Cuando la violencia irrumpe sin aviso, la rapidez de la respuesta policial se mide entre el deber, la ley y el juicio público

El pasado lunes, el aeropuerto de Gran Canaria fue escenario de un episodio trágico y estremecedor. Un hombre, aparentemente fuera de sí, armado con un cuchillo, atacó a un taxista. Minutos después, se encaró con la Policía Nacional, que intervino con celeridad. El desenlace: cinco disparos y un cadáver en la terminal. El suceso ha reabierto un debate espinoso, inevitablemente cargado de emociones: ¿fue proporcional la respuesta de los agentes?, ¿era necesario abatirlo?, ¿se pudo evitar su muerte? El miedo se propagó como una onda sísmica entre los viajeros que presenciaron la escena, donde la violencia irrumpió sin previo aviso.

En medio del desconcierto, emergen con fuerza interrogantes legítimos, pero también juicios apresurados. Las redes sociales, tan instantáneas como implacables, se llenaron de vídeos, opiniones y críticas. Algunos cuestionaban el número de disparos; otros señalaban con razón que cinco cuchilladas certeras matan igual que mata un disparo certero. No se trataba de una pelea de bar ni de una gresca entre iguales. Un enfrentamiento entre un malhechor y la policía no es como subirse a un ring, con las mismas reglas para unos y otros. El agresor no anunciaba sus movimientos ni respetaba norma alguna. La policía, en cambio, sí está obligada a medir su actuación, bajo la presión del tiempo, del riesgo y del deber. Y eso —conviene recordarlo— no es una ventaja, sino un desafío mayúsculo.

La sociedad moderna vive entre dos extremos: el de la complacencia y el de la condena automática. Cada vez que ocurre un suceso como este, se levanta la disyuntiva moral entre disparar o esperar. Pero esperar, en esos pocos segundos de tensión extrema, puede costar vidas inocentes. La proporción está en la intención:¿había intención de matar por parte del agresor? ¿se quiso neutralizar o ejecutar?, ¿se disparó para evitar más víctimas o como castigo instantáneo? En este caso, por la forma de actuar, podría incluso tratarse de un lobo solitario, de los que desgraciadamente, oímos hablar en los telediarios. No es el caso. No había reivindicaciones ideológicas ni religiosas. Parece ser que actuó movido por una pulsión violenta que brotó sin provocación previa.

Una amenaza que no entiende de contextos ni espera a ser desactivada por el diálogo. Frente a ello, la policía tiene la obligación de actuar, y la sociedad, la de comprender la diferencia entre una intervención legítima y un abuso. Sí, cada disparo es una derrota de la razón y un golpe a la conciencia colectiva. Pero también lo es cada cuchillo que hiere, cada víctima que sangra sin sentido. El dilema entre cinco tiros o cinco puñaladas no es trivial, ni se resuelve en blanco y negro. La seguridad exige decisiones duras, y a veces, decisiones trágicas.

Lamentamos la muerte. Lamentamos que siga habiendo personas dispuestas a sembrar el caos. Pero no deberíamos lamentar que quienes están para protegernos lo hagan con firmeza, dentro del marco legal, aunque eso nos enfrente a preguntas incómodas. Porque el desconcierto pasará, pero la verdad y la justicia, si las cuidamos, permanecen.

La semana pasada celebramos en el Cabildo de Gran Canaria el debate anual del estado de la isla. Es una oportunidad para comprobar si estamos avanzando en los objetivos que nos propusimos al asumir el gobierno progresista. Quiero compartir los datos para que las organizaciones sociales y el conjunto de la población tengan una visión de primera mano de la realidad de Gran Canaria

Estamos en condiciones de transmitir a las grancanarias y grancanarios buenas noticias de la evolución, durante el último año, de una isla dinámica en su actividad económica, que crece en servicios y derechos sociales, que mejora en sus infraestructuras y equipamientos, que atrae inversiones y eventos de repercusión mundial, que proyecta al exterior un modelo de desarrollo sostenible que la hace atractiva y consistente, que avanza en los elementos sustanciales de la ecoísla y la diversificación económica, en la dimensión energética, hídrica, alimentaria, económica, social, cultural y medioambiental.

Para refrendarlo, tenemos, entre otros, los grandes ejemplos de Salto de Chira, de los centros sociosanitarios, del nuevo Estadio de Gran Canaria o el Centro Insular de Deportes, del inicio de la construcción de viviendas, del Museo de Bellas Artes, del nuevo Infecar en proyección, de los platós cinematográficos, del radiotelescopio de Temisas o de un ambicioso plan de obras municipales que visibilizan un gobierno insular que relaciona fines y medios.

Y es clave en esta estrategia la colaboración con la iniciativa privada y social para apoyar sus ideas, sus proyectos y que encuentren en el Cabildo la institución fiable que prioriza en sus decisiones el desarrollo y el progreso de Gran Canaria. Las iniciativas en investigación universitaria, economía azul, energías renovables producción audiovisual son claros ejemplos de esta complicidad que está dando frutos visibles.

Nos encontramos con una isla que progresa de manera equilibrada, que huye del desarrollismo que destruye recursos y no es sostenible, que prioriza las acciones sobre elementos esenciales que garantizan un futuro a largo plazo, evitando el cortoplacismo, que quiere garantizar derechos a toda nuestra población sin dejar a nadie en la exclusión. Creo que esta forma de avanzar es la que explica una percepción social singular que no coincide con el malestar crítico expresado en otros territorios donde se rechazan modelos de sobrepoblación o de alta ocupación del territorio.

54513810126 9040a915fb oHay datos muy elocuentes que definen el momento que vivimos. Muchas de estas cifras suponen hitos históricos. El nivel de ocupación en el empleo alcanzó en 2024 las 405.000 personas ocupadas, un 4,3% más que en 2023. En Gran Canaria se consolida en 2024 superando con creces el anterior máximo histórico registrado a final de 2023. Ha habido un aumento de 16.570 personas ocupadas durante 2024 respecto a 2023. Ya era muy buena la situación a final del año anterior, pero lo que revelan estos datos del ISTAC es que en 2024 incluso mejoran. Es una línea ascendente que supera la situación anterior a la pandemia. Y el dato de la ocupación tiene más valor cuando lo relacionamos con las cifras de personas desempleadas porque comprobamos que mucha de nuestra gente consigue trabajo.

