefasto para los derechos de los canarios y canarias y para el futuro de esta tierra. No solo por sus efectos económicos o competenciales, sino porque supondría un retroceso moral y democrático de décadas.

El nacionalismo progresista que ha representado a Canarias en las últimas décadas ha demostrado que la identidad y la justicia social no son conceptos opuestos, sino complementarios. Defender Canarias es defender a su gente, su cultura, su dignidad y su derecho a un futuro mejor. Es apostar por un modelo de desarrollo que ponga la vida en el centro, que impulse la transición ecológica, que defienda la igualdad y que entienda la economía como una herramienta al servicio de las personas, no al revés.

1 Captura de pantalla 2025 11 09 104901Frente a los cantos de sirena de la “transversalidad” o de la política sin ideología, hay que reivindicar que el progreso siempre ha tenido una orientación clara. Las grandes conquistas sociales —el sufragio universal, la educación pública, la universalización de la sanidad, la igualdad de género, los derechos laborales— fueron fruto de luchas ideológicas. Nada importante se logró desde la neutralidad.

La neutralidad no transforma, solo perpetúa. Por eso, cuando se pide que los proyectos políticos “gestionen sin dividir”, en realidad se está reclamando que aceptemos sin debate las reglas de los que mandan. Pero las instituciones democráticas no están para gestionar inercias, sino para marcar el rumbo hacia una sociedad más justa, solidaria y sostenible.

Canarias necesita seguir ese rumbo con claridad y coraje. Nuestra condición insular y periférica exige una mirada ideológica fuerte, consciente de nuestra historia y de nuestras singularidades. Un proyecto que no aspire a contentar a todos, sino a convocar a quienes creen que la justicia, la igualdad y la sostenibilidad deben guiar el futuro.

Sin ideología no hay proyecto. Sin principios, la política se convierte en trámite y el nacionalismo en decorado. Lo que esta tierra necesita no es neutralidad, sino compromiso. Convicciones firmes, manos limpias y una idea clara de hacia dónde queremos avanzar.

Porque Canarias no puede ser un territorio sin alma política: su alma está hecha de lucha, mestizaje y esperanza. Y esa historia no se honra desde la asepsia, sino desde la convicción de que, incluso hoy, la ideología sigue siendo el alimento del pueblo.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria. Islas Canarias.

Durante la última década hemos sido testigos de la apertura de un nuevo tiempo, tanto en la sociedad como en la política, donde la crispación ha ido ganando terreno sin apenas darnos cuenta de todo lo que hemos perdido por el camino, dejando atrás los tiempos del consenso

La utilización de las redes sociales, de los bulos y de estrategias sesgadas para generar ruido están marcando la agenda social, mediática y política de nuestro país, sin detenernos un segundo en pensar por qué hemos llegado hasta aquí y, a la vez, meditar qué hemos hecho mal para que estas corrientes desestabilizadoras estén ganando terreno sin que nada ni nadie logre ponerles límite.

Este panorama, nada bueno, ha invadido la agenda política de nuestro país y, en muchas ocasiones, más de las que quisiéramos, absorbe demasiado tiempo a caer en la trampa del “y tú más”, ligado habitualmente a un lenguaje poco cortés que gana peso, ya no solo en las redes sociales, sino también en los templos de la palabra, como son los parlamentos.

Es evidente que el contexto político y social ha ido cambiando; que no siempre llueve a gusto de todos, pero no hay que errar cayendo en acciones de descrédito y bulos que sólo ayudan a generar más malestar. Esta corriente que ha tomado la política nacional es nociva para todos, incluso para aquellos que la promueven, que piensan en un rédito político de futuro, pero no se dan cuenta de que están ante una estrategia cortoplacista que no tiene mucho recorrido, pues la ciudadanía termina hartándose de este ambiente tóxico.

En democracia, el desacuerdo es legítimo e incluso necesario. La pluralidad de ideas es una de sus mayores virtudes. Pero cuando el desacuerdo se convierte en enfrentamiento sistemático, y los argumentos se sustituyen por el insulto o la descalificación, las instituciones pierden credibilidad, la independencia de poderes se diluye y la ciudadanía deja de confiar en ellos.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de la isla de La Gomera. Islas Canarias.

