LOS TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA DE CUEVA PINTADA IDENTIFICAN AL MENOS TRES NIVELES DE ESPACIO DOMÉSTICO REUTILIZADO DURANTE EL SIGLO XVI

Culminan los trabajos de investigación arqueológica estival en el yacimiento arqueológico de Cueva Pintada, centro gestionado por la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, con interesantes avances para el conocimiento del conocido poblado prehispánico

Durante las dos semanas de trabajo de campo durante el pasado mes de julio, el equipo de investigación arqueológica ha podido identificar, en la denominada Estructura 12, los restos de al menos tres suelos que dan cuenta de varios momentos de uso y abandono de este espacio doméstico durante el siglo XVI

Según las evidencias materiales, los primeros informes de la campaña, en la que han participado las universidades de Las Palmas de Gran Canaria y de La Laguna, la empresa de arqueología Prored y personal especialista del propio Museo y Parque Arqueológico de Gáldar, revelan que sobre la toba volcánica se fueron constituyendo distintas superficies, utilizando tierra, restos de cerámica e industria lítica. Además, durante este momento de reutilización de la casa, los trabajos han descubierto que el espacio fue continuamente reestructurado.

Tras dos años sin intervenciones arqueológicas en el poblado de Cueva Pintada, por fin ha vuelto la tradicional investigación estival de campo en el yacimiento este mes de julio en dos estructuras: la 53 y la 12. Las actuaciones se han completado con la documentación fotogramétrica de algunas áreas excavadas durante la última campaña, realizada en 2019, y en el avance en la resolución de las problemáticas históricas, como es el caso de la localización de los distintos niveles de ocupación de la estructura 12.

Cerámica ‘de transición’

Más de la mitad de los restos de objetos de cerámica encontrados en la estructura 12 comprenden fragmentos de cerámica importada, fabricada a torno. Los restos de piezas hechas a mano, de factura indígena, representan aproximadamente una cuarta parte del total. Finalmente, se han hallado una serie de piezas identificadas como ‘de transición’. Son poco numerosas, aunque de gran interés para el equipo de investigación por las posibilidades de estudio acerca de la elaboración de cerámica local en fechas posteriores a la conquista.

La estructura 53 se trata de un espacio arqueológico complejo a la vez que enriquecedor. Esto se debe a la evidencia en ella de diferentes momentos de ocupación. En primer lugar, las sucesivas investigaciones han identificado una fase troglodita, con los huecos de varios silos, probablemente utilizados para el almacenamiento de alimentos y enseres varios. Se trata de un momento que se correspondería con la primera fase de ocupación del poblado (siglos VII y VIII). En segundo lugar, esta área excavada previamente en la roca fue reutilizada en una segunda fase de ocupación indígena. Y, por último, esta estructura se reutilizó en una tercera fase colonial, como evidencian los numerosos materiales de factura hispano-canaria recopilados en las excavaciones.

Una moneda de Enrique IV de Castilla

Entre los hallazgos más destacados de la campaña figura la aparición de una moneda, identificada de manera preliminar como una blanca de rombo de Enrique IV de Castilla, y un fragmento de pintadera. Los restos de fauna incluyen un primer subconjunto de animales domésticos, como el más numeroso. En menor medida, se han recuperado restos de malacofauna (lapas y burgaos), así como de ictiofauna (restos óseos de las especies de peces habituales en el yacimiento, especialmente la vieja).

Visitas guiadas a los trabajos arqueológicos

Más allá de los resultados de la investigación arqueológica, el conjunto de las acciones se ha visto complementado con el éxito de las tradicionales visitas guiadas a los trabajos por parte del público que lo solicitó. Según confirmó la directora del museo y parque arqueológico, Carmen Gloria Rodríguez, “el creciente interés de la población en torno a este programa de investigación permitió a 60 personas acercarse, en dos sesiones, a las labores de investigación y al trabajo de campo y laboratorio”.