El nivel de desempleo en GC en 2024 alcanza un record de mínimos. La cifra de paro registrado se sitúa en marzo de 2025 en 67.976 personas, tras una disminución del 5.5% respecto al mismo periodo de 2024. Supone que 5.312 grancanarias y grancanarios dejaron de estar registrados en situación de desempleo en el último año. La tasa de paro en Gran Canaria descendió al 12,70% en 2024 frente al 15,65% en 2023. Esto nos viene a decir que uno de cada cinco desempleados encontró trabajo durante el último año. En las estadísticas de desempleo, el cierre de 2024, supone para Gran Canaria el mejor registro de la última década.

La tasa de paro juvenil se ha reducido hasta el 31.45% en 2024 frente al 37,54% en 2023. Está claro que no hemos ganado la batalla definitiva consistente en llevar la tasa juvenil a la media general de paro. Pero la reducción es muy considerable y nos dice por donde debemos seguir trabajando: información, formación, tutorización. Me satisface especialmente la reducción del paro juvenil por lo que tiene de ruptura de una situación que parecía estructural e irresoluble y porque alcanza una disminución que no conocíamos en los últimos 15 años.

Gran Canaria cierra el mes de marzo de 2025 con más de 377.000 afiliados a la Seguridad Social lo que supone un 2.7% más que en 2024. El índice de confianza empresarial se ha recuperado.. El tejido empresarial de la isla tiene expectativas positivas respecto al futuro económico de Gran Canaria, cerrando 2024 en niveles de confianza prepandemia y mejorando sobre 2023 en un 0.16%.

Como todos y todas saben, nuestra política turística y de promoción no es la de favorecer un incremento permanente y continuo de visitantes. Por eso nos satisface el dato de que crecieron los ingresos turísticos agregados por tercer año consecutivo y se produce un incremento superior al avance de la cifra total de turistas. Gran Canaria facturó más de 6.000 millones durante 2024, un 10,55% más que en 2023. En términos absolutos el gasto diario por turista es de 171€, crece 1,11% sobre 2023. El gasto turístico diario bate récords históricos en nuestra isla. Creemos que esa es la política correcta: mejor rentabilidad y contención de visitantes para evitar saturación y sobreutilización de recursos.

El movimiento portuario se convierte en otro polo de generación de riqueza incrementado por el aumento de atraques debido al desvío de rutas por los conflictos en oriente medio. Hemos crecido casi un 10% en TEUS/Contenedores, un 7, 22% en mercancía en general y un 22,84% en avituallamiento. El tráfico aéreo aumentó en el último año en un 8,95%, más de 15 millones de viajeros. Gran Canaria se consolida en Canarias como centro neurálgico del transporte, la logística y los servicios portuarios. Nuestro aeropuerto sigue siendo el más importante de la Comunidad, con más de 15 millones de viajeros.

Nuestro PIB ha aumentado en un 3,58% y el incremento anual del PIB per cápita es de un 3,5% frente al 2,62 de Canarias. La renta media familiar ha aumentado en los últimos años en 6.421 euros, un incremento porcentual del 20,26%. También ha aumentado la productividad en nuestra isla en un 1,22% , frente al 0.99 de Canarias.

Y en esta síntesis de factores de crecimiento socioeconómico debemos incorporar la inversión pública que realiza principalmente el Cabildo de Gran Canaria con más de 1.600 millones de inversión actualizada que supone una inyección considerable para la generación de empleo y para la capitalización de nuestras pequeñas y medianas empresas.

Con estos datos es seguro que tenemos motivos para transmitir a nuestra ciudadanía que vamos por el buen camino. Esta confianza aumenta nuestra autoestima como pueblo, afianza el sentido de pertenencia y quienes conocen la sociología de los procesos sociales saben que son factores que impulsan la iniciativa y la emprendeduría en todas sus dimensiones. Lo importante de esta valoración de datos es que tienen coherencia y consistencia al analizarlos conjuntamente. Todos vienen a corroborar la salud, el dinamismo y la potencialidad de nuestro sistema social y económico.

Atribuyo el éxito a un protagonismo colectivo que coincide en las prioridades y en un proyecto común. Y esta realidad positiva se está dando a pesar de que el contexto estatal e internacional nos está influyendo negativamente porque hay factores poderosos que están generando inestabilidad, incertidumbre y desconcierto. Hemos recuperado y mejorado indicadores anteriores a la pandemia, en empleo, en producto interior bruto, en inversiones, en confianza empresarial. El esfuerzo está valiendo la pena, pero las condiciones internacionales están limitando la obtención, incluso, de mejores resultados.

Aun siendo graves las incertidumbres socioeconómicas que se ciernen a nivel mundial, nos preocupa tanto o más, la orientación reaccionaria y neofascista que se extiende en el mundo, que gana apoyos en democracias asentadas y que amenaza con arrastrar hacia posiciones extremas a la derecha democrática europea. El negacionismo del cambio climático, las posiciones racistas en políticas de inmigración, la negación de la violencia de género o la supresión de políticas de solidaridad con sectores vulnerables son las nuevas banderas de la extrema derecha que inundan redes sociales y medios de comunicación financiados por los sectores económicos reaccionarios.

En este contexto tiene más valor lo que estamos consiguiendo e impulsando en esta tierra. Liderando políticas estratégicas que nos permiten avanzar hacia un siglo XXI más sostenible, solidario, igualitario, democrático y orgulloso de nuestra historia y nuestra identidad.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria. Islas Canarias.

