
La popular y veterana emisora de radio "Radio faro del Noroeste" sigue su proyección hacia una mayor ampliación de su cobertura.
El barrio de Piso Firme saboreó este domingo la XXV edición de su popular Fiesta de la Cebolla, un evento con el que el Ayuntamiento de Gáldar rinde homenaje al esfuerzo de hombres y mujeres que durante generaciones han mantenido vivo este cultivo
Cientos de personas pasaron por la cancha polideportiva de Piso Firme para disfrutar del Grupo Folclórico Los Cebolleros de Gáldar, la Agrupación Cultural y Folclórica ‘Surco y Arado’ y Yeray Rodríguez, que amenizaron la jornada, de la bajada de la Virgen de Santa Rosa de Lima, de la entrega de premios a las cebollas rojas y blancas más pesadas, del homenaje a Rosa Delia Bolaños Cruz y hombres y mujeres que han participado en las últimas ediciones para sacar adelante la Fiesta de la Cebolla y del pescado encebollado que coronó la mañana a cargo de los PFAE Gáldar Cocina y Gáldar Restauración.
Fue la primera edición de la Fiesta de la Cebolla desde que el Pleno del Ayuntamiento de Gáldar aprobara por unanimidad iniciar el expediente para patentar la marca de garantía ‘Cebolla de Gáldar’. En este sentido, durante la jornada tuvo lugar la constitución de la Asociación de productores de cebollas de Gáldar por medio de la firma del acta fundacional y para celebrarlo se repartieron cerca de mil kilos de cebollas entre los asistentes, en mallas con una blanca y una roja con la etiqueta de la marca de garantía ‘Cebolla de Gáldar’. El evento, que organiza la concejalía de Desarrollo Socioeconómico, que dirige Tine Martín, y la Asociación de Vecinos El Juncal, está enmarcado en el programa de las 542º Fiestas Mayores de Santiago.
Teodoro Sosa, alcalde de Gáldar, felicitó a los premiados, a la homenajeada y resto de distinguidos pero especialmente «a todos quienes quieren este cultivo que durante generaciones se ha mantenido y ha hecho crecer este barrio». El primer edil dio las gracias especialmente a los cebolleros más jóvenes "que han querido seguir el testigo de muchas personas mayores que ya no están entre nosotros pero que siguen constituyendo la esencia de este pueblo, un producto que mantiene también unido a Gáldar y Agaete".
El alcalde también hizo referencia a la firma del acta fundacional. "Hoy es un día histórico. Ha costado mucho conseguir esta etiqueta que luce en las mallas que hoy regalamos con esta cebolla nuestra de tanta calidad y ahora vamos a intentar conseguir la Denominación de Origen Protegida y desde entonces cualquier cebolla que tenga el distintivo de 'Cebolla de Gáldar' sabrá la gente que tiene nuestro sello histórico de calidad", añadió.
Tine Martín, concejal de Desarrollo Socioeconómico, dio las gracias «a todas las personas que han trabajado para que esta Fiesta sea posible». «Estamos trabajando para que este sector siga prosperando. Damos las gracias a los hombres y mujeres que se dedican a este cultivo imprescindible para Gáldar y Agaete», aseguró el edil, que subrayó el hito que supone la firma del acta fundacional de la Asociación de productores de cebollas de Gáldar" y también trabajamos para conseguir la Denominación de Origen Protegida".
Asimismo, recordó que "en el año 1967 se intentó constituir en Asociación a los productores de cebollas pero no se consiguió. Y hoy, 57 años después, lo hemos logrado. Ha sido un trabajo enorme a través de la Concejalía de Desarrollo Socioeconómico, con todos sus técnicos, y de la Agencia de Extensión Agraria de nuestro municipio".