Las campañas tradicionales de excavación que se realizan en el mes de julio se llevaban a cabo en el marco de un campus de arqueología que se había convertido en un referente de intervención y de formación universitaria desde su inicio en 2015. Sin embargo, como explicó la directora y conservadora de Cueva Pintada, Carmen Gloria Rodríguez, “no parecía oportuno programar el campus este año sin tener aún constancia de haber dejado atrás todas las amenazas que este virus genera. La convivencia del grupo es intensa durante las dos semanas de duración de este programa, en el que no sólo se excava, sino que también incluye seminarios, visitas a otros yacimientos de la isla y alojamiento en una misma residencia. El hecho de encontrarnos en una séptima ola parece confirmar la pertinencia de la actitud prudente en este sentido”, aclara la responsable del yacimiento.

Para llevar a cabo las actuaciones de investigación en dos estructuras, la 12 y 53, se ha contado con la ayuda del personal del proyecto NOE (Nuevas Oportunidades de Empleo) y el de Becas ‘Inserta’, programas impulsados por el Cabildo de Gran Canaria y la Fundación Universitaria de Las Palmas. Completan el proyecto el equipo técnico de Cueva Pintada, encabezado por la directora del museo, Carmen Gloria Rodríguez, José Ignacio Sáenz, conservador, y Patricia Prieto, restauradora, además de Jorge Onrubia Pintado, codirector científico de la campaña.

Esto ha permitido ofrecer cierta continuidad a la investigación arqueológica, desde el punto de vista museístico, sin tener que llevar a cabo una actuación de envergadura y con un grupo de personas numeroso, como se ha realizado hasta el momento. “El año 2023 será el momento de volver a las campañas de excavación habituales”, detalla la directora de Cueva Pintada.

Plan de Investigación Cueva Pintada

El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada está unido desde su concepción a la conservación e investigación de la zona arqueológica en la que se asienta y que le otorga su razón de ser. De ahí que, tras su apertura en 2006, y una vez consolidadas las dinámicas museísticas, se diseñara el plan de investigación del centro. El proyecto se asienta en tres líneas estratégicas: investigaciones arqueológicas, investigaciones para la conservación y las investigaciones relacionadas con la gestión de públicos y difusión de contenidos.

En el marco del programa de estudio de la colección, hay una serie de proyectos específicos para el análisis de las propias estructuras arqueológicas (materiales, técnicas constructivas y lectura de paramentos, elaboración de hipótesis virtuales…), así como de los objetos y materiales asociados, desde las industrias líticas hasta los propios sedimentos que los acogen. Las primeras actuaciones de este programa se iniciaron en el año 2013. Sin embargo, la llegada de la pandemia de la COVID 19 supuso la suspensión de las campañas de excavaciones arqueológicas propiamente dichas, que se esperan retomar finalmente en 2023.

Manuela Armas y Nona Perera visitaron la zona arqueológica para conocer los avances de la investigación

La consejera de Educación, Universidades, Cultura y Deporte, Manuela Armas y la directora general de Patrimonio Cultural, Nona Perera; acompañadas por el alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa, visitaron el yacimiento arqueológico integrado en la construcción del nuevo instituto del municipio este viernes 1 de julio.

El propósito de la visita ha sido comprobar el avance de los trabajos de investigación en este enclave con el equipo de Arqueocanaria, zona en la que se ha encontrado importante material arqueológico tras las intervenciones realizadas, además de observar sobre el terreno las soluciones planteadas para su conservación y disfrute público. El proyecto del centro educativo incluye la integración del yacimiento arqueológico para su protección y musealización con fines divulgativos.

Manuela Armas destacó la buena marcha de las obras del nuevo instituto de Gáldar y mostró su satisfacción “por el respeto que se ha logrado con la zona arqueológica”. Indicó que “va a ser el único centro educativo en España en el que se encuentre tan próxima la historia, siendo una oportunidad para que las nuevas generaciones aprendan a cuidar y respetar su legado”.