En una sociedad cada vez más envejecida, donde la evolución demográfica plantea retos urgentes, las políticas públicas deben situar a las personas en el centro de la acción. Uno de los desafíos más acuciantes es garantizar el acceso al empleo de calidad a quienes, a partir de los 45 años, encuentran mayores obstáculos para reinsertarse en el mercado laboral. Es en ese grupo donde debemos reforzar nuestra intervención institucional si realmente aspiramos a una sociedad cohesionada y equitativa

El reciente informe de Coyuntura Económica de La Gomera 2024, elaborado por la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, nos ofrece un diagnóstico revelador. Si bien los indicadores económicos muestran signos de recuperación —con un aumento del número de empresas, una mayor afiliación a la Seguridad Social y una tasa de paro que desciende —, no podemos obviar la realidad que afecta a segmentos específicos de la población, especialmente aquellos mayores de 45 años.

La estructura del empleo sigue enfrentando barreras relacionadas con la edad, y muchos de nuestros ciudadanos con experiencia quedan relegados, a pesar de su potencial. En este contexto, desde el Cabildo de La Gomera apostamos de forma decidida por políticas activas de empleo que conjugan formación, empleabilidad y cohesión social. Lo hemos demostrado con el programa pionero financiado a través del FDCAN, mediante el cual se ha contratado a 120 personas mayores de 60 años y se les ha brindado formación en competencias digitales básicas, herramientas esenciales para desenvolverse en un entorno laboral y social cada vez más tecnológico.

Este modelo no debe ser una excepción, sino una constante. La clave está en establecer estrategias a medio y largo plazo que integran a todos los sectores sociales, no solo a quienes rebasan los 45 años, sino también a los jóvenes recién titulados, que enfrentan su propia lucha para iniciar una trayectoria profesional sólida. La igualdad de oportunidades en el empleo no se garantiza únicamente con la oferta de puestos, sino con la dotación de herramientas formativas y planos de cualificación adaptados a la realidad insular.

Nuestro compromiso con el desarrollo sostenible —económico, social y territorial— exige una planificación responsable, basada en la anticipación. La doble insularidad, el envejecimiento poblacional y las dificultades de conectividad no pueden ser frenos, sino acicalados para ser más proactivos, creativos y solidarios.

Las administraciones no pueden actuar de forma aislada. Esta labor debe estar respaldada por un esfuerzo conjunto entre las instituciones, las empresas, los centros formativos y la ciudadanía. Debemos diseñar una arquitectura de oportunidades que facilite tanto el reciclaje profesional de quienes llevan años fuera del mercado como la inserción de quienes se incorporan por primera vez.

Desde La Gomera, seguiremos destinando recursos a estos multas, convencidos de que apostar por las personas no es solo una cuestión de justicia social, sino también una estrategia inteligente para el desarrollo económico. Invertir en las personas es invertir en talento, experiencia y compromiso.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de la isla de La Gomera. Islas Canarias.

Los datos que recoge el reciente Informe de Coyuntura Económica de La Gomera confirman una realidad que quienes vivimos y trabajamos aquí ya percibíamos: las Islas Verdes están avanzando. La Gomera cerró el año 2024 con indicadores muy positivos: aumento del número de empresas, mejora en la afiliación a la Seguridad Social y reducción del desempleo a los niveles más bajos de los últimos años. A esto se suma un repunte en la confianza empresarial y un notable dinamismo en sectores como la hostelería, que debemos seguir impulsando

Sin embargo, estos logros no deben llevarnos a la complacencia. El camino hacia un crecimiento económico sólido y sostenible en nuestras islas —La Gomera, El Hierro y La Palma— aún tiene importantes desafíos por delante.

Uno de los principales retos es el marco fiscal. No son suficientes las medidas implantadas para el combustible o los billetes para residentes. También hay que abordar una política fiscal diferenciada que impacta directamente en el IRPF y en los impuestos que afectan a nuestras empresas. Estos no son privilegios, sino herramientas imprescindibles para garantizar la cohesión y la justicia territorial, porque los sobrecostes derivados de la doble insularidad medidas limitan la competitividad de nuestras empresas y encarecen el día a día de nuestras familias.

Junto a esto, debemos poner en marcha una estrategia de empleo adaptada a las personas mayores de 55 años, que incluya formación específica y un acompañamiento adecuado para facilitar su reinserción laboral. Del mismo modo, es preciso implementar medidas específicas para la empleabilidad juvenil de la mano de programas duales de formación y empleo como los que ya están en marcha en islas como La Gomera.

Todo ello, nos motiva a defender una acción política valiente y diferenciada. Debemos mejorar la conectividad insular con infraestructuras modernas y eficientes, impulsar políticas de vivienda asequible, garantizar el acceso a servicios públicos de calidad y apostar decididamente por la digitalización, clave para fijar población y abrir nuevas oportunidades.

Las Islas Verdes han demostrado que, con voluntad política, es posible avanzar. Pero para que ese progreso se traduzca en un bienestar real y duradero, necesitamos el compromiso firme de todas las instituciones. No pedimos privilegios, sino equidad. Y estamos preparados, como siempre lo hemos estado, para trabajar con lealtad institucional y con una visión de futuro que garantice un desarrollo justo, sostenible ya la altura de nuestra gente.

Porque si no logramos transformar los buenos datos en oportunidades reales para la ciudadanía, estaremos perdiendo una oportunidad histórica. Es hora de actuar.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de la isla de La Gomera. Islas Canarias.

El pasado martes día 8 de abril el Cabildo de Gran Canaria presentó las actuaciones del bienio 2024-2025 encaminadas a avanzar en la seguridad hídrica para el sector primario de esta isla. Dio cuenta de un paquete de actuaciones de 15 millones de inversión enmarcado en el Programa Insular de Desarrollo, en el apartado de mejoras para el regadío

Más de cuatro hectómetros incorporados al riego agrícola, un 10% más que en el 2023. Son actuaciones en materia hídrica para incrementar la capacidad de agua regenerada y desalada, mejorar la calidad de las aguas de origen industrial, aumentar los intercambios de agua entre la cumbre y la costa, recuperar infraestructuras en desuso, ampliar las redes de distribución, adquirir nuevo patrimonio de depósitos de regulación y almacenamiento y poner en marcha las redes de distribución e impulsión para la distribución de los excedentes del Salto de Chira, setecientos cincuenta mil metros cúbicos cada año para el sector primario, la reforestación y la lucha contra los incendios en las cuencas de Tejeda, Artenara, Tunte y Mogán.

