La brújula del futuro estaba en el sureste. El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, afirmó hoy que “la experiencia, el impulso y la credibilidad” de la Mancomunidad integrada por Agüimes, municipio del que fue alcalde, Santa Lucía de Tirajana e Ingenio le sirvieron de guía a su llegada al Gobierno de la isla “para diseñar un proyecto insular ambicioso que hoy conocemos como ecoísla, basado en la soberanía energética, hídrica y alimentaria y que pone a las personas, la justicia social y al territorio en el centro de la acción pública”
Así lo planteó esta mañana en el Encuentro SER Canarias ‘Mancomunidad del Sureste, el origen de la Ecoisla’ celebrado en el Teatro Víctor Jara de Vecindario y en el que también participaron el alcalde de Santa Lucía de Tirajana, Francisco García, actual presidente además de la Mancomunidad, y el de Agüimes, Óscar Hernández. No pudo asistir finalmente Vanesa Martín, alcaldesa de Ingenio, municipio que también es parte de este proyecto colectivo.
Morales agregó que “la ecoísla no es una meta, sino un proceso, un camino que empezó en el Sureste, que hoy recorre toda la isla, y que ojalá algún día inspire a todo el archipiélago” para recorrer “un camino hecho de convicciones, consensos y luchas compartidas y situando la vida en el centro”.
“La gravedad de la situación de la comarca al finalizar la dictadura requería soluciones globales, integrales, participativas y democráticas. Y pensamos que los tres municipios que antes fueron uno solo, que disponíamos de una historia en común y que coincidimos en afrontar los enormes retos del presente, teníamos que dar un paso más. Y nos unimos”, rememoró Morales, figura crucial de aquel movimiento.
“Cuando en 1990 se constituyó la Mancomunidad Intermunicipal del Sureste, se hizo como respuesta a un problema acuciante: la escasez de agua. Pero lo que nació como una necesidad urgente, se convirtió muy pronto en una revolución silenciosa que construyó desaladoras, depuradoras, redes de distribución, infraestructuras hidráulicas, y lo hizo apostando, desde el primer momento, por las energías renovables como columna vertebral de este modelo”, recordó también.
Recalcó que “se impulsaron proyectos que hoy serían celebrados por su carácter innovador, pero que en aquel momento eran vistos casi como utopías. Se construyó una desaladora que hoy produce 33.000 metros cúbicos diarios. Se levantó una depuradora que da servicio a más de 150.000 habitantes y al mayor polígono industrial del Archipiélago, el de Arinaga”.
“Y después fuimos más allá, pues aunamos políticas sociales culturales, de economía circular o medioambientales y nos enfrentamos a la intención de que el modelo de generación de energía para la isla se sostuviera en el gas. Todo esto ocurrió mucho antes de que se hablara de cambio climático en los titulares de prensa. El Sureste fue pionero”, subrayó.
Morales precisó que “la ecoísla no es solo energía. Es también territorio, paisaje y agricultura. Hemos recuperado más de 700 hectáreas agrícolas. Impulsamos el Plan Forrajero, apoyamos al pequeño agricultor y ganadero, incentivamos el consumo de producto local. Gracias a ello, el 72% de las hortalizas y el 62% de las papas o el 90% de los huevos que se venden en Mercalaspalmas son de origen insular”.
Manifestó igualmente que “también es agua” y puso como ejemplo que el Cabildo ha invertido en esta década más de 150 millones de euros en seguridad hídrica en proyectos que abarcan desalación, almacenamiento, regeneración, recarga del acuífero. “Gran Canaria es hoy la isla más resiliente del archipiélago frente a la sequía y no hemos declarado la emergencia hídrico”, recalcó.
El presidente del Cabildo indicó que “tampoco hay futuro sin justicia social”, de modo que “la ecoísla no sería tal sin un compromiso firme con los derechos sociales, con la igualdad de género, con la participación ciudadana”, porque “una transición que deja atrás a una parte de la población no es transición, es exclusión”.
“La emergencia climática nos exige actuar, pero también soñar con un modelo nuevo, justo y posible. La ecoísla es ese sueño compartido. Y no es un invento reciente: es la evolución natural del Sureste sostenible. La lucha contra el cambio climático no se ganará solo en las cumbres internacionales. Se gana en los barrios, en las medianías, en los consejos municipales”, aseguró.
La visión de los actuales alcaldes de la Mancomunidad del Sureste
Por su parte, Francisco García comentó que “de aquel miedo a que no hubiera agua para nuestra población, nació el coraje de unos dirigentes políticos para sumar fuerzas y crear la Mancomunidad del Sureste de Gran Canaria. Ahora nos toca a nosotros continuar cambiando la realidad de nuestra población. Con nuevas y viejas necesidades”.
Mientras, Óscar Hernández señaló que “si algo diferenció la creación de la mancomunidad fue la necesidad de acuerdos entre las instituciones. Las diferencias políticas nunca se han antepuesto a las necesidades sociales de nuestra comarca ni a la visión de futuro compartida. Los objetivos comunes marcan el camino”.