Por su parte, Nona Perera hizo hincapié en la importancia del resultado de las diferentes campañas arqueológicas en la zona “que han determinado que es un espacio habitacional, fundamentalmente de vertedero, donde la población durante siglos ha depositado material de desecho”. Perera puso de relieve que las intervenciones arqueológicas “han posibilitado un amplio registro de materiales significativos, siendo los más importantes los que pertenecen al periodo aborigen, dándonos una idea de cual era el volumen de producción, de uso y desecho de una época y un lugar preciso”.

Teodoro Sosa, recordó que “cuando empezamos este proyecto hace veinte años siempre se nos indicó como algo negativo que aparecieran vestigios arqueológicos. Pero de la debilidad hemos hecho una fortaleza para que el yacimiento se pudiera integrar en el proyecto”. Sosa subrayó que “Gáldar va a ser ejemplo de como una comunidad educativa puede convivir con un yacimiento, que es diferente y posee una riqueza excepcional. Siempre hemos defendido con orgullo ser una ciudad superpuesta, donde la comunidad educativa pueda aprender lo que fuimos y valorar todo lo que alberga este barranco histórico”.

Resultado de las diversas campañas arqueológicas

La parcela en la que se construye el nuevo instituto está situada en el barrio del Hospital, en el contexto de un importante enclave arqueológico, donde se encuentran restos del poblado aborigen de Agáldar, formado por conjuntos artificiales de habitación y estructuras de superficie.

Tras las prospecciones encargadas por el Ayuntamiento de Gáldar y el Gobierno de Canarias, se concluyó el hallazgo de restos de la antigua calzada de acceso a la acrópolis aborigen de Agáldar, de la que forma parte también el poblado prehispánico y el conjunto de Cueva Pintada. El primer estudio realizado en el año 2005, ya evidencia la presencia de importantes acumulaciones de materiales arqueológicos de época aborigen, así como restos de estructuras.

En el año 2014 se realiza una segunda intervención arqueológica. En esta campaña se amplía la extensión excavada, apuntando que algunos de los restos de muros conservados puedan ser de factura aborigen, además de los acondicionamientos agrícolas históricos. Entre los materiales arqueológicos correspondientes a depósitos secundarios se constata la presencia de elementos de factura indígena y colonial.

En 2015 tiene lugar una nueva intervención. En esta ocasión, con la ampliación del área de excavación, se pudo tener una visión más completa de las estructuras (muros) descubiertas. Se identifica, además, una macro estructura consistente en dos muros paralelos que conforman un pasillo que se interpreta como una senda o camino que debía formar parte del poblado del Gáldar prehispánico.

En 2018 se realiza un proyecto de consolidación de los restos y su integración en el proyecto de construcción del instituto. Finalmente, el Gobierno de Canarias encarga a la empresa especializada Arqueocanaria una serie de intervenciones para compatibilizar la integración de los restos arqueológicos con el desarrollo del proyecto arquitectónico.

Como resultado de todas estas campañas afloran materiales arqueológicos documentados, entre los que se encuentran piezas de carácter indígena y colonial de gran relevancia, tanto por su cantidad como por su calidad, constituyendo un magnífico exponente del repertorio de la cultura material de los antiguos habitantes de Gran Canaria. Son relevantes los restos cerámicos, con una gran diversidad de recipientes, además de los sellos-pintaderas, las industrias sobre hueso y conchas, en las que destacan los punzones y anzuelos, así como las industrias líticas con un variado repertorio.

Por otra parte, los muros y estructuras de piedra, de diversa cronología, son testigo de los cambios sufridos por este espacio como núcleo habitacional indígena, adaptado en época colonial y transformado por posteriores acondicionamientos agrícolas. Los restos de muros y estructuras se han podido integrar en el proyecto del nuevo instituto, que se ha adaptado para mantener estas evidencias en su emplazamiento original.