La aportación actual de aguas industriales (agua desalada y agua regenerada) al sector agrícola a través del CIAGC es de 14,3 Hm3. Con dos nuevas plantas portátiles contempladas en este plan de actuaciones se llegará a casi 16 Hm3. Debo señalar también que los intercambios cumbre-costa han conseguido aumentar la aportación a la cumbre en 0,46 Hm3/ año. Desde 2022 hasta hoy día, para suplir la carencia de recursos convencionales se ha pasado de producir 11 Hm3 de agua desalada y regenerada a los 14,3 Hm3 actuales.

El lunes 14 de este mismo mes, en compañía del consejero insular del Sector Primario, Soberanía Alimentaria y Aguas, firmé un convenio con el consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno de Canarias para la ejecución, por un total de casi dos millones de euros, de catorce actuaciones en once municipios de medianías y cumbres de Gran Canaria destinadas al almacenamiento de aguas para riegos, nuevas redes de distribución de aguas para riegos, sistemas de bombeos fotovoltaicos, adaptación y mejoras en presas y obras hidráulicas para el intercambio de aguas entre la cumbre y la costa.

Todas estas obras están recogidas en el Programa Insular de Desarrollo para la Mejora del Regadío y el Plan de Actuaciones para Mitigar los Efectos de la Sequía que contemplan más de cien actuaciones por un importe superior a los ciento cincuenta millones de euros. A esto se suman los más de veinte millones de RENOVAGUA destinados a incorporar las energías renovables al sistema hídrico insular para abaratar los costes del agua y reducir los niveles de contaminación. Se ejecutan de manera coordinada con la participación del Consejo Insular del Agua de Gran Canaria y la Consejería insular del Sector Primario, Soberanía Alimentaria y Aguas.

Ese mismo lunes anunciábamos que las lluvias de esos días habían dejado 718.000 metros cúbicos de agua en las presas y embalses de Gran Canaria, lo que se traducía en un alivio para las zonas más tensionadas de cumbres y medianías y en una mayor tranquilidad para afrontar el verano de los hombres y mujeres de nuestra agricultura.

Salvo La Palma y Gran Canaria, el resto de las islas de nuestro archipiélago han declarado la emergencia hídrica en sus territorios en los últimos tres años. El Hierro y La Gomera lo hicieron en 2022, Lanzarote y Fuerteventura en 2023 y Tenerife en 2024. Si anunciáramos que Gran Canaria se ve obligada a declarar la emergencia hídrica ocuparíamos todos los titulares, pero apenas llama la atención si afirmamos que el agua para consumo humano está garantizada en la isla o que se dispone de agua para el riego durante todo este año y que no cesamos de trabajar e invertir para garantizar la seguridad hídrica del sector primario insular.

Somos conscientes de que para el desarrollo integral sostenible que pretendemos para Gran Canaria, desde la ecoísla que impulsamos, es absolutamente imprescindible garantizar la seguridad hídrica de la isla y alcanzar las mayores cotas de las soberanías alimentaria y energética. Y lo estamos haciendo. El trinomio agua, energía y alimentación es la clave de nuestra supervivencia.

Es necesario igualmente que impulsemos todas aquellas medidas encaminadas a mitigar y a adaptarnos a los efectos del cambio climático en un territorio tan frágil como el nuestro, de los que mas rápido avanza es la desertización de un 90% de nuestro territorio. Y lo estamos haciendo.

3 Captura de pantalla 2025 05 11 110151Y conocemos palmo a palmo el camino por el que debemos transitar en materia hidráulica en Gran Canaria en los próximos años y que debe pasar por reducir las pérdidas de agua implantando tecnología de última generación; por recargar los acuíferos reduciendo los caudales superficiales que desembocan en el mar y geodepurando las aguas subterráneas en mal estado; por realizar una gestión integrada de las redes de saneamiento y el control de los vertidos mejorando la calidad de las afectadas por intrusión marina; por optimizar la energía de las instalaciones a través del ahorro (consumimos para producir agua el 15%) y de la penetración de las renovables; por perfeccionar las tomas de las desaladoras; por mejorar la eficiencia de los regadíos… Solo con estas medidas podríamos reducir el déficit hídrico en un 53% de aquí al 2027. Y estamos trabajando decididamente en ello.

El futuro del agua y de la supervivencia de la tierra pasa por la innovación, la eficiencia, el ahorro, la reducción del consumo… Canarias sabe mucho de esto. Su historia está jalonada de hitos históricos que señalan largas luchas por salvar los graves problemas de la escasez de agua en nuestro territorio. Hemos sufrido mucho y corremos muchos riesgos a la hora de garantizar la estabilidad en el suministro de un agua de calidad para la población y para sostener nuestra economía. Tenemos un reto extraordinario por delante. Creemos firmemente en el camino que nos hemos trazado.

La isla cuenta con una capacidad total de desalación de agua de mar de 104 hectómetros cúbicos al año procedente de un total de 20 complejos de desalación públicos y privados. 70 Hm3 son para el suministro a la población, 17,5 Hm3/año para la agricultura y el resto para usos industriales. Específicamente el Consejo Insular de Aguas explota en la actualidad cuatro desalinizadoras de ósmosis inversa que producen unos 43.000 metros cúbicos al día. Esto supone unos 13,3 Hm3 de agua desalinizada.

Dedicamos asimismo un enorme esfuerzo a la reutilización de aguas negras –las depuramos casi en su totalidad- haciendo una aportación de 15,3 Hm3 anuales al sector agrícola de la isla, esto es, en torno al 50% de las aguas depuradas. Tenemos que conseguir que sea el 100%. Esta línea de trabajo es especialmente importante ya que debemos centrarnos en el ciclo integral del agua y tiene beneficios adicionales como la reducción del aporte de contaminantes a los cursos naturales de agua. Las diversas sustancias orgánicas son “filtradas” de manera natural biológicamente durante su infiltración a través del terreno de cultivo ya que algunos de sus componentes minerales serán absorbidos por las plantas.