El elenco de premiados fue el siguiente: la cebolla roja de mayor peso la presentó Evelio Moreno Jiménez con 1,34 kilos por delante de la de Isidro Moreno Pérez, de 1,19 kilos. En cuanto al lote de diez cebollas rojas de mayor peso ganó Carlos Moreno Jiménez con 11,12 kilos por delante de Milagrosa Díaz Moreno, con 9,95 kilos. Mientras, en la categoría de cebollas blancas, la individual de mayor peso fue de Jorge Ramos Mendoza, de 1,54 kilos, por delante de Carlos Moreno Jiménez, de 1,50 kilos. Por último, el lote de diez cebollas blancas de mayor peso lo presentó Isidro Moreno Pérez con 13,28 kilos por delante de Evelio Moreno Jiménez, con un lote de 10,99 kilos.
Homenaje a Rosa Delia Bolaños Cruz
Durante la Fiesta tuvo lugar un emotivo homenaje a Rosa Delia Bolaños Cruz, de 53 años, y que dedicó más de una década de su vida al cultivo de la cebolla junto a un grupo de compañeras del que se siente "muy orgullosa y juntas nos entendíamos muy bien". Trabajadora del sector de la agricultura por cuenta ajena, se dedicó muchos años al producto típico en Piso Firme. "Es un trabajo muy sacrificado y duro pero muy bonito y reconfortante", asegura.
Rosa Delia recuerda que la de la cebolla era de las plantaciones más grandes a las que se dedicaba y a pesar de las inclemencias meteorológicas, reafirma la cebolla como uno de los productos más característicos del barrio. Residente en Piletas, su padre Antonio era trabajador municipal, su madre Dolores ama de casa y tiene tres hermanos. En la actualidad es trabajadora de limpieza en centros escolares y tiene dos hijos: Pedro y Qendara.
Concurso de tortilla
Esta fue también la primera edición desde que se inaugurara el pasado mes de enero la Plaza Crispe Vega de Piso Firme. A pesar de que Santa Rosa de Lima ya cuenta con una capilla en dicha Plaza, se mantuvo la tradición de la Bajada de la Patrona del barrio desde Las Rosas hasta la cancha polideportiva, acompañada en esta ocasión por las chácaras y tambores de Tagenza.
Además, en la noche del sábado se celebró un concurso de elaboración de tortillas con cebolla 'Memorial Marcelino el Gomero' para vecinos empadronados en el municipio en la Asociación de Vecinos. El primer premio fue para Gerardo Bolaños Henríquez, el segundo para Jonay Alonso Alvarado y el tercero para Adolfina Mendoza Moreno. Posteriormente, el escenario de la Plaza Crispe Vega fue inaugurado con una actuación musical de la Parranda ‘La última y nos vamos’ y una verbena a cargo de Juan Paulo.
Origen de la Fiesta de la Cebolla
El cultivo de la cebolla en Gáldar se remonta a los primeros pobladores tras la conquista de la isla, que encontraron en la zona de Piso Firme y Las Rosas el abono perfecto: el viento. Durante generaciones, agricultores y familias cultivaban las cebollas como ejemplo de agricultura autárquica, para consumo local, hasta que en el siglo XIX la crisis de la cochinilla y el empeño de grandes empresarios como David John Leacock hizo que se aumentara su producción para la exportación, a través del Puerto de Sardina, a otras islas o países.
La cebolla de Gáldar tiene algo especial que la hace única en el mundo: sus agricultores siguen apostando por las semillas tradicionales generación tras generación, una excepcionalidad debido a que los requerimientos del mercado presionan para que se utilicen variedades híbridas, más uniformes en tamaño, sabor y color, y que está provocando la desaparición de variedades locales.
De ahí que la cebolla de Gáldar haya evolucionado de manera distinta, sobre todo debido al viento, a la temperatura y a las características volcánicas del terreno, lográndose ejemplares de alto contenido en magnesio, fósforo y potasio, ligeramente dulces, con bajos niveles de grasa y un bajo contenido calórico de acuerdo a los análisis realizados por la Universidad Politécnica de Valencia.