Numerosas piezas vinculadas al uso doméstico y especialmente al procesado del pescado que realizaban las y los antiguos pobladores de Gran Canaria han sido descubiertas en la Cueva de la Playa Chica de Sardina, en Gáldar, durante los trabajos arqueológicos desarrollados por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, bajo la dirección de Jonathan Santana y Jacob Morales, y financiados a través de una subvención de 15.000 euros del Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria, que culminaron el pasado día 10 de este mes de junio

De hecho, la Consejería de Presidencia de la Corporación insular mantiene una apuesta decidida por la conservación, protección y estudio de este singular yacimiento, que fue dado a conocer en el año 2016, gracias a la colaboración ciudadana, tras un gran desprendimiento que permitió la observación de una larga estratigrafía y la presencia de abundantes materiales que correspondían a la vida que se desarrollaba en este enclave durante el período prehispánico.

Las dataciones que se han obtenido hasta el momento de los elementos hallados permiten situar la ocupación de esta cueva natural entre los siglos VI y XIII-XIV de nuestra era, lo que proporciona la posibilidad de conocer cómo aprovechaban los recursos del mar las y los pobladores asentados en este lugar.

Uno de los aspectos más interesantes radica en que se ha documentado, en los niveles más recientes de la secuencia estudiada, una gran abundancia de piezas directamente vinculadas a la explotación y manipulación del pescado. Entre ellas, hay que destacar una serie muy cuantiosa de anzuelos, probablemente realizados sobre colmillos de cerdo, y numerosos útiles en cuerno de cabra que han sido interpretados como descamadores. Todo ello pone de manifiesto la intensa y especializada relación que los antiguos canarios tuvieron con el mar, al menos en los siglos inmediatamente anteriores a la conquista castellana.

Entre los hallazgos más singulares en esta Cueva de Playa Chica hay que destacar un diente de tiburón, al que no se ha podido asignar una especie concreta, pero que constituye un elemento sin demasiados antecedentes en el registro arqueológico canario.

El interés de este yacimiento y su papel protagonista en el avance de la investigación sobre el pasado de Gran Canaria se ha puesto de realce, más especialmente, en todas las actuaciones arqueológicos que se han desarrollado en el marco de los proyectos de investigación interdisciplinares realizados por el Departamento de Ciencias Históricas de la ULPGC entre los años 2020 y 2022.

Más en concreto, en esta campaña de 2022, se ha terminado el registro de un área en la que se concentran varios fuegos asociados muy posiblemente con el procesado de los productos del mar, a los que se suman abundantes herramientas de piedra y una ingente cantidad de escamas de pescado.

Se estudian nueve monedas que fueron halladas en la última campaña de excavaciones en el yacimiento de San Marcial de Rubicón

El estudio numismático todavía se encuentra en fase de discusión

Esta tarde a las 18:00 horas se estrena un corto-documental sobre la investigación arqueológica en la Casa de la Cultura de Yaiza

La segunda campaña de excavaciones arqueológicas en el yacimiento de San Marcial de Rubicón (Yaiza, Lanzarote) está aportando información material realmente novedosa sobre los primeros años de la conquista de las Islas Canarias. Con este proyecto, adscrito al convenio de colaboración entre el Gobierno de Canarias, el Ayuntamiento de Yaiza, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la Universidad de La Laguna, se han podido localizar, entre otros hallazgos de interés, las monedas más antiguas del archipiélago dentro de un contexto arqueológico, a excepción del dinero de vellón de Jaime II exhumado en la Cueva Pintada de Gáldar.

Esta mañana se han presentado en rueda de prensa los resultados de la última campaña de excavaciones en esta zona del sur de la isla con la participación de Nona Perera, directora general de Patrimonio Cultural, Óscar Noda, alcalde del Ayuntamiento de Yaiza, Esther Chávez y María del Cristo González, codirectoras del proyecto de investigación y profesoras de la ULL y de la ULPGC, respectivamente.