 

Los productos de cercanía de Gran Canaria tienen nombre y apellidos. Y rostro. Como el de Antonio Ramírez, que lleva mucho tiempo abriendo surcos de papas en San Mateo y encarna la experiencia y la conciencia de la importancia de la unidad del sector como presidente de la Cooperativa Agrícola Coacen. Francisco Ramón Domínguez Trujillo, de Teror, es la juventud, la esperanza que crece en el campo. Carmen Delia Hernández Hernández da voz y presencia a la mujer rural cultivando sus papas en Moya y Arucas. El ingeniero agrónomo y especialista en nutrición del cultivo de la papa, Luis Ángel López Fernández, refleja la ciencia aplicada al territorio, en diálogo con la tradición, mientras que el Grupo Cencosu supone la vital y ejemplar apuesta empresarial por la producción de kilómetro cero en la isla.

Estas personas y miles más forman parte del universo de hombres y mujeres que mantiene el pulso del cultivo de la papa. Reconocimos hace muy pocos días su labor en el acto institucional de la VII Feria Insular de la Papa. No fueron los únicos. También se llevó a casa su galardón José Luis León, de la terorense finca Los Risquillos, con su papa de más de kilo y medio. Pero el verdadero peso de las papas del país y del conjunto del sector agrícola insular no puede calibrarse en toda su dimensión con una simple báscula.

Las papas poseen una silueta semejante al perfil de la isla de Gran Canaria. Es una casualidad. Pero también una coincidencia cargada de significado. La relación tiene cinco siglos de antigüedad, desde la introducción del cultivo en nuestro territorio insular en el contexto de su papel de puente entre América y Europa. Desde entonces, su historia se ha escrito de manera conjunta; en los libros y en las crónicas, pero ante todo en los surcos. En ese lugar, en nuestros campos, sin que gran parte de la población las vea ni sepa de sus esfuerzos y desvelos, es donde las manos de hombres y mujeres aferradas a la tierra hacen posible que sigamos escribiendo este relato coral.

Son las personas que con su tesón traducen en realidades gran parte de las políticas que desarrollamos en el Cabildo de Gran Canaria en apoyo al sector primario. Porque en esas manos están la soberanía alimentaria, la sostenibilidad, el cuidado del territorio, la protección de la biodiversidad, la lucha contra el abandono rural o la prevención de los incendios forestales. Y, sobre todo, entre esas manos se guarecen nuestras señas de identidad. Y fanegadas y fanegadas de memoria. Pero también de futuro… Lo sabemos muy bien en el Cabildo de la isla. Nuestro Plan Insular de Desarrollo del Fomento del Cultivo de la Papa (subvenciones, asesoramiento, lucha contra plagas, etc) es una expresión clara de la relevancia estratégica que le concedemos al.

La organización de este Plan Insular está adaptada a la realidad actual del sector y a sus retos e incluye, entre sus pilares más destacados, el asesoramiento técnico a productores y nuevos agricultores y agricultoras, la formación en técnicas de plantación, riego, fertilización y control de plagas, los análisis de suelo y fitopatológicos, el estudio de costes de producción tanto en sistemas convencionales como ecológicos y la celebración anual de la Cata Insular de Papas. Y además el Plan de Erradicación de la Polilla Guatemalteca, las subvenciones para la recuperación de terrenos en desuso y la mejora de instalaciones y maquinaria o la ejecución de proyectos hidráulicos para mejorar el riego agrícola. Solo en los últimos meses, hemos puesto a disposición de los cultivos de papas de medianías más de 3.600 horas de riego, suficientes para regar más de 26 hectáreas.

54860585587 7a5a063862 oEl trabajo realizado ha logrado que la superficie cultivada se haya incrementado en más de un seis por ciento en la última década, una tendencia positiva contraria a la del conjunto del archipiélago, donde ha descendido en un 26%. Las 1.200 hectáreas actuales conforman un paisaje productivo pero sobre todo de ilusión pues en estas fincas crecen productos del país de gran calidad. Y echa también raíces una economía vinculada a lo cercano, a lo propio. Crece, en definitiva, la posibilidad de una isla cada vez más autocentrada y consciente de sus retos y oportunidades. No es el único caso. Con la misma fórmula, Gran Canaria duplica en superficie de cultivo de frutales a la segunda isla y ha incrementado entre 2019 y 2024 su superficie de cultivo de regadío en unas 211 hectáreas.