Por lo tanto, parece imprescindible que en nuestra agenda política de prioridades, que tiene como objetivo convertir nuestra isla en un referente ambiental, la provisión de agua de manera sostenible y a precio asequible sea una prioridad para el actual gobierno del Cabildo insular. Por eso una de las líneas de trabajo prioritarias es la transformación de las actuales instalaciones, combinando la desalación, la depuración y la reutilización con el empleo de energías sostenibles y sistemas de ahorro energético.

Un territorio frágil y aislado como el nuestro tiene la obligación de convertirse en vanguardia mundial para hacer frente a esta situación y no sufrir sus dramáticas consecuencias. Ese es el camino que estamos andando.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria. Islas Canarias.

Este pasado fin de semana, en la zona recreativa de Las Nieves, compartimos con cientos de gomeros y gomeras la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores. Fue una jornada de diálogo y convivencia que reafirmó algo esencial: el trabajo digno no es un privilegio, sino un derecho que hemos de seguir protegiendo y ampliando cada día

Durante el último año, hemos cosechado avances que, hace apenas una década, parecían inalcanzables. La reducción progresiva de la jornada laboral –de 40 a 38,5 horas semanales y camino de las 37,5 horas en 2025 sin merma salarial–, el incremento del Salario Mínimo Interprofesional a 1.134 euros y el refuerzo del derecho a la desconexión digital muestran que en España la dignidad del trabajador vuelve a ocupar el centro del debate público. Gracias a estas reformas, 468.100 nuevos empleos han visto la luz y la tasa de paro ha bajado al 10,6%, el mejor dato desde antes de la crisis financiera.

Estos logros se sienten con fuerza en Canarias. Por primera vez superamos el millón de ocupados y cerramos 2024 con un paro del 11,9%, muy por debajo del 14,88% registrado apenas un año antes. Además, la aprobación del Decreto-ley 7/2024 impulsa la estabilidad en el empleo público, mientras que las nuevas cláusulas en los convenios colectivos blindan 30 días de vacaciones y refuerzan la protección frente a despidos injustificados.

Sin embargo, no podemos obviar los retos pendientes. El desempleo juvenil continúa en niveles inaceptables, la brecha de género persiste y muchas pymes luchan por adaptarse a un marco laboral cada vez más exigente. Desde La Gomera creemos que la respuesta pasa por una formación dual de calidad, incentivos a la contratación indefinida de jóvenes y mujeres, y el acompañamiento técnico-financiero a las empresas que apuesten por la innovación y la sostenibilidad.

El mercado de trabajo del futuro será digital, verde y profundamente humano. Por eso, defendemos con firmeza el despliegue de la economía azul y las energías renovables, sectores capaces de generar empleo estable y bien remunerado en nuestras islas. Apostamos también por la revalorización de los cuidados, un ámbito productivo que sostiene nuestra cohesión social y que debe dejar de estar invisibilizado y mal pagado.

En este contexto, la negociación colectiva seguirá siendo la brújula que marca el rumbo. Invito a los agentes sociales ya las administraciones a asumir un compromiso compartido: ningún trabajador sin protección, ninguna empresa sin oportunidades y ningún territorio sin futuro. Ese espíritu de corresponsabilidad fue, precisamente, el que centró cada conversación de la celebración de este pasado sábado.

Los avances conseguidos no son un punto de llegada, sino un punto de partida. Sigamos construyendo, codo con codo, un mercado laboral justo, inclusivo y de calidad, donde cada persona pueda desarrollar su proyecto de vida con dignidad y esperanza. Esa es la mejor herencia que podemos legar a las próximas generaciones y la razón de ser de nuestra lucha diaria.

Porque, como él repitió en estos días: cuando la igualdad avanza, ganamos todos. Hagamos realidad esas palabras.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de la isla de La Gomera. Islas Canarias.

El Dreamland Gran Canaria de baloncesto lleva muchos años participando en competiciones europeas. Su presencia y sus triunfos han sido notables y se ha ganado a pulso el respeto y la consideración de las organizaciones y aficiones del continente. Este año llegó, a base de pundonor y esfuerzo, a la final de la Eurocup y le tocó enfrentarse al Hapoel de Tel Aviv en un primer partido en Bulgaria y, en un segundo, en el Gran Canaria Arena

La final venía precedida por episodios violentos protagonizados por la afición israelí en distintos lugares de Europa y España, como el País Vasco o Valencia, lo que hizo que saltaran todas las alarmas. Estos antecedentes de violencia, unido al cuestionamiento de la presencia de equipos de Israel en las competiciones europeas de baloncesto como la Eurocup, la Euroliga y la Basketball Champions League, obligaron a la policía a declarar el partido como de alto riesgo. A pesar de las presiones sufridas por parte del Gobierno de Israel, se limitó la venta de entradas y se puso en marcha un dispositivo para anular las entradas adquiridas por aficionados del Hapoel en una reventa fraudulenta.

Las organizaciones grancanarias defensoras de la causa palestina organizaron distintos actos para visibilizar su rechazo a la celebración del partido y, al mismo tiempo, denunciar el genocidio de Israel en Gaza. También antes del encuentro un grupo minoritario intentó utilizar esta situación para dañar directamente al presidente del Cabildo de Gran Canaria y a Nueva Canarias.Pero esto es lo de menos. Planteaban, además, la retirada inmediata del Dreamland Gran Canaria de la competición y añadían que extendían este “boicot” al festival de Eurovisión exigiéndole a la organización que expulsara a Israel del certamen.