En su intervención ante los medios de comunicación, Nona Perera, anunció que en estos momentos “se está tramitando un nuevo convenio, que con una vigencia de 2 años garantizará la continuidad de las investigaciones en san Marcial de Rubicón”. La titular del área del Gobierno explicó que “la segunda campaña desarrollada está resultando muy fructífera y extraordinaria por la cantidad de información novedosa que se aporta al conocimiento sobre los primeros momentos de la conquista y del sometimiento de la población nativa de la isla.

Por su parte, Óscar Noda afirmó que “los resultados de la actual intervención arqueológica en San Marcial de Rubicón es un gran paso hacia el objetivo de crear un parque visitable que ayude a la divulgación de la historia de Canarias, permitiendo a la vez la conservación del yacimiento. Yaiza apuesta por la firma de un nuevo convenio con Patrimonio Cultural y las dos universidades públicas canarias para seguir avanzando en esta apasionante investigación”.

Dentro de las piezas que se han exhumado, destaca la gran cantidad de cerámica tanto aborigen como colonial ya que permite fechar ciertas zonas del yacimiento pero sin duda, el descubrimiento más excepcional de esta última campaña ha sido el conjunto de monedas hallado en dos de las áreas excavadas, las denominadas zona fabril y zona de hábitat europeo.

“Ocho de las nueve monedas han sido atribuidas a las acuñaciones de Enrique II o Enrique III, denominadas como “dineros coronados” o “cornados” porque representan el busto coronado del rey de perfil y mirando a la izquierda, aunque el estudio numismático todavía se encuentra en fase de discusión por Manuel Mozo y Ana Serrano. Aun así, se trata del hallazgo inédito al tratarse de los elementos monetarios más antiguos descubiertos en un contexto arqueológico en la isla” explica María del Cristo González .

Ahora bien, lo que realmente convierte este hallazgo en un descubrimiento singular es que todas las monedas llevan una contramarca que representa una letra “B” gótica. Es de sobra conocido, así aparece en la crónica Le Canarien y lo ratifica la documentación administrativa, que el rey otorgó a Jean de Bethencourt la facultad de acuñar monedas y también que la ausencia de metales en las islas impidió al primer conquistador y señor de Canarias hacer realidad esta prerrogativa, reservada siempre a la realeza.

El equipo conformado por las dos universidades públicas canarias se plantea si no será este sello la prueba de que Jean de Bethencourt logró hacer realidad esa regalía, haciendo imprimir la inicial de su apellido en las monedas en curso. Tal y como explica María del Cristo González, “estamos ante un hallazgo monetario que, a día de hoy, es único y relevante, no solo para las islas, sino también para la numismática peninsular, en donde no parece haber ejemplos tan antiguos de esta práctica”, todo ello si se llegase a confirmar esta teoría.

Las piezas rescatadas en los meses de septiembre y octubre de 2021 han sido estudiadas por personal investigador y alumnado en el Laboratorio de Arqueología y Prehistoria de la ULL. En el caso de las monedas, debido a su frágil estado de conservación, tuvieron que ser limpiadas y consolidadas por una restauradora especializada antes de su estudio, Patricia Prieto, restauradora de la Cueva Pintada de Gáldar, fue la encargada de realizar estas intervenciones.

Otros hallazgos

El trabajo de campo también permitió documentar los vestigios de recintos domésticos asociados a las personas que formaron parte de las huestes comandadas por los conquistadores franco-normandos, Gadifer de la Salle y Jean de Bethancourt, así como por algunas mujeres que los acompañaron.

En este sentido, la actividad arqueológica constató el uso del tapial, una técnica consistente en el levantamiento de muros mediante el uso de un encofrado de madera dentro del cual se vertía tierra arcillosa húmeda que era compactada a golpes con un pisón. “Esta técnica, usada con profusión según la documentación administrativa durante el período de transición colonial y de conquista definitiva de las islas Canarias, no había sido registrada arqueológicamente hasta el momento”, afirma la arqueóloga Esther Chávez .

