Permitirá entregar hasta 10.000 ejemplares libres de virus y de variedades certificadas tintas y blancas al año a partir de 2026

El Cabildo ha puesto en marcha el primer y único vivero multiplicador de viña de Canarias que permitirá entregar al sector vitivinícola hasta 10.000 varas al año libres de virus de variedades autorizadas por la Denominación de Origen de Gran Canaria para avanzar en la regeneración de los cultivos, mantener el incremento de la superficie cultivada en la isla y la calidad de los vinos con ejemplares sanos y debidamente identificados.

“Es un hito en la mejora de la calidad y la garantía de la supervivencia del cultivo en Gran Canaria y por eso se ha hecho un esfuerzo durante décadas, con un impulso definitivo en los últimos diez años, para dar este paso”, afirmó hoy el presidente del Cabildo, Antonio Morales, durante la visita al vivero situado en la Granja Agrícola Experimental, donde avanzó que el proyecto tendrá réplica en unas segundas instalaciones de las mismas características en las Medianías para reforzar y garantizar el aporte de plantones al campo.

Morales explicó que la primera convocatoria al sector será publicada antes de que finalice el presente año para proceder al reparto de las estacas de viña, en febrero o marzo de 2026, al tratarse de los meses más propicios para su trasplante. En concreto, serán distribuidos plantones de tres variedades tintas (listán negra, negramoll y tintilla) y cuatro blancas (listán blanca, vijariego, moscatel y albillo).

Por su parte, el consejero de Sector Primario, Soberanía Alimentaria y Seguridad Hídrica del Cabildo, Miguel Hidalgo, señaló que la iniciativa se enmarca en los planes estratégicos de la Institución insular en estrecha colaboración con el sector y recalcó gráficamente que “para tener un buen vino tenemos que tener las cepas adecuadas”.

En el recorrido por el vivero de multiplicación estuvieron presentes también el director insular de Agricultura, Ganadería y Pesca, Alejandro Báez; el presidente del Consejo Regulador, Pedro Suárez; la jefa de Servicio de la Granja Agrícola Experimental, Pilar Gutiérrez; y el responsable del Departamento de Fruticultura, Santiago García, quien brindó las explicaciones de carácter más técnico.

Este proyecto se puso en marcha con el objetivo de dar respuesta a un sector vitivinícola en crecimiento, que se enfrentaba a un grave problema: aproximadamente el 90 por ciento de las cepas de la isla estaban envejecidas o afectadas por virosis, lo que provocaba una importante merma en la producción y, en consecuencia, una disminución en la calidad de los vinos.

Para que las cepas pudieran ser consideradas como material base, era necesario que arrojaran resultados negativos durante dos años consecutivos en las pruebas de detección de virus, utilizando la técnica conocida como test ELISA, y certificada por el Laboratorio Nacional de Referencia.

Una vez identificadas las plantas sanas, se seleccionaban dos o tres clones por variedad. Estos se establecían en campos de cepa madre en la Granja Agrícola del Cabildo, y paralelamente se replicaban en la Finca El Galeón. A lo largo de estos más de 25 años, el proyecto ha enfrentado numerosos obstáculos. Además, ha sido necesario arrancar numerosos clones que, tras el tiempo, resultaron positivos en virus, lo que supuso un esfuerzo constante por mantener la sanidad vegetal.

Finalmente, en el año 2023 se solicitó el reconocimiento oficial como vivero multiplicador estándar. Para ello, se estableció un vivero de campo de 1.000 metros cuadrados, donde las cepas madre se cultivan en sistemas Air-Pot sobre alfombras especiales que impiden el contacto con el suelo, garantizando así condiciones óptimas de sanidad.

El Gobierno de Canarias, a través de su Servicio de Sanidad Vegetal, ha realizado las inspecciones pertinentes conforme a la normativa vigente, tanto en lo relativo al control varietal como a los testajes de virus. Además, se dispone de un vivero de multiplicación completamente aislado, donde se lleva a cabo el estaquillado de las plantas.