Son pasos hacia la soberanía alimentaria que defendemos y por la que trabajamos a conciencia desde hace una década. Es un eje de una autonomía que ha de completarse con la energética, además de la seguridad hídrica. Un proyecto pionero, la central de Salto de Chira, unifica este triple anhelo, pues multiplicará la penetración de las renovables, la autosuficiencia en la generación y almacenamiento de energía y la desalación para regar las cuencas de cumbres y medianías con agua de la costa.

No obstante, necesitamos robustecer la conciencia ciudadana sobre la importancia de nuestras decisiones. En cada opción entran en juego muchas variables, pero quiero subrayar que una de ellas debe ser el respaldo a un modelo insular cada vez más sostenible. Una papa de Gran Canaria en la cesta de la compra, sancochándose al fuego, en el plato, es un mensaje; un apoyo a la isla donde desarrollamos nuestras vidas. Se hace política ante las urnas, pero también ante los lineales del supermercado o en las elecciones en el comercio del barrio y del pueblo.

Es importante que veamos las producciones del campo de Gran Canaria como una extensión de nuestra singularidad. Y de ahí surgirá necesariamente un sentimiento de compromiso y de defensa que debe traducirse también en mecanismos legales que nos permitan modular la entrada de productos foráneos mientras nuestros agricultores y agricultoras sean capaces de surtir la despensa insular. Da mucha rabia ver papas de Egipto - y más del genocida estado de Israel- en las superficies de venta compitiendo con nuestras papas aún en existencia. Obligan estos buitres sin escrúpulos al productor local a bajar sus precios o a quedarse con su cosecha.

Como saben muy bien y sufren en sus carnes nuestros agricultores y agricultoras, no compiten en igualdad de condiciones. Por un lado, porque los controles, costes y requisitos que afrontan no son los mismos. Y, por otro, porque se enfrentan en ocasiones a prácticas desleales que intentan acabar con la competencia de los pequeños y medianos productores locales. Produce pena, rabia y vergüenza ver cómo algunos se proclaman patriotas, nacionalistas y demás yerbas y realmente no hacen sino mirar para sus bolsillos. Desprecian a su tierra y a su gente.

Las producciones locales requieren iniciativas administrativas de protección y el respaldo de consumidores y consumidoras. El campo grancanario, además, demuestra que tiene unas espaldas amplias, pues al menos el 62% de las papas consumidas en la isla y más del 44% en el caso de Canarias proceden de nuestro territorio insular. Son porcentajes que superan ampliamente las recomendaciones de la ONU para la soberanía alimentaria de los territorios insulares. Pero no queremos conformarnos. Y sabemos que para que esto sea posible resulta imprescindible, entre otras medidas, garantizar el agua, hacia donde fluyen precisamente nuestras acciones en materia de regadío, reutilización de aguas y obras hidráulicas.

Quiero recalcar que esta cita anual ha brindado una oportunidad para encontrarnos alrededor de uno de nuestros productos estrella, en especial con la participación de más de un centenar de especialistas del más alto nivel de las islas y la península en las Jornadas Técnicas sobre la Papa. Ellos y ellas debatieron medidas para aumentar las cotas de soberanía alimentaria que se enfrentan además a las consecuencias del cambio climático. Todo ello, por supuesto, con el consejero y el equipo del área del Sector Primario, Soberanía Alimentaria y Seguridad Hídrica del Cabildo grancanario siempre detrás.

Regreso al inicio, a los rostros de la pasión, la entrega, la búsqueda de la excelencia, la lucha por aquello que nos identifica y distingue. Los premios fueron, en última instancia, coronas para esta viajera que atravesó el Atlántico y se quedó en Gran Canaria para ser parte de nuestra esencia. No obstante, el mayor de los galardones, el más luminoso, será que el sol y las estrellas sigan brillando sobre los terrenos sembrados de Gran Canaria.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria. Islas Canarias.