El interior de estos muros albergaba esa convivencia de cerámicas indígenas y coloniales, estas últimas datadas en la segunda mitad del siglo XIV y primera mitad del siglo XV en la península. Estos hallazgos ayudan a definir espacios, ya que hay algunas zonas donde la presencia de cerámicas de procedencia aborigen es del 95% mientras que en otras, es mayoritario el porcentaje de cerámica colonial, lo que quiere decir que hay zonas donde vive la sociedad aborigen y otras donde vive la sociedad europea de manera casi independiente.

Estreno del corto-documental

Uno de los objetivos del proyecto es la difusión, por lo esta misma tarde, 2 de junio, a las 18:00 horas se proyectará en la Casa de la Cultura Benito Pérez Armas, en Yaiza, un corto-documental sobre el trabajo de campo con entrevistas a personal especializado e implicado en las últimas campañas de excavación.

Tras la proyección del audiovisual, habrá un coloquio con las codirectoras del proyecto de investigación arqueológica junto al director del film, Pablo Rodríguez, de la productora Desenfoque Producciones. Además, la Dirección General de Patrimonio Cultural publicará el corto-documental en su canal de YouTube próximamente para todas aquellas personas interesadas en los trabajos que se están realizando en el yacimiento de San Marcial de Rubicón.

El proyecto inicia una nueva línea de investigación dentro de la Arqueología Histórica en Canarias

Se han realizado prospecciones en la zona noreste de la isla para determinar la localización de una futura excavación arqueológica

Desde el siglo XVI, existen múltiples referencias históricas sobre los puestos de vigía instalados en enclaves estratégicos de Tenerife para dar aviso a la población de la llegada de barcos enemigos y anticiparse así a posibles ataques navales. Según las fuentes documentales, esta estrategia defensiva se llevaba a cabo mediante una red interconectada de atalayas que enviaban y repetían señales de fuego y humo. Sin embargo, prácticamente no existen estudios a nivel arqueológico sobre su emplazamiento y su caracterización material.

Ante este panorama, la Dirección General de Patrimonio Cultural impulsa el primer estudio e inventario de atalayas y espacios de vigilancia desde una perspectiva arqueológica e histórica. Se trata de la primera fase del proyecto ‘VIGILANT’, centrado en el noreste de Tenerife y dirigido por un equipo multidisciplinar de la Universidad de La Laguna y el Instituto Catalán de Arqueología Clásica, en colaboración con personal investigador de la Universidad de Sevilla y la Universidad de Barcelona.

El trabajo sobre la ‘Arqueología de los Espacios de Vigilancia y Atalayas del Noreste de Tenerife’, más conocido como ‘VIGILANT’, tiene un interés histórico relacionado con la visibilización de la que fue la primera línea de defensa de la zona capitalina; así como también posee un interés arqueológico por aplicar nuevas líneas de estudio dentro de la Arqueología Histórica y la Arqueología del Paisaje. De igual manera, también tiene un interés científico al arrojar nuevos datos sobre el funcionamiento de esta red y la creación de los primeros paisajes culturales tras la conquista.

Ahora bien, “para el Gobierno de Canarias resulta de interés destinar recursos públicos para estudiar los dispositivos que atienden los puestos de vigía y atalayas con el fin de proteger a la población”, señaló Nona Perera, directora general de Patrimonio Cultural. Desde este punto de vista, Perera aseguró que “son enclaves estratégicos de importancia social y geopolítica que nos informan de la trama de defensa creada durante siglos” por lo que es necesario “comprender su desarrollo, a través de la arqueología, para conocer más sobre nuestro pasado”, detalló.