El presidente del Cabildo agregó que el vivero “es un nuevo paso dentro de una política de apoyo del Cabildo en coordinación con el sector que nos permite ser la única isla donde crecen los cultivos de vid, así como su calidad, éxito donde ha jugado un papel importante la extensión del regadío, también con nuestro apoyo. Tanto es así que más del 50% de las obras hidráulicas ejecutadas desde 2018 se localizan en zonas vitícolas”. Hoy, el 80% de los cultivos cuenta con sistemas de regadío.

El Cabildo, consciente de la vital importancia de las explotaciones vitivinícolas, como generadores de empleo, de riqueza y de fijación de la población al territorio, y también como efectivos cortafuegos en los incendios forestales, apuesta desde hace años por el fomento y desarrollo de la viticultura insular. Además, los valores del vino de Gran Canaria y sus singularidades aportan experiencias turísticas diferenciadoras.

El Programa Insular de Desarrollo de la Vitivinicultura está permitiendo, no solo el sostenimiento de las hectáreas en producción, sino incluso su aumento, a diferencia del resto del archipiélago, ya que gracias al asesoramiento y subvenciones del Cabildo en los últimos 4 años se han puesto en cultivo unas 21 hectáreas nuevas.

Otros elementos que fortalecen el sector son el Concurso Insular de Vinos, la Ruta del Vino o la formación del Programa formativo de la Consejería de Sector Primario, así como el apoyo a la creación del primer Curso oficial de Técnico Grado Superior Vitivinicultura, en colaboración con CEIP de San Mateo.

Junto a la Federación Insular de Asociaciones del Sector Vitícola (Vinigran) se han instalado 10 estaciones agrometeorológicas que está permitiendo obtener la información necesaria de las variables climáticas y su influencia en la viticultura insular, para hacer avisos de riesgo de oidio (hongo) en las distintas zonas de la isla.

Todas estas actuaciones, planificadas y coordinadas con las asociaciones del sector como son el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vinos de Gran Canaria, la Federación Insular de Asociaciones del Sector Vitícola (VINIGRAN) y los propios viticultores y bodegueros, han conseguido que los vinos de Gran Canaria obtengan los mayores galardones en los distintos concursos a nivel regional y nacional, siendo el objetivo final la mejora de la productividad y la consolidación del aumento de la superficie cultivada, para se convierta en un motor económico y social del sector primario insular.

Las consejerías de Transición Ecológica y de Agricultura colaborarán en una iniciativa con la que pretenden obtener campos madre de diferentes variedades de uva libres de enfermedades para repartir entre los viticultores de las islas

Valbuena señala que el sector del vino es un sector clave en el mundo rural de todas las islas porque “puede convertirse en un sumidero de carbono de primer nivel que protege los territorios rurales”

Vanoostende indica que este proyecto da respuesta a la demanda del sector de contar con plantas saneadas para el cultivo

Las consejerías de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial y de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias han puesto en marcha un proyecto con el que pretenden combatir las afecciones sobre la vid canaria que están derivadas de los efectos del cambio climático en las islas. Los consejeros responsables de ambos departamentos, José Antonio Valbuena y Alicia Vanoostende, respectivamente, han presentado hoy esta iniciativa en la finca del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA) de Valle de Guerra.

Valbuena explicó que el propósito fundamental de esta acción conjunta es “llevar a cabo el saneamiento de una serie de variedades de vid cultivadas en Canarias, con el fin de mejorar el estado sanitario de las plantas y aumentar su resiliencia frente a los efectos del cambio climático. Se trata en definitiva de que los agricultores y agentes del sector, en general, puedan disponer de plantas sanas para sus viñedos”.