Cada año, la aprobación de los presupuestos representa el acto más importante de cualquier administración pública. Es el momento en que se define el rumbo de la gestión, la hoja de ruta que marca las prioridades de un gobierno y su compromiso con las personas. En 2026, las cuentas del Cabildo de La Gomera serán, más que nunca, un instrumento para avanzar hacia una isla de progreso, sostenible y con oportunidades para todos

El nuevo presupuesto asciende a 82,7 millones de euros, lo que supone un incremento del 5,5% respecto al año anterior. No se trata solo de una cifra: detrás de cada euro hay un propósito claro y humano. Porque 7,8 de cada 10 euros se destinan a acciones sociales, educativas y de apoyo directo a la ciudadanía, consolidando un modelo de gestión que pone a las personas en el centro de la acción política. Este es, sin duda, un presupuesto hecho para la gente y por la gente de La Gomera.

El área de Bienestar Social vuelve a liderar la inversión insular, con más de 16 millones de euros, lo que representa casi el 20% del total. Detrás de esta cifra hay miles de rostros: mayores, dependientes, familias en situación de vulnerabilidad o jóvenes que buscan su primera oportunidad laboral. Son las realidades que queremos transformar.

Pero estas cuentas también miran al futuro, a una generación que demanda empleo, vivienda y formación. Por eso hemos incorporado 2,5 millones de euros en programas de formación y empleo juvenil, y nuevas líneas de ayudas al alquiler y adquisición de vivienda para jóvenes. Con ello avanzamos hacia una isla donde nacer, estudiar y trabajar no sea una excepción, sino una opción real.

Además, La Gomera ha sido y seguirá siendo una isla pionera en sostenibilidad. El presupuesto de 2026 dedica 10 millones de euros a la transición ecológica, con actuaciones que consolidan a la isla como referente en energía limpia, gestión medioambiental y lucha contra el cambio climático. Apostamos por el autoconsumo energético, la movilidad eléctrica y la protección de nuestros ecosistemas, porque el desarrollo sólo tiene sentido si se hace respetando nuestro entorno.

El desarrollo económico también ocupa un lugar prioritario. Más de 480 pymes y autónomos se beneficiarán de medidas de apoyo y dinamización comercial, incluyendo un refuerzo del bono consumo, con mayor aportación pública tanto en el norte como en el sur de la isla. Además, las inversiones en infraestructuras públicas, industria, energía, comercio y turismo contribuirán a consolidar un modelo económico más diversificado, más fuerte y más resiliente.

Reforzamos el apoyo al asociacionismo y al tercer sector, con 3,5 millones de euros destinados a proyectos impulsados por entidades sociales, culturales y deportivas. Iniciativas que tienen como objetivo la dinamización y reafirman el compromiso con una isla cohesionada y solidaria.

Más allá de los números, estos presupuestos son una oportunidad para seguir transformando realidades. Porque cada inversión tiene un impacto directo en la vida de nuestros vecinos: 2.200 estudiantes que reciben becas o ayudas al transporte; 3.000 familias que cuentan con apoyo social o sanitario; 250 hogares que ya disponen de energía fotovoltaica; 200 jóvenes y mayores de 60 años que encuentran empleo gracias a los programas de inserción laboral.

El Cabildo de La Gomera encara este 2026 con la convicción de que el desarrollo no son sólo cifras, sino bienestar. Por eso seguimos trabajando con diálogo, con sensibilidad y con visión de futuro. Queremos que La Gomera siga siendo una isla que cuida, protege y ofrece oportunidades, un ejemplo de cohesión, igualdad y sostenibilidad.

Las cuentas que presentamos son el reflejo de una isla que no se resigna, que avanza paso a paso, transformando sus recursos en bienestar, su identidad en motor de desarrollo y su futuro en una promesa cumplida.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de la isla de La Gomera. Islas Canarias.