Metodología de trabajo

ATALAYASTF2 300x225Las atalayas tienen unos criterios espaciales muy específicos, “requieren de visibilidad e intervisibilidad entre enclaves y deben ser accesibles, entre otras características“, explica Francesc C. Conesa, codirector del ‘VIGILANT’. En lo que se refiere a la red documentada, la primera atalaya empezaba en la Montaña de Tafada y de allí pasaba a la Montaña del Sabinal, la Atalaya de Igueste de San Andrés y la Atalaya de San Andrés. Los avisos llegaban al Castillo de San Cristóbal en Santa Cruz y viajan a la Montaña de Taco y la Montaña de Ofra, estas últimas ya desaparecidas por el desarrollo urbano. Después llegaban a la atalaya de San Roque, posiblemente ubicada en Mesa La Gallardina, y la de San Lázaro, en la actual Montaña del Púlpito. Desde allí se recibían los avisos del norte mediante la Caldera la Atalaya y La Atalaya en lo alto de la Mesa de Tejina.

El estudio de las fuentes documentales es sin duda uno de los aspectos más importantes para conocer la evolución histórica de las atalayas, ya que permite realizar una reconstrucción de los puntos de vigilancia y sus principales usos. Tras la recuperación de medio centenar de documentos históricos, se llevó a cabo un análisis geoespacial del territorio que incluyó la recuperación de toponimia y la reconstrucción de las líneas de visibilidad entre atalayas, a la vez que se desarrolló un programa de prospecciones arqueológicas en los enclaves localizados, que han sido documentados con técnicas de fotogrametría digital.

En este sentido, el equipo de trabajo ha determinado varios tipos de atalayas según las prospecciones focalizadas. Para Jared Carballo, codirector del proyecto, “existen las atalayas naturales, sin evidencia material pero localizadas por la toponimia o fuentes textuales, y las atalayas con restos constructivos y materiales. En este caso, las estructuras pueden ser pequeños “hornos”o estructuras excavadas en la roca, y en algunas ocasiones se aprecia el suelo termoalterado”.

Cabe destacar que “las prospecciones han sido de carácter superficial, pero en una segunda fase vamos a preparar un proyecto de excavación de cara a su posible preservación y conservación e incluso a largo plazo su integración en nuevas rutas culturales”, adelanta el arqueólogo Conesa.

En resumen, ‘VIGILANT’ inicia una nueva línea de investigación en Canarias al documentar los espacios de vigilancia y atalayas en los entornos de Anaga y La Laguna, pero también al establecer unos criterios básicos y comunes para ampliar la investigación a toda la isla de Tenerife, pues existen evidencias de atalayas históricas tanto en el norte y el sur. Con esta primera fase, se prepara una futura excavación arqueológica que permita conocer la potencialidad de estos yacimientos y su relación con los paisajes culturales de la isla.

Patrimonio Cultural promueve un estudio sobre la arqueología del cuerpo en momias y objetos de la TT 209 de Luxor

El proyecto es de gran importancia para dar a conocer la capacidad de investigación de los arqueólogos y egiptólogos de las instituciones académicas canarias en Egipto

Permitirá el desarrollo de un marco teórico y metodológico que se podrá aplicar en el ámbito de las poblaciones prehispánicas del Archipiélago

La Dirección General de Patrimonio Cultural impulsa el estudio sobre la arqueología del cuerpo, derivado del Proyecto dos cero nueve con que se denomina al conjunto de actividades de investigación desarrolladas por el equipo de trabajo egiptológico de la Universidad de La Laguna. El grupo trabaja sobre la plasmación de determinados aspectos culturales de la civilización egipcia en un yacimiento arqueológico, aspectos que pueden ponerse en relación con otras poblaciones norteafricanas.

Esta investigación se enmarca en una doble perspectiva. Su fundamento es la arqueología del cuerpo, propuesta que incluye tanto el estudio de los restos óseos humanos como de los dermatoglifos observados en los objetos de cerámica, en especial en los ushebtis, estatuillas antropomorfas de arcilla que formaban parte del ajuar funerario del difunto, pero también en algunas terracotas de animales.

Esta doble vertiente se aplicará utilizando enfoques de la arqueología de género, ya que analiza cuerpos y trabajos con huellas de la identidad de los individuos. La implementación de este estudio permitirá el desarrollo de un marco teórico y metodológico por parte de investigadores canarios, que podrán aplicar en el ámbito de las poblaciones prehispánicas del Archipiélago, generando reflexiones más complejas sobre las convergencias y divergencias entre las distintas poblaciones norteafricanas.