2 Captura de pantalla 2025 05 04 105336Se pedía al Dreamland Gran Canaria que renunciara a jugar la final de la Eurocup y a Eurovisión que expulsara a Israel del festival. Una exigencia para el deporte y otra para la música. Si el equipo grancanario hubiese renunciado a jugar la final las consecuencias habrían sido dramáticas para el club. Habría tenido que pagar una multa superior al medio millón de euros y, además, renunciar a los recursos económicos obtenidos por pasar a la final. Igualmente se le habría impedido participar en competiciones europeas durante, al menos, tres años. Se le daría directamente la victoria al Hapoel y se pondría al club grancanario al borde de una crisis de continuidad. Le daríamos a Israel el placer de destruir un club europeo señero. Se condenaría a un equipo europeo al ostracismo para que los equipos israelíes siguieran campando a sus anchas por Europa.

La retirada de la competición europea habría supuesto un quebranto económico para el club inasumible que podría haber cuestionado su propia existencia y continuidad. Y durante los días previos al partido escuchamos hablar - en sectores minoritarios, es verdad,- de falta de compromiso por parte del Cabildo de Gran Canaria con la causa palestina. Insisto en que no era el pensamiento mayoritario de las organizaciones que trabajan cada día para denunciar el exterminio de Israel en Gaza ahora y también la ocupación de los territorios palestinos durante décadas.

Si poco puedo entender los ataques personales, menos aún los que se hicieron contra el Cabildo de Gran Canaria, dirigido por un gobierno progresista sólido que ha construido en los últimos 10 años un horizonte comprometido y solidario. No ha habido un acto en solidaridad con Palestina organizado por las asociaciones de apoyo al pueblo palestino que no haya contado con el apoyo del Cabildo. Hemos alzado la voz apoyando al pueblo palestino desde la llegada al gobierno de la isla y siempre que hemos gobernado. Celebramos cada año el Día de la Tierra Palestina y la Jornada de Solidaridad con la Causa Palestina. Estamos dónde las organizaciones y los descendientes de palestinas y palestinos que llegaron hasta aquí hace varías décadas y se asentaron entre nosotros, nos piden que estemos. Esta postura no solo ha reflejado un compromiso con los Derechos Humanos, sino también la convicción de que las administraciones locales podemos y debemos tomar partido ante las injusticias globales. Un gobierno progresista debe condenar la violencia y denunciarespecialmente la asimetría de poder, la ocupación ilegal que sufre Palestina y el genocidio que está perpetrando Israel.

El Cabildo ha mostrado su rechazo a la ocupación y violencia contra Palestina en múltiples ocasiones. En 2023 tras el último gran estallido de violencia en Gaza, la institución aprobó una declaración institucional condenando los ataques israelíes y exigiendo el fin del bloqueo. Hemos iluminado el Cabildo con los colores de la bandera palestina. Nos hemos sumado a las campañas internacionales que piden sancionar a Israel por violaciones sistemáticas del derecho internacional. Hemos destinado partidas presupuestarias para ayuda humanitaria a través de organizaciones no gubernamentales que trabajan en Palestina y que han facilitado el envío de medicinas y alimentos. Hemos promovido ciclos de cine y debates en colaboración con asociaciones canario-palestinas, visibilizando la realidad de la ocupación, del genocidio y del derecho de retorno de los refugiados a un territorio palestino en paz.

El gobierno de la isla también ha asignado recursos económicos directamente a la UNRWA por más de 1,5 millones de euros en lo que va de década. Y se está preparando una nueva aportación. Esta agencia de Naciones Unidas -Roque Nublo a la Solidaridad Internacional- siempre ha encontrado el apoyo de la institución. Sin titubeos. Y por ello la ultraderecha nos ha acusado de apoyar a terroristas.

Yo sí creo que esta debe ser una oportunidad - esto es lo realmente importante- para aunar fuerzas y exigir que en las competiciones deportivas europeas se excluya a los equipos israelíes en tanto en cuanto no se frene el genocidio e Israel se atenga a la legalidad internacional y al respeto de los Derechos Humanos. Es lo mismo que se viene pidiendo con el Festival de Eurovisión. Y no por la incomprensible asimetría con el caso ruso - a Rusia se la ha excluido de las competiciones europeas por la invasión a Ucrania- sino también por la exhibición de orgullo supremacista que hacen todo el tiempo. Lo hacen en los territorios ocupados contra los palestinos, lo hacen en su país contra los cristianos y lo hacen con las aficiones europeas cuando vienen a Europa a competir.

Es incomprensible que los israelíes sean los únicos equipos de otro continente que participan en las competiciones de Europa, que utilicen su participación como una glorificación de un estado que perpetra un genocidio salvaje sobre una población indefensa y que sus aficionados se paseen por nuestro continente generando violencia, rechazos y desencuentros en el seno de la propia sociedad europea.

Hago pública esta reflexión y muestro el apoyo del Cabildo de Gran Canaria a la unidad de acción y a solicitar a la Eurocup y al resto de competiciones europeas deportivas impedir la participación de equipos de Israel en competiciones de nuestro continente. Ese debe ser el gran objetivo. Que se vayan ellos y no los clubes europeos. Su presencia es un escaparate de crispación y una suerte de blanqueo de prácticas que están segando la vida de miles de personas inocentes de forma cruel. Repitiendo la historia que su propio pueblo sufrió.

Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria. Islas Canarias.

Este pasado lunes, la Península Ibérica quedó oscura. El corte fue total durante casi doce horas. Esto no ha sido un simple incidente técnico: ha sido la constatación de que nuestro modo de vida depende de un hilo tan fino como el de un cable de alta tensión

Resulta inquietante comprobar hasta qué punto estamos por descontado que todo —desde el datáfono de un supermercado hasta la ventilación de un hospital— funciona en tiempo real gracias a un suministro eléctrico continuo. Cuando la luz se apaga, el reloj social se detiene: los trenes no circulan, las comunicaciones fallan y el comercio se paraliza. Ni siquiera veinticuatro horas de apagón bastan para que la ciudadanía interiorice, con toda su crudeza, la magnitud de nuestra dependencia.