Fruto de esa evolución han resultado cuatro variedades únicas en el mundo: la ‘Chata de Sardina’, achatada, violeta oscuro, con un picor medio, se recolecta en mayo y es la acompañante ideal para el gofio amasado y escaldado. Por su parte, la ‘Roja’ no tiene forma homogénea, es también violeta oscuro, se recoge en julio y agosto y se utiliza para ensaladas por su escaso picor. La ‘Blanca’ es poco homogénea, marrón, se recolecta en julio y agosto, y debido a su escaso picor es recomendable para guisos y frituras. Por último, la variedad ‘Embarque’ es achatada, marrón y se recoge en mayo, además es la más picante y menos cultivada, ideal para guisos y frituras.
Hace unos años se presentó en Piso Firme el libro ‘La cebolla de Gáldar, tradición y ciencia’, dirigido por los técnicos de la Agencia de Extensión Agraria de Gáldar y editado por el Cabildo de Gran Canaria en el que se hace un análisis de las variedades, características y sus propiedades nutritivas y medicinales, y recoge el saber de los agricultores y su esfuerzo por perpetuar las semillas.
La Fiesta de la Cebolla está de aniversario este domingo con la XXV edición. Será además la primera desde que el Pleno del Ayuntamiento de Gáldar aprobara por unanimidad iniciar el expediente para patentar la marca de garantía ‘Cebolla de Gáldar’, un paso que tendrá presencia en la festividad de este domingo
En este sentido, durante la jornada tendrá lugar la constitución de la Asociación de productores de cebollas de Gáldar y para celebrarlo se repartirán cerca de mil kilos de cebollas entre los asistentes, en mallas con una blanca, una roja con la etiqueta de la marca de garantía 'Cebolla de Gáldar'.
Organizada por la Concejalía de Desarrollo Socioeconómico, que dirige Tine Martín, la XXV Fiesta de la Cebolla llega una vez más para poner en valor el producto típico de Piso Firme y una de las referencias del sector primario de Gáldar. En el marco de las Fiestas Mayores de Santiago tendrá lugar nuevamente esta edición el próximo domingo 7 de julio durante toda la mañana con inicio a las 10.00 horas. Amenizarán la Fiesta de la Cebolla las actuaciones musicales del Grupo Folclórico Los Cebolleros de Gáldar, la Agrupación Cultural y Folclórica ‘Surco y Arado’ y cerrará Yeray Rodríguez.
Será también la primera edición desde que se inaugurara el pasado mes de enero la Plaza Crispe Vega de Piso Firme. A pesar de que Santa Rosa de Lima ya cuenta con una capilla en dicha Plaza, se mantendrá la tradición de la Bajada de la Patrona del barrio desde Las Rosas hasta la cancha polideportiva, acompañada en esta ocasión por las chácaras y tambores de Tagenza.
A continuación, la cancha polideportiva de Piso Firme volverá a ser la protagonista con el concurso y entrega de premios para las cebollas blancas y rojas de mayor peso, así como el homenaje a la cebollera Rosi Bolaños Cruz así como hombres y mujeres que han participado en las últimas ediciones para sacar adelante la Fiesta de la Cebolla. Asimismo, también habrá degustación del clásico pescado encebollado a cargo de los PFAE Gáldar Cocina y Gáldar Restauración.
Además, en la noche del sábado habrá un concurso de elaboración de tortillas con cebolla para vecinos empadronados en el municipio en la Asociación de Vecinos y posteriormente el escenario de la Plaza Crispe Vega será inaugurado con una verbena a cargo de Juan Paulo.
El barrio galdense de Piso Firme saboreó este domingo la XXIV edición de su popular Fiesta de la Cebolla, un evento con el que el Ayuntamiento de Gáldar rinde homenaje al esfuerzo de hombres y mujeres que durante generaciones han mantenido vivo este cultivo
Cientos de personas pasaron por la cancha de Piso Firme para disfrutar de las agrupaciones folclóricas Escuela de Folklore ‘Parranda la última y nos vamos’, Agrupación Cultural y Folclórica ‘Surco y Arado’ y grupo musical ‘La clave’, que amenizaron la jornada, de la entrega de premios a las cebollas rojas y blancas más pesadas, del pescado encebollado que coronó la mañana, del homenaje a Puri Moreno Moreno y de la bajada de la Virgen de Santa Rosa de Lima. El evento, que organiza la concejalía de Desarrollo Socioeconómico, que dirige Tine Martín, y la Asociación de Vecinos El Juncal, está enmarcado en el programa de las Fiestas Mayores de Santiago.
