La asamblea de la Unión de Asociaciones de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria aprobó los estatutos de esta nueva universidad popular que contará con actividad permanente

La Universidad Rural de Canarias (URC) nace con el mandato de propiciar un revolcón a la situación que viven las comunidades rurales de las islas. La Unión de Asociaciones de la Reserva de la Biosfera convocó este sábado a un nutrido grupo de colectivos vecinales, gremiales y culturales con el único propósito de dar entidad jurídica propia a esta nueva institución social y cultural. Por unanimidad, los convocados decidieron apoyar la iniciativa y lo que hasta ahora era un foro de debate y discusión sobre la realidad del sector primario y de la pesca tradicional se convierte en una entidad con actividad permanente y estructura propia. En la asamblea de constitución, que se celebró en el 'Pueblo Mágico' de Artenara contó con la presencia de de asociaciones de los municipios de Tejeda, La Aldea de San Nicolás, Gáldar, Firgas, Artenara, Mogán, Las Palmas de Gran Canaria y San Bartolomé de Tirajana. El acto contó con la presencia de los concejales Manuel Díaz, Javier Jordán y Domingo Alberto Díaz, en representación del Ayuntamiento de Artenara.

La filóloga y divulgadora astronómica FAAE, Rosetta Martorell, de la Asociación Astronómica y Educativa de Canarias 'Henrietta Swan Leavitt' es la primera presidenta de esta nueva universidad popular. Martorell, que también es docente de Secundaria, es una experta en celajes agrícolas, esto es, la relación del movimiento de los astros con las costumbres y creencias en los entornos rurales. Todo un guiño a la propia idiosincrasia de una comarca marcada por sus montañas sagradas.

El objetivo inherente al propio nombre de la URC es claro: investigar y propiciar una transferencia de conocimiento hacia la sociedad de la complejidad del mundo rural (oficios, tradiciones, patrimonios, biodiversidad…). Pero la URC pretende, como objetivo prioritario, “lograr dar voz al territorio para que sus habitantes puedan tener capacidad de influencia en el diseño e implementación de las políticas públicas que nos afectan”, explica Cristóbal Sánchez, presidente de la Unión de Asociaciones de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria.

Este paso hacia la formalización de la URC ha tenido un eco importante en las cumbres y medianías de la isla. Este proceso se inició el pasado año y fruto del debate se han ido sumando nuevas asociaciones y voces al proyecto. “En las últimas semanas se han sumado tres nuevos colectivos a la Unión de Asociaciones”, destaca Sánchez. En la actualidad, la base social y territorial de esta unión de colectivos “trasciende el propio entorno rural” incluyendo a colectivos de base urbana oa cofradías de pescadores.

La URC nace, pues, con la intención de tener voz autorizada en la gestión de un territorio que adolece avanzar en el concepto de “gestión activa”. "A través de la participación queremos que la gente del territorio pueda influir en las decisiones que afectan a su futuro. Debemos aprovechar esta oportunidad para construir una plataforma que pueda dar voz a los ciudadanos en los asuntos que les afectan".