El manifiesto de apoyo del Cabildo de Gran Canaria a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria como Capital Europea de la Cultura 2031 contiene motivos de fondo que justifican nuestra identificación con la propuesta municipal de visibilizar la rebelión de la geografía. Tenemos el más absoluto convencimiento de que nuestra isla encarna un llamamiento a la diversidad y a la ruptura de las barreras físicas y mentales, evoca igualmente el rechazo a la discriminación por cualquier causa, e invita a reconocer que la cultura europea debe modelarse también con la arena de sus orillas.

Somos litoral, margen y frontera, y eso esculpe nuestra realidad y una singularidad que nos enorgullece. Pero que nadie se equivoque: nos resistimos a ser orillados, marginados o convertidos en muros de contención. Muy por el contrario, tenemos la convicción de que nuestra voz y nuestro ejemplo pueden ayudar a redefinir la diversidad intelectual y cultural del continente

Nada de esto es nuevo, en realidad. La memoria de la Europa clásica hace guiños constantes a los territorios insulares. El mito de Ulises sigue recorriendo los caminos que conectan a Europa, atravesando sus fronteras visibles e invisibles. Se mueve como una letanía que resuena en cada conciencia, recordando la importancia de la búsqueda de la verdad y la conexión con lo que realmente importa. La leyenda se enhebró, sobre todo, de isla en isla, a través de los seres que allí encontró y las enseñanzas que extrajo. La experiencia insular, por tanto, alienta la mayor alegoría mediterránea y europea.

Existen alrededor de 2.000 islas en Europa. Algunas son nidos de cormoranes. En otras apenas se distinguen los cimientos del castillo de un reino olvidado. O destella un viejo faro, aunque el farero haya sido sustituido por un ingenio moderno, porque el naufragio sigue siendo un riesgo que acompaña a la aventura humana. Otras, sin embargo, se elevan como paradigmas de sociedades insulares que han sido capaces de protagonizar una apasionante aventura social y cultural. Es, por supuesto, el caso de Gran Canaria, en este caso en el Atlántico, más allá de las también legendarias Columnas de Hércules que citó Homero. Aquí conocemos pronto la inmensidad y, con la humildad del que se sabe una parte del todo, aspiramos a dejar huella e ir un paso más allá de lo que parecía escrito de antemano. En ese proceso, desarrollamos nuestra singularidad, de la mano de nuestra condición de privilegiado lugar de encuentro entre continentes y visiones de la realidad.

Y desde el origen, cada nueva idea, cada siglo y cada movimiento de ida y vuelta han sido cubiertos por el salitre de nuestra profunda identidad isleña. Por eso podemos decir con orgullo que poseemos una voz propia que merece ser escuchada en el continente europeo; y en el mundo. Esta afirmación cobra especial importancia en el actual momento histórico, cuando Europa y el conjunto del planeta viven en la incertidumbre y contemplan cómo se dinamitan las vías de diálogo y desfallecen los viejos discursos, como olas que mueren frente a una escollera de intransigencia y regresión.

Las islas emergen en los lugares más imprevistos. Sobre el mar y en el pensamiento. El grancanario Galdós, uno de los grandes escritores europeos del siglo XIX, definió a Europa como “una gran isla dentro de la cual estaban otras islas”, según puso en palabras de Gabriel Araceli, hilo conductor de la Primera Serie de los Episodios Nacionales. Y añadió: “Llegará un día en que se abrazarán, conviniendo todos en no formar más que una sola familia”. Para que esto ocurra, hacen falta lugares donde se levanten puentes de entendimiento, lejos del aire enrarecido, donde las velas se vuelvan a llenar de un soplo ilusionante y sea posible volver a imaginar el futuro. Es precisamente lo que define a Gran Canaria. Hagámoslo desde Gran Canaria.

2 Captura de pantalla 2025 10 26 102904Gran Canaria jamás ha sido una orilla cultural. Ha sido un centro. Y merece que Europa lo refrende con la designación de la ciudad como Capital Europea de la Cultura. Es importante que se deje encandilar por las luces de esta urbe y de esta isla en la que se fusionan arte, convivencia, inclusión, participación ciudadana y sostenibilidad -ejes de la acción del Gobierno de la isla-, además de la memoria y el presente de las migraciones humanas. Le conviene abrir sus ventanas para que entren el alisio, y la maresía. La expectativa de situar la insularidad y la periferia en el corazón del continente es doble en 2031, pues, junto a una ciudad española, la Unión Europea designará también a una localidad de Malta, donde Ulises permaneció durante siete años.