El elenco de premiados fue el siguiente: la cebolla roja de mayor peso la presentó Daniel Gil Moreno con 1,38 kilos por delante de la de Alexia Cruz, de 1,29 kilos. En cuanto al lote de diez cebollas rojas de mayor peso ganó Dulce María Jiménez Díaz con 11,11 kilos por delante de Carlos Ildefonso Moreno Jiménez, con 10 kilos. Mientras, en la categoría de cebollas blancas la individual de mayor peso fue de Carlos Ildefonso Moreno (1,65 kilos) por delante de Dulce María Jiménez Díaz (1,49 kilos). Por último, el lote de diez cebollas blancas de mayor peso lo presentó Victoria Pérez Jiménez con 13,98 kilos por delante de Milagrosa Moreno Díaz, con un lote de 13,12 kilos.
Teodoro Sosa, alcalde de Gáldar, felicitó a los premiados, a la homenajeada pero especialmente "a todos quienes quieren este cultivo que durante generaciones se ha mantenido en este barrio". El primer edil estuvo acompañado por primera vez en la Fiesta de la Cebolla por el alcalde de Agaete, Jesús González, cuyo municipio comparte muchas de las hectáreas en las que se cultiva este producto en Piso Firme.
"En Troya, en Piletas y en Los Llanos de Agaete también se cultiva la cebolla y tenemos que ir de la mano, dos pueblos se pueden entender y ayudar. Las raíces de Gáldar y Agaete son la agricultura y tenemos que seguir protegiendo a los agricultores que se quedan en el norte de Gran Canaria. Y lo hacemos durante todo el año", añadió.
Jesús González, alcalde de Agaete, agradeció la invitación para asistir a esta Fiesta en un barrio "en el que Agaete y Gáldar casi somos un único pueblo". González subrayó que "en Agaete también queremos potenciar la agricultura y facilitar que los jóvenes se incorporen porque es de vital importancia que este sector tan bonito y con tanto arraigo se siga desarrollando de la mejor manera posible".
Tine Martín, concejal de Desarrollo Socioeconómico, dio las gracias "a todas las personas que han trabajado para que esta Fiesta sea posible". "Estamos trabajando para que este sector siga prosperando. Damos las gracias a los hombres y mujeres que se dedican a este cultivo imprescindible para Gáldar y Agaete", aseguró, y recordó que "próximamente va a ser una realidad la garantía de la marca Cebolla de Gáldar".
Homenaje a Puri Moreno Moreno
Durante la Fiesta tuvo lugar un emotivo homenaje a Puri Moreno Moreno, cuarta generación de una familia que ha dedicado su vida a la cebolla. Nacida en Las Rosas el 29 de noviembre de 1966, empezó a trabajar en el cultivo de la cebolla desde que era una niña. A los catorce años ya los padres, Antonio e Isabel, la llevaban a sus tierras en Sardina y en Agaete, donde se encuentra hoy el cementerio. Allí echaba guano, ayudaba en el riego y recogía la cebolla. Recuerda que incluso antes de esa edad ya les acompañaba a la finca familiar, primero la ponían en una orilla desde donde veía cómo trabajaban y ya luego jugaba y colaboraba en otras tareas.
Rememora esos años como un tiempo muy duro. Cuenta que se levantaban cuando aún era de madrugada y para empezar sus labores en el campo encendían las luces del Land Rover familiar. Con esa iluminación empezaban la jornada y la acababan cuando casi era de noche. Aún se regaba por surcos y no había veneno, lo que obligaba a extremar el cuidado día a día. “Yo avisaba a mi padre cuando el surco estaba lleno y había que pasar al siguiente”, relata. Y antes de tener el coche tenían que volver andando desde Agaete.