Las causas concretas del colapso aún se investigan, pero han dejado en evidencia la fragilidad de una red con apenas un 2% de interconexión internacional y un mallado interno insuficiente para absorber sobresaltos. Hablar de vulnerabilidad eléctrica me remite, inevitablemente, al cero energético que La Gomera sufrió el 30 de julio de 2023. Un incendio en la central de El Palmar dejó sin luz a más de 22.000 vecinos; Tuvimos que improvisar grupos electrógenos para mantener operativos los servicios esenciales. Aquella noche a oscuras nos obligó a replantearnos toda la estrategia insular: renovar grupos diésel obsoletos, crear nuevas infraestructuras, avanzar en las renovables y acelerar en la interconexión submarina con Tenerife.

Esa experiencia confirma que la red es el eslabón más débil de la cadena energética. Podemos instalar millas de megavatios renovables pero, si la infraestructura de transporte y almacenamiento no se refuerza, un simple fallo vuelve a dejar a millones de personas sin prestaciones básicas. España necesita, por tanto, un plan de choque para cerrar cuanto antes los corredores de alta tensión, ampliar las interconexiones con Europa y desplegar almacenamiento a gran escala capaz de estabilizar la frecuencia cuando la generación verde fluctúa.

El otro pilar es el autoconsumo. Cada tejado fotovoltaico con batería detrás del contador es una reserva distribuida que resta presión a la red en momentos críticos. El Gobierno ha simplificado los trámites, pero hace falta ir más lejos: acelerar las comunidades energéticas locales, como en la que ya trabajamos en Alojera, permitir la agregación de demanda y respaldar la instalación de baterías domésticas. Solo así convertiremos la suma de millas de hogares en un escudo colectivo frente a futuros apagones.

Si algo demuestra los sistemas insulares es que la vulnerabilidad siempre es mayor donde es más débil. Allí, sustituir los grupos convencionales por híbridos renovables-almacenamiento y crear microrredes capaces de operar de forma aislada no es un lujo, sino una obligación. La interconexión Tenerife-La Gomera será una de nuestras tablas de salvación en emergencias; otras islas precisan el mismo nivel de protección.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de la isla de La Gomera. Islas Canarias.

En estos tiempos de transformaciones profundas y de creciente inestabilidad internacional, Canarias asiste, con una mezcla de incredulidad, indignación y preocupación, al avance de una política de hechos consumados que amenaza no solo los intereses del Archipiélago, sino su propia seguridad, integridad medioambiental y modelo económico. La reciente adjudicación por parte del Reino de Marruecos a empresas israelíes de la concesión para la exploración y posible explotación de hidrocarburos en aguas del Sáhara Occidental —a escasos kilómetros de nuestras costas— constituye una nueva vuelta de tuerca en la estrategia expansiva del país vecino, reforzada por un contexto internacional que le allana el camino y que, de forma lamentable, deja a Canarias fuera del tablero de la toma de decisiones

A través de una moción presentada por Nueva Canarias - Frente Amplio Canarista en el Cabildo de Gran Canaria, en el pleno del pasado mes de marzo, se aprobó, por una amplia mayoría, mostrar un rotundo rechazo a esta operación que, además de carecer de legitimidad internacional, vulnera las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y el mandato claro de Naciones Unidas respecto al Sáhara Occidental, un territorio ocupado ilegalmente desde 1975 y pendiente aún de un proceso de descolonización.

La cesión a la empresa israelí NewMed Energy, con una licencia que abarca más de 34.000 kilómetros cuadrados —una superficie superior a la de toda Cataluña— para operar en el bloque marítimo denominado “Bojador Atlántico”, no es un hecho aislado. Se trata de un paso más en una estrategia que lleva años gestándose, en la que Marruecos utiliza su alianza con Israel para abrir una vía de explotación energética en un territorio sin derechos reconocidos al ocupante. Esta alianza se produce, además, en pleno genocidio en Gaza, lo que agrava la dimensión ética y política del acuerdo.

Las tensiones con Marruecos por la delimitación de las aguas territoriales, la exploración de hidrocarburos o la extracción de tierras raras en zonas sensibles como el Monte Tropic, frente a nuestras costas, están generando también una creciente preocupación social e institucional.

Esta política de expolio, basada en el desprecio a los dictámenes internacionales y el fortalecimiento de alianzas estratégicas con potencias que miran hacia otro lado, está siendo respaldada de forma tácita —cuando no explícita— por Estados Unidos, Francia y, tristemente, también por el Gobierno de España. En un movimiento que recuerda a los peores capítulos del colonialismo, estas potencias están fortaleciendo la posición geoestratégica de Marruecos a costa de los derechos del pueblo saharaui y de la seguridad de nuestras islas.

España ha optado por una diplomacia ambigua, cuando no complaciente, que nos convierte en meros espectadores ante decisiones que nos afectan de forma directa. Fíjense en la reunión de hace unos días, el 17 de abril, en Madrid, entre los ministros de exteriores de España y Marruecos defendiendo el plan de autonomía del Sáhara sin referéndum. “La base más seria, realista y creíble para resolver este diferendo”, según el ministro español Albares.

Para más inri, el pasado martes 8 de abril, el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, urgió "a las partes implicadas a iniciar conversaciones sin demora" para aplicar la propuesta de Rabat para el Sáhara Occidental, que Washington considera "el único marco para negociar una solución mutuamente aceptable" y que pasa por otorgar autonomía a ese territorio manteniendo la soberanía marroquí.

No podemos obviar, como señala la Agencia EFE, que Marruecos es uno de los principales socios de Estados Unidos, país con quien tiene firmado desde 2005 un Acuerdo de Libre Comercio y con quien mantiene también estrechas relaciones en materia de seguridad y defensa que se cristaliza además por las maniobras militares 'African Lion' que ambos países organizan conjuntamente desde hace más de dos décadas y que son consideradas las mayores del continente africano

Y mientras tanto, Canarias calla. O, mejor dicho, se la obliga a callar. Nuestra voz no está presente en los foros donde se toman decisiones cruciales sobre el futuro del entorno que habitamos, sobre los recursos que compartimos, sobre las rutas marítimas vitales para nuestra soberanía, sobre los riesgos medioambientales que amenazan nuestras costas. Esta ausencia clamorosa de representación nos condena a una dependencia peligrosa que limita nuestra capacidad de respuesta, nos invisibiliza y, lo que es peor, nos hace vulnerables.