La promoción y el apoyo a la cultura forman parte del ADN del Cabildo de Gran Canariades de su nacimiento. El protagonismo del Gobierno de la isla se ha acentuado en la última década y se percibe de manera especialmente clara en la capital, donde no puede concebirse el paisaje cultural sin su contribución, cristalizada en espacios, eventos, programaciones a lo largo de todo el año, proyectos de calado social y a la vez de gran proyección y, por supuesto, el respaldo decidido al sustrato creativo y artístico local.

En este sentido, el Cabildo eleva el pulso de la cultura en la ciudad a través de su Red de Museos. En el caso de Las Palmas de Gran Canaria, con el legado del novelista Pérez Galdós que conservamos y mostramos en su Casa-Museo en el corazón del histórico barrio de Triana, donde duermen manuscritos de obras que sustentan su talla universal. La escultura de Victorio Macho, hecha en arenisca para que el tiempo terminara de moldearla, es una metáfora a la inversa, porque los años menoscabaron la piedra mientras estuvo en el muelle, pero la influencia galdosiana sigue expandiéndose. En el barrio fundacional de Vegueta, la Casa de Colón exhibe e investiga la atlanticidad de Gran Canaria. Por su parte, el Centro Atlántico de Arte Moderno designa su filosofía en su propio nombre y en una programación expositiva que subraya la condición insular de encrucijada abierta a voces, pinceladas y propuestas que no siempre encuentran acomodo.

El relato museístico escribe una nueva y brillante página en la capital con el proyecto del Museo de Bellas Artes de Gran Canaria, el MUBEA, en el antiguo hospital y posterior San Martín Centro de Cultura Contemporánea. Este recinto se convertirá en el mayor de su clase en Canarias y en uno de los más destacados del país. Se trata de una apuesta por las artes plásticas en el lugar que merecen, rescatando un edificio histórico, enfatizando la identidad isleña y su divulgación. Y lo hará aprovechando las estancias sanitarias donde fue paciente Jorge Oramas. Desde su ventana observó y pintó las casas que cuelgan de las laderas de San Roque y San Nicolás, con su paleta de rojos, amarillos, verdes, azules y palmeras infinitas, una imagen que se ha convertido en una seña de identidad de los riscos y la capital grancanaria. La entrada en escena del MUBEA supondrá además un soplo de aire fresco en el entramado urbano, cultural, social y económico de la zona, a la que se sumará la renovación y ampliación del Museo Canario, con financiación del Gobierno insular, memoria arqueológica y cápsula del tiempo de la isla que sitúa en un lugar medular la herencia aborigen.

La cultura que emana del Cabildo se muestra como un libro abierto en la Biblioteca Insular. Levanta y baja el telón en el Teatro Cuyás o en la programación de la Fundación Teatro Auditorio. Hace que Las Palmas de Gran Canaria suene en el mundo como sede de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, una de las formaciones más prestigiosas de España y Europa. Abre la capital a la vanguardia visual y sonora en el Centro de Cultura Audiovisual, arquetipo de cómo la periferia se torna en enclave neurálgico de las artes.

La democratización de la actividad cultural y la cohesión social que proporciona se han aliado con la arquitectura y el urbanismo a través del proyecto ya licitado de Infecar. El proyecto impulsado por el Cabildo contempla un pabellón icónico que, además de los eventos feriales, acogerá eventos y espectáculos -igual que sucederá tras la reforma del Estadio de Gran Canaria o en el nuevo Centro Insular de Deportes- en el contexto de un recinto que dejará de ser un espacio cerrado para dejarse abrazar por los barrios del entorno.

El Gobierno de la isla promueve los rodajes y la posproducción cinematográfica con el plató virtual pionero en España, financia la restauración y promueve la conservación de múltiples elementos patrimoniales y colabora con entidades de sobresaliente importancia en el pasado y el presente de la ciudad, del Gabinete Literario a la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino o la de Alfredo Kraus, entre muchas otras. También rescata la memoria histórica, de la más oscura y cruel a aquella que habla del kilómetro cero de la capital, con la investigación y la difusión de la importancia del solar norte de la Catedral, labor a la que se añaden las visitas guiadas del Servicio de Patrimonio Histórico al Confital o el Jardín Canario, por citar solo las más recientes.