Tiene dos hermanas: Milagros y Loreto. A los 21 años se casó con Luis Almeida, que trabaja en el sector de la alimentación, y se mudó a Marmolejos, pero su vínculo con Las Rosas es tan fuerte que se desplaza diariamente al barrio en el que nació. Tiene dos hijos: Aythami, de 33 años, y Yulisa, de 23, que fue la encargada de leer su semblanza durante el acto con mucha emoción. Puri siguió vinculada al mundo de la cebolla, pero en esta ocasión recogiendo para llevarlas a los distintos certámenes de premios. Pero su padre enfermó hace dos años y dejaron el sector.
Ahora está jubilada y en la mayor parte de su vida ha ejercido como ama de casa y también trabajó en el área de limpieza viaria del Ayuntamiento de Gáldar. “El sector hoy en día está muy mal porque todo está caro y hay que trabajar mucho. La cebolla sí da para vivir pero no de lujo y a costa de mucho esfuerzo”, lamenta Puri, que sin embargo guarda recuerdos “muy bonitos” de su infancia dedicada a este cultivo.
Origen de la Fiesta de la Cebolla
El cultivo de la cebolla en Gáldar se remonta a los primeros pobladores tras la conquista de la isla, que encontraron en la zona de Piso Firme y Las Rosas el abono perfecto: el viento. Durante generaciones, agricultores y familias cultivaban las cebollas como ejemplo de agricultura autárquica, para consumo local, hasta que en el siglo XIX la crisis de la cochinilla y el empeño de grandes empresarios como David John Leacock hizo que se aumentara su producción para la exportación, a través del Puerto de Sardina, a otras islas o países.
Hoy su cultivo se reduce a unas 12 hectáreas, pero la cebolla de Gáldar tiene algo especial que la hace única en el mundo: sus agricultores siguen apostando por las semillas tradicionales generación tras generación, una excepcionalidad debido a que los requerimientos del mercado presionan para que se utilicen variedades híbridas, más uniformes en tamaño, sabor y color, y que está provocando la desaparición de variedades locales.
De ahí que la cebolla de Gáldar haya evolucionado de manera distinta, sobre todo debido al viento, a la temperatura y a las características volcánicas del terreno, lográndose ejemplares de alto contenido en magnesio, fósforo y potasio, ligeramente dulces, con bajos niveles de grasa y un bajo contenido calórico de acuerdo a los análisis realizados por la Universidad Politécnica de Valencia.
Fruto de esa evolución han resultado cuatro variedades únicas en el mundo: la ‘Chata de Sardina’, achatada, violeta oscuro, con un picor medio, se recolecta en mayo y es la acompañante ideal para el gofio amasado y escaldado. Por su parte, la ‘Roja’ no tiene forma homogénea, es también violeta oscuro, se recoge en julio y agosto y se utiliza para ensaladas por su escaso picor. La ‘Blanca’ es poco homogénea, marrón, se recolecta en julio y agosto, y debido a su escaso picor es recomendable para guisos y frituras. Por último, la variedad ‘Embarque’ es achatada, marrón y se recoge en mayo, además es la más picante y menos cultivada, ideal para guisos y frituras. De todas ellas se recogen unos 600.000 kilos al año.
Hace unos años se presentó en Piso Firme el libro ‘La cebolla de Gáldar, tradición y ciencia’, dirigido por los técnicos de la Agencia de Extensión Agraria de Gáldar y editado por el Cabildo de Gran Canaria en el que se hace un análisis de las variedades, características y sus propiedades nutritivas y medicinales, y recoge el saber de los agricultores y su esfuerzo por perpetuar las semillas.
La tradición de la cebolla vuelve a vivir este domingo su día grande en Piso Firme con la celebración de la Fiesta de la Cebolla
La XXIV edición, organizada por la Concejalía de Desarrollo Local que dirige Tine Martín, llega una vez más para poner en valor el producto típico de Piso Firme y una de las referencias del sector primario de Gáldar. En el marco de las Fiestas Mayores de Santiago tendrá lugar nuevamente esta edición el próximo 2 de julio durante toda la mañana con inicio a las 10.00 horas.