2 Captura de pantalla 2025 04 27 120346Porque no se trata solo de un asunto político o diplomático. Lo que está en juego es mucho más. Es nuestro modelo económico el que corre peligro si se inicia una explotación masiva de recursos fósiles en aguas cercanas. Es nuestra biodiversidad marina, ya afectada por los efectos del cambio climático, la que puede verse irreversiblemente dañada. Es nuestra estabilidad geopolítica la que se ve amenazada por una creciente militarización del norte de África y por la consolidación de Marruecos como un actor con aspiraciones hegemónicas en la región, alentado por un silencio internacional ensordecedor.

La situación con Marruecos no puede analizarse solo desde el prisma diplomático clásico. Hablamos de un país vecino, sí, pero también de un actor que ha incrementado su presencia militar en el Sahel, ha profundizado alianzas con potencias globales y ha impulsado una política exterior cada vez más ambiciosa —y a veces agresiva— en el Atlántico sur. No se trata de fomentar el enfrentamiento, sino de asumir con madurez la complejidad de la nueva realidad geoestratégica. De ser firmes sin caer en el alarmismo. De rechazar el buenismo ingenuo que, bajo la apariencia de diálogo, deja a Canarias expuesta y sin herramientas.

Además, queremos ser una plataforma para fortalecer nuestras relaciones con África occidental desde una lógica de vecindad, solidaridad y cooperación. Marruecos, Mauritania, la República Árabe Saharaui, Senegal, Cabo Verde… son mucho más que vecinos. Son socios potenciales en una agenda común de sostenibilidad, seguridad alimentaria, lucha contra el cambio climático y migraciones seguras. Pero esa agenda solo será posible si se construye sobre la base del respeto mutuo, no de la imposición.

Desde el Cabildo de Gran Canaria, reclamamos con firmeza que se escuche la voz de Canarias. Que se respete nuestro derecho a ser parte activa de las decisiones que afectan directamente a nuestro territorio y a nuestras vidas. No es de recibo que se sigan negociando límites marítimos sin nuestra participación. No es de recibo que se sigan tomando acuerdos sobre zonas económicas exclusivas que solapan las nuestras sin consulta previa. No es de recibo que se legitime a quienes vulneran el derecho internacional, mientras se silencia a quienes lo defienden.

Reclamamos también al Gobierno de España y al Gobierno de Canarias que asuman su responsabilidad. Que no permanezcan impasibles ante este nuevo desafío geopolítico. Que exijan, con contundencia, el respeto a la legalidad internacional. Que defiendan, sin ambages, los derechos del pueblo saharaui. Y que trabajen, de forma coordinada con Europa, para impedir que se consoliden políticas de ocupación y expolio en nuestras propias narices.

Es el momento de actuar. De no permitir más silencios. De proteger Canarias, su ecosistema, su soberanía, su dignidad. Lo que está en juego no es solo una cuestión de petróleo, gas o tierras raras.. Lo que está en juego es nuestro futuro como pueblo.

 Antonio Morales Méndez. Presidente del Cabildo de Gran Canaria.

La Gomera siempre ha sido tierra de historias labradas en la sencillez, de vidas discretas capaces de cambiar su entorno con determinación y esfuerzo. Entre estos ejemplos de profunda humanidad y compromiso destaca, sin duda, Efigenia Borges, mujer excepcional que este próximo 30 de mayo será distinguida con la merecida Medalla de Oro de Canarias en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria

No es exagerado afirmar que la figura de Efigenia representa lo más genuino del espíritu gomero. Nacida en Arure, aunque ligada eternamente a Las Hayas, ha sabido trascender su pequeño ámbito rural para convertirse en referencia absoluta del patrimonio cultural y gastronómico de nuestra isla. Su historia es la crónica viva del esfuerzo silencioso, pero constante, de quien hace camino paso a paso, sin grandes pretensiones más allá del amor por lo propio y la pasión por compartirlo.

Cuando, junto a su esposo Manuel, decidió abrir aquella humilde venta en Las Hayas, posiblemente nunca imaginó hasta dónde llegaría su ejemplo. En tiempos donde ni se soñaba aún con conceptos hoy tan presentes como la sostenibilidad o el turismo rural, Efigenia ya apostaba decididamente por productos locales, por las recetas de nuestras madres y abuelas, y por un modo de vida basado en el respeto a nuestra tierra y nuestras raíces. Así nació Casa Efigenia – Restaurante La Montaña, auténtico espacio de nuestra identidad gastronómica gomera.

Más allá de su excelencia culinaria, reconocida a nivel internacional y disfrutada por personajes tan diversos como Angela Merkel, Efigenia Borges ha sido una de las mejores embajadoras posibles de nuestra isla. Su fortaleza de carácter, su incansable hospitalidad y su prodigiosa memoria la convirtieron, hace ya tiempo, en custodia viva de nuestras tradiciones. Gracias a ella, generaciones enteras han podido comprender mejor quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde debemos caminar.

La Gomera es una isla pequeña en extensión, pero inmensa en valores humanos. La distinción con la Medalla de Oro de Canarias no es solo un justo reconocimiento a su persona; es también el reconocimiento a todos esos gomeros y gomeras que, como ella, siguen manteniendo viva nuestra esencia, demostrando que desde la humildad también se construyen grandes historias.

Como gomero y como presidente del Cabildo, me llena de orgullo saber que Canarias entera reconocerá públicamente a una de sus grandes mujeres, ejemplo vivo del trabajo bien hecho, del respeto por nuestras tradiciones y del amor por esta tierra única.

Enhorabuena, querida Efigenia. Tu medalla es el reflejo brillante de nuestra mejor cara como sociedad, la que mira al futuro orgullosa de su pasado y plenamente consciente de su identidad. Gracias por seguir recordándonos, cada día, qué significa realmente ser gomeros y ser canarios.

Casimiro Curbelo. Presidente del Cabildo de la Isla de La Gomera.

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