La rúbrica plasmada en el manifiesto de apoyo en nombre del conjunto de la corporación insular contenía la forma de los manuscritos de Galdós o de Pino Ojeda; el vuelo de las espirales de Chirino; las rimas portuarias de Tomás Morales; el trazo de Manolo, de Jane Millares y de Néstor; o el eco de Kraus. Pero estaba guiada sobre todo por la coherencia de la apuesta del Cabildo por la cultura en Gran Canaria y su capital. Nos anima hoy un sentimiento de justicia, de provocar que Europa enfoque su mirada en la isla, que contemple al ‘Atlante’ de Tony Gallardo, hecho con la piedra del fuego donde nos fraguamos y alzado desde el cantil al orbe. Deberían conocer sus secretos y escuchar su sonoro silencio. Ulises lo habría hecho.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria. Islas Canarias.

El inicio de la nueva temporada de cruceros en La Gomera, con más de 115.000 cruceristas y 108 escalas previstas, es mucho más que una buena noticia para nuestro puerto. Es una confirmación de que el trabajo constante por situar a la isla en el mapa internacional del turismo de calidad da sus frutos. Y también es una oportunidad: una oportunidad para fidelizar a nuevos visitantes, para mostrar la autenticidad de nuestra tierra y para seguir avanzando en un modelo turístico distinto, responsable y coherente con lo que somos

Cada llegada de un crucero representa mucho más que cifras: es la ocasión de proyectar una imagen de isla comprometida con su entorno, que apuesta por la sostenibilidad y que prefiere la calidad frente a la cantidad. La Gomera no compite en volumen ni en masificación, sino en excelencia y diferenciación. Nuestra apuesta es por un turismo que genere valor añadido, que respete el territorio y que contribuya a mejorar la vida de quienes aquí viven.

Durante años, hemos aprendido que el turismo puede ser una fuerza de equilibrio y cohesión si se gestiona con inteligencia y sensibilidad. Por eso, en La Gomera trabajamos para que cada inversión, cada acción promocional y cada estrategia de desarrollo estén orientadas a crear un turismo que conserve y que proteja a nuestra isla.

Este año, el impacto económico derivado de la temporada de cruceros superará los 5 millones de euros, con un gasto medio estimado de 45 euros por visitante. Pero el verdadero éxito no se queda aquí. Está en ver cómo nuestro tejido económico se beneficia, cómo la artesanía insular encuentra nuevos escaparates, o cómo el silbo gomero y los productos de kilómetro cero forman parte de la experiencia de quienes nos visitan. Es un turismo que crea valor compartido, que no se impone al territorio, sino que convive con él.

Mientras otros lugares del país apuestan por más turistas, La Gomera ha elegido un camino distinto. Hemos apostado por un modelo turístico sostenible, de pequeña escala, de atención personalizada, donde el visitante encuentra autenticidad, naturaleza y cultura viva. Un modelo que se apoya en la planificación, a través de estrategias como el Plan de Destino Turístico Sostenible o Gomera36, que integran la movilidad eléctrica, la transición digital, el turismo activo y la promoción de nuestro patrimonio natural, cultural y gastronómico.

Nuestro objetivo no es crecer por crecer, sino crecer mejor: con equilibrio, con sostenibilidad territorial y con una visión de largo plazo. Porque entendemos que el turismo no puede ser una industria que agote los recursos que lo sustentan. Debe ser una alianza entre economía, territorio y sociedad, una herramienta para mejorar la vida de los residentes y, al mismo tiempo, enamorar a quienes nos visitan.

Porque aquí, entre barrancos, entre silbos y senderos, sabemos que la excelencia turística no se improvisa. Se construye día a día, con planificación, con respeto y con responsabilidad. Y ese es el camino que seguiremos recorriendo: el de un turismo que no destruye, sino que construye; que diferencia; que no agota, sino que inspira.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de la isla de La Gomera. Islas Canarias.

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