Arranca la jornada con la Bajada de Santa Rosa de Lima desde su santuario en Las Rosas hasta la Asociación Vecinal El Juncal acompañada por la Banda Archipiélago. A continuación la cancha polideportiva de Piso Firme volverá a ser la protagonista con el concurso y entrega de premios para las cebollas blancas y rojas de mayor peso y degustación de productos elaborados a base de cebolla. Ameniza la Fiesta la Escuela de Folklore 'Parranda la última y nos vamos', Agrupación Cultural y Folclórica 'Surco y Arado' y grupo musical 'La clave'.
El barrio galdense de Piso Firme saboreó este domingo la XXIII edición de su popular Fiesta de la Cebolla, un evento que los vecinos celebraron con más ganas que nunca después de dos años sin poder festejarla por culpa del coronavirus. Cientos de personas pasaron por la cancha de Piso Firme para disfrutar de las tres agrupaciones folclóricas que amenizaron la jornada, de la entrega de premios a las cebollas más pesadas, del pescado encebollado que corona la mañana, del homenaje a Flor Jiménez y, por supuesto, de la bajada de la Virgen de Santa Rosa de Lima.
El evento, que organiza la concejalía de Desarrollo Socioeconómico, que dirige Tine Martín, supone cada primer domingo de julio un homenaje del pueblo de Gáldar a los agricultores, especialmente a la mujer cebollera, quienes, tradicionalmente han mantenido vivo un cultivo único en nuestra tierra
Teodoro Sosa, alcalde del municipio, resaltó que este producto “ha caracterizado durante décadas el cultivo de uno de los referentes históricos de nuestra ciudad. Con mucho orgullo seguimos defendiendo este producto que durante tantos años ha dado el sustento a familias en esta zona de Piso Firme y de Las Rosas”. “Las manos de los cebolleros y cebolleras, que han heredado durante muchos años esta bonita labor para que se mantenga hasta hoy, y sobre todo la zona de viento como es este lugar ha hecho que el producto sea reconocido de forma regional en todos los mercados como la cebolla de Gáldar”, comentó.
Por todo ello, Sosa pidió “a este barrio de Las Rosas y Piso Firme que sigan vinculados y que no se pierda esta tradición, que sigamos festejando estas fiestas. Después de dos años duros de pandemia hoy volvemos a retomarlo y la mejor imagen es volver a ver este lugar lleno de gente que ha venido a disfrutar de estas hermosas cebollas”.
El primer edil entregó los premios junto a concejales de la corporación municipal justo después de la entrada a la cancha de la virgen, que llegó de la mano de Isidoro Ramos, Domingo González, Braulio Mendoza y Juan Francisco Sosa, que estuvo amenizada por la Agrupación Folclórica Guadalupe de Moya. La ganadora de la cebolla roja de mayor peso se decidió por sorteo ya que las dos más voluminosas alcanzaban los 1,67 kilos. Así, la ganadora fue Dulce María Jiménez Díaz y la segunda Milagrosa Moreno Díaz. En el premio de cebolla blanca la primera de más peso fue de Dulce María Jiménez Díaz, de 1,88 kilos, y la segunda de Victoria Almudena Pérez Jiménez, de 1,85 kilos.
En cuanto a los lotes de diez cebollas, la ganadora de las cebollas rojas fue Victoria Almudena Pérez Jiménez, con un total de 14,82 kilos, y la segunda de Dulce María Jiménez Díaz, de 13,3 kilos. Por último, el lote de diez cebollas blancas de más peso fue de Jorge Ramos Mendoza, de 15,84 kilos, y el segundo de Milagrosa Moreno Díaz, de 15,08 kilos.
La jornada, que contó con las actuaciones de los grupos folclóricos Los Cebolleros, Los Cabuqueros y Surco y Arado, tuvo su momento más emotivo con el homenaje a Flor Jiménez. “Es una persona que ha estado vinculada al cultivo de la cebolla toda su vida y le deseo que siga luchando a nivel familiar porque es una mujer trabajadora”, aseguró el alcalde. Flor, nacida en 1955 en Pico Viento, contó que trabaja la cebolla desde que tenía 14 años, cuando empezó a ganar un sueldo de 25 duros. Sus padres y sus tíos la plantaban y se ayudaban unos a otros. Ella comenzó echando guano y limpiándolas, una tarea, resaltó, mucho más dura que hoy en día ya que entonces no había veneno.