Por su parte, Alicia Vanoostende detalló que este proyecto da respuesta a una demanda del sector que solicitaba poder contar con plantas saneadas para el cultivo. En este sentido, señaló que en Canarias muchos viñedos están afectados por virosis, lo que hace que las producciones tengan menos rendimiento, lo que se traduce en menor rentabilidad.

Con este proyecto, que se suma a la mejora de las ayudas POSEI para el cultivo de la viña y al Estudio Diagnóstico sobre la Viticultura en Canarias para la recuperación de zonas de cultivo, “se sigue avanzando en el fortalecimiento del sector vitivinícola isleño adaptado a la nueva Política Agraria Común (PAC) que apuesta por métodos más sostenibles para la producción agrícola” apuntó.

Valbuena remarcó que mejorando la adaptación de las explotaciones al cambio climático contribuiremos a aumentar su productividad y resiliencia, además de mejorar el control de las variables climáticas. “El manejo efectivo de los factores climáticos en los cultivos y en la restauración ambiental nos permitirán evitar la contaminación de los suelos y que las enfermedades en los cultivos arruinen su rentabilidad. El cambio climático acelerado y los virus de la viña han reducido sustancialmente las producciones y nos obligan a actuar lo antes posible para recuperar la productividad de nuestras explotaciones”, añadió.

El consejero de Transición Ecológica subrayó que, respecto al sector agrícola, el borrador del Plan Canario de Acción Climática establece diversas líneas para impulsar la reducción de emisiones no energéticas y potenciar los sumideros de carbono. Así, Valbuena señaló que el sector del vino es un sector clave en el mundo rural de todas las islas porque “si avanza en la agricultura integrada y en la agroecología, puede convertirse en un sumidero de carbono de primer nivel, que protege los territorios rurales de la nueva generación de incendios forestales y que puede generar alta rentabilidad, así como fijar las poblaciones del medio rural”.

El proyecto se desarrollará en diferentes fases, iniciándose con la selección de material vegetal de vid de un conjunto de unas 15 variedades, aproximadamente, partiendo de material disponible recopilado por distintas administraciones públicas y agentes colaboradores. A partir de ahí, se procederá a la caracterización molecular de las plantas escogidas, con el fin de confirmar la identidad y pureza de la variedad.

El siguiente paso será el saneamiento del material seleccionado, eliminando mediante las técnicas de laboratorio apropiadas las principales virosis (virus del entrenudo corto, virus del mosaico o virus del enrollado), que tienen mayor incidencia en la calidad y productividad de las cosechas, con el fin de obtener material libre de virus.

A partir del material saneado, se establecerán campos de planta madre, que servirán para conservar el material con garantías sanitarias y varietales. En una última fase, se realizará una certificación sanitaria de muestras de todas las variedades seleccionadas.

Con trabajos como este el Gobierno de Canarias está dando cumplimiento a la Ley Canaria de Cambio Climático y Transición Energética, donde en el artículo 57 se recogen acciones a realizar en el ámbito de la agricultura y ganadería. En concreto, se resalta que las administraciones públicas impulsarán las explotaciones y actividades agrícolas y ganaderas que cumplan con medidas tendentes a reducir la vulnerabilidad, por lo que este proyecto cumple el requisito de explotación que valoriza especies o variedades propias que tengan mayor capacidad para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas de acuerdo con trabajos genéticos y ecofisiológicos.

Cabe destacar que este proyecto piloto de cambio climático de saneamiento del cultivo de la vid, en el que también han tomado parte la Asociación de Viticultores y Bodegueros de Canarias que permiten tener una visión regional del problema al tener explotaciones en todo el archipiélago, está enmarcado en la iniciativa Mejora del conocimiento del cambio climático y propuestas de medidas de acción climática para el sector agropecuario de Canarias, que tiene un presupuesto total de 1.285.699,20 € por parte de la Consejería de Transición Ecológica y concluirá a finales de 2025. Además, para el desarrollo de estas labores, se han aportado recientemente 686.260,50 euros adicionales.