El estudio desarrolla esta perspectiva en una doble vertiente investigadora: el análisis de los restos óseos de las momias halladas en las cámaras laterales de la TT 209, haciendo hincapié en la interpretación de las experiencias y actividades realizadas por los cuerpos de las mujeres y hombres hallados; y la investigación de los paleodermatoglifos observados en los ushebtis que acompañaban a los difuntos, que podrá informar del sexo de los individuos que los produjeron y los gestos técnicos aplicados.

Internacionalización de la Arqueología canaria

El proyecto es de gran importancia para dar a conocer la capacidad de investigación de los arqueólogos y egiptólogos de las instituciones académicas canarias. El equipo lo integran una quincena de profesionales, de los que más de la mitad están ligados a la Universidad de La Laguna, así como a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y a otros organismos y empresas arqueológicas de las islas. Junto a ellos trabajan varios arqueólogos egipcios y especialistas de otras instituciones españolas.

La procedencia canaria del equipo marca una forma específica de estudiar el yacimiento, pues lo hacen desde una perspectiva norteafricana, en la que se da una importancia especial a que la información obtenida (climática, botánica, humana) tenga una aplicación en el conjunto de esta región.

Por otra parte, este equipo de investigadores pone de manifiesto su capacidad de internacionalización, al desarrollar una metodología basada en las Tecnologías de Información Geográfica (TIG), excepcional en el conjunto de la Arqueología egipcia actual. Además, para esta fase del proyecto, destaca el análisis osteoarqueológico que incluye una perspectiva que se está aplicando igualmente a poblaciones aborígenes de Canarias por el especialista del equipo, lo cual permite tener un marco más amplio del registro norteafricano.

Así pues, desde una perspectiva teórica, el estudio del cuerpo humano puede ayudar al equipo canario a identificar tanto las experiencias cotidianas vividas, que dejan su reflejo en el cuerpo, como la articulación social de esas personas a través de los objetos con que fueron enterrados. Por tanto, es también indispensable enfocar el estudio de esos cuerpos sexuados desde la Arqueología de Género, una disciplina que permite reflexionar sobre los espacios que ocuparon hombres y mujeres del pasado, poniendo en cuestión las tradicionales narrativas androcéntricas que ha creado nuestra sociedad y persisten en ella.

Interés del monumento

Proyecto dos cero nueve, dirigido por Miguel Ángel Molinero Polo de la Universidad de La Laguna, es el nombre con que se denomina al conjunto de actividades de investigación desarrolladas por el grupo de trabajo egiptológico de la Universidad de La Laguna. Un equipo integrado por una decena de profesionales que trabaja sobre la plasmación de determinados aspectos culturales de la civilización egipcia en un yacimiento arqueológico. Por el momento se han desarrollado nueve campañas de excavación que han contado con el respaldo del Gobierno de Canarias, así como con el de la Fundación Palarq de Barcelona y, dependiendo de la campaña, de otras instituciones.

La TT 209 se encuentra en la orilla occidental de Luxor, uno de los yacimientos históricos más importantes del mundo. La concesión arqueológica cubre tanto la construcción como su entorno, en el sector conocido como Asasif Sur. Esta es una de las áreas menos investigadas de la necrópolis, por lo que su análisis aporta la novedad de estar en un emplazamiento poco estudiado y, en consecuencia, que proporciona informaciones muy novedosas.

La TT 209 es una de las tumbas más grandes de la necrópolis tebana. Sin embargo, apenas era conocida cuando la misión arqueológica de la ULL empezó su actividad en julio de 2012, hasta el punto de haber perdido incluso el rastro en superficie de su posible emplazamiento. El primer objetivo de la campaña inicial fue, precisamente, localizarla de nuevo. La tumba estaba entonces inédita.

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