Su padre trabajaba en una granja en Piso Firme, donde conoció a su marido y con quien se casó en 1976. Viuda desde el 2015, tiene seis hermanos, es madre de tres hijas y tiene un nieto y dos nietas. A Flor Jiménez le gusta decir que ella se crió en la cebolla. Tras casarse y tener a sus hijas se dedicó principalmente a criarlas pero siguió ayudando a la economía familiar plantando cebollas en sus tierras y vendiéndolas de manera particular. También trabajó en las flores y en los sectores del plátano y el tomate. El año pasado se jubiló tras unos años trabajando como pinche de cocina pero asegura que su vida fue siempre la agricultura. Flor Jiménez lamentó que la gente joven no se dedica tanto al cultivo de la cebolla pero les anima ya que lo considera muy satisfactorio. Hoy en día cuida de sus padres y ayuda en lo que puede a sus hermanos, hijas y nietos, para los que siempre saca fuerzas.
Origen de la Fiesta de la Cebolla
El cultivo de la cebolla en Gáldar se remonta a los primeros pobladores tras la conquista de la isla, que encontraron en la zona de Piso Firme y Las Rosas el abono perfecto: el viento. Durante generaciones, agricultores y familias cultivaban las cebollas como ejemplo de agricultura autárquica, para consumo local, hasta que en el siglo XIX la crisis de la cochinilla y el empeño de grandes empresarios como David Leacock hizo que se aumentara su producción para la exportación, a través del Puerto de Sardina, a otras islas o países.
Hoy su cultivo se reduce a unas 12 hectáreas, pero la Cebolla de Gáldar tiene algo especial que la hace única en el mundo: sus agricultores siguen apostando por las semillas tradicionales generación tras generación, una excepcionalidad debido a que los requerimientos del mercado presionan para que se utilicen variedades híbridas, más uniformes en tamaño, sabor y color, y que está provocando la desaparición de variedades locales.
De ahí que la Cebolla de Gáldar haya evolucionado de manera distinta, sobre todo debido al viento, a la temperatura y a las características volcánicas del terreno, lográndose ejemplares de alto contenido en magnesio, fósforo y potasio, ligeramente dulces, con bajos niveles de grasa y un bajo contenido calórico de acuerdo a los análisis realizados por la Universidad Politécnica de Valencia.
Fruto de esa evolución han resultado cuatro variedades únicas en el mundo: la ‘Chata de Sardina’, achatada, violeta oscuro, con un picor medio, se recolecta en mayo y es la acompañante ideal para el gofio amasado y escaldado. Por su parte, la ‘Roja’ no tiene forma homogénea, es también violeta oscuro, se recoge en julio y agosto y se utiliza para ensaladas por su escaso picor. La ‘Blanca’ es poco homogénea, marrón, se recolecta en julio y agosto, y debido a su escaso picor es recomendable para guisos y frituras. Por último, la variedad ‘Embarque’ es achatada, marrón y se recoge en mayo, además es la más picante y menos cultivada, ideal para guisos y frituras. De todas ellas se recogen unos 900.000 kilos al año.
Hace unos años se presentó en Piso Firme el libro ‘La Cebolla de Gáldar, tradición y ciencia’, dirigido por los técnicos de la Agencia de Extensión Agraria de Gáldar y editado por el Cabildo de Gran Canaria en el que se hace un análisis de las variedades, características y sus propiedades nutritivas y medicinales, y recoge el saber de los agricultores y su esfuerzo por perpetuar las semillas. Desde la Concejalía de Desarrollo Socioeconómico con este acto se rinde homenaje al esfuerzo de hombres y mujeres que durante generaciones han mantenido vivo este cultivo.

La popular y veterana emisora de radio "Radio faro del Noroeste" sigue su proyección hacia una mayor ampliación de